El misterio del 'software' antiplagio de Madrid: 800.000 € a dedo y sin rastro de él
El anuncio de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid no pudo ser más claro: “Ponemos en marcha una plataforma que permitirá realizar pruebas
El anuncio de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid no pudo ser más claro: “Ponemos en marcha una plataforma que permitirá realizar pruebas de evaluación en línea a los alumnos madrileños. Invertimos 824.736 euros. Está ya a disposición de todos los centros docentes públicos y estará totalmente funcional en la segunda evaluación”. En cambio, la realidad de este 'software' está lejos de ser tan cristalina. Meses después de publicitar el proyecto, su avance se ha limitado a la “formación” de unos pocos docentes y, más allá de eso, nadie sabe explicar mucho más.
La idea de crear esa plataforma estaba en mente del Gobierno regional, al menos, desde el pasado verano. En julio, el consejero de Educación, Enrique Ossorio, aseguraba en una entrevista en la Cadena Cope que tenían intención de llevar a cabo “un currículum educativo online y un módulo de exámenes a distancia'”. Sin embargo, no fue hasta principios de noviembre, con el curso empezado, cuando se publicaron los pliegos con las prescripciones técnicas de la futura plataforma.
Solo una semana después el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobaba un informe por el que declaraba de “emergencia” el contrato para la “Plataforma digital de evaluación para las etapas de Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato de la Comunidad de Madrid”. La labor, con cargo a presupuestos, fue adjudicado a la empresa ODEC, que ya había trabajado con la Consejería para las reválidas de 4º de la ESO hace un lustro, por un total de 824.736 euros. Previamente, el Ejecutivo regional había presentado una solicitud de disponibilidad con los pliegos a empresas especializadas del sector para que presentaran sus ofertas y se lo llevó “la oferta más ventajosa para la Administración”.
El plazo de ejecución era de 20 días hábiles y en la memoria justificativa se establecía que la plataforma tendría que estar “operativa y a disposición de los usuarios con anterioridad a la finalización del primer trimestre del presente curso escolar”. Ya en febrero, la Consejería aseguraba que la herramienta estaría lista para el segundo trimestre, pero esa evaluación acabó hace semanas y en los colegios e institutos madrileños no hay rastro de ella.
Educación achaca los atrasos al software libre
El Ejecutivo regional asegura que estos atrasos se deben a que “esta herramienta utiliza recursos de 'software' libre para que se integre directamente en los servidores de EducaMadrid pudiendo adaptar, incluir mejoras o sumar nuevas funcionalidades por parte de la Consejería”. “Ha sido más lenta al ser un desarrollo propio y no emplear 'software' licenciado, que habría permitido una respuesta más rápida pero más limitada en sus funciones y continuidad a futuro”, comentan para responder a las preguntas de este periódico.
En la memoria justificativa para adjudicar el contrato de emergencia, la Consejería calificaba la plataforma de “necesidad inmediata e imprescindible” y “prioridad absoluta y de cobertura inmediata para el sector educativo”. Por eso, argumentaron, “debe estar en activo y en uso, con antelación suficiente y, en todo caso, antes del término del primer trimestre del curso escolar, por lo que su dotación se hace imprescindible e inmediata”. Es más, se llegaba a afirmar: “No acudir a la tramitación de emergencia retrasaría el inicio de dicha ejecución poniendo en riesgo la disponibilidad de la herramienta en el ámbito educativo con el consiguiente perjuicio para la prestación de este servicio, a los docentes, a los alumnos y a las familias”.
En este sentido, la Ley de Contratos del Sector Público estipula que el plazo de inicio de la ejecución de las prestaciones urgentes no puede ser superior a un mes y, “si se excediese este plazo, la contratación de dichas prestaciones requerirá la tramitación de un procedimiento ordinario”. Pero, cinco meses después de adjudicar el contrato, y dos más tarde de anunciar que “ya” estaba a disposición de la Educación pública, el Gobierno regional matiza que “la plataforma de evaluación está disponible para los centros según realizan formaciones para conocer sus funcionalidades y cómo hacer uso de la misma”. Eso no quitó que la directora general de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza, María Mercedes Marín García, firmara y expidiera un certificado -al que ha tenido acceso Teknautas- el 28 de diciembre del pasado año, según el cual los trabajos objeto de aquel contrato habían sido “realizados de conformidad con las condiciones contractuales”.
Por otro lado, queda poco para que este curso llegue a su fin y todo apunta a que el próximo se iniciará con medidas más relajadas. ¿Tendrá sentido esta herramienta para entonces? “Aún no conocemos las condiciones sanitarias en las que se va a iniciar”, contestan desde el Ejecutivo, donde indican que “esta herramienta forma parte del proceso de digitalización de la Educación que la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha y que, en todo caso, se ha visto acelerado por la pandemia”.
La "formación": un 'webinar' de una hora
En la Consejería sostienen que “ya han recibido la formación necesaria para su uso los profesores de los centros que han participado en el proyecto piloto para la implantación de la herramienta” y que estará disponible para el resto “próximamente”. Dentro de ese “plan de formación y presentación de la herramienta”, comentan que “en una primera fase estará disponible para los docentes de los niveles en los que la enseñanza sigue siendo semipresencial” y, después, “se extenderá a todas las etapas y niveles”. Pero, ¿qué nivel de implantación tiene en los centros educativos madrileños? ¿Cómo y en qué plazos se ha llevado a cabo? ¿Cuándo estará completo? La Consejería no ha respondido a estas preguntas de El Confidencial.
El subdirector general de Programas de Innovación y Formación, David Cervera, dio algunos detalles sobre la plataforma en declaraciones al diario El Mundo en febrero: “La herramienta emplea inteligencia artificial que detecta cuántas teclas ha tocado el alumno, si le han chivado algo, cuánto se ha movido el ratón... De esta forma, permite comprobar que el patrón con el que se está haciendo la prueba es el adecuado”. En aquel texto, por cierto, se indicaba que la formación a profesores comenzaría la semana siguiente.
"La herramienta emplea inteligencia artificial que detecta cuántas teclas ha tocado el alumno"
A Enrique García, docente en un instituto público madrileño, le extrañó que la primera noticia que tuviera de esto fuese a través de la prensa, por lo que hizo una solicitud de acceso a información pública el 9 de febrero. Pedía dos documentos: la convocatoria de los cursos de formación para profesores y la “documentación disponible sobre la fase piloto realizada”.
Cuando cumplió el plazo, el 4 de marzo, la Consejería pidió una prórroga escudándose en “la complejidad de la información solicitada”. El 9 de marzo, Educación enviaba un correo a todos los profesores que dan clase en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato -cursos seleccionados para hacer las pruebas piloto-, en el que les invitaba a participar en unos “'webinars' informativos en los que se explicarán las funcionalidades de esta plataforma -a la que bautizaban como e-ValuM- y también se les invitará al uso de la misma”.
Casi un mes más tarde, García recibía la respuesta en la que se explicaba que estas “formaciones” habían sido los 'webinars' que convocaron después de su solicitud. “Si no hubieran hecho esa convocatoria, no habrían tenido nada que responderme”, apunta el profesor. En la respuesta que recibió de Educación, también se indicaba que la fase piloto se realizó en seis centros educativos públicos -tres colegios y tres institutos, sin indicar cuáles- “para comprobar la accesibilidad de los distintos alumnos por nivel y etapa, la versatilidad de aplicación a las distintas materias y asignaturas y para garantizar la integración dentro de EducaMadrid y comprobar el correcto funcionamiento de las distintas funcionalidades”.
“La primera vez que tuve noticia de la formación fue a través de aquel correo a principios de marzo. No me consta que antes hubiera nada, y estoy bastante involucrado en cuestiones de formación porque soy el coordinador TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación] de mi centro y difundo ese tipo de convocatorias, que pueden ser importantes en época de pandemia y semipresencialidad”, cuenta por su parte Fernando Martínez, profesor de instituto público madrileño que acudió a esta actividad.
Este docente matiza que la “formación” fue en realidad un 'webinar' de una hora a través de Microsoft Teams. “No fue una formación como tal, sino una presentación de cómo era la herramienta. No te enseñaban nada, solo te explicaban lo que iba a hacer. Pensaba que iban a hacer algún tipo de demo, pero todo fue pasar diapositivas. Tú veías funcionar el sistema pero era una presentación, ni siquiera un vídeo, solo capturas de pantalla”, relata Martínez, que también considera que la herramienta tiene limitaciones respecto a las que ya existen.
"Siempre aparecían las mismas preguntas. Se pudo preguntar cuándo estaría disponible seis veces"
“Moodle es la plataforma de software libre que mantiene EducaMadrid y, entre las muchísimas virtudes que tiene, está su propio sistema de cuestionario para gestionar exámenes. Lo que vimos de e-valuM tiene exactamente las mismas funcionalidades que Moodle, con la salvedad de que Moodle es más completo. Por ejemplo, ofrece la posibilidad de tener un libro del profesor con las calificaciones del alumnado, y esta plataforma no”, cuenta.
Martínez también se muestra crítico con las pocas respuestas que obtuvieron quienes acudieron al webinar. “Siempre aparecían las mismas preguntas en pantallas. Se pudo preguntar cuándo estaría disponible, sin exagerar, seis veces. Sin embargo, preguntas más interesantes, como si cumplía con la Ley de Protección de Datos no salían ni la moderadora las planteaba. Fue todo muy oscuro y poco transparente”, relata el profesor, que enfatiza que no aclararon cuándo empezaría a funcionar -”solo decían que estaban trabajando en ello”- y que “alegaban que el atraso estaba relacionado con dar las credenciales a través del correo electrónico de EducaMadrid”. “Echaron balones fuera”, zanja.
"No es algo que necesitemos"
Los directores de institutos y colegios públicos desconocían que hubiera un proyecto de este tipo para la Educación madrileña. “No tenemos noticia, no es algo que hayamos pedido ni necesitemos. Nadie nos ha preguntado si queremos eso”, confirma el presidente de la Asociación de Directores de Institutos Públicos de Madrid (ADIMAD), Esteban Álvarez, que lo califica como “una muestra más del desprecio a la enseñanza pública de la Consejería de Educación”.
Álvarez también critica que se realice un gasto de este tipo “cuando están diciendo que no hay dinero para profesores, que es una necesidad urgente”. “Necesitamos que Madrid sea una comunidad como cualquier otra, pero somos la única que ha despedido a profesores de refuerzo, y ya era la que menos contrató. En Andalucía, un instituto de 800 alumnos tiene cinco profesores de refuerzo todo el año, mientras en Madrid un centro del mismo tamaño solo tenía dos docentes y fueron despedidos en diciembre”, ejemplifica antes de recordar el contrato de 14,5 millones de euros que la Consejería adjudicó a dedo a Planeta e Informática El Corte Inglés. Una adjudicación contra la que la Asociación de Editores de Libros y Material de Enseñanza interpuso un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, según adelantó 'El País'.
“Es intolerable”, denuncia el presidente de Adimad, que califica la situación de “abandono, a lo que cada uno pueda hacer sin medios ni recursos”. “Eso sí, nos han traído 70 ordenadores portátiles para cada centro después de Navidad y se los hemos prestado a los chicos… Pero ahora no tenemos posibilidad de atender a esos chicos”, espeta antes de lanzar un aviso: “Al final, quien va a pagar la crisis son los chavales que no pueden salir adelante, sea por origen socioeconómico u otro motivo. Están tirando el dinero en todo menos en lo prescindible y no sabemos por qué”.
El anuncio de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid no pudo ser más claro: “Ponemos en marcha una plataforma que permitirá realizar pruebas de evaluación en línea a los alumnos madrileños. Invertimos 824.736 euros. Está ya a disposición de todos los centros docentes públicos y estará totalmente funcional en la segunda evaluación”. En cambio, la realidad de este 'software' está lejos de ser tan cristalina. Meses después de publicitar el proyecto, su avance se ha limitado a la “formación” de unos pocos docentes y, más allá de eso, nadie sabe explicar mucho más.
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