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Esta genio de Yale es la única persona en el mundo que sabe cómo derrotar a Amazon
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tiene solo 32 años

Esta genio de Yale es la única persona en el mundo que sabe cómo derrotar a Amazon

Lina Khan se ha convertido en la mayor pesadilla de las 'big tech'. Esta jurista mantiene una cruzada contra Amazon por su abuso de poder. Ahora está más cerca que nunca de ganar la batalla

Foto: Lina Khan. (Universidad de Columbia)
Lina Khan. (Universidad de Columbia)

Lina Khan se dio cuenta a los veintipocos años de que algo olía a podrido en la historia de éxito de una de las mayores tecnológicas del mundo. Fue mientras visitaba una gigantesca conferencia organizada en Nueva York por la patronal de las cadenas de distribución. Allí descubrió un pabellón entero reservado a compañías de optimización de precios. Miles de millones de dólares de toda una industria destinados a crear negocios capaces de ofrecer un producto al menor precio posible. En internet, solo hay un rey indiscutible en ese arte: Amazon.

Khan, estudiante de Derecho en Yale por aquel entonces, entendió el engranaje: si haces a los consumidores felices con precios bajos, te van a dejar en paz. Así es como Amazon había logrado construir un enorme imperio eludiendo el escrutinio de los reguladores. Tres años después, Khan publicó un artículo denunciando las prácticas monopolísticas de Jeff Bezos. El 'paper', de 100 páginas, titulado "La paradoja antimonopolio de Amazon", supuso tal bomba nuclear que su repercusión ha llegado hasta hoy: Khan está a punto de ser nombrada por la Administración de Joe Biden comisaria del regulador estadounidense, la FTC, para, precisamente, poner coto al poder de Amazon (Actualización 23/03: Biden anunció su nominación este martes de forma oficial).

Foto: Imagen: El Confidencial.
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Lina Khan, 32 años, profesora en la Universidad de Columbia, nacida en Londres e hija de padres pakistaníes emigrados a EEUU cuando tenía 11 años, es ahora mismo una de las únicas personas en el mundo capaz de poner de rodillas a Amazon. En realidad, probablemente la única. La otra persona que podría hacerlo, Margrethe Vestager, comisaria europea de competencia, se ha topado con una pared.

Tras casi dos años de investigación, la Comisión Europea no ha logrado reunir aún suficientes evidencias que prueben cómo Amazon manipula su algoritmo para dar mayor visibilidad a sus propios productos sobre los de sus rivales. Es la acusación que le hizo Bruselas en el verano de 2019. Tras múltiples requerimientos a Amazon para que envíe toda la información sobre el funcionamiento de su plataforma, la compañía se niega a enviar los detalles técnicos fundamentales alegando secretos empresariales. El mayor envite para frenar el poder de Amazon, de momento, hace aguas.

Al otro lado del charco, Lina Khan decidió seguir una estrategia radicalmente diferente. Su 'paper', publicado en el 'Yale Law Journal' en el 2017, da algunas pistas clave sobre cómo 'cazar' a Amazon. En este informe, que los reguladores a ambos lados del Atlántico toman ahora como base para sus pesquisas, Khan dio la vuelta como a un calcetín a décadas de teoría económica antimonopolio.

En los años 70 y 80, las leyes en EEUU cambiaron para decidir qué es y qué no es monopolio en función de los intereses de los consumidores, es decir, de si existe o no competencia de precios. "Mi argumento es que para saber si existe competencia real en un sector, especialmente en el caso de las plataformas 'online', hay que analizar la estructura y dinámica en la que se basa ese sector", escribió Khan.

Su teoría es que los precios no importan tanto como el uso que las compañías hacen de los mismos para ganar poder en múltiples negocios. Los datos de Amazon son apabullantes. Tiene más ingresos que Google, Facebook y Twitter juntos. Domina casi el 50% del comercio electrónico en EEUU, espera triplicar su cuota en la venta de ropa y es el que más crece en ingresos de largo. En el 2010 contaba con 33.700 empleados, en junio de 2016 con 268.000 y hoy en día ha superado el millón de personas en plantilla tras añadir más de 400.000 puestos para gestionar la brutal demanda generada durante la pandemia.

Estos datos, a pesar de su obscenidad, argumenta Khan, no capturan la extensión del monopolio de Amazon. La clave es su posición dominante en múltiples actividades que hace a millones de empresas en todo el mundo depender de la compañía de Bezos para ganarse la vida en internet.

placeholder Lina Khan. (Universidad de Columbia)
Lina Khan. (Universidad de Columbia)

"Además de ser una tienda 'online', también es una plataforma de 'marketing', una red de logística, un proveedor de pagos, de servicios financieros, un editor de libros, productor de series y películas, diseñador de moda, fabricante de dispositivos y uno de los mayores proveedores de servicios en la nube del mundo", detalla Khan. ¿La posible solución? Pasar a considerar estas enormes plataformas 'online' como algo parecido a bienes públicos, igual que el agua, la electricidad o el gas, y regularlos e intervenirlos para eliminar la discriminación de precios y servicios. Eso hubiera evitado, segun Khan, que Amazon, Google o Facebook hubieran amasado el poder que ostentan en la actualidad en múltiples líneas de negocio forjado a golpe de adquisiciones millonarias.

La receta de Khan, que luego refinaría y ampliaría con otro 'paper' en 2019, tuvo tal impacto que reabrió el debate sobre cómo frenar el desmesurado poder de las tecnológicas, un debate que EEUU solo se planteó de verdad una vez durante el famoso juicio contra Microsoft en el 2001. Los defensores de Khan acuñaron hasta un término para definir su escuela de pensamiento y la de colegas como Tim Wu o Barry Lyn: los 'nuevos brandeístas', en referencia al abogado estadounidense Louis Brandeis, apodado el 'Robin Hood de la ley' y el 'abogado del pueblo' por enfrentarse a magnates como John D. Rocke­feller.

En los años posteriores a la publicación del 'paper', la carrera de Lina se disparó. Asesoró a la FTC y a la Comisión Europea en temas regulatorios, trabajó con la senadora Elizabeth Warren, candidata a liderar el Partido Demócrata y, sobre todo, formó parte del equipo que elaboró un informe histórico sobre el poder de Amazon, Apple, Google y Facebook. Ese documento desembocó en la comparecencia de los cuatro mandamases de las compañías ante el subcomité antimonopolio de la Cámara de Representantes de EEUU. Algo así no ocurría desde finales de los 90. La imagen de Mark Zuckerberg, Tim Cook, Jeff Bezos y Sundar Pichai desencajados, esquivando los dardos de los congresistas, dio la vuelta al mundo. Y también el nombre de Lina Khan.

placeholder El creador de Amazon, Jeff Bezos, durante su testimonio ante el subcomité antimonopolio de la Cámara de Representantes de EEUU en julio de 2020. (Reuters)
El creador de Amazon, Jeff Bezos, durante su testimonio ante el subcomité antimonopolio de la Cámara de Representantes de EEUU en julio de 2020. (Reuters)

Fue entonces cuando empezó el fuego cruzado. ¿Cómo es posible que una desconocida y tímida jurista de 32 años se haya convertido en el mayor quebradero de cabeza de los gigantes tecnológicos? Y surgieron las comparaciones. A Khan se le empezó a politizar y a igualar a la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. "Ella y las figuras de su generación no han estado sentadas en una torre de marfil durante los últimos años", explicaba al 'FT' el profesor de la Universidad de Cornell y mentor de Lina, Robert Hockett.

Ocasio-Cortez venía 'de abajo' y Khan se educó en esos mismos valores. Cortez (31 años) sirvió de camarera en un restaurante de Union Square en Nueva York poco antes de convertirse en congresista. Con solo 15 años, Khan publicó una carta en el periódico del instituto denunciando a un Starbucks por prohibir a los estudiantes sentarse en el local. El 'New York Times' se hizo eco del asunto y la cafetería tuvo que dar marcha atrás. Tanto Cortez como Khan son 'outsiders' convertidas en 'insiders' con poder para cambiar el 'statu quo'. Ambas se han transformado en iconos contra el 'establishment', en figuras públicas a las que no les tiembla la mano a la hora de señalar a los grandes poderes económicos y políticos. Y eso tiene un precio.

En el caso de Khan, no tardaron en llegar los intentos de descrédito. El principal fue etiquetarla como la 'hipster antimonopolios'. El término, como comprobó el 'NYT', lo usó por primera vez el abogado Konstantin Medvedovsky en un intercambio de mensajes en Twitter con un miembro de la FTC. Y caló. Poco después, la portada de la revista sectorial 'Antitrust Chronicle' mostró la ilustración de un hombre barbudo justo encima de las palabras 'Hipster Antitrust'. Esa edición de la revista, sorpresa, la había patrocinado Facebook.

También llegaron las críticas a sus teorías. En los últimos años se han publicado varios 'papers' rebatiendo su argumentación. Herbert Hovenkamp, profesor en la Universidad de Pensilvania, escribió que si las grandes tecnológicas eran señaladas solo por su política de precios bajos, "pronto llevaríamos a la economía a la Edad de Piedra, imponiendo costes históricos a todo el mundo". Dos ex altos cargos de la FTC publicaron otro informe un año después del documento de Khan, titulado "Antimonopolio en la era de internet", donde aseguraban que "la doctrina antimonopolio no necesitaba una revisión, es lo suficientemente flexible para frenar los abusos de la economía actual [...] y muy superior a cualquier alternativa propuesta por sus críticos". Ninguno citaban directamente a Khan, pero eran un misil destinado a destruir su ascenso.

Está por ver si a Khan, cuando se una al equipo de la FTC, le dejarán llevar a buen puerto la apertura de una investigación a Amazon por prácticas anticompetitivas. La Administración de Joe Biden podría hacer historia u optar por la 'mano blanda' de la era Obama.

Por un lado, el nombramiento de Khan y el reciente de Tim Wu, como asistente especial en asuntos tecnológicos y de competencia en el National Economic Council, son un golpe sobre la mesa. Wu, padre del concepto de la neutralidad de la red y profesor como Khan en la Universidad de Columbia, es uno de los más conocidos intelectuales defensores de tomar medidas agresivas para frenar los monopolios tecnológicos. Su posición no puede ser más clara: "Facebook cometió un delito cuando compró Instagram. Fue una compra ilegal", dijo en una conferencia en 2019.

Sin embargo, Biden sabe que debe medir sus fuerzas a la hora de perseguir a las 'big tech' si no quiere quedarse atrás en algunos frentes que marcarán la innovación tecnológica en las próximas décadas. Recientemente, la Comisión Nacional de Seguridad de EEUU sobre Inteligencia Artificial publicó un demoledor informe de más de 700 páginas en el que aseguraba que, "en la próxima década, China podría superar a EEUU como la superpotencia mundial en IA". No son palabras menores. Una regulación demasiado asfixiante en el frente competitivo podría hacer que el Google o el Microsoft del mañana no surjan en EEUU.

De momento, solo hay algo seguro: con 32 años, Lina Khan será una de las comisarias más jóvenes y mejor preparadas de la FTC para plantar cara a las 'big tech'. Quién les iba a decir a Zuckerberg, Bezos, Cook y Pichai que una 'hipster antimonopolios" les iba a quitar el sueño.

Lina Khan se dio cuenta a los veintipocos años de que algo olía a podrido en la historia de éxito de una de las mayores tecnológicas del mundo. Fue mientras visitaba una gigantesca conferencia organizada en Nueva York por la patronal de las cadenas de distribución. Allí descubrió un pabellón entero reservado a compañías de optimización de precios. Miles de millones de dólares de toda una industria destinados a crear negocios capaces de ofrecer un producto al menor precio posible. En internet, solo hay un rey indiscutible en ese arte: Amazon.

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