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Estos artistas digitales se han pasado a los NFT y te explican por qué es revolucionario
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¿Salida profesional o burbuja tecnológica?

Estos artistas digitales se han pasado a los NFT y te explican por qué es revolucionario

Javier Arrés y Andrés Reisinger son dos artistas afincados en España que ya apuestan por los NFT y sus obras dan la vuelta al mundo. Así ha afectado el 'blockchain' a sus carreras

Foto: Una de las obras 'tokenizadas' de Andrés Reisinger (izquierda) y una de Javier Arrés (derecha).
Una de las obras 'tokenizadas' de Andrés Reisinger (izquierda) y una de Javier Arrés (derecha).

Javier Arrés no es un cualquiera en el mundo del arte digital. Este diseñador y dibujante de Motril (Granada) de 38 años lleva tiempo colocado como una eminencia del sector y ha ganado premios como la Bienal de Arte de Londres 2019. Sus obras, ya sean ilustraciones o 'gifs' animados, centradas en los detalles, con ciudades atestadas y afán por las máquinas, ilustran artículos de medios como The New York Times y ahora también pueden ser tuyas con 'certificado de autenticidad'. Sí, Arrés es uno de esos artistas que se han sumado a la ola de los NFT (Tokens No Fungibles) y no le va nada mal.

"Para mi era la solución a un problema que tenía con toda mi producción de arte digital especialmente mis populares 'Visual Toys', que son 'gif-Art'. No era posible venderlos, funcionaba por encargos y aun así siempre existía el problema de la versión auténtica y única. Los NFT solucionan esto y te dan una vía muy interesante para vivir de tu arte", explica Arrés en conversación con Teknautas. Desde su desembarco en este entorno, allá por finales de 2019 y principios de 2020 y fichado por la plataforma MakerPlace, ha vendido más de 90 obras y ha llegado a situarse como el artista número 16 a nivel global, algo que no ha conseguido ningún otro español. Pero, no, no es el único creador patrio que ya se ha lanzado a la piscina, aunque estamos lejos de ser de los países con más nombres en este terreno.

Foto: Pablo Rodríguez-Fraile. (Imagen cedida)

Si Arrés ya era una eminencia antes de entrar en los NFT, Andrés Reisinger, argentino afincado en Barcelona, es una de esas nuevas y jóvenes promesas que han encontrado en este mundo del 'blockchain' el punto que les faltaba para explotar su arte, o así al menos lo asegura el propio Reisinger. Este artista, famoso, entre otras cosas, por sus sofás virtuales que se subastan por miles de dólares y han dado la vuelta al mundo como ejemplo de este nuevo arte, asegura, que esto no es tanto una revolución como un paso lógico. "Muchos artistas, cada vez más, hemos nacido en el mundo digital, pero nuestro arte se ha desprestigiado mucho, asegurando que lo que hacemos no es meritorio o tiene valor, este tipo de tecnologías justo sirven para poner en valor lo que hacemos, añadirle capas que ya vemos en la realidad, la escasez, la autenticidad", comenta este joven diseñador y programador de 30 años.

Como artista digital llevaba años coqueteando con todo el asunto del 'Blockchain' pero no fue hasta 2020 cuando dio el salto con sus muebles digitales que combinó con algunas versiones físicas de los mismos generando un terremoto en el mundo artístico. "Quería encontrar ese choque entre el coleccionista interesado en el físico que se queda fascinado por la obra virtual y el caso contrario. Ahora estoy trabajando con el músico RAC (André Allen Anjos, ganador de un Grammy por mejor mezcla) para crear una exposición que vuelva a mezclar esos dos mundos. Y que la gente vaya entendiendo el valor de lo digital, con cambios como los NFT", añade Reisinger.

Si comparamos a Arrés y Reisinger veremos que en poco se parecen sus trabajos más allá de ser artistas digitales, pero comparten una posición clara en un 'boom' que lleva semanas asombrando a medio planeta y moviendo millones de dólares en criptomonedas. Por eso, poca gente hay mejor que estos dos artistas para explicar la última fiebre de internet que acaba de convertir una obra de Beeple en la tercera obra de arte más cara jamás vendida por un artista vivo, y de la que estos dos creadores son protagonistas.

¿Qué es un NFT y cómo se crea?

La primera pregunta que surge cuando se habla de un término como este es de qué va todo esto. Desde el nombre, 'tokens no fungibles', cualquiera ya sabe que hablamos de algo complejo, como confiesan los propios implicados, pero puede que el arte sea el mejor caso para entender su funcionamiento sin saber de 'Blockchain' ni nada parecido. El entorno en el que mejor se puede acercar el mundo real a este nuevo mundo virtual.

Javier Arrés

placeholder Javier Arrés. (Imagen cedida)
Javier Arrés. (Imagen cedida)

"Yo lo explicaría diciendo que ha llegado la prueba de autenticidad y la obra única al arte digital. Eso permite un mercado nuevo. El mercado de los NFT. Cuando tú 'subes' o mejor dicho acuñas una obra tuya creas un NFT. Acuñar es crear el bloque de código de 'blockchain' dedicado a su autenticidad, sus “papeles”. Una vez creado tu obra es un NFT con una o varias copias. Cada una de esas copias es un token en sí mismo, con su valor. El valor lo crea el mercado, lo que la gente libremente quiera pagar por ese NFT o sea tu obra. No es diferente del mercado del arte tradicional, solo que en este caso necesitas un código para que sea única tu obra y entonces tener valor".

"El 'blockchain' nos permite una trazabilidad total de la obra, todas las ventas futuras están reflejadas y registradas con lo cual el cobro de 'royalties' por parte del artista se hace realidad. Yo en Makersplace de cada nueva venta que se hace de mi obra cobro el 10%. Eso es una revolución total y para mí una ventaja increíble. Hay también menos intermediarios, la casi absoluta independencia del creador y otras muchas ventajas. ¿Desventajas? Sinceramente me cuesta mucho encontrar alguna. Quizá podría haber una algo compleja a futuro, que es el precio de acuñar una obra en el código 'Blockchain', actualmente cuesta entre 60/250$ dependiendo del día. Si esto se incrementa mucho haría muy difícil a artistas pequeños o que se inician, acuñar su obra. Esto es complejo, pero se está trabajando en ello y el 'ethereum 2.0' vendría arreglar este problema".

Andrés Reisinger

placeholder Andrés Reisinger. (Imagen cedida)
Andrés Reisinger. (Imagen cedida)

"Es la llegada del certificado que todos conocemos del mundo real al digital, una forma de constatar que una obra de verdad es única y escasa. Normalmente se dice que para qué quieres comprar una obra digital si la puedes coger de internet, descargarla, copiarla, pues esto ayuda a demostrar que no, que puedes tener obras únicas que nadie más tiene, con un certificado y una trazabilidad que quedan registrados en la cadena de bloques. También te digo que soy partidario de que un comprador, un usuario que se interese por una obra no tenga que conocer todos estos entresijos técnicos, solo que sepa que esa obra que va a adquirir tiene un certificado de autenticidad y de trazabilidad, que es única y ese código lo demuestra para siempre. Los artistas, es verdad, si debemos saber algo más de cómo se registra, qué hay detrás, porque es parte de la obra".

"Yo siempre hago el mismo simil, tú vas al Louvre y tomas una foto de la Mona Lisa, vale en teoría ya tienes el cuadro, pero nadie pensaría que lo que tienes es el cuadro, ni siquiera si compras un poster o coges su imagen de internet. Pues en este caso es lo mismo. Creo que el arte es un entorno sencillo para entender qué son los NFT porque no cambia mucho del mundo real. Una obra artística real puede ser copiada y reproducida de muchas maneras, pero no es la original o la serie original, y nadie duda de ello, pues es el mismo razonamiento llevado al mundo digital, que era algo que hacía mucha falta a los creadores digitales".

¿Por qué todos se interesan por ellos?

El crecimiento del interés en los NFT es claro, así lo demuestran casos como la venta de obras por millones de dólares, pero, ¿qué ha visto la gente en este nuevo mundo y por qué se han disparado los precios? El propio Pablo Rodríguez-Fraile, el coleccionista español que lidera esto de los NFT a nivel global desde ese lado del tablero, explicó a este periódico que una obra que había comprado unos meses atrás por unos 55.000 euros la había vendido por 5,5 millones. Y las llamadas 'ballenas' de las criptomonedas, usuarios con grandes montantes de dinero virtual, están lanzándose a este terreno con decisión.

Javier Arrés

"El interés se ha generado a diferentes niveles o en diferentes perfiles. Para el artista digital y también el tradicional que digitalice su obra se abre un mercado nuevo y la posibilidad de venderse y vivir de su obra de manea independiente. En cuanto a la figura del coleccionista podríamos decir que se ha democratizado. Todos podemos hacernos con una colección buena o muy buena teniendo buen ojo y no por mucho dinero.

"Con la llegada de los NFT todos podemos ser coleccionistas y hacernos con una obra de un artista en sus inicios y hacer una gran inversión. Eso antes era un coto cerrado, ahora lo haces con tu móvil si quieres. Y el tercer punto que ha generado interés es el dinero, las cantidades que se mueven. Esto en realidad es como en el mercado del arte de toda la vida, siempre es noticia los grandes desembolsos, algunos se hacen para eso, para generar interés. Esto no es novedad.

Andrés Reisinger

"No soy el más indicado para hablar de mercados, eso es más cosa de coleccionistas y agentes, pero sí creo que sobre todo desde el punto de vista de los artistas digitales se ha abierto un gran camino con esto y se está intentando aprovechar tanto por una parte como por la otra, descubriendo un nuevo entorno. También te digo esto todavía está muy verde, aún podríamos decir que vamos en el tren a carbón, falta mucho para llegar a los coches de hoy en día".

"Ha entrado mucho dinero, eso no te lo niego, pero no sé si de tanta gente como se esperaría. Por ejemplo que solo los precios vayan en ETH (la criptomoneda de Ethereum, la cadena de bloques donde se alojan la mayoría de las obras) es algo que nos penaliza porque no ayuda a atraer al público más general. Lo mismo pasa con los procesos que debes seguir para tener una obra. Se ha despertado un gran interés, pero falta por evolucionar, plataformas más asequibles y sencillas, cambios a cadenas como la de Algorand, que pueden ser más baratas, punteras y útiles que la de Ethereum... Esto solo acaba de empezar".

¿Burbuja o revolución?

La duda que queda al ver el crecimiento imparable de los NFT, tanto en el arte como en otros entornos como el coleccionismo, los videojuegos o los propios cromos, es sí, como ha ocurrido en otras ocasiones, esto es una burbuja empujada por fenómenos como el repunte del 'bitcoin' y otras criptomonedas o los cambios de tendencia en la inversión, o es una revolución que ha llegado para quedarse y cambiar el paradigma del arte. Tanto Arrés como Reisinger lo tienen bastante claro, aunque dejan la duda sobre un posible ajuste.

Javier Arrés

"Creo que es una revolución. Para el arte es algo brutal. Un artista lo que realmente necesita es un lugar donde su obra sea vista y juzgada por los coleccionistas y aficionados libremente. Y que estos libremente crean en su obra o no y la compren o no. Nada más. El criptoarte es esa galería a nivel mundial donde te aseguro que si tienes calidad y algo que decir con tu arte te van a ver, y no necesitas agentes, transporte de la obra, pagos a galeristas etc. Tu con tus redes sociales y tu obra puedes conquistar el mundo del arte desde tu casa en tu pueblo en la montaña perdido. Pero va ser una revolución en muchos otros sectores.

En cuanto a una burbuja diría que los NFT han venido para quedarse. La burbuja es posible en cuanto a un reajuste en los precios que se pagan por ciertas obras, aunque no parece que esto vaya a ocurrir. Pasó en YouTube, al principio las cantidades que cobraban los 'youtubers' eran mucho más altas que ahora, hubo un reajuste tras la euforia del principio, pero no desapareció el trabajo de creador de contenidos igual que no desaparecerá la venta de obra digital mediante 'blockchain'. Esto es el principio y todo indica que va a más".

Andrés Reisinger

"Yo no sé cómo evolucionará esto, aunque obviamente todos estos mercados tienen que ir encontrando su hueco, llevan años creciendo poco a poco, ahora ha pegado un acelerón pero es algo en lo que se lleva trabajando mucho tiempo y ha ido paso a paso. Yo imagino que algún ajuste puede haber, pero también te digo que esto ha democratizado mucho el arte, pues cualquier puede hacerse una pequeña galería con obras de artistas pequeños, algo que antes era mucho más exclusivo. Ahora desde casa puedes descubrir ese artista comprar su obra original y tener su propiedad".

"Eso sí, hay cosas que hacer, como bajar los costes de la 'tokenización', para que cualquier artista pueda optar por esta opción, ahora mismo puede salir bastante caro. En ese momento ya sí que el mercado se abrirá mucho más. Entrarán más coleccionistas, más inversores, se generarán nuevas ideas, plataformas, etc. Pero como digo desde el principio, esto más que una revolución es una evolución natural que todos los artistas digitales necesitamos para poner en valor lo que hacemos y equipararlo con el arte físico".

Javier Arrés no es un cualquiera en el mundo del arte digital. Este diseñador y dibujante de Motril (Granada) de 38 años lleva tiempo colocado como una eminencia del sector y ha ganado premios como la Bienal de Arte de Londres 2019. Sus obras, ya sean ilustraciones o 'gifs' animados, centradas en los detalles, con ciudades atestadas y afán por las máquinas, ilustran artículos de medios como The New York Times y ahora también pueden ser tuyas con 'certificado de autenticidad'. Sí, Arrés es uno de esos artistas que se han sumado a la ola de los NFT (Tokens No Fungibles) y no le va nada mal.

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