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Bitcoin no tiene techo: ¿al borde del próximo desastre 'fintech' o ahora es diferente?
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¿La antesala de otro descalabro?

Bitcoin no tiene techo: ¿al borde del próximo desastre 'fintech' o ahora es diferente?

Desde programadores reconvertidos a inversores a 'traders' tradicionales, todos señalan que el bitcoin vive un momento de madurez, pero avisan de que lo fundamental no ha cambiado: es una inversión de alto riesgo

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A finales del 2017 dos noticias dieron la vuelta al mundo. La primera: el bitcoin se desbocó y alcanzó una cotización récord de casi 17.000 euros por moneda. La otra: un pobre informático llamado James Howells saltó a los medios en todo el planeta. Había tirado a la basura por error un viejo disco duro en el que almacenaba las claves para acceder a 7.500 bitcoins de su propiedad. Hoy, cuatro años después, el bitcoin vuelve a acaparar titulares en todo el mundo. La cotización récord del 2017 se ha quedado en calderilla, ahora una sola de estas monedas virtuales ya vale el doble, más de 33.000 euros. Y el famoso disco duro de Howells se ha convertido en el más caro del planeta: su contenido valdría 256 millones de euros. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Inversores, programadores, banqueros y prácticamente cualquiera que sigue el sector de las criptomonedas está estos días desorientado. Muchos creían que tras el desplome del 2017, cuando el bitcoin perdió el 65% de su valor en apenas un mes, la moneda no estaba muerta. Era cuestión de tiempo, decían. Pero muy pocos hubieran apostado a un resurgimiento de estas características, con subidas diarias de su cotización de dobles dígitos hasta superar los 33.000 euros, en el momento de escribir estas líneas. Y, según múltiples expertos, es solo el comienzo. Ahora sí, aseguran, es el momento del bitcoin, no estamos ante otro descalabro.

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"Hemos pasado la resaca de aquel periodo. En el 2017 subió todo demasiado rápido y el sector creció sobre una base en la que faltaban demasiadas cosas. Faltaba estructura. Si querías empezar a invertir, era muy difícil custodiar de forma segura las monedas, declararlas, evitar hackeos... Ahora todo eso es mucho más sencillo. Sigue siendo un negocio muy arriesgado, pero la situación hoy es muy diferente a la de 2017", explica a Teknautas Raúl Marcos, programador y fundador de Carbono, una asesoría con sede en Malasia y oficinas en Singapur que asesora a clientes de todo el mundo en cómo invertir en criptomonedas.

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Esta empresa es una prueba del 'hype' que hay ahora mismo alrededor del bitcoin: cada vez hay más inversores, desde grandes fortunas a particulares, dispuestos a invertir dinero en la ruleta de las monedas virtuales. El regulador financiero de Malasia les ha dado luz verde para operar después de año y medio de gestiones. "En España es mucho más complicado, tienes que establecer una gestora, eso te lleva al menos un año y un millón de euros, después hacer el fondo, que haya otras gestoras dispuestas a aceptarlo... Ahora esto es algo diferente, pero hasta hace poco había mucha desconfianza".

Gestores como Marcos aceptan dinero de cualquiera que quiera poner sobre la mesa al menos 10.000 dólares para invertir en criptomonedas. Funciona casi igual que un fondo tradicional de acciones: los gestores se encargan de seleccionar el mejor 'mix' de criptomonedas (generalmente bitcoin, ethereum y entre seis y siete de las pequeñas criptomonedas más fiables) y manejan la cartera buscando el mayor rendimiento. Cuenta ya con unos 50 clientes internacionales, varios de España. Pero, curiosamente, no pone la mano en el fuego sobre un nuevo posible desmoronamiento del sector.

"Es muy complicado hacer predicciones, pero creo que no habrá una gran caída, nadie lo sabe, pero no veo las mismas señales de antes. Ahora la oferta es muy limitada y la demanda es enorme. Tras el 2020, hay muchos inversores que están buscando qué hacer con su dinero, y muchos prefieren invertir en bitcoin en lugar de en oro. Se está convirtiendo en un nuevo valor refugio", explica Marcos.

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Otros inversores internacionales recurren a la misma comparación con el oro. "El bitcoin es mejor en ser oro que el propio oro. Es más fácil de almacenar, más difícil de robar y más fácil de transferir", explicó recientemente en una entrevista el ex Goldman Sachs y director de comunicación de la Casa Blanca Anthony Scaramucci. Sin embargo, la situación actual de las criptomonedas dista mucho de ser una balsa de aceite.

El aviso más preocupante lo ha dado hace unas semanas la tercera criptomoneda más grande del mundo, Ripple (XRP), que ha recibido una demanda del regulador estadounidense. La SEC acusa a sus impulsores de haber vendido XRP como si fuera una divisa, cuando en realidad se trata de un valor sin licencia alguna para operar. Además, la SEC asegura que Brad Garlinghouse, CEO de la compañía, y Chris Larsen, cofundador, recaudaron 1.300 millones de dólares de forma ilegal con la venta de XRP. La compañía ya ha anunciado que se defenderá de la denuncia y niega las acusaciones, pero de momento la situación no pinta nada bien para ellos.

"Es curioso porque si hablabas con gente del sector bien informada lo primero que te iba a decir era: ni te acerques a Ripple. Desde mi punto de vista, ha sido una estafa. Pero es parte del proceso que hay que seguir, hasta que desaparezcan todos esos proyectos pasará un tiempo. Que existan no invalida el potencial. Es como si ahora descubren un fraude masivo en Tesla y quiebra. Eso no invalida el potencial de los coches eléctricos", señala Marcos.

Desde programadores reconvertidos a inversores como Raúl, a 'traders' tradicionales, todos señalan que el bitcoin vive un momento de madurez, pero avisan de que lo fundamental no ha cambiado (ni cambiará): es una inversión de alto riesgo. Puedes perder el 60% de lo invertido en un mes y aún hay peligro de hackeos si usas plataformas de intercambio poco seguras. Pero para quienes les sobra algo de dinero, el bitcoin va camino de convertirse efectivamente en el nuevo oro: igual de reluciente pero mucho más rentable.

A finales del 2017 dos noticias dieron la vuelta al mundo. La primera: el bitcoin se desbocó y alcanzó una cotización récord de casi 17.000 euros por moneda. La otra: un pobre informático llamado James Howells saltó a los medios en todo el planeta. Había tirado a la basura por error un viejo disco duro en el que almacenaba las claves para acceder a 7.500 bitcoins de su propiedad. Hoy, cuatro años después, el bitcoin vuelve a acaparar titulares en todo el mundo. La cotización récord del 2017 se ha quedado en calderilla, ahora una sola de estas monedas virtuales ya vale el doble, más de 33.000 euros. Y el famoso disco duro de Howells se ha convertido en el más caro del planeta: su contenido valdría 256 millones de euros. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

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