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¿Ruedas o cadenas? El dilema de la Armada española para sus vehículos de combate
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La Infantería de Marina

¿Ruedas o cadenas? El dilema de la Armada española para sus vehículos de combate

La situación actual de la Infantería de Marina no es muy boyante. Varios de sus vehículos de combate deben ser reemplazados, y toca escoger: ¿blindados dotados de ruedas o de cadenas?

Foto: Obús ATP M-109A2 de la Infantería de Marina española. (USAF)
Obús ATP M-109A2 de la Infantería de Marina española. (USAF)

La Infantería de Marina es una parte fundamental de la capacidad anfibia y expedicionaria de la Armada y constituye la Fuerza de Desembarco. Su situación actual, fiel reflejo del resto de las fuerzas armadas españolas, no es muy boyante. Varios de sus vehículos de combate deben ser reemplazados, pero además de los problemas inherentes a su sustitución (dotación presupuestaria) surge un encendido debate sobre qué tipos de vehículos adquirir, si los dotados de ruedas o por el contrario de cadenas. Cada opción tiene sus pros y sus contras, sus defensores y detractores. Este es el dilema en que se encuentra ahora mismo la Infantería de Marina.

Constituye un cuerpo de élite y fue creada el 27 de febrero de 1537 por el rey Carlos I. Es la más antigua del mundo, algo que es un verdadero orgullo y de lo que cualquier país del mundo haría gala si lo pudiera decir. Desde entonces, ha ido contando con diverso material específico, acorde a sus particulares necesidades. La cuestión es que parte de su material ha alcanzado una avanzada edad de forma simultánea y precisa de relevo urgente.

Foto: Gulfstream G550 CAEW de la fuerza aérea de Singapur. (Owen65)

Uno de los problemas a los que se enfrenta la fuerza anfibia es que utiliza una gran variedad de vehículos diferentes en muy pequeño número. Esto, que podría parecer una aberración logística (y de hecho plantea sus dificultades) se entiende cuando se explica que la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR), ‘Tercio de la Armada’, es un verdadero ejército ‘en miniatura’. Ello es así porque debe estar preparado para actuar en un entorno lejano, aislado y sin contar con apoyo durante algún tiempo. Esta exigencia obliga que la BRIMAR esté dotada, a pequeña escala, de todas las armas, elementos y especialidades que constituirían una gran fuerza terrestre.

Así, cuenta con tres batallones de desembarco (uno de ellos mecanizado) y un grupo de movilidad para las operaciones anfibias, compañías anticarro y unidades de zapadores, un grupo de artillería y unidades de apoyo. Los principales vehículos de combate actuales son los ligeros HUMVEE y VAMTAC, blindados 8x8 Piraña, anfibios AV, carros M-60 y piezas de artillería M-109 junto a sus vehículos municionadores M-992. ¿Cómo son exactamente estos vehículos de combate?

Blindados ligeros y medios

placeholder Blindados AV e Infantes de Marina durante un desembarco anfibio. (Juanjo Fernández)
Blindados AV e Infantes de Marina durante un desembarco anfibio. (Juanjo Fernández)

Los HUMVEE norteamericanos llegaron a partir de los años 90 y fueron un rotundo éxito. Se adquirieron más de 120 unidades en diferentes versiones y han dado un resultado excelente, siendo un vehículo muy sencillo, sin complejidades y capaz de aguantar el uso más duro que se le quiera dar. La mayoría (muchos con 30 años de servicio) están ya al final de su camino y se están reemplazando por el más moderno VAMTAC, producto nacional de Urovesa.

El VAMTAC es un vehículo, moderno y eficaz, del que se dispone ya de 100 unidades, incluyendo los imponentes blindados ST5. Es un buen vehículo y los ejemplares en uso por el Ejército de Tierra han funcionado bien, pero no fue así con los entregados a la Armada, pues adolecieron de problemas con la electrónica y el agua salada, algo que sabemos no casa muy bien. Solucionados estos defectos, se espera contar con un total de 280 VAMTAC en distintas versiones.

Los blindados 8x8 que utiliza la Infantería de Marina son el conocido y eficaz Mowag Piranha (Piraña) en su versión IIIC, un modelo anterior al Piranha V que es en el que se basa el Dragón 8x8 del Ejército de Tierra. En la actualidad hay 39 vehículos en activo en varias versiones. De estos vehículos, 18 se recibieron entre 2003 y 2004 y el resto entre 2007 y 2015 por lo que, de momento, no representan un problema por edad del material, siendo además un blindado excelente con el que la Armada está satisfecha.

Carros de combate: punto final

Hasta aquí no hay problema ni debate, pero es en el resto de vehículos donde las alternativas son discutibles y discutidas. Apostar por vehículos de ruedas o de cadenas no es fácil; puede depender mucho del tipo de misión y sería un error tomar una decisión de este calado para el conjunto de vehículos, siendo más acertado hacer el análisis por cada capacidad, es decir, tipo de vehículo y función.

placeholder VAMTAC ST5 de la Infantería de Marina desembarcando de una lancha LCM. (Juanjo Fernández)
VAMTAC ST5 de la Infantería de Marina desembarcando de una lancha LCM. (Juanjo Fernández)

Las cadenas aportan movilidad en cualquier terreno, incluido el desembarco en playa, admiten mayor armamento y mayor nivel de protección, pero pierden agilidad en despliegues y son más difíciles de trasladar a zonas de operaciones. Las ruedas, por el contrario, permiten un rápido despliegue, son más fáciles de utilizar en conflictos de baja intensidad y su imagen es menos ‘agresiva’.

La BRIMAR disponía (ya están en la práctica fuera de servicio) de una compañía de carros de combate compuesta por 16 M-60 A3 TTS, un modelo idéntico al utilizado en su día por el Ejército de Tierra y que se dio de baja con la llegada, primero, de los Leopard A4 y, definitivamente, con los Leopardo 2E. Es un carro con cañón de 105 mm y que a día de hoy está obsoleto. Junto a los M-60 se mantiene operativo un solitario carro de recuperación M-88.

El carro de combate, desde una perspectiva política, no gusta. Su agresiva imagen no se ‘vende’ bien; sin embargo, la potencia de fuego que aporta y su capacidad defensiva se echan siempre de menos cuando las cosas se ponen feas. Es esa potencia de fuego lo que se necesita, pero la opción más sencilla y viable, que hubiera sido utilizar los Leopard A4 con ligeras modernizaciones, de los que Tierra tiene excedentes almacenados, parece totalmente descartada.

Ocho ruedas con cañón pesado

Así pues, queda buscar un vehículo de ruedas que cumpla esta función y por ello se busca un 8x8 con cañón de grueso calibre, para lo que hay varias alternativas. Una de ellas pasaría por un desarrollo del 8x8 Dragón armado con una torre y cañón. Para esa vía hay empresas, como la belga Cockerill, que ofertan soluciones con torres de 90, 105 y 120 mm adaptables a casi cualquier vehículo. El problema es que eso requiere tiempo, el desarrollo del Dragón va lento y la Armada necesita su vehículo ya.

placeholder Stryker MGS (Mobile Gun System) (US Army)
Stryker MGS (Mobile Gun System) (US Army)

Otra posibilidad es el nuevo Centauro II con cañón de 120 mm, evolución del Centauro con 105 mm que utiliza la Caballería. Sin embargo, habría que verlo con calma, pues son vehículos caros (casi 12 millones de euros), no son anfibios y van muy cargados de electrónica, lo que combinado con el agua salada ya sabemos que no da buenos resultados.

Tampoco se debería pasar por alto el sistema MGS (Mobile Gun System) norteamericano, sobre plataforma del Stryker, que sabemos que deriva del Piranha. Utiliza una torre muy automatizada con un único tripulante, tiene muy baja silueta, suficiente potencia de fuego con un cañón de 105 mm y un peso contenido de poco más de 20 toneladas, lo que le asegura una alta movilidad. Tampoco es la panacea. Su protección es escasa (aunque se puede aumentar), tiene los mismos problemas de tiro que el Centauro, con serias limitaciones cuando la torreta está girada o en inclinación y su carga de munición es escasa.

Por último, aunque se trate de un vehículo de cadenas, está la alternativa de los nuevos carros ligeros tipo MPF (Mobile Protected Firepower) como el Griffin americano, unos interesantes vehículos en desarrollo, con un peso contenido de unas 30 t, cañón de 120 mm, alta movilidad y sin limitación alguna de tiro. Recordemos que en el pasado los infantes ya utilizaron el carro de combate ligero Escorpión (FV 101 Scorpion) con buenos resultados.

En cualquier caso, se trataría de una adquisición muy limitada, tan solo 16 unidades de un vehículo que, con probabilidad, también podría responder a las necesidades futuras de la Caballería, que tiene sus Centauros pasada la mitad de su vida útil. Un análisis conjunto, aprovechando la experiencia de los jinetes en este campo, podría ser un buen camino a seguir.

Anfibios y artillería: difícil solución

Desde 1972 la BRIMAR utiliza un blindado anfibio de cadenas que será muy difícil de reemplazar. Se trata del AAV-7P, que aquí se denomina simplemente ‘AV’. Es un concepto con muchos años a cuestas (ya se usaba en Vietnam) pero que ha dado un resultado magnífico. Es capaz de navegar y salir desde los propios buques de asalto anfibio o del LHD, puede llevar en su interior hasta 20 infantes y pesa cerca de 30 toneladas. Hay en servicio 19 unidades: 16 de transporte táctico, 2 de mando y 1 de recuperación.

placeholder ACV Amphibious Combat Vehicle. (USMC)
ACV Amphibious Combat Vehicle. (USMC)

No hay un vehículo equivalente que lo reemplace y los propios marines norteamericanos se plantean su sustitución por un vehículo de anfibio de ruedas, el ACV (Amphibious Combat Vehicle), aunque aún hay ciertas dudas al respecto. De momento la Infantería de Marina modernizará sus AV, lo que parece ahora la mejor solución.

La artillería es cuestión diferente. Hasta ahora se disponía de una batería de ATP M-109 A2, idéntico vehículo al utilizado por Tierra, pero en una versión (aún) más antigua. El M-109 ha demostrado ser un material irrompible, fiable y con una potencia de fuego suficiente (155 mm), pero se deben reemplazar pues las seis piezas originales llevan décadas de servicio continuado. Como solución interina, el Ejército de Tierra ha ‘prestado’ a la Armada seis de sus obuses M-109 A5, hasta que se logre su reemplazo o actualización.

Aquí, optar por ruedas va a ser harto difícil. No es sencillo que un sistema de este tipo sobre ruedas responda a la movilidad y peculiares necesidades de un desembarco. Los sistemas modernos, como el CAESAR o el nuevo ATMOS, no parecen ('a priori') la mejor solución, mientras que un reemplazo por modelos como el M109 A6 ‘Paladin’, que es la evolución del M-109, parece mucho más acertado.

Como siempre, nos encontramos con el muro infranqueable del presupuesto. No hay recursos para tantas necesidades. Mucho nos tememos que la solución interina de la artillería quede como definitiva y que el disponer de esa necesaria potencia de fuego quede pospuesto. Si a esto le unimos las dudas por el reemplazo de los Harrier, que proporcionan el imprescindible apoyo aéreo, la Infantería de Marina podría ver disminuidas parte de sus capacidades de combate, algo nada deseable para la que es nuestra fuerza de intervención inmediata por excelencia, lista para actuar ante cualquier crisis que pueda surgir en el litoral.

La Infantería de Marina es una parte fundamental de la capacidad anfibia y expedicionaria de la Armada y constituye la Fuerza de Desembarco. Su situación actual, fiel reflejo del resto de las fuerzas armadas españolas, no es muy boyante. Varios de sus vehículos de combate deben ser reemplazados, pero además de los problemas inherentes a su sustitución (dotación presupuestaria) surge un encendido debate sobre qué tipos de vehículos adquirir, si los dotados de ruedas o por el contrario de cadenas. Cada opción tiene sus pros y sus contras, sus defensores y detractores. Este es el dilema en que se encuentra ahora mismo la Infantería de Marina.

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