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¿Cuándo volaremos en un Hyperloop? Los cuatro escenarios que se manejan para 2030

¿Cuándo volaremos en un Hyperloop? Los cuatro escenarios que se manejan para 2030

Por EC Brands

Edificio moderno

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de julio de 2012. Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, menciona por primera vez una palabra que, ocho años después, aún resuena en nuestras cabezas: Hyperloop. Detrás de este nombre hay una idea: construir un modo de transporte de tren en tubos al vacío. Supondría, por primera vez, contar con un transporte que sería la mezcla perfecta entre un tren de alta velocidad y uno de los aviones más potentes, todo ello a 1.200 km/h. Un ejemplo: un trayecto entre Madrid y Barcelona llevaría apenas media hora.

Tras este anuncio, medio mundo se pone en marcha. Surgen los primeros estudios de viabilidad técnica y económica, las primeras empresas que se ofrecen a colaborar, los ingenieros que van a estudiar todas las probabilidades, etc. Paralelamente se empiezan a librar otros dos debates: por un lado, la demanda que pueda tener un servicio así; por otro, la legislación necesaria para ponerlo en marcha y que su desarrollo, aceptación y uso vayan acordes a las leyes de cada país. También se va hablando de proyectos tangibles: el proyecto Great Lakes que conectaría Chicago, Cleveland y Pittsburg en Estados Unidos, según los últimos estudios, supondría una inversión que podría rondar los 40.000 millones de dólares.

Un trayecto entre Madrid y Barcelona en Hyperloop llevaría apenas media hora

¿De qué manera se acabará desarrollando Hyperloop? ¿Lo demandarán los usuarios? ¿Habrá una legislación favorable a su implantación? Estas y otras preguntas son las que intenta responder Foresight, la plataforma de innovación creada por Ferrovial para desarrollar el futuro de las infraestructuras de movilidad como ya lo ha hecho con los taxis voladores. De cara al futuro del Hyperloop maneja cuatro posibles escenarios para 2030:

Ciudad futurista con hyperloop

Escenario 1: ha nacido una estrella

Jackson y Ally viven en las afueras de San Francisco. Tienen una hija de 13 años, Molly, que apunta maneras para convertirse en una estrella de Hollywood, así que la pareja está siempre pendiente de los castings que van saliendo. ¿El problema? Todos los castings son en Los Ángeles, a más de 650 km de distancia. Por suerte, pueden hacer el trayecto en Hyperloop y tardar menos de 45 minutos. El coste de estos viajes, por cierto, es más que asumible: hace años la pareja no habría podido permitirse esos mismos viajes en avión, pero ahora el Hyperloop ha bajado los costes.

Si Molly puede llegar a las audiciones no es solo por la mera existencia de Hyperloop, sino también por todo lo que rodea dicha existencia. En 2020 empezaron a colaborar los desarrolladores de Hyperloop, las empresas asociadas y los centros de investigación, con lo que esta infraestructura, que ya alcanza los 1.000 km/h, es totalmente segura. Además, para trayectos de entre 300 y 1.200 km es más barata y eficiente que un avión. Por último, todos los países desarrollados han elaborado legislaciones comunes favorables a la implantación y uso de este medio de transporte.

En un escenario optimista, esta forma de viajar sería más barata y eficiente que un avión

Escenario 2: la costa dorada

Son las 8:30h de la mañana y Laura está desayunando plácidamente frente a la bahía de Sidney. De repente le suena el teléfono y aparece un imprevisto: un compañero de trabajo le cuenta que ha surgido un problema con un cliente en Melbourne, así que todo el equipo debe viajar de manera urgente hasta allí. Por suerte, hace tiempo que acabaron los días en que un viaje de este tipo resultaba imposible en un mismo día: Laura y sus compañeros cogen el Hyperloop, por el que su empresa paga una cuota fija anual, y aparecen en Melbourne 55 minutos después.

Todo ha ido bien, aunque con varios matices. Laura y su equipo han viajado en un modo de transporte totalmente seguro, pero quizá ella no sepa que el desarrollo de Hyperloop es mucho más caro de lo que parece, algo que ha echado para atrás a las empresas privadas que querían invertir en este modelo. Laura ha tenido suerte, ya que, como Australia no tiene trenes de alta velocidad, el propio gobierno ha hecho una legislación propicia para Hyperloop e incluso sufraga parte de los gastos. Este escenario se repite en países como Estados Unidos, pero en otros, más habituados a los trenes de alta velocidad, viajar en Hyperloop es demasiado caro y la demanda no es precisamente alta.

Concepto de Hyperloop cruzando un desierto

Escenario 3: la lanzadera 5.0

A Ethan, un joven británico que vive en Bournemouth, le gusta viajar con sus amigos. De hecho acaban de pedir un permiso para visitar parte de Estados Unidos. Desde su ciudad, la mejor opción es coger un tren al aeropuerto de Heathrow Terminal 5.D (antiguo aeropuerto de Southampton) y desde allí un Hyperloop hasta la Terminal 5 en Londres desde donde coger el vuelo al otro continente. Para todos ellos es su primer día con esta tecnología, ya que apenas lleva seis meses implementada en el país. El viaje en Hyperloop entre terminales es perfecto. No hay tiempo para el aburrimiento, diferentes pantallas les permiten jugar en equipo un partido de fútbol e incluso comprar un artículo de moda que recogerán a la vuelta en la terminal 5.D.

En este contexto Hyperloop ha conseguido una velocidad de 600 km/h en fases de ensayo, pero para garantizar el confort y seguridad de los pasajeros y la carga transportada, la regulación no permite operar a más de 300 km/h, realizando trayectos de duración similares a los del tren de alta velocidad. Sin embargo, gracias a que los costes de construcción y operación son inferiores a otros trenes de altas velocidad, hacen que el precio del billete sea moderadamente inferior.

"Los beneficios derivados de la llegada de Hyperloop tienen el potencial de revolucionar el transporte tal como lo conocemos"

Escenario 4: insert coin

Maria, una ingeniera madrileña, repasa las noticias del día y comprueba que algunas empresas se están planteando invertir en I+D para hacer nuevos desarrollos en torno a Hyperloop. Le entra nostalgia: ella misma trabajó diez años en Hyperloop, de 2014 a 2024, hasta que la empresa se quedó sin financiación. ¿Qué habían conseguido hasta entonces? Muy poca cosa, la verdad: en ningún momento consiguieron alcanzar los 1.000 km/h. Su mejor test fue de 400 km/h, pero a esa velocidad se generaban problemas de seguridad.

La nostalgia de María es comprensible. El proyecto de Hyperloop era prometedor, pero los avances tecnológicos no fueron los esperados. Eso hizo que los inversores privados no quisieran apostar por el proyecto y que los gobiernos no promoviesen cambios legislativos. Al final Hyperloop compite con el transporte tradicional en eficiencia, pero no en precio de mercado, ni en costes ni en seguridad. En este escenario, por tanto, pensar en Hyperloop como alternativa viable es una absoluta quimera.

Proyecto de Hyperloop

De qué depende el futuro de Hyperloop

Como vemos, el futuro de Hyperloop depende de varios factores esenciales. Todos estos factores son los que analiza Ferrovial en su plataforma Foresight, que evalúa las posibilidades de este modo de transporte a corto y medio plazo. De hecho, Ferrovial y Hyperloop Transportation Tecnologies (TT) han firmado un acuerdo para analizar oportunidades conjuntas en Estados Unidos, como por ejemplo el proyecto Great Lakes.

Para la compañía española, "los beneficios derivados de la llegada de Hyperloop tienen el potencial de revolucionar el transporte tal como lo conocemos". Sin embargo, "la forma que tomará esta tecnología en la próxima década aún está por determinar, ya que "la tecnología subyacente, los servicios asociados, los modelos de negocio y la infraestructura que la rodean están en desarrollo". El éxito de Hyperloop y su impacto en la sociedad, por tanto, "variará según la evolución de la tecnología, la regulación, la economía del proyecto y las geografías en las que se implementará".