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Probamos el iPhone 12 mini de Apple: años esperando algo así, pero el amor es imposible
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Probamos el iPhone 12 mini de Apple: años esperando algo así, pero el amor es imposible

Hoy salen a la venta dos nuevos modelos. Un modelo compacto y otro con la pantalla más grande y la cámara más completa que jamás ha calzado un iPhone. Pero tienen letra pequeña

Foto: Foto: El Confidencial.
Foto: El Confidencial.

Partamos de una premisa clara. El que quiere un iPhone se lo acaba comprando tarde o temprano. A plazos, a tocateja o con un matrimonio de conveniencia de 24 o 36 meses con el operador de turno. El palo es el mismo, pero viene con la anestesia de pagarlo poco a poco en la factura. En la mayoría de casos ya se le puede decir que está maldito y que en 14 días va a empezar a ser víctima de mal de ojo, que no se pliega en sus intenciones. El gran obstáculo, la gran barrera de entrada, siempre ha sido el precio, especialmente tras la escalada del mercado en el último lustro. Pero hasta Apple necesita vender más y no solo más caro. Por eso en Cupertino hicieron ese movimiento de lanzar un modelo Pro y otro más modesto (primero el Xr y luego llegó el iPhone 11 a secas).

Foto: Foto: El Confidencial.

La cosa les funcionó. Estos 'smartphones', en absolutos 'low cost', han sido los más vendidos del mundo en sus años de estreno. Ahora pretenden acometer una nueva ampliación de catálogo, pero jugando con los tamaños. Hoy llegan a las tiendas el iPhone 12 mini y el iPhone 12 Pro Max. Hace dos semanas llegaron el iPhone 12 y el iPhone 12 Pro, que eran propuestas en línea con lo que se vio el año pasado. Sin embargo estos modelos traen algunas novedades más llamativas. El primero destaca por su cuerpo compacto, 5,4 pulgadas.

El segundo por todo lo contrario: tiene la pantalla más grande que haya montado un móvil, al alcanzar las 6,7. Este último, además, monta la cámara más ambiciosa que jamás hemos visto en un iPhone. Lo es porque lo han equipado con un sensor más luminoso, un 'zoom' óptico de 2,5 aumentos en lugar de dos, así como un nuevo sistema de estabilización. Los hemos podido probar antes de su puesta en circulación y esto es lo bueno, lo malo, lo mejor y lo peor que tienes que tener en cuenta antes de comprarte uno.

Los móviles pequeños y potentes han sido lenta pero inexorablemente apartados por la industria. Desde que Sony abandonó sus Xperia Compact, nadie había apostado por terminales de alta gama realmente compactos. Era algo relegado para terminales de saldo. Muy baratos y con prestaciones muy cortitas. Cuando hablamos de medidas, el mínimo común parece haber quedado establecido en torno a las 6 pulgadas, casi siempre por encima. El iPhone 11 Pro, era una honrosa excepción y estaba en 5,8. Ahora su sucesor ha sido hormonado hasta los 6,1 (mismo tallaje que el iPhone 12 a secas), una decisión que obedece a la necesidad de hacerle hueco a este formato 'mini'.

Muchos dirán que si no se hacen estos formatos es porque la gente pide otras cosas. Que no se venden. No voy a ser yo quien lleve la contraria a los estudios de mercado, pero lo cierto es que había un público huérfano y es innegable. Si lo piensan seguro que se acuerdan algún momento que han sentido o que les han dicho eso de "que no se hacen móviles pequeños". El 2020 ha sido un buen año (es difícil leer esto muy a menudo) para esos que añoran un teléfono de los que entran en la mano o no se desprenden del suyo por eso.

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Si estás detrás de un iPhone o cualquier otro móvil, puedes mandarnos tus dudas a teknautas@elconfidencial.com y te responderemos cuando sea posible.

En mayo llegó el iPhone SE. Traía un procesador de última generación (el A13), un diseño viejo (el del iPhone 8), una cámara única pero muy decente y una pantalla normalita. Todo empaquetado a un precio de poco más de 400 euros. Es la puerta de entrada más barata al universo Apple. Un móvil de gama media al fin y al cabo pensado para los que lo único que les importa es seguir en iOS y estaban alargando los años de servicio de su iPhone 6 o su 6s.

Ahora, por prácticamente el doble, llega un iPhone 12 con la coletilla Mini. Puede parecer un coste desorbitado (más de 800 euros). Depende de los ojos con lo que lo mires. Si lo mides con la escala Apple no tanto. Es el debate estéril de siempre. Aquí también hay dos Españas: la que se lleva las manos a la cabeza y la que no paga lo que sea por un aparato móvil. Yo soy de los equidistantes: cada uno con su pasta que haga lo que quiera.

placeholder El iPhone 12 Pro Max (6,7), el iPhone 12 Pro (6,1 como el iPhone 12) y el Mini (5,4).
El iPhone 12 Pro Max (6,7), el iPhone 12 Pro (6,1 como el iPhone 12) y el Mini (5,4).

Este iPhone 12 Mini ofrece 5,4 pulgadas de pantalla. Son 0,7 menos que el iPhone 12 y el iPhone 12 Pro y son 0,6 más que el iPhone SE. Sin embargo, tiene unas dimensiones corportales idénticas a las del SE. ¿Cómo lo logran? Pues haciendo uso de los marcos reducidos, prescindiendo de Touch ID y cambiándolo por Face ID. Es realmente cómodo de manejar con una mano. Y hay suficiente espacio para leer, ver vídeos y jugar. No está tan encajonado como si se siente en el iPhone SE. Lo más cómodo, alcanzar toda la pantalla fácilmente sin tener que echar la otra. Y es ligero. Muy ligero. De grosor no va mal. Cabe en los bolsillos del vaquero perfectamente. Por mucho que los pantalones sean 'ultra strech slim fit'.

El armazón, en lo que se refiere a elementos y material, es igual al del iPhone 12. Solo cambiar el tamaño. Ocurre lo mismo con casi todos los campos, con la cámara doble de la parte trasera, la de selfis, el vídeo, el sonido, el procesador A14 y el 5G. El Magsafe también funciona aquí, aunque el cargador inalámbrico alcanza menos potencia en este caso (12W).

No se puede tener todo

El gran peaje es la batería. Es lo que echará a muchos para atrás, como es mi caso. La mochila energética está limitada por el molde. No se puede tener todo. Medir 1,90, estar mazado, musculado y encima que la báscula arroje la cifra de 70 kilos. Es imposible lo mires por donde lo mires. Aquí lo mismo. La reducción de las medidas no es lo único que afecta. También el salto al 5G. Se sabía que esto iba a disparar la factura de la luz. Es algo que adolece toda la nueva generación de una manera u otra. Además, el módem utilizado es el x50 y no el x55. ¿Qué problema hay? Que es menos eficiente.

A esta ecuación hay que sumarle un tercer elemento: el salto en la pantalla. Tanto el Xr como el 11 montaban un panel Liquid Retina, de menor resolución. Ahora se ha dado el salto a una OLED XDR de 1080 x 2340. Prácticamente es la misma en toda la nueva familia, salvo unas ligeras diferencias en el brillo y la densidad. Son de las mejores pantallas que puedes encontrarte en el mercado en color y desempeño. Cierto es que le falta la tasa de refresco de 90 o 120Hz, pero hubiese sido otra penalización para la bateria. Pero me produce una sensación encontrada. ¿Por qué? Creo que aquí no hubiese sido ninguna locura optar por un panel Liquid Retina a cambio de ganar un tanto por ciento extra de autonomía.

No puedes estar musculado, medir 2 m y pesar 70 k. Pues con el iPhone 12 Mini, pasa lo mismo

¿Es tanto drama? En mi caso el amor es imposible, a pesar de que el formato me encanta. Otros no lo verán así. Pero hazte a la idea de que si eres de los que no sueltas el móvil en todo el día vas a tener que enchufarlo en algún momento. Sí o sí.

El primer que pude probarlo me puse a medir la batería eran las 9 de la mañana. Tenía un 58%. Tenía activada la opción para que fuese 'enchufándose' a redes 4G y 5G según estuviesen disponibles. Música, cámara, webs, WhatsApp, llamadas, alguna partida rápida... Tres horas más tarde se había zampado un 33%. Una hora después ya me había saltado la lucecita de la reserva, avisando que el modo ahorro había empezado a funcionar al quedar menos de un quinto de gasolina. Antes de irme a comer tuve que conectarlo a la corriente que estaba temblando.

El segundo día salí a las nueve de la mañana. Al 100% de su capacidad. El objetivo primordial era pasar toda la jornada lejos del enchufe. Sobre las 19.00 de la tarde entraba por la puerta de casa. Llegué con un 11%. Es como quien mete un triple a 3 segundos del final. Si llego a alargar un poco más el tiempo en el trabajo o hubiese ido al tercer tiempo a tomarme unas cañas hubiese pinchado. Pero con muchas estrecheces. Brillo a nivel bajo, solo redes 4G y controlando otros aspectos, además de activar el modo ahorro mucho antes. El chicle lo puedes estirar, pero me da la sensación, en mi caso, que es tener que estar con demasiado tiento.

placeholder El iPhone 12 Mini, mismo diseño frontal. (Foto: M. Mcloughlin)
El iPhone 12 Mini, mismo diseño frontal. (Foto: M. Mcloughlin)


No es para cualquiera

¿Merece la pena comprarlo? Vaya por delante que es el móvil 5G más compacto y pequeño que vas a encontrar. Mi experiencia es la de una persona intensa. Necesito algo más decuatro o cinco horas de pantalla activa. Donde yo veo un problema, quizás otros no tanto. Lo de la autonomía depende de dos factores. El primero, el uso que le des al móvil. Si le metes zapatilla cuenta con tener que enchufarlo en algún momento. El segundo, el móvil del que vengas. Si este iPhone es el remplazo a un iPhone de 2019 o de 2018 lo vas a notar. Si vienes de un X, un iPhone 8 o algún modelo anterior no te parecerá un paso atrás.

Es decir, este iPhone 12 Mini te da muchas características punteras del 2020 pero con una autonomía que era buena en 2017 pero que ahora puede resultar para muchos algo escasa como el que firma estas líneas. Hablamos de unas cuatro horas y media de pantalla. No hay que obviar que si hay algo bueno que ha traído la loca carrera por los formatos grandes ha sido la posibilidad de calzar 'pilas' de mayor tamaño. No es menos cierto que el iPhone 12 Mini, a cambio de esa renuncia, te da algo realmente único: un tamaño compacto.

El precio de salida es de 809 euros. El mayor problema, como siempre, es que la memoria base es corta a todas luces por estos precios. Se puede vivir, sí. Teniendo en cuenta que no se pueden utilizar tarjetas externas, tener el doble es lo más recomendado de cara a que envejezca bien.

Dar almacenamiento extra en iCloud (de la misma manera que regalas Arcade durante unos meses) podría ser un gesto de deferencia que muchos agradeceríamos. Es de ley también decir que esa tacañería ha sido aceptada por el público. Acabará pasando por alto todo el asunto del cargador por mucho revuelo que se haya formado y la competencia le seguirá. La clave de la decisión de compra está en las expectativas que tengas. La gran pregunta que te debes contestar es si puedes pasar el día con esas 4 o 5 horas de pantalla. Si es suficiente, adelante. En mi caso, es cuasi imposible. Si necesitas un pico más el iPhone 12 es una gran compra. Si quieres algo más barato y el 5G te da igual, el iPhone 11 es la compra.

¿Sabes apreciar la cámara del Max?

Con el iPhone 12 Pro Max la situación es completamente diferente. Es el móvil más grande que jamás ha creado Apple con sus 6,7 pulgadas. Viene con la cámara más ambiciosa que ha salido de los fogones de Cupertino y eso es bastante decir, que siempre están entre las candidatas a llevarse el trono anual. En vídeo, por ejemplo, no tiene rival, a pesar de la mejora notable de competidores como Huawei en este aspecto. Si quitamos el tamaño y la cámara, comparte el resto de elementos con el 12 Pro. Igual que ocurre con el iPhone 12 y el 12 Mini. Tenemos mismos materiales, mismo procesador, misma RAM (en este caso 6GB), mismo sonido....

El punto al que vamos a prestarle atención es a la cámara. Comparten la misma estructura inicial. Gran angular, telefoto, ultra gran angular y el LIDAR. Pero hay ciertos matices en esas piezas que le dan vida. El ultra gran angular y el LIDAR (sensor de profundidad) es el mismo que tenemos en el resto de los teléfonos de este año. No merece la pena hacer observaciones a este respecto, más allá de las que hicimos ya en la 'review' del iPhone 12 Pro que publicamos hace unos días.

Las mejoras del Max son palpables en foto y vídeo. Otra cosa es que todos lo valoren en su medida

Una de las mejoras concierne al zoom óptico que incluye este iPhone 12 Pro Max. Por resumir, el zoom óptico es el que se hace mediante 'hardware' y el que no se limita a hacer un recorte de la imagen, que es lo que ocurre en los teléfonos que no tienen una lente dedicada. En este caso, el 12 Pro Max ofrece 2,5 aumentos de este tipo en lugar de los 2 del iPhone. Sin embargo, tenemos una apertura menor. El iPhone 12 Pro maneja f/2.0 y en el Pro Max f/2.2 (cuanto más alta es esta cifra es 'peor' porque menor apertura de diafragma tenemos menos posibilidades de jugar con el desenfoque y la profundidad de campo).

¿En qué se traduce esto? Pues básicamente que cuando tenemos buena luz podremos jugar más con las fotos a distancia, pero cuando estemos en escenarios más oscuros puede mostrar ruido algo más rápidamente al tirar de esta cámara.

Nos permitirá alcanzar 12 aumentos digitales en lugar de diez, el máximo del modelo Pro, aunque en ambos casos tendremos un precioso óleo si lo exprimimos al máximo. ¿Merece la pena? Particularmente soy bastante cauteloso a la hora de recomendar un zoom óptico. Yo si le saco partido, pero muchos se manejan con el digital perfectamente. Pues imagen esa disyuntiva aplicada a una diferencia de tan solo 0,5 aumentos extra. No me parece un argumento tan de peso para decantar la balanza por si solo en el cuerpo a cuerpo con el 12 Pro.

Las diferencias son menos sutiles cuando hablamos del sensor principal. El gran angular que monta este iPhone 12 Pro Max es un 47% más grande. Los pixeles son de 1,7 micras, en lugar de las 1,4 del modelo de 6,1 pulgadas. Esto sirve para capturar más luz. ¿Se nota? Se nota. El mejor ejemplo es el modo nocturno. Aparece mucho menos. Y cuando lo hace necesita menos tiempo de exposición (un segundo versus tres es lo más habitual que me he encontrado). Si disparamos sin este asistente y nos fijamos, podemos encontrar ciertas mejoras, pero lo cierto es que el procesamiento que hace cada iPhone reduce esta brecha. Cuando nos referimos a la fotografía diurna no hay cambios radicales. Sí hay algo que destacar es que el modelo Max logra quizás un color más neutral y equilibrado.

placeholder iPhone 12 Pro Max. (Foto: M. Mcloughlin)
iPhone 12 Pro Max. (Foto: M. Mcloughlin)

GALERÍA: LAS CÁMARAS DE LOS NUEVOS IPHONE, A PRUEBA

La última gran mejora es un nuevo sistema de estabilización óptica, que realiza 5.000 microajustes para minimizar las vibraciones. A la hora de grabar vídeo se reducen aún más los movimientos que afean la grabación y muchas veces la hace inservible. Parece que se esté utilizando un 'gimbal'. Pero es de ley decir que la estabilización del iPhone 12 Pro ya hacía milagros tratándose de un terminal móvil. Si conjugas todo entiendes porque la del 12 Pro Max es la cámara más hormona que ha salido de la cadena de producción de la manzana.

Es sobresaliente. La historia es que si merece la pena pagar el pico extra por una cámara de 9.5 (en la escala Apple), cuando puedes tener una de 9 (comparten la grabación en Dolby Vision, en otras cosas) si no vas a ser capaz de disfrutar y paladear esas diferencias. No creo, a excepción de casos muy muy concretos, merezca el desembolso extra (100 euros más por la versión base que parte de 1.259 euros) pensando únicamente en este apartado.

Si vienes un de un iPhone 7 Plus o un iPhone 8 Plus, un iPhone 12 Pro Max te va a encajar por tamaño

Otra cosa es que te interese también tener una pantalla realmente grande. 6,7 pulgadas. Es grande. Muy grande. No me quiero imaginar la experiencia de gozar de esa pantalla para leer, navegar o ver vídeos si ya le hubiesen quitado el 'notch'. La queja que muchos tendrán de nuevo la de los 60hz. A este precio debería ofrecerlo, aunque también que hubiese lastrado una batería, que aquí alcanza un gran nivel.

Es probable que dudes si te va a ir grande o se va a ajustar a lo que buscas. Creo que es conveniente tocarlo y sentirlo en la tienda si tienes dudas, pero eso en tiempo de covid no siempre es posible. La referencia que puedes utilizar es si has tenido alguna vez en iPhone Plus o un modelo Max de anteriores años. Si te encajaban aquellos, este lo hará. Además, con ciertas mejoras en aspectos de grosor y peso. Apple fue (y sigue siendo) una cuestión de precio durante mucho tiempo, pero ahora más que nunca de gustos. Dicho esto, creo que un año más el iPhone 12, a secas, tiene las papeletas para ser el que más venda de su generación, ya que vuelve a ser (a pesar del incremento de precio) el más equilibrado. No hay que olvidar que el Pro Max parte de 1259 euros y su versión más contenida, el iPhone 12 Pro, de 1.159 euros.

Partamos de una premisa clara. El que quiere un iPhone se lo acaba comprando tarde o temprano. A plazos, a tocateja o con un matrimonio de conveniencia de 24 o 36 meses con el operador de turno. El palo es el mismo, pero viene con la anestesia de pagarlo poco a poco en la factura. En la mayoría de casos ya se le puede decir que está maldito y que en 14 días va a empezar a ser víctima de mal de ojo, que no se pliega en sus intenciones. El gran obstáculo, la gran barrera de entrada, siempre ha sido el precio, especialmente tras la escalada del mercado en el último lustro. Pero hasta Apple necesita vender más y no solo más caro. Por eso en Cupertino hicieron ese movimiento de lanzar un modelo Pro y otro más modesto (primero el Xr y luego llegó el iPhone 11 a secas).

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