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Un sistema antimisil autóctono: el plan de España para armar sus buques desprotegidos
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BARRERS DEFENSIVAS

Un sistema antimisil autóctono: el plan de España para armar sus buques desprotegidos

Ante la amenaza de misiles enemigos, los buques de guerra disponen de varias barreras defensivas y una de las más importantes es la defensa cercana o

Foto: Lanzamiento del un misil RAM a bordo del portaaviones USS Theodore Roosevelt (US NAVY)
Lanzamiento del un misil RAM a bordo del portaaviones USS Theodore Roosevelt (US NAVY)

Ante la amenaza de misiles enemigos, los buques de guerra disponen de varias barreras defensivas y una de las más importantes es la defensa cercana o ‘defensa de punto’. La amenaza del misil siempre ha existido y ahora, lejos de estar reservada a entornos de guerra convencional, está presente en la guerra asimétrica y el riesgo es elevado para buques que operan en zonas tan peligrosas como las aguas somalíes, donde la Armada española mantiene unidades de forma permanente. Todas ellas, sin embargo, carecen de esta ‘defensa de punto’, una asignatura pendiente que ahora podría tener una buena solución nacional.

Contra los misiles antibuque hay dos formas de defensa: o se les engaña o se les destruye. Engañar al misil no es fácil y requiere identificar el tipo así como su modo de guiado. Si es mediante radar, se utilizarán lanzadores de ‘chaff’, paquetes que despliegan una nube de tiras o partículas de aluminio y que, o bien generan falsos blancos o bien ocultan el buque. Si el guiado es por infrarrojos (calor) se lanzarán ‘flares’ o bengalas, que generan intensos focos de calor que pueden hacer que el misil se desvíe.

Destruirlo es lo que se denomina ‘hard kill’ y se hace de lejos con misiles antiaéreos o de cerca con sistemas antimisil, que constituyen la ‘defensa de punto’, última defensa del buque. Es pues un tema crucial en todas las armadas del mundo e imprescindible para todos sus buques de guerra de un mínimo porte.

¿Qué es la ‘defensa de punto’?

Se habla de ‘defensa de punto’ en contraposición al concepto de ‘defensa de zona’. Ésta última es una defensa en profundidad en la que se combatiría un misil enemigo desde lejos y donde no solo se defiende el propio buque lanzador, sino que se protege a otras unidades de la flota. La ‘defensa de punto’, en cambio, es una defensa cercana, propia de cada buque contra un misil que se dirige contra él mismo.

Para esta defensa cercana lo más corriente es utilizar los denominados CIWS (Close-in Weapon System) que consisten en lanzadores de misiles ligeros o cañones de pequeño calibre y alta cadencia de tiro. En los grandes buques de las marinas más potentes suele existir una combinación de ambos tipos, donde el misil aporta rapidez de reacción y precisión y el cañón economía y versatilidad, pudiendo ser utilizado contra pequeñas embarcaciones en acciones de guerra asimétrica.

placeholder Fragata Navarra. Encima del hangar se encuentra el montaje Meroka (Juanjo Fernández)
Fragata Navarra. Encima del hangar se encuentra el montaje Meroka (Juanjo Fernández)

Por ejemplo, nuestras fragatas F-100 disponen de una extraordinaria capacidad para defensa de zona, gracias al sistema AEGIS y a sus misiles ESSM (Evolved Sea Sparrow Misile) y Standard SM-2, que permiten atacar con muy altas posibilidades de éxito al misil entrante. Sin embargo, ante un ataque de saturación (lanzamiento masivo) o uno muy cercano (acción terrorista), los misiles que consiguieran pasar deberían ser abatidos por la ‘defensa de punto’ del buque y, en este capítulo, se podría decir que la defensa cercana de la unidad más moderna (F-105) es escasa pues solo cuenta con dos cañones de operación remota Mk-38 de 25mm, pero en las otras cuatro es prácticamente nula, ya que tan solo disponen cada una de dos piezas Oerlikon de 20mm y tiro manual.

Sistemas CIWS

Respecto a misiles, se emplean pequeños ingenios de corto alcance como los norteamericanos RIM-116 RAM (Rolling Airframe Missile), basado en el conocido Sidewinder, y el más moderno y avanzado Sea RAM, que combina el montaje y radares del Phalanx con un lanzador de 11 misiles RAM. Del mismo tipo tenemos también el Barak-1 israelí, el SADRAL / SIMBAD franceses con misiles Mistral o el HQ-10 chino y su versión de exportación, FL-3000N, que utilizan misiles de corto alcance.

placeholder Montaje Sentinel instalado en la fragata Reina Sofía (EME)
Montaje Sentinel instalado en la fragata Reina Sofía (EME)

En cuanto a los sistemas de artillería, lo más común es que utilicen un cañón multitubo de tiro rápido que coloque una gran cantidad de proyectiles en las inmediaciones o en la trayectoria del misil enemigo. Lo ideal es que funcionen de forma autónoma y dispongan de su propio radar de tiro, aunque estén integrados en el sistema de combate del buque.

Los modelos actuales más conocidos y eficaces son el norteamericano Phalanx y el ruso Pantsir M. El americano es un sofisticado CIWS que consiste en un montaje que incluye el cañón Vulcan de 6 tubos y 20mm y dos radares, uno de búsqueda y otro de seguimiento. El primero, situado en su característico radomo blanco, se encarga de localizar los posibles objetivos. Una vez localizado y designado como ‘hostil’, es fijado por el radar de seguimiento (situado bajo el cañón) que dirige el tiro. Es un arma muy eficaz y extendida, en uso por 21 países.

El Pantsir M es la versión naval del sistema antiaéreo del mismo nombre. Consiste en un montaje mixto que integra 2 cañones y 8 misiles. Los misiles son del tipo 57E6 / Hermes-K y los cañones son los AO-18KD de 30mm y 6 tubos. Aunque la versión naval de momento solo la utiliza Rusia, la terrestre está muy extendida y goza de muy buen prestigio. Otros equipos equivalentes serían el Goalkeeper holandés, que monta el mortífero cañón de 30mm GAU-8 Avenger (el mismo que el avión A-10), el Type 730 chino, con un cañón de 30mm y 7 tubos, el Ak-630 ruso, con un cañón de 30mm y 6 tubos y el Dardo italiano, con dos cañones gemelos de 40mm.

Se intentó con el Meroka

En España ya se diseñó un arma para este cometido: el Meroka. Se trataba de un diseño original, pues mientras otros utilizan cañones rotatorios, el Meroka adoptaba una disposición de 12 cañones Oerlikon de 20mm que disparaban en salvas. Se buscaba una dispersión del tiro que ampliara el área de impacto probable, en lugar de tiro de precisión. Algo así como un ‘efecto perdigonada’. Sin embargo, aunque la idea era buena, nunca funcionó como se esperaba. Resultó muy delicado con la munición y ésta debía ser de muy alta calidad, produciéndose interrupciones de manera habitual. También era muy exigente en mantenimiento, por lo que se dejó de instalar a partir de las F-80, que tampoco lo utilizan.

Así, que buques como el Galicia (con 22 años de edad) y el Castilla (con 20) dispongan de “reserva de peso y espacio” para un futuro equipo CIWS, eufemismo de ‘está previsto pero no ha habido dinero para instalarlo’, no es de recibo cuando, por ejemplo, sus buques gemelos holandeses de la clase ‘Rotterdam’ tienen cada uno 2 montajes Goalkeeper de 30mm. Y lo mismo se podría decir del LHD Juan Carlos I, carente de armas defensivas, o de cualquier otro buque de la Armada.

placeholder Propuestas de la empresa Escribano para un sistema CIWS. A la izquierda SENTINEL 25 RFG y a la derecha SENTINEL TAO con 4 misiles IGLA. (EME)
Propuestas de la empresa Escribano para un sistema CIWS. A la izquierda SENTINEL 25 RFG y a la derecha SENTINEL TAO con 4 misiles IGLA. (EME)

Solución autóctona

La solución, sin embargo, podría venir de la industria nacional y de la empresa Escribano M&E, una industria que se ha caracterizado por su innovación, calidad de sus productos y agilidad de respuesta. Esta empresa fabrica montajes defensivos con armas de pequeño calibre, Guardian, para uso en vehículos terrestres (entre ellos el famoso 8x8 Dragón) y también una versión de los mismos para uso naval, Sentinel, que ya ha sido adquirido por la marina de Perú. Igualmente está ofreciendo diversos tipos de conjuntos electroópticos, entre los que destaca su modelo OTEOS.

Con esta base, la empresa está trabajando en un sistema que podría dotar a los buques de la Armada de un CIWS a un coste reducido, comparado con modelos existentes como el Phalanx, que puede salir por más de 6 millones de dólares. Escribano propone el Sentinel 25 RFG, basado en el pedestal del Sentinel (ventaja de la comunalidad) y con un conjunto electroóptico ubicado en el propio montaje, con cámara térmica, cámara diurna (hasta 12.000 metros de detección) y telémetro láser con alcance de 8 km y que funcionaría integrado con el IRST (infra-red search and track) OTEOS, que dispone de elementos similares pero de muy superior alcance.

Como armamento, la empresa propone a corto plazo (para la primera mitad de 2022) la utilización del cañón rotatorio GAU-12/U de 25mm y 5 tubos, el mismo cañón que utilizan los aviones Harrier de la Armada, o el más moderno cañón GAU-22/A de 25mm y 4 tubos. A más largo plazo (principios de 2023) la propuesta sería la estación Sentinel TAO, con la integración en el mismo pedestal del cañón (GAU-22/A sería lo normal) con un lanzador de misiles, que podrían ser 4 IGLA (misil ligero de origen ruso) pensando en exportaciones o bien 2 misiles Mistral, de origen francés y ya en servicio en España, que aquí sería la alternativa lógica.

placeholder Montaje SENTINEL a bordo del buque Pisco, de la Marina del Perú, en pruebas de fuego. (EME)
Montaje SENTINEL a bordo del buque Pisco, de la Marina del Perú, en pruebas de fuego. (EME)

La opción con cañón, además, podría constituir una defensa muy interesante contra amenazas asimétricas de superficie, pero la opción con misil es mucho más adecuada como arma antimisil, dado su superior alcance y precisión, pero sobre todo por su mucho mayor velocidad de reacción. Los montajes Sentinel están funcionando bien. Ahora mismo la fragata Reina Sofía, de misión en Somalia, tiene instalados dos Sentinel con ametralladoras de 12,7mm y está probando el OTEOS, con resultados muy satisfactorios.

Buena alternativa con ventajas e inconvenientes

La solución de Escribano presenta tres ventajas fundamentales: coste reducido, algo crucial pues la Armada necesitaría adquirir muchos equipos como este. Funcionamiento ‘stand alone’, es decir, sin integrarse en el sistema de combate del buque para detección y seguimiento de amenazas, lo que supone mucho menor coste y permitiría su fácil instalación en buques sin sistema de combate antiaéreo, como son los BAM, los LPD clase ‘Galicia’ e incluso el Cantabria y Patiño. Por último, sería un producto fabricado en España y con mantenimiento local.

Tampoco es la respuesta ideal y no se puede comparar en capacidades con montajes como el Phalanx o el Sea RAM, pero puede ser el camino de futuros y mejores desarrollos. La solución es innovadora y tiene sus riesgos. Como no es capaz de funcionar en modo autónomo (como el Phalanx), requiere que un operador seleccione el blanco a seguir y destruir. Sin un sensor de detección automático (que podría ser del tipo IR) se penalizan los tiempos de reacción, sobre todo ante un ataque inesperado y también a la hora de enfrentarse a objetivos múltiples, aunque es cierto que éste sería un escenario harto improbable.

placeholder Pantsir M (RussianArms)
Pantsir M (RussianArms)

Como conclusión, la amenaza de un misil no se circunscribe a acciones de guerra convencional. El 16 de julio de 2015, militantes del autodenominado ‘Estado Islámico’ que operaban en el Sinaí, lanzaron un misil guiado contra un patrullero egipcio, que se incendió. Ya no se trata tan solo de interceptar costosos y sofisticados misiles antibuque ‘rozaolas’. La amenaza puede venir desde la costa, a corta distancia y con poco margen de reacción.

La Armada española es la única del mundo que tiene sus buques principales sin esta protección cercana. La amenaza es real e incluso probable y existe, por ejemplo, cada vez que uno de nuestros buques va a aguas somalíes y atraviesa el estrecho de Bab el-Mandeb. Allí los rebeldes Hutíes (apoyados por Irán) es sabido que disponen de misiles y cualquier día pueden dar un disgusto. Dotar a todos los buques, desde los BAM hasta el Juan Carlos I, con un sistema de este tipo no es un capricho ni una frivolidad, es algo necesario e imprescindible.

Ante la amenaza de misiles enemigos, los buques de guerra disponen de varias barreras defensivas y una de las más importantes es la defensa cercana o ‘defensa de punto’. La amenaza del misil siempre ha existido y ahora, lejos de estar reservada a entornos de guerra convencional, está presente en la guerra asimétrica y el riesgo es elevado para buques que operan en zonas tan peligrosas como las aguas somalíes, donde la Armada española mantiene unidades de forma permanente. Todas ellas, sin embargo, carecen de esta ‘defensa de punto’, una asignatura pendiente que ahora podría tener una buena solución nacional.

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