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EEUU, contra los monopolios de Silicon Valley: el pulso que va a cambiarlo todo
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Cuatro letras lo abarcan todo: GAFA

EEUU, contra los monopolios de Silicon Valley: el pulso que va a cambiarlo todo

La demanda contra el buscador Google por supuesto monopolio reaviva el debate de la necesidad de atar en corto a los gigantes de Silicon Valley, donde cada decisión tiene un efecto mundial

Foto: Imagen: El Confidencial.
Imagen: El Confidencial.

*Bienvenidos a ThinkTek, nuestra serie de artículos de análisis sobre los grandes temas tecnológicos del momento. En esta primera serie, desciframos las claves sobre la guerra contra Google, Amazon, Facebook y Apple, los todopoderosos GAFA, acusados de monopolio y prácticas abusivas. En las próximas semanas, publicaremos nuevas entregas con análisis, datos y entrevistas para que, en un único lugar, encuentres todo lo que necesitas saber.

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Si un país como Japón, la tercera economía del mundo, quisiese comprar Google, Amazon, Facebook y Apple a 'tocajeta', tendría que aportar todo su PIB del pasado año y un pico del anterior. Estas cuatro tecnológicas, conocidas como GAFA, valen conjuntamente, según su cotización en los mercados, cinco billones largos de dólares. Una cifra muy superior al PIB de otras naciones como Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia, Rusia y, por supuesto, España. Tener esto bajo la bandera de barras y estrellas debería ser para Estados Unidos un motivo para sacar pecho y orgullo patrio, pero se ha convertido en un dolor de cabeza doméstico de difícil solución.

El inmenso valor que han alcanzado los GAFA es solo un síntoma más de cómo en la última década la élite de Silicon Valley se ha convertido en un 'lobby' de alcance mundial, transformándose en una suerte de agujero negro para la libre competencia en la industria tecnológica. ¿Cómo? Al concentrar tanta capacidad económica y técnica, tienen la posibilidad de borrar a cualquier competidor emergente, bien tirando de chequera y fagocitándolo tras pagar auténticas millonadas por una 'startup' o, si se niegan a vender, imitando su desarrollo y colocándolo en un lugar privilegiado gracias al control del mercado que tienen. Además, existe el miedo de que decidan, con este músculo financiero, abordar otros gremios y hacerse con ellos.

Ahora, Washington ha movido ficha con una demanda judicial por monopolio contra Google por parte del Departamento de Justicia, un movimiento inédito desde la década de los noventa, cuando se acusó (y posteriormente condenó) por ese motivo a Microsoft. El movimiento llega después de siete años de inacción. Ese es el tiempo que ha pasado desde que las autoridades yanquis intentaron escrutar la compañía por razones similares, aunque dieron carpetazo al asunto sin pruebas.

"Monopolios como las petroleras"

Pero antes de que se pusiese esta demanda sobre la mesa, el asunto ya estaba en primera línea de fuego. En julio, una comisión bipartita del Congreso citó a los máximos dirigentes de estas compañías, como gran colofón de una investigación que había arrancado un año antes. Tres meses después, a principios de octubre, publicaban un informe demoledor en el que acusaban sin ambages a todos ellos de caer en prácticas monopolísticas y de abuso de posición dominante en sus respectivos mercados. "Tienen demasiado poder, que debe ser controlado y sujeto a una vigilancia y aplicación apropiadas", reza el documento, que afirmaba con rotundidad que estas compañías habían pasado de nacer como 'startups' a ser "monopolios que se vieron por última vez en la era de los magnates del ferrocarril y el petróleo".

"Uno de los problemas es que no se ajustan al tradicional concepto de monopolio, en el sentido de que no fijan precios abusivos para el público, sino que muchos de los servicios cuestionados se ofrecen gratuitamente, como pueden ser los propios Google y Facebook", analiza Paloma Llaneza, abogada experta en nuevas tecnologías y autora de 'Datanomics'. "Se han juntado dos factores para llegar a esta situación: la inacción de los reguladores y esa laguna legal".

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Foto: EFE.

"Muchos perciben que la enormidad que han alcanzado estas empresas está condicionando el ecosistema emprendedor en Silicon Valley y otros lugares del mundo. Las 'startups' que surgen no lo hacen tanto con el espíritu de ser grandes empresas en sí mismas, sino que parecen más orientadas a evolucionar hasta ser del interés de una multinacional", opina César Córcoles, experto en nuevas tecnologías y profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, que piensa que si se "hubiese empezado a regular" cuando Google pagó 1.000 millones de dólares por YouTube en 2006, quizá no se hubiese llegado a esta situación.

Las 450 páginas que conforman el trabajo de investigación de los reguladores son contundentes. Sostienen que los GAFA han apuntalado su poder aplicando tarifas abusivas a otras compañías, obligando a pequeños comercios a firmar "contratos" abusivos o ejecutando compras "agresivas" de posibles rivales. Vamos, que ese mito de una 'startup' que nace en un garaje y se convierte en un gigante de éxito difícilmente puede volver a suceder, ya que es probable que aparezca un peso pesado, tire de talonario y acabe integrando esa atrevida empresa, bien para aprovechar su tecnología o para dejarla en un cajón. "Y si no se prestan a ello, las copian y las acaban marginando en el mercado. Ahí está el ejemplo de Snapchat y Facebook", argumenta Llaneza.

Todos los caminos conducen a Google

De todos los GAFA, Google es la empresa que está en una posición más delicada tras la mentada demanda. En el informe del Congreso es a la investigada que más páginas se le dedican. Le acusan de tener "el monopolio de los mercados de búsqueda 'online", así como de la publicidad basada en esa información, que consigue gracias a su motor de búsqueda y su 'suite' de aplicaciones y servicios, priorizándolos sobre las opciones de terceros.

Piénselo. Si tiene un móvil Android, al configurarlo, se habrá encontrado con un buen puñado de aplicaciones de Google ya instaladas y listas para usar con la cuenta de Gmail que le piden. Cuando no podían hacerlo, como en el caso de los iPhone, cerraban acuerdos millonarios con Apple para que Google fuese el buscador. Toda esta situación, según el Departamento de Justica, hace que los rivales "no tengan una oportunidad real" de competir con ellos. Es decir, la cuestión es que no solo venden la publicidad, sino que controlan canales esenciales para este negocio, como sistemas operativos o navegadores. En resumen, son juez y parte, como quedó demostrado cuando anunciaron que acabarían con las 'cookies' en Chrome.

La compañía no tardó en responder a las acusaciones. "Las personas utilizan Google porque eligen hacerlo, no porque se vean forzadas o porque no existan otras alternativas”, publicaba Kent Walker, vicepresidente sénior de Asuntos Globales, quien decía que la demanda era "tremendamente errónea". Este ejecutivo añadía que, en caso de prosperar la iniciativa, esta "apoyará artificialmente alternativas de búsqueda de menor calidad, aumentará los precios de los móviles y dificultará la obtención de los servicios de búsqueda que las personas desean utilizar”.

"Es cierto que si han llegado hasta ese dominio no solo es por prácticas dudosas, que las hay, sino porque aportan algo, nos hacen la vida más cómoda", recuerda Córcoles. "Es muy difícil, cuando aparece cualquier nueva tecnología, darse cuenta de sus amenazas", añade. Un ejemplo práctico al que se suele recurrir en los círculos especializados para explicar esta situación: el tráfico rodado es un problema ecológico y de salud de primer nivel en grandes urbes. Pero si en su día los vehículos a combustión no hubiesen entrado en lugares como Nueva York para ocuparse del transporte de personas y suministros, y todo se hiciese en carros de caballos, los excrementos llegarían al tercer piso. "Era imposible verlo venir".

"No les ha quedado otra que tomar la vía judicial, porque se les ha ido de las manos", comenta Alberto de Torres, CEO de la consultora tecnológica Nektiu y docente de ESIC. "Todo el problema tiene su origen en la filosofía de Silicon Valley. Como el objetivo era crear el centro de la innovación mundial, en su momento se entendió que no hacían falta normas especificas". Esa falta de límites, que en otras industrias sí existían, permitió que estas empresas engordasen a una velocidad pasmosa, tanto de forma "orgánica como inórgánica": "Sumaban nuevos usuarios a sus productos, pero también tenían la capacidad de concentrar poder y seguir siendo el actor principal, al dominar a los más pequeños o absorberlos".

Facebook: sospechoso habitual

"Creo que hay razones suficientes para llevar a cabo esta acción", asegura a este respecto Llaneza, que recuerda que la Unión Europea ya multó a los de Mountain View en dos ocasiones por esta razón. En 2017, la 'receta' fue de 2.420 millones de euros, por el abuso de poder con su motor de búsqueda. En 2018, la sanción fue de 2.430 millones, por obligar a los fabricantes de móviles a traer de serie sus servicios: "Lo que me extraña es que sea el único. Facebook cumple también todo para plantear una acción judicial. Aquí hay un tufo electoral importante".

placeholder Mark Zuckerberg. (EFE)
Mark Zuckerberg. (EFE)

La desinformación y la información de los usuarios son los caballos de batalla típicos de la gran F. Ha tenido que dar cuenta de ello en varias ocasiones. Aunque el informe habla de otro tema, las conclusiones recogen que la ausencia de competidores reales para la red social ha conducido a una caída de la calidad, con un aumento de los bulos y las 'fake news', así como "peores políticas de privacidad".

La realidad es que Facebook, al que las autoridades han vigilado por otros asuntos, se encuentra en una curiosa situación. Su principal preocupación debe ser que sus servicios (Facebook, Instagram, WhatsApp, Messenger...) no se canibalicen entre sí, más que el miedo a que se vayan a una tercera plataforma. La investigación señala, basándose en correos electrónicos y entrevistas con exempleados, que la compañía fue despejando el camino tirando de chequera.

"Las adquisiciones en serie reflejan el interés en comprar empresas que tenían el potencial de convertirse en rivales antes de que pudieran madurar y convertirse en una amenaza", recoge el documento, haciendo referencia a 'mails' que han trascendido en torno a la compra de Instagram. Zuckerberg, que ya ha tenido que acudir al Capitolio en varias ocasiones, suele desmentir la idea de que no hay una alternativa. Habla de Twitter, Pinterest y especialmente de Tiktok, que utiliza como ejemplo recurrente de que no son la única opción.

Otra de las críticas que los delegados hacen a Facebook atañe a Oculus, su división de realidad virtual. Las dudas vienen, en este caso, por la legalidad de obligar a vincular estos dispositivos con una cuenta de la red social. Algo que también podría salpicar a Apple en caso de que se avanzase en esa vía. En el caso de la manzana, las acusaciones de monopolio no se centran en su principal negocio.

La App Store, ¿una jaula dorada?

Aunque los iPhone gocen de una salud de hierro comercialmente hablando, solo manejan una cuota del 20% a nivel mundial. Es más, Tim Cook defiende que ninguno de los productos que fabrican tiene una cuota mayoritaria en ninguno de los mercados donde actúan, y destaca las cifras de Samsung, LG o Huawei. El frente que tienen abierto en Cupertino es del App Store, que se ha convertido en uno de los culebrones de este curso que muchos dibujan como una jaula de oro, donde ganas ventajas, como una gran seguridad o la posibilidad de acceder a miles de usuarios registrados ya con su tarjeta de crédito.

Es la única manera a día de hoy de instalar 'apps' en teléfonos, relojes o tabletas, y eso le confiere a la manzana un control que muchos consideran excesivo. Estos 'agraviados', entre ellos, los creadores de Fortnite o los de Telegram, critican la imposibilidad de utilizar sus propias soluciones de pago y la obligación a pagar un 30% del precio de la descarga o de la suscripción (15% a partir del segundo).

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Aunque hay empresas que han optado por no utilizar el sistema integrado en la tienda de aplicaciones, la gran mayoría no tiene otro remedio que pasar por caja. También hay quien se queja, como Spotify, de que utilizan este poder para beneficiar sus propias 'apps', algo por lo que la Comisión Europea ha abierto una investigación, lo mismo que las autoridades rusas. La compañía se ha defendido en múltiples ocasiones de estas acusaciones. Sobre el 'tasazo', explican que está en línea (e incluso por debajo) de otros negocios que actúan de intermediarios, como pueden ser Uber, Deliveroo o Steam, entre muchos otros.

Amazon y el 'abrazo del oso'

Pero si los usuarios están a gusto, los precios van a la baja, se crea empleo y el modelo va bien... ¿por qué tocar lo que funciona? Estas razones son algunas de las que sirvieron a Amazon durante mucho tiempo para pasar de puntillas y no llamar la atención de los vigías de la competencia. El titán del comercio electrónico, que maneja una cuota solo en EEUU del 50% de las ventas 'online', suele presumir de cómo negocios de todo el mundo, indiferentemente de su tamaño, han conseguido hormonar sus ventas en internet gracias a su infraestructura logística y a su página web.

Las autoridades ahora han expresado sus dudas sobre lo que se podría denominar como 'el abrazo del oso de Amazon', que no es otra cosa que estrujar a los vendedores aprovechando su privilegiada posición. No hay que perder de vista que muchas pequeñas y medianas empresas no tienen otra alternativa para el mundo 'online' que Amazon. Esto le permite establecer una relación de superioridad fijando precios y comisiones que pueden considerarse abusivas. La investigación recogía testimonios en los que se dejaba ver que la multinacional de Seattle incluso rompía contratos aprovechando su poder para renegociarlos a la baja.

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Foto: Reuters.

Estos problemas no son nuevos. Ya los denunció Lina Khan, jurista estadounidense y profesora de Derecho en la Universidad de Columbia. Khan, ahora asesora de la comisión del Congreso, es autora de "La paradoja antimonopolio de Amazon", un artículo-denuncia publicado en 2017 que generó una gran controversia. Denunciaba abiertamente el poder de la compañía y su capacidad para gestionar las negociaciones a su antojo. Venía a decir que la satisfacción del cliente no era argumento suficiente, al igual que la bajada de precios, para determinar si hay o no un abuso de poder.

Las marcas blancas

Pero no es lo único por lo que Bezos está en el punto de mira. También lo está por sus marcas blancas, que compiten directamente con el resto de la oferta que se puede encontrar en este sitio web. Hay quien ve ahí un potencial conflicto de intereses. La defensa del magnate de Seattle es tan sencilla como, a simple vista, contundente. Si una cadena de supermercados puede vender sus propios yogures, su propio pan de molde y su propio 'hummus', y una estantería más arriba el de otra marca, ¿por qué no van a poder hacerlo ellos?

Pero hay un elemento diferencial: la gran cantidad de información en tiempo real sobre usuarios y vendedores, lo que le otorga la posibilidad de detectar rápidamente productos de éxito, 'clonarlos' y venderlos bajo su impronta. El asunto ya mosqueó a las autoridades europeas en 2016, aunque finalmente no abrieron ninguna investigación.

El magnate, primera fortuna del mundo, no pudo asegurar que eso no hubiese ocurrido en la comparencia de julio, la primera vez que se enfrentaba a un trámite de esto. Aun así, prometió que tomarían medidas para que esto no se volviese a repetir.

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Jeff Bezos. (Reuters)

El problema de todo esto es cómo ponerle solución. El documento de la comisión bipartidista no deja de ser una serie de recomendaciones sin vinculación legal. Entre el abanico de propuestas planteadas, se encuentra la necesidad de dotar de un mayor presupuesto a la FTC, la agencia encargada de velar por el comercio en EEUU, así como a la sección antimonopolio del Departamento de Justicia. Eso parece generar un consenso más o menos amplio. Sin embargo, otras ideas que se plantean generan menos consenso.

Trocear los gigantes

Hay quien pide una legislación más estricta que limite las actividades o negocios a los que pueden entrar o no estos actores. Pero también hay quien cree que la única solución viable para recuperar el control y volver a crear un entorno en el que la innovación vuelva a fluir y aparezcan alternativas sólidas pasa por trocear algunas de estas empresas y revertir compras pasadas que sirvieron de caldo de cultivo para esta situación. Operaciones como pudo ser la compra de WhatsApp por parte de Facebook o la compra de DoubleClick, la empresa que lideraba la publicidad en internet a principios de siglo, por parte de Google, que pagó el doble que por YouTube.

"Muchos lo ven como la única solución viable. Pero una vez se ejecute, hay que establecer controles efectivos para que no lleguen a acuerdos bajo la mesa y se siga compartiendo esa información o se sigan privilegiando sus respectivos servicios", asegura Paloma Llaneza, quien destaca que estas limitaciones pueden abrir la puerta a nuevos competidores, incluso europeos, que hagan propuestas de valor en torno a la privacidad u otras cosas que ahora quedan olvidadas. "También cabría regular a qué mercados pueden acceder y a cuáles no, si no lo haces, te puedes encontrar el mismo problema dentro de años", añade.

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Foto: Reuters.

"La acción legislativa es importante. La judicial también. Y la política. Pero lo que en su día terminó con el monopolio de Microsoft fueron sus propios errores y la capacidad de empresas como Apple y Google, por mencionar algunas, para adelantarse a un mercado que estaba naciendo", explica.

"Es la pescadilla que se muerde la cola. Da igual que surjan nuevas tecnologías disruptivas si luego no limitas la capacidad de los GAFA para apropiarse de ellas o su ambito de actuación", insiste Llaneza. Esta situación anula también cosas contempladas en la normativa europea como la portabilidad de datos, que permitiría llevarte toda la información de tu cuenta de Google o de Facebook a otro buscador u otra red social. "El problema es que no hay alternativas".

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Los expertos consultados coinciden en que Washington tiene muchas más posibilidades de cambiar la situación que Bruselas. "La UE es un mercado tremendamente importante, pero EEUU va a actuar directamente sobre la sede, sobre el corazón de la compañía, diciendo 'puedes hacer esto o no puedes hacerlo", apunta Córcoles. "Son sanciones que aquí son históricas, pero suponen un porcentaje muy pequeño de sus ingresos trimestrales. Les puede picar, pero no son elementos realmente disuasorios".

Alberto de Torres introduce un elemento adicional en la ecuación: la carrera que están protagonizando China y EEUU por la soberanía mundial en muchos frentes, como el militar o el tecnológico. "Eso va a condicionar mucho. Si regula mucho, se corta la innovación y se pierden posiciones. Europa optó por eso y no lidera prácticamente nada en el sector digital", argumenta. "Pero si no se regula, se consiguen monopolios, que acaban pasando factura al resto del sistema". Por eso, cree que la solución, que depende mucho de quién acabe en la Casa Blanca en los próximos años, acabará siendo un 'mix' de todas las vías expuestas. "No se les va a echar de actividades donde son fuertes, porque el daño económico sería tremendo. En todo caso, se les impedirá meter el pie en todas y se controlará mejor la concentración de poder".

*Bienvenidos a ThinkTek, nuestra serie de artículos de análisis sobre los grandes temas tecnológicos del momento. En esta primera serie, desciframos las claves sobre la guerra contra Google, Amazon, Facebook y Apple, los todopoderosos GAFA, acusados de monopolio y prácticas abusivas. En las próximas semanas, publicaremos nuevas entregas con análisis, datos y entrevistas para que, en un único lugar, encuentres todo lo que necesitas saber.