iPad, Samsung, Surface... cambié mi PC por estas tabletas y esta es la mejor para trabajar
Cualquier tableta no sirve para cualquier trabajo. Aquí comparamos cuatro de las más potentes del mercado para ver si se encajan a tu día y día y los problemas que pueden surgir
Es algo que muchos se han llegado a plantear alguna vez. "Esto me sirve perfectamente para currar", han pensado no pocos al tener un contacto con una tableta. Pero luego realmente no son tantos los que han conseguido dar el salto a estas máquinas de forma definitiva, aparcando por fin su portátil o PC, porque lo que funciona sobre el papel, a la hora de la verdad no es como se espera. En esta discusión hay muchos elementos que se pueden medir objetivamente, pero también hay muchos que son sensaciones y gustos no cuantificables. Algo que recuerda al debate entre los lectores más clásicos, empedernidos partidarios del libro en papel; y los defensores del 'ebook'. Personalmente me encuadro en el primer pelotón, ya que cosas como el tacto o el peso de la novela de turno son las que echo de menos cuando tengo uno electrónico entre manos, cuando directamente me cuesta más concentrarme en la lectura.
En las últimas semanas he ido probando distintas tabletas con el fin de responderme cuál sería la mejor para trabajar. Las escogidas fueron concretamente el iPad Pro de 2020 de 12,9 pulgadas, la Samsung Galaxy Tab S7 + y dos Surface: la Surface 7 Pro y la Surface Pro X. Esta última, para el que no lo sepa, es el dispositivo que Microsoft se sacó a finales del pasado curso de la chistera equipado con chips ARM, tan de moda este año por culpa de los Apple Silicon.
El análisis se fijará en ocho campos, atendiendo a aspectos como el diseño, la pantalla, el rendimiento, los puertos, la autonomía, el teclado y el 'software'. El objetivo no es juzgarlas como puras y meras tabletas ni tampoco juzgarlas desde el punto de vista del entretenimiento. El objetivo es dilucidar si alguna de ellas es capaz de sustituir un portátil o cuál de ellas se acerca más a ese objetivo.
Diseño y pantalla
En todos los casos nos encontramos un cuerpo 'premium', acorde con el precio que manejan, que precisamente no es baja. En este sentido, a la que más 'peros' se puede sacar es la Surface 7 Pro, que cuenta con unos marcos bastante gordos para las alturas de la película en la que estamos. La verdad que podía haber imitado el aspecto de la X Pro, que gracias a unos bordes más reducidos, ofrece 13 pulgadas en un tamaño más propio de 12. Hay una diferencia sustancial en la construcción de las tabletas de Microsoft y la de Apple y la de Samsung. Las primeras cuentan en su parte trasera con una pestaña integrada que se abre en diferentes ángulos de manera que pueden tenerse en pie sin ningún tipo de accesorio.
El iPad Pro necesita del Magic KeyBoard para hacerlo: se trata de una funda de una única pieza que integra tanto el teclado como un 'caballete' que eleva la tableta y permite ajustar el ángulo de visión. Por su parte, la Galaxy Tab S7 + requiere de una funda que viene con dos piezas que se adhieren magnéticamente: por una parte el teclado y por otra el soporte para la parte trasera.
No es solo el tamaño de pantalla, también el formato. Mejor huir de formatos muy apaisados
Sobre su peso, la más ligera de todas, sin tener en cuenta el lastre de las fundas, es la de Samsung, con 575 gramos. Le sigue la de Apple con 641 gramos y las Surface que superan ligeramente los 700 gramos. Incluso con los accesorios puestos, cualquiera se puede llevar en la mano cómodamente, en un bolso grande o una mochila de tamaño compacto.
Importante, a mi parecer, es tanto el tamaño como la relación de pantalla, ya que si lo utilizamos como equipo principal de trabajo vamos a pasar varias horas delante y por tanto es clave tener un aparato con un formato que nos permita tener un buen espacio, especialmente si estamos pensando en utilizar la multitarea. En este sentido, soy partidario de tener paneles que sean más altos y no tan anchos, porque me parecen más cómodos a la hora de manejar documentos de texto, PDF, fotografías.... Se puede ver más información de un vistazo, sin que todo parezca tan apretado.
Desde esta óptica creo que hay dos claros ganadores: el iPad Pro, que maneja una pantalla de 12,9 pulgadas y una relación de 4:3; así como la Surface X Pro, con 13 pulgadas y 3:2 frente a la Samsung Galaxy Tab S7 + (12,4", 16:10). La Surface 7 Pro, que tiene también una ratio de 3:2, queda descolgada porque la pantalla es algo más pequeña (12,3") a lo que hay que unirle los marcos, que hace que la sensación es de que tenemos un espacio más encajonado.
Sobre la calidad de los paneles que montan simplemente cabe anotar que todas tienen muchas papeletas para ofrecer una mejor calidad que tu anterior portátil y por supuesto que ese monitor de oficina que lleva ya cinco o seis años en servicio (siempre claro que no tengas un equipo de última generación, entonces el recambio no tendría sentido).
El iPad Pro maneja un panel IPS LCD, con 2048 x 2732 píxeles de resolución (265ppp), hasta 600 nits, con 120Hz de refresco y, entre otras cosas, tecnología TrueTone (que adapta la temperatura de color a la luz ambiente). La tasa de 120Hz también la tiene la tableta de Samsung, que maneja una Super AMOLED con 1752x2800 píxeles (266pp), así como HDR10+. En el caso de las Surface la 7 Pro monta una IPS LCD con tecnología PixelSense con 267 píxeles por pulgada. La X Pro por su parte cuenta con esa misma tecnología y una resolución 2880×1920 (267 ppp).
He de señalar que, aunque las cuatro son componentes de primera línea y compres la que compres tienes una calidad alta asegurada, las de Apple y Samsung están un poco por delante, en general, en lo que se refiere a color, contraste y otros aspectos del calibrado. Por cierto, todos estos paneles son táctiles y se comportan de manera más fluida que cualquier ordenador con esta funcionalidad que haya podido probar. He de decir que una vez lo integras en tu flujo de trabajo se ahorra bastante tiempo, a la hora de cambiar de una app a otra, seleccionar texto (cuando le coges el tranquillo) o cambiar de pestaña en el navegador.
Ningún teclado convence al 100% pero...
El hombre es un animal de costumbres. Somos cabezones y con algunas cosas muy reacios a la hora de cambiar. Por eso el teclado y el trackpad es tan fundamental a la hora de crear una experiencia en una tableta similar a la de un portátil. Partiendo de que ninguna de las cuatro me convence al cien por cien, si nos referimos al espacio que manejamos así como la profundidad de las teclas, que se sientan firmes y con cierto recorrido a la hora de pulsarlas, hay una opción que se acerca un poco más a este objetivo que el resto: el MagicKeyboard del iPad Pro (eso sí, no es barato precisamente).
Cabe destacar el desempeño del 'trackpad' y, aunque siempre es mejorable, lo cierto es que el soporte de la funda le da una estabilidad suficiente para trabajar con ella sobre las rodillas. Ese problema es común, en mayor o menor medida, a todas ellas. También es un problema que nos importa mucho los periodistas (y ahora con la reducción de ruedas de prensa presenciales algo menos) pero no tanto otros gremios.
El teclado de la Galaxy Tab 7 + y de las Surface están en la misma línea, aunque es cierto que el de Microsoft cuenta con un mecanismo que permite elevarlo ligeramente, lo que a muchos les resultará más cómodo. Falta algo de robustez especialmente a la hora de presionar el 'trackpad' o teclear rápido. Obviamente si no eres muy picajoso no vas a tardar en acostumbrarte, pero si eres de los que sufres cada vez que tocas un portátil que no es el tuyo, es importante que valores bien este punto. Puedes utilizar un ratón inalámbrico en cualquiera de estos equipos si no te convence lo que te ofrece el control integrado.
Antes de entrar a la parte del rendimiento y del software, hablemos de los puertos. Es más que probable que en ningún caso te parezcan suficiente. Aquí nos encontramos un claro ganador: la Surface Pro 7. ¿Por qué? Porque es la única que cuenta con un puerto USB tipo A. A esto se suma un USB tipo C, el puerto para el cargador propietario (no entiendo por qué no apuestan por un tipo C para esto) así como ranura para microSD. Es la única, por cierto, que incorpora en el chasis un conector jack para auriculares, algo casi indispensable en un PC, un portátil o cualquier máquina que aspire a sustituirlos.
Le sigue en esta clasificación, la Surface X Pro con dos USB tipo C, pero sin ranura para microSD. Algo que sí que tiene la Galaxy Tab S7, que solo ofrece un puerto USB tipo C. El que anda más escaso en este apartado es Apple, que solo maneja un puerto (también tipo C) algo que, en mi día a día, he encontrado un tanto pobre.
Potencia: para el día a día, cualquiera
Repasemos rápidamente las configuraciones que ofrece cada modelo antes de hablar del rendimiento:
- iPad Pro 2020: Apple A12Z Bionic, octa-core (4x2.5Ghz, 4x1.6Ghz). 6GB de RAM. Apple GPU. Memoria de 128GB, 256GB o 1TB (no ampliable).
- Surface 7 Pro: Intel Core i3, Intel Core i5, Intel Core i7. 4GB, 8GB o 16GB de RAM. Intel Iris Plus GPU. Memorias de 128, 256, 512 o 1TB.
- Surface X Pro: Microsoft SQ1 o Microsoft SQ2 (recién presentado), 8GB o 16GB de RAM. Adreno 685. Memorias de 128, 256 o 512 GB (no ampliable).
- Samsung Galaxy Tab S7+: Qualcomm Snapdragon 865+. 6GB o 8GB de RAM. Adreno 650. Memorias de 128, 256 o 512GB.
Teneemos dos grupos: por una parte, la Surface 7 Pro, con procesadores Intel; y el resto, con procesadores basados en ARM. Dentro de este segundo hay que hacer otra división. Por una parte está la Samsung Galaxy Tab S7+ que utiliza un procesador que también se utiliza en terminales móviles, mientras que el de Apple se trata de una versión de su procesador para el iPhone adaptada a este dispositivo (llegó a superar en los 'benchmarks' a los MacBook Airs pero sus limitaciones no está en la potencia) o SQ1 de Microsoft, creado en colaboración con Qualcomm para este tipo de equipos.
Desde el punto de vista del rendimiento, cualquiera puede soportar, con mayor o menor fluídez, tareas de ofimática típicas. Me he encontrado cómodo a la hora de editar y escribir textos (este es uno de ellos), así como para hacer tablas de Excel, recortar imágenes, tener dos o tres programas abiertos, varias pestañas del navegador... Otra cosa es que queramos
A la hora de hablar de potencia en bruto, lo más bestia que nos encontramos son las configuraciones superiores de la Surface 7 Pro, así como el iPad Pro 2020. Lo que no recomiendo, en el caso de la tableta de Microsoft, es la configuración de entrada (i3 + 4GB de RAM) porque creo que, además de envejecer mal, puede saberte a poco. Para esta prueba nos han cedido una versión equipada con un i7. Ha podido soportar tareas pesadas como edición de video y gestión de archivos grandes sin que el equipo se sienta ahogado, aunque creo que un i5 sirve a la gran mayoría de personas. Es cierto también que si eres diseñador o realizador audiovisual pensar en una tableta como equipo de trabajo principal sigue siendo complicado o directamente imposible.
La impresión que me queda es tanto que la Samsung Galaxy Tab S7 + (que si valorásemos su desempeño solo como tablet, cabría decir que es la mejor que puedes encontrar a día de hoy con Android) así como la Surface X Pro están un paso por detrás.
Para labores de ofimática diarias, cualquiera puede manejarse. El problema viene cuando hay más carga
En lo que se refiere a la autonomía, las tabletas de Apple y Samsung han conseguido con uno uso mixto de funciones llegar a superar las 8 horas de autonomía, siendo el iPad la que mejor resultado me ha dado. La Surface X Pro se ha quedado un paso por detrás, en torno a las 7 horas reales, algo que sabe a poco teniendo en cuenta que la fortaleza de los chips ARM es la gestión energética. La Surface 7 Pro se queda un pelín más justa, al estar más cerca de las 6,5 horas que de las 7.
Si lo que quieres es combinar el trabajo con el ocio y quieras mover algunos juegos, todo dependerá de lo que busques. Lo cierto es que ninguna va a satisfacer a un 'gamer'. No están pensadas para ese público. El iPad está muy vinculado a Arcade y la oferta de la App Store, mientras que la de Samsung cuenta con la oferta de Google Play así como Xbox Game Pass, después del acuerdo del fabricante coreano con Microsoft. Si estás pensando en jugar algo más pesado, creo que, estando lejos de ser un equipo idóneo, una Surface 7 Pro puede ser lo más adecuado.
Hay un aspecto que seguro va a inclinar la decisión a un lado u otro: el software. Aquí nuevamente nos encontramos dos grupos. Por una parte, las Surface que corren con Windows 10 y por otra, las opciones de Apple y Samsung que funcionan con iPadOS y OneUI, respectivamente. Hay que tener en cuenta que estos dos últimos, aunque hayan sido adaptados, son dos sistemas operativos concebidos en torno a una experiencia móvil.
El hardware está más que preparado. Los inconvenientes pueden aparecer en el software
Por tanto, si lo que buscas es tener la misma experiencia que en tu portátil es probable que lo más encaje es una de la Surface (Windows nos permite pasar de modo tableta a modo portátil solo con dos clics). Pero ojo, no es lo mismo escoger una que otra. La X Pro funciona con un procesador ARM mientras que la 7 Pro lo hace con motores x86. Eso hace que las aplicaciones compatibles sean mucho mayores en el caso de la segunda y que te puedas encontrar con programas concretos que no están preparados para la primera arquitectura y den problemas, se interrumpan, vayan lentos o directamente no funcionen.
Algo que Microsoft pretende solventar con un emulador. Lo que hace esta solución básicamente es 'simular' el entorno necesario para que esas apps puedan funcionar. Habrá que ver si consiguen que corran igual de fluido. Ahora, con la renovación de la X Pro y la llegada del SQ2 (algo que sucedió la pasada semana), prometen dar soporte también a aplicaciones diseñadas en 64 bits con sus procesadores ARM.
En el caso de la Galaxy Tab S7 +, hay que destacar que Samsung viene trabajando en los últimos años llamada DeX, que básicamente lo que nos permite es activar un modo que imita el entorno de ventanas de Windows, lo que facilita mucho la multitarea, acercando la experiencia lo que tendríamos en un ordenador tradicional. El problema viene más por problemas relacionados con la oferta y compatibilidad de algunos programas de Google Play.
Si lo que buscas es una experiencia muy similar a la del escritorio y el menú de inicio la que más problemas te va a poner es el iPad, a pesar de las mejoras de los últimos años, con un apartado para gestionar archivos, entre muchas otras mejoras, orientadas a los que quieren utilizar una tableta como un ordenador.
¿Eso significa que trabajar con iPadOS? Nada más lejos de la realidad. Se puede trabajar y muy bien. Es más se nota que está mejor optimizado, que no hay que olvidar que Apple controla el hardware y el software al completo.
Trabajar con iPadOS es posible. Pero tienes que concienciarte y renunciar a cosas como el escritorio
Lo que pasa es que tendrás que acostumbrarte a las formas de hacer las cosas y muchas veces los procesos serán algo más engorrosos que lo que podría resultar en un PC o un Mac. Un buen ejemplo es lo que ocurre con las versiones del paquete Office para estos dispositivos o con iWork, la suite de Mac. Obviamente si se trata de crear un documento de texto, una presentación o tabla de cálculo sencilla no vas a tener complicaciones. Sin embargo, cuando el trabajo se enreda (un Excel con varias fórmulas y con varias páginas, una presentación muy larga,...) el proceso se ralentiza porque hay cosas que simplemente se hacen de forma diferente.
Son cosas como la forma en la que se gestionan los archivos, cambios que en el ordenador suponen un simple atajo de teclado o un par de clics aquí te obligan a dar más vueltas... Se puede llegar al mismo sitio, pero te va a costar algo más y vas a tener que acostumbrarte.
El lunar sigue siendo, en mi opinión, la multitarea en iPadOS. Aunque ha mejorado en los dos últimos años, todavía le falta un poco para ser igual de eficiente y suave que nos encontramos en otros dispositivos. Si estás pensando en un iPad como equipo principal, mi consejo es que te vayas al de 12,9 pulgadas. ¿Por qué? Porque con el de 11 pulgadas, al dividir la pantalla, siempre he tenido la sensación que se quedaba un poco corto para utilizar dos 'apps' al mismo tiempo.
Bola extra: si tu empresa utiliza tiene su propia plataforma o hace uso de una aplicación muy concreta, es recomendable comprobar que se adapte bien a una tableta de cualquier fabricante Android o un iPad y, en el caso de hacerlo, que te sea cómodo de utilizar. El Confidencial, por ejemplo, cuenta con un gestor de contenido propio. Puede correr perfectamente en Chrome en cualquiera de estos dispositivos, sí que el proceso es algo diferente y la navegación por los diferentes menús o cargar una foto no es tan rápido como en entorno Windows.
Mi elegida es...
Mi decisión final ha llegado tras un pulso entre el iPad Pro y la Surface X Pro. Una de las razones que más me ha pesado ha sido el tema de la pantalla. Parece un detalle mínimo, pero se agradece el formato que tienen estas dos tabletas con pocos marcos, no tan apaisado, a la hora de trabajar tantas horas. A la hora de decidirme por una de ellas, ha sido la que funciona con Windows la elegida. Simplemente porque es la que menos cambios en mis rutinas de trabajo conlleva, al contar con un árbol de archivos ya conocidos, una multitarea sin límite de ventanas, la experiencia del escritorio y del puntero...
El pulso entre las Surface y el iPad Pro se decide por la mínima, por detalles que Apple tiene que pulir
¿Por qué no una Surface 7 Pro? Porque no me he encontrado con el problema de compatibilidad de software con su procesador ARM porque los dos programas que me presentaban complicaciones eran Photoshop y Ligthroom. El primero lo cambié por Pixlr (más básico, pero suficiente en mi caso) y en el caso del segundo, tiré de la versión web. Además mi trabajo (ofimática sin excesivas complicaciones, editar y redactar textos y como mucho montar algún pequeño vídeo) no exige una potencia que no me pueda dar este chip, evitando así que me tenga que ir a una Surface Pro 7, con i5 o i7. La mayor pega es que la autonomía no se estira tanto como en el caso de los otros contendientes.
Como esto no es otra cosa experiencia personal, aquí va un pequeño resumen de los pros y los contras de cada tableta para que cada uno decida en qué invierte su dinero.
- Surface 7 Pro: Es la que mejor va a emular el entorno Windows porque directamente es igual. Eso sí, su diseño, especialmente la frontal, pide a gritos una capa de chapa y pintura para que realmente sea cómodo para utilizar durante horas para trabajar. Mi consejo es que huyas de la combinación i3 con 4GB. El precio de salida, de la versión con i5, es de 1049 euros, aunque está rebajada a 849 euros. Si quieres la funda tienes que añadirle 149 euros.
- Surface Pro X: Una experiencia Windows, aunque viene algo lastrada por el problema de compatibilidad de ciertas apps (aquellas que no ofrecen soporte para 32 bits, por ejemplo, la suite Adobe) con los procesadores ARM si te compras una de primera generación. Hay que ver si el nuevo SQ2 consigue mejorar un poco el rendimiento en escenarios más pesados. Lo positivo frente a su hermana mayor: la posibilidad de contar con una conexión LTE a través de una SIM y estar conectado todo el rato. Está disponible a partir de 1149 euros, a lo que hay que añadirle el precio de los accesorios como teclado o lápiz.
- iPad Pro 12,9": Puede ser una gran alternativa a tu portátil, si quieres huir de Windows. En lo que se refiere a hardware, junto a la Surface 7 Pro, es la más preparada de este listado e incluso le supera en aspectos como el teclado o la pantalla. Si no requieres de ningún programa en concreto (vease AutoCAD, por ejemplo) y tienes capacidad para adaptarte a iPadOS, gestionar una multitarea con algún límite más que en Windows y cambiar ciertas rutinas que hacías en tu ordenador es una muy buena opción en términos de potencia, versatilidad, autonomía... Sobre los precios mencionar que la de 11 pulgadas, que yo descartaría si se busca tener un buen espacio de trabajo, está disponible a partir de 879 euros. Si quieres la de mayor tamaño te tienes que dejar 1.000 euros. Tienes la opción de añadirle conectividad LTE, pero supone añadir un pico a la factura, lo mismo que el Magic Keyboard, indispensable para poder convertirlo en tu equipo de trabajo. Es una inversión alta. Si no vas a realizar tareas muy pesadas, igual puedes optar por el iPad Air que saldrá en las próximas semanas o incluso por el de octava generación.
- Samsung Galaxy S7 Tab +: Lo cierto es que DeX te permite manejarte en una experiencia de ventanas y escritorio, aunque dista de ser exactamente lo mismo. Más que nada por la oferta de apps y compatibilidad de ciertos programas.
Si lo que pretendes hacer es trabajo de ofimática normal y corriente y estás dispuesto a adaptarte a ciertas limitaciones y atajos que si tendrías en un portátil normal, es una buena opción. Eso sí la experiencia no es ni la de un Windows ni la de un Chrome OS, ya que el nivel de optimización es algo menor. También es de ley decir que probablemente sea la única tableta con Android que se venda en España que merezca la pena sí quieres aprovecharla laboralmente. El precio de partida es de 899 euros, aunque el precio sube si escoges la conectividad 5G. La funda se vende por separado, aunque incluye el S-Pen.
Es algo que muchos se han llegado a plantear alguna vez. "Esto me sirve perfectamente para currar", han pensado no pocos al tener un contacto con una tableta. Pero luego realmente no son tantos los que han conseguido dar el salto a estas máquinas de forma definitiva, aparcando por fin su portátil o PC, porque lo que funciona sobre el papel, a la hora de la verdad no es como se espera. En esta discusión hay muchos elementos que se pueden medir objetivamente, pero también hay muchos que son sensaciones y gustos no cuantificables. Algo que recuerda al debate entre los lectores más clásicos, empedernidos partidarios del libro en papel; y los defensores del 'ebook'. Personalmente me encuadro en el primer pelotón, ya que cosas como el tacto o el peso de la novela de turno son las que echo de menos cuando tengo uno electrónico entre manos, cuando directamente me cuesta más concentrarme en la lectura.
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