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El otro 'Airbnb' que sí ha triunfado: "He ganado 4.000€/mes por alquilar mi piscina"
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El otro 'Airbnb' que sí ha triunfado: "He ganado 4.000€/mes por alquilar mi piscina"

'Startups' como Swimmy se disparan gracias a las circunstancias y registra cifras muy positivas frente a otros negocios con modelos similares que viven dificultades para salir adelante

Foto: Zona de piscinas alquilada por una propietaria en Swimmy. (Cortesía de Rosa Poblet)
Zona de piscinas alquilada por una propietaria en Swimmy. (Cortesía de Rosa Poblet)

"Tardamos 12 años en construir la empresa y perdimos casi todo en cuestión de semanas". Fueron las declaraciones del director ejecutivo y cofundador de Airbnb, Brian Chesky, tras el golpe devastador que ha supuesto la pandemia del coronavirus para su ‘startup’. Sin embargo, con un modelo de negocio similar, otra 'startup', Swimmy, ha visto cómo su negocio era catapultado hacia el éxito con una fórmula favorable para un ‘verano covid’: el alquiler de piscinas privadas.

Tras el confinamiento y con la llegada de la “nueva normalidad” se aplicaron restricciones de aforo en la mayoría de piscinas municipales y comunitarias y también en muchas playas. Así que, la solución de un gran número de españoles fue optar por el uso de piscinas de particulares.

Foto: Una niña carga con su flotador en la playa de Las Arenas, en Valencia (EFE)

Swimmy fue fundada por Raphaëlle de Monteynard en Francia en 2017, a raíz de la idea de unos amigos que vieron en las piscinas vacías de sus vecinos una oportunidad para desarrollar una experiencia ‘win-win’. Este proyecto aterrizó en España en 2020 y solo este año ha visto multiplicada por 40 la demanda.

Desde esta empresa, propietario y usuario se ponen en contacto para pasar medio día o un día completo en una piscina privada. El precio mínimo por medio día, que varía en función de la zona y el tipo de propiedad que se alquile, lo elige el dueño y oscila entre los 10 y los 30 euros. Para potenciar el alquilar el día completo, la plataforma propone un descuento del 50% para disfrutar de la segunda parte del día. Si se añaden complementos por el uso de otros servicios, que no todos los propietarios tienen, como barbacoa, toallas o jacuzzi, entre otros, si el dueño no lo incluye en el precio inicial.

La entrada a una piscina pública es notablemente menor, pero esta alternativa les ofrece a los bañistas una seguridad que de otra forma no obtienen: “Te juntas solo con la gente que eliges y evitar así posibles contagios”, confiesa Thalía, que utilizó Swimmy este verano por primera vez. Además, “con las nuevas restricciones, teníamos miedo de viajar a otras comunidades y este plan nos gustó para hacer más llevadero el verano en Madrid”, declara.

"Con las nuevas restricciones, teníamos miedo de viajar a otras comunidades. Así solo te juntas con la gente que eliges y evitas contagios"

Al igual que Thalía, David también se decidió por este tipo de planes en verano y reconoce que “según estaban las cosas con los rebrotes” la mejor opción era “irse a una piscina particular y pasar ahí el día”. Ambos usuarios coinciden en que la seguridad respecto a los protocolos covid así como las medidas de limpieza en estos servicios se “respetaban siempre”. “Desde la plataforma puedes leer las opiniones de las piscinas, sobre sus dueños, las instalaciones si está todo limpio, etc. Eso te permite hacerte una idea de lo que vas a alquilar y te quedas más a gusto sabiendo que todos son responsables”, reconoce David.

Guía de buenas prácticas frente al covid

Desde Swimmy comparten, tanto a particulares como clientes, una guía de buenas prácticas donde se recomendaba el uso de mascarilla a la entrada y a la salida del recinto, es decir cuando pudiera existir contacto con los dueños de la propiedad, para evitar infecciones. “Al fin y al cabo, los dueños son quienes disfrutan de ese bien (el cual les pertenece) una vez que los usuarios se marchan. El propietario es el primer interesado en mantener su piscina y sus alrededores limpios y desinfectados”, comentan desde Swimmy.

Por eso, los arrendadores como Rafael desinfecta y acondiciona la zona alquilada antes de recibir a los inquilinos: “Les recibo con mascarilla, les muestro la zona en la que van a estar y les dejo tranquilos. Lo que busco es que estén a gusto y no tengan la sensación de que no estamos teniendo cuidado con el coronavirus. Eso no beneficia a nadie”.

Rosa reconoce que, además del "plus" que supone este ingreso para el mantenimiento de su piscina, registrarse en Swimmy "le ha dado mucha vida"

A Rosa se le ocurrió poner en alquiler su piscina en Swimmy cuando “vio que había muchos problemas para abrir las piscinas municipales por el tema del covid”. Así también, con esta idea, contaba “con un plus para cubrir los gastos de mantenimiento”. Esta temporada, Swimmy ha visto crecer su negocio y registra más de 350 piscinas por toda España con más de 10.000 usuarios inscritos.

placeholder  Piscina que alquila Rosa en El Escorial (Madrid).
Piscina que alquila Rosa en El Escorial (Madrid).

Esta propietaria comenzó a alquilar su espacio de baño desde julio y calcula que mes a mes ha ido rentabilizando su uso con unos 4.000 euros de ingresos al mes. Para esta arrendataria lo más gratificante ha sido la experiencia: “Me ha venido muy bien tanto en lo económico como en lo personal”. Rosa autogestiona todo sin ninguna ayuda y ha acogido en su piscina todo tipo de eventos: “Han celebrado cumpleaños, aniversarios de boda, bautizos, fiestas… Esto me ha dado mucha vida”.

placeholder Zona 'chill-out' de la piscina de Rosa.
Zona 'chill-out' de la piscina de Rosa.

Rosa cumple con el propietario tipo que han decidido poner en alquiler sus piscinas este verano. La mayoría son mujeres de una clase social media - alta, que han llegado a embolsarse más de 11.500€ esta temporada. “La demanda general se ha cuadruplicado este año, así como los alquileres. Las circunstancias generadas por el covid nos ha catapultado”, declara la directora de comunicación de Swimmy Anaïs Ferrández.

Para declarar estos ingresos, Swimmy envía un justificante del total que han ganado los propietarios en la plataforma y este importe figurará en su declaración anual del IRPF.

La piscina, un entorno seguro

Con la llegada del verano, las dudas surgieron sobre si era seguro o no bañarse en piscinas. Pues bien, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) asegura que el contagio en el medio acuático "es muy poco probable". El cloro es el gran aliado para combatir al virus y según la OMS una concentración residual de cloro libre de ≥0.5 mg/l (en las piscinas se exige mínimo 1 mg) en el agua de la piscina es suficiente para eliminar virus envueltos como los coronavirus.

Foto: Dos personas mantienen la distancia de seguridad en la piscina del gimnasio DiR Diagonal. (EFE)

Hay que tener en cuenta que el mínimo residual de cloro libre recomendado depende del tipo de piscina o desinfectante utilizado. Con 1-3 mg/L serían suficientes para la inactivación del virus, y por lo tanto, suficientes para evitar los riesgos de contaminación durante el baño.

Las piscinas de sal también son seguras ya que la electrólisis (componente utilizado para desinfectar el agua) transforma la sal presente en el agua en cloro y sodio, lo que le asegura una desinfección natural. El cloro natural es un potente desinfectante oxidante, que es muy efectivo en la eliminación de microorganismos.

"Tardamos 12 años en construir la empresa y perdimos casi todo en cuestión de semanas". Fueron las declaraciones del director ejecutivo y cofundador de Airbnb, Brian Chesky, tras el golpe devastador que ha supuesto la pandemia del coronavirus para su ‘startup’. Sin embargo, con un modelo de negocio similar, otra 'startup', Swimmy, ha visto cómo su negocio era catapultado hacia el éxito con una fórmula favorable para un ‘verano covid’: el alquiler de piscinas privadas.

OMS
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