Malestar en las CCAA por la 'app' RadarCovid. "Dijeron que estábamos listos y no es cierto"
En algunas CCAA en las que la 'app' estaba "plenamente operativa", en realidad aún no funciona. Culpan a una política de comunicación apresurada por parte del Gobierno
La aplicación RadarCovid, que ya suma 2,6 millones de descargas, se ha convertido en una de las grandes esperanzas del Gobierno para ayudar a frenar la segunda oleada de contagios. Tanto es así que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tardó solo unos minutos en tirar de 'digitalización' este martes en su comparecencia sorpresa ante los medios. "Ya son siete comunidades las que han completado el proceso técnico y tienen el sistema plenamente operativo", aseguró. La realidad es diferente: en varias de esas regiones, como Cantabria o Murcia, el sistema aún no está funcionando. ¿El motivo? Las prisas por acelerar el despliegue de la 'app' y pasar la pelota al tejado de las CCAA están provocando un confuso decalaje entre lo que el Gobierno dice que está listo y lo que está listo de verdad. En varias de estas regiones, faltan aún aspectos fundamentales como el sistema de envío de códigos por SMS o dar formación a los rastreadores. Dicho de otra forma: "Esto es como si te dejan un deportivo a la puerta de casa pero aún no tienes carné".
Así lo explica María Dolores Chirlaque, la jefa de epidemiología de Murcia, la última comunidad en la que, según la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia), "la aplicación está ya operativa". "Eso depende de qué interpretes por operativa. ¿Podemos enviar el código a un infectado y que el sistema avise a sus contactos estrechos? Técnicamente, sí. Pero en realidad no lo haremos hasta la semana que viene. Quedan muchas cosas por hacer antes, no solo vale con integrarla técnicamente, tienes que incluir el uso de la 'app' en todo el flujo de trabajo. Y eso lleva tiempo. Mi opinión personal es que esto se ha hecho de forma apresurada. Ahora todo el mundo se quiere subir al carro, y es lógico. Tenemos una situación de contagios que se empieza a descontrolar y esta 'app' puede ayudar, pero también hay que recordar que empezamos a estar desbordados. Cada cosa a su tiempo, hay prioridades", señala.
Los anuncios en redes sociales de Sedia y, esta semana, de Pedro Sánchez asegurando la "plena operatividad" de la 'app' chocan con lo que luego la gente ve al encender el móvil. Se les asegura que ya funciona, es decir, que si han estado a menos de dos metros de un infectado durante 15 minutos, recibirán una alerta para contactar con su centro de salud y hacerse una PCR. Sin embargo, esas alertas no comenzarán a llegar a los ciudadanos en algunas comunidades hasta entre siete y 10 días después del anuncio oficial, creando una confusión entre las expectativas generadas y la realidad. Eso es justo lo que está ocurriendo en Cantabria.
El pasado 20 de agosto, la Sedia anunció las cuatro primeras CCAA (Andalucía, Cantabria, Aragón y Extremadura) en tener RadarCovid completamente "operativo" (el Gobierno confía en que esté operativa en toda España a mediados de septiembre). Hoy, siete días después del anuncio oficial, Cantabria sigue sin tener la 'app' en marcha. "Nos están sorprendiendo mucho estos anuncios, hay que ser más prudentes. Dijeron que estábamos 100% listos, cuando no es cierto, aún nos queda acabar el desarrollo del aplicativo para enviar los códigos por SMS a la gente que da positivo. Vamos a ser serios. Es bueno que la gente se descargue la 'app', y creo que puede ayudar a frenar la pandemia, pero no puede ser que nos encomienden a nosotros ciertas tareas y luego no nos den margen", explica a Teknautas Santiago García, director general de Transformación Digital de la Consejería de Salud de Cantabria.
García se muestra molesto con la comunicación del Gobierno, porque se basa en una estrategia de descargar toda la presión sobre las CCAA. "Estamos ya sometidos a mucho estrés, no solo con los rastreadores, hacemos entre 1.000 y 1.500 PCR diarias, es una barbaridad. La 'app' ahora será una fuente adicional de casos y habrá que ver cómo funciona", señala.
Cantabria lleva días empantanada en el mismo punto que otras regiones: solucionar el sistema de envío de códigos a la gente que da positivo. Aseguran que lo tendrán listo este viernes, una semana después del anuncio de Sedia. ¿Cómo funcionará? Muy parecido a otras regiones. Tras conocer el resultado positivo de una PCR, el paciente recibirá una llamada de un rastreador que le hará la encuesta epidemiológica y el rastreo tradicional de contactos. Pero le preguntará además dos cosas: ¿usa la 'app' RadarCovid? Si la usa, ¿quiere notificar su positivo para alertar a los contactos estrechos? Si acepta, se le enviará por SMS (o por 'e-mail') un código de 12 caracteres que tendrá que introducir en la 'app' y eso activará la cadena de alertas. Todas las personas que hayan estado a menos de dos metros y durante más de 15 minutos recibirán una alerta para ponerse en contacto con su centro sanitario. Ni la comunidad ni Sanidad sabrán si esa persona finalmente introdujo el código ni tampoco cuántas alertas se han enviado.
Es justo esa fase final, organizar quién llama al paciente (un rastreador, una enfermera, su médico de cabecera...), cómo se le envía el código (por SMS, 'e-mail', se le dicta por teléfono...) y montar el sistema que automatice todo eso, lo que está costando días extra a las CCAA y con lo que Sedia, aseguran, no ha contado. Las regiones más preparadas técnicamente no han tenido problema, pero incluso así reconocen que las cosas no se han hecho como deberían.
"No ha habido una comunicación coordinada con las CCAA. Nosotros sí sabíamos que nos iban a activar los códigos, pero no sabíamos que lo iban a anunciar diciendo que ya estaba operativa. Solo nos llevó 24 horas acabar todo, pero porque llevábamos meses trabajando en ello y estaba todo listo. Comparto el planteamiento de otras comunidades. Si anuncias que la 'app' está 'plenamente operativa', la gente solo entiende una cosa, que ya funciona. Y desde que se activan los códigos, que es realmente lo que anuncia Sedia, hasta que todo el sistema está en marcha, con los médicos y rastreadores formados, pasa un tiempo que puede ser de hasta 10 días", explica a Teknautas Ignacio Lage, responsable del Área de Desarrollo de Software y proyectos del Servicio Andaluz de Salud (SAS), quien confirma que ya han entregado unos 100 códigos en las últimas 48 horas.
Baleares es otra de las regiones más preparadas técnicamente. El Gobierno central anunció este lunes que el sistema ya estaba "plenamente operativo" en las islas, pero no será hasta hoy jueves cuando empiece a funcionar de verdad, por diversos motivos. "En nuestro caso, se ha cambiado de sede a la Central Covid, donde están los rastreadores, y entre esto y darles formación, lo hemos tenido que retrasar. Me consta que esta es la tónica general en casi todas las regiones. A Sedia, lo que le compete es integrar cada comunidad en el sistema. Una vez lo consiguen, dan por cerrada su parte. Y lo anuncian. Es verdad que se podría haber comunicado de otra forma, se genera confusión, porque una cosa es la integración con Sedia y otra la integración dentro de los servicios sanitarios de cada comunidad. Pero tampoco es sencillo", señala Álvaro Medina, director general de Fundación Bit, la empresa pública que da soporte tecnológico al Gobierno de las Islas Baleares.
Consultadas por este diario, fuentes de la Sedia niegan que se haya dado pie a ninguna confusión en la comunicación. "Cuando se finaliza el proceso de integración, la aplicación está plenamente funcional. Es un hecho. Nuestro trabajo termina ahí". Pero ¿por qué no organizar el despliegue de la mano de cada comunidad y anunciar que está operativa cuando se empiezan a enviar los códigos y generar alertas en lugar de días antes? "No es competencia nuestra. Si alguna comunidad quiere añadir otras cosas al proceso tras la integración, es decisión suya", explican.
Otras fuentes consultadas involucradas en el lanzamiento de las 'apps' de rastreo en países europeos suben el tono respecto al proceso de despliegue de RadarCovid. Piden no revelar su identidad por tener aún relación con el Gobierno central o con Indra, la empresa adjudicataria del desarrollo de la 'app', pero son muy críticas con la gestión de la Administración central. "Todo lo que están diciendo son medias verdades. Lo único que han hecho estas dos últimas semanas es abrir el entorno de producción de la 'app' a las CCAA, pero luego ellas tenían que hacer todo el resto. Tampoco han publicado el código y esto es un incumplimiento directo del contrato de licencia del sistema de Google y Apple, que deja claro que tienes que abrir la parte del código que uses bajo el protocolo DP-3T. No es un proyecto sencillo, todo lo contrario, pero lo que es increíble es esta política de comunicación a medias: es imposible saber cuánto hay hecho y cómo funciona de verdad", explica una fuente.
Otro especialista con conocimiento directo del proyecto señala a conflictos de interés entre Indra, que lidera la parte técnica, y la Sedia, más preocupada por la agenda política. "Se sabía desde abril todos los pasos que había que dar para hacer un buen despliegue. Pero como ha habido un repunte de contagios, ahora todo son prisas para quedar bien y que Sedia pueda decir por encima de todo, ¡hemos cumplido, ya sacamos la 'app' en agosto!". El resultado, señala, son cifras y anuncios "huecos".
"Del piloto de La Gomera solo han compartido datos generales, no se puede confirmar nada. ¿Cómo saben si la gente se desinstaló la 'app' o no? Dicen que no hubo falsos positivos. Si se refieren a gente que recibió una alerta pero estuvo menos de 15 minutos a más de dos metros de un infectado, ¿cómo lo saben? Aseguran también que se han reunido con gente del DP-3T, pero las entrevistas con los expertos del DP-3T dicen que no han colaborado, lo cual abre la pregunta a con quién han hablado y para qué", explican.
Fuentes de Sedia señalan que la prioridad ahora mismo es conectar a todas las CCAA. "Publicaremos el código en cuanto eso esté listo. Pero son incomprensibles las críticas: antes, si íbamos lentos, porque íbamos lentos. Ahora, si vamos deprisa, porque vamos deprisa. Los recursos son limitados y estamos priorizando lo más importante, ajustando sobre la marcha. Pero llegaremos a todo", explican.
Las fuentes consultadas dan otro ejemplo sobre el rodillo de propaganda en torno a RadarCovid: el dato que Pedro Sánchez lanzó este martes para animar a descargársela. "Una implantación por encima del 20% de estas 'apps' podría ayudar a reducir el impacto de la pandemia en un 30%", aseguró el presidente del Gobierno. "Es un dato sacado de contexto", señalan. La fuente del dato, este 'preprint' (informe sin revisión por pares) de investigadores del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia y la Universidad de la Sorbona, confirma en realidad que se trata de un 20% de una comunidad acotada (un municipio de 100.000 habitantes) y en un supuesto con un número de reproducción (R0) igual o mayor a 2,6, muy superior al de España y el resto de Europa. En caso de que el R0 fuera inferior, el impacto de la 'app' para ayudar a reducir la curva de contagios sería de hecho mayor. Son datos interesantes y esperanzadores, pero necesitan interpretarse con cautela.
"No es lo mismo una implantación del 20% en una zona urbana que en una rural, en una población joven o una mayor. ¿Y qué es eso del impacto de la pandemia? ¿Impacto en el empleo? ¿En el número de contagios? Son datos que alguien le puso a Sánchez en el discurso, pero así contados no significan nada", señalan. Es el ruido detrás de RadarCovid, un proyecto clave para ayudar a combatir la epidemia que aún tiene todo por demostrar.
La aplicación RadarCovid, que ya suma 2,6 millones de descargas, se ha convertido en una de las grandes esperanzas del Gobierno para ayudar a frenar la segunda oleada de contagios. Tanto es así que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tardó solo unos minutos en tirar de 'digitalización' este martes en su comparecencia sorpresa ante los medios. "Ya son siete comunidades las que han completado el proceso técnico y tienen el sistema plenamente operativo", aseguró. La realidad es diferente: en varias de esas regiones, como Cantabria o Murcia, el sistema aún no está funcionando. ¿El motivo? Las prisas por acelerar el despliegue de la 'app' y pasar la pelota al tejado de las CCAA están provocando un confuso decalaje entre lo que el Gobierno dice que está listo y lo que está listo de verdad. En varias de estas regiones, faltan aún aspectos fundamentales como el sistema de envío de códigos por SMS o dar formación a los rastreadores. Dicho de otra forma: "Esto es como si te dejan un deportivo a la puerta de casa pero aún no tienes carné".