Internet barato y millones de PC: el mundo se aferra a la tecnología para la vuelta al cole
Alemania garantiza internet barato para alumnos, Argentina controla su precio y países como EEUU, Portugal o España anuncian la compra de millones de ordenadores para lo que viene
Apenas quedan días en España, y en otros países ya están en ello. La 'vuelta al cole' más compleja de la historia reciente para muchas naciones del planeta se presenta como uno de los retos más duros de la pandemia del coronavirus. Ante el desconocimiento aún de cómo hacer esta vuelta de forma totalmente segura y sin tiempo para probaturas, todos los países buscan soluciones ante cualquier situación, y una de ellas vuelve a ser, cinco meses después, la tecnología. Tras los largos confinamientos, todos los países se aferran a la conexión a distancia y aseguran que gastarán millones en equipos y comunicaciones para 'digitalizar' las escuelas, pero ¿cómo lo van a hacer para que funcione?
Desde Alemania a China, pasando por Argentina, Portugal o España, el mundo busca como loco medidas tecnológicas que permitan la vuelta a las aulas en plena pandemia del covid. En concreto, por las medidas tomadas, parece haber tres factores clave: los equipos (el 'hardware') que permitan a niños y profesores llevar una educación lo más organizada y fructífera posible, las conexiones que garanticen esta educación y el 'software' necesario para poder hacer que todo funcione. Muchas de estas naciones aseguran estar dispuestas a poner un cheque prácticamente en blanco para garantizar la enseñanza, pero no es tan sencillo. La industria también se enfrenta a un reto sin precedentes, y las costuras empiezan a tensarse.
Equipos a toneladas
Lo primero en lo que se han centrado los países es en conseguir equipos para todos. Alemania ha asegurado que todos los profesores podrán contar con un ordenador de trabajo desde el que poder seguir el curso lectivo si toca cerrar el colegio. Y no es la única. Portugal anunció en junio que compraría más de 300.000 equipos para la vuelta al cole, los sindicatos irlandeses han asegurado que exigirán a su Gobierno que adquiera miles de ellos si se ven obligados a cerrar escuelas y en Estados Unidos incluso los condados se han lanzado a comprar lotes de portátiles. Canadá también ha lanzado planes similares y otros como Holanda llevan haciéndolo desde abril. La idea puede ser interesante incluso a largo plazo, el problema, como ya han visto en EEUU, puede ser el 'stock'.
Como ya pasó con las mascarillas, los guantes o hasta los PCR, países con grandes mercados como EEUU empiezan a ver ciertos problemas en estas compras masivas de ordenadores. Hace solo unos días, una investigación de la agencia AP aseguraba que empiezan a formarse colas de pedidos de millones que encima se agravan, en su caso, por la guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Habrá ordenadores para todos antes de que empiecen las clases? Aunque no hay nada seguro, empieza a convertirse en algo casi imposible con tanta gente necesitándolos.
Además, no solo se necesitan ordenadores, también hay quien está encargando miles de puntos de acceso a internet para las familias que no tengan acceso a la red, cámaras (como en el caso de la Comunidad de Madrid), o 'tablets', como en el caso de Kenia. Habrá que ver si la industria es capaz de asumir todos estos pedidos y en apenas semanas.
¿Intervenir el precio de internet?
Para poder trabajar o seguir aprendiendo con un ordenador, como mínimo necesitas conexión a internet, y eso no lo han tenido tan en cuenta muchos países, pero algunos sí se han planteado el problema y han intentado ponerle solución. Ya se ha comentado la compra de miles de puntos de acceso a la red portátiles para intentar suplir estas carencias, pero hay más ideas. Principalmente impulsadas por Alemania, China y Argentina.
En el primer caso, el país teutón ha apostado por poner límite a las tarifas de red interviniendo en parte el mercado y cerrando un precio de no más de 10 euros para todas las familias con niños que lo necesiten. Así, según las instituciones alemanas, se garantiza que todo niño que así lo requiera pueda tener acceso a la red para seguir aprendiendo en caso de necesitarlo.
Por su parte, Argentina ha ido incluso más allá, ha declarado internet, la televisión de pago y la telefonía como servicios públicos y esenciales (internet es servicio esencial en Francia, Holanda, Canadá, Finlandia, Estonia, México y Costa Rica desde hace tiempo) y ha congelado las tarifas de todo esto hasta finales de 2020. La idea es evitar que alguien pueda quedarse sin estos servicios en pleno curso y brote en el hemisferio sur.
También hemos dispuesto congelar hasta el 31 de diciembre las tarifas telefónicas, de internet y de televisión paga. Ante las restricciones que la pandemia nos impone, nadie deberá resignar parte de sus ingresos en afrontar aumentos en los precios de estos servicios.
— Alberto Fernández (@alferdez) August 21, 2020
Por último, en China ya se pusieron manos a la obra con esto en abril y tiraron de las tres telecos más grandes del país, China Mobile, China Unicom y China Telecom, para que, entre otras cosas, respaldaran una plataforma con 90 TB de ancho de banda y 7.000 servidores que permitiese la conexión de unos 50 millones de estudiantes. Eso sí, como ya se comentaba en marzo, esto también tiene un problema y es que las clases 'online' en un Estado como el chino pueden acarrear más vigilancia y censura hacia profesores y educadores.
El problema del 'software'
Con un equipo preparado y una cobertura decente podría estar casi todo listo, pero falta algo clave, el 'software'. Este, otro de los problemas clave del sistema que ya trajo de cabeza a millones de profesores y alumnos durante el confinamiento, como ya explicamos en este otro artículo, también se presenta con esta vuelta al cole. Todos los países (excepto algunos como China, que creó aplicaciones especiales para la situación tirando de compañías como Huawei o Alibaba) parecen haberse centrado más en lo anterior y han dejado más al margen esta parte. Un aspecto crucial, como se ha demostrado, además, hace unos días.
Este mismo lunes, fue el primer día de clase 'online' para varios colegios y universidades de Estados Unidos y se encontraron con el primer bombazo: Zoom, la aplicación de videoconferencias, dejó de funcionar durante algunas horas sin tener muy claro nadie qué hacer. Un problema que pone de manifiesto la importancia del desarrollo. Durante el confinamiento, muchos docentes y alumnos tiraron de YouTube o Google Drive para poder trabajar y seguir las lecciones, pero ¿puede servir ahora?
Por el lado empresarial, sí que al menos han intentado hacer los deberes. Las grandes compañías sí han aprovechado estos meses para reforzarse. Microsoft ha mejorado sus herramientas 'online', como Teams, para ayudar justo en el terreno educativo, y Google también ha anunciado diversas mejoras en varias de sus herramientas para ponerlas a disposición de todos los colegios. Falta ver ahora por qué optan en cada lugar y si no nos vemos obligados a parar un día entero de colegio a nivel global porque se haya caído Zoom.
Apenas quedan días en España, y en otros países ya están en ello. La 'vuelta al cole' más compleja de la historia reciente para muchas naciones del planeta se presenta como uno de los retos más duros de la pandemia del coronavirus. Ante el desconocimiento aún de cómo hacer esta vuelta de forma totalmente segura y sin tiempo para probaturas, todos los países buscan soluciones ante cualquier situación, y una de ellas vuelve a ser, cinco meses después, la tecnología. Tras los largos confinamientos, todos los países se aferran a la conexión a distancia y aseguran que gastarán millones en equipos y comunicaciones para 'digitalizar' las escuelas, pero ¿cómo lo van a hacer para que funcione?