Neodimio, así es el tesoro oculto que se esconde dentro de tu ordenador viejo

Después de varios años acumulando polvo en el trastero, decides que es el momento de deshacerte de tus viejos ordenadores. Una antigua computadora de sobremesa y un portátil que se estropeó, pero guardaste por si algún día te pudiera hacer falta, están cogiendo polvo junto a otra buena parte de cachivaches que ya no te sirven para nada. Así, decides deshacerte de ambas tecnologías que hace no mucho fueron muy útiles para ti. Sin embargo, lo que posiblemente no sepas es que ambos dispositivos esconden un tesoro muy preciado.

Desde hace algunos años, un nuevo término se ha convertido prácticamente en la moda dentro de las nuevas tecnologías: las tierras raras. Se trata de un grupo de 17 elementos de la tabla periódica que presenta propiedades fundamentales para la industria tecnológica, y que son de común uso en elementos cotidianos como los teléfonos móviles, los electrodomésticos, los ordenadores e, incluso los vehículos eléctricos. Y ahí es donde entra en juego un metal no muy conocido: el neodimio.

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Rubén Rodríguez

Este elemento puede ser fundamental en muy corto periodo de tiempo. De hecho, es bastante habitual empezar a verlo ya en nuestras carreteras, aunque no se pueda reconocer a simple vista. Pero, ¿por qué es tan importante? Pues ni más ni menos porque el neodimio es uno de elementos fundamentales para fabricar imanes que son los que hacen funcionar los motores de los vehículos eléctricos. Y ese neodimio se encuentra en una cantidad importante dentro de los discos duros usados de nuestros dispositivos, por lo que recuperarlo de aquellos que no utilizamos puede ser muy importante.

El principal problema de las tierras raras tiene que ver en primer lugar, con la dificultad de su extracción y, en segundo, con la gran contaminación que se genera en su obtención. Los procesos que han de llevarse a cabo para obtener estos materiales pueden dañar nuestro planeta, al venir mezclados con otros elementos como el uranio o el torio. Pero el principal problema tiene que ver con el reciclaje de estos elementos: una vez se desechan los dispositivos tecnológicos, estos materiales que forman parte de las tierras raras pueden convertirse en desechos destructivos para la Tierra si no se reciclan convenientemente.

De hecho, los expertos convienen en que en realidad no es tan difícil encontrar tierras raras, sino que el gran reto es conseguir convertirlas en elementos útiles para las nuevas tecnologías y, sobre todo, encontrar tecnologías que ayuden a su reciclaje para, por un lado, evitar que se desperdicien y, por otro mucho más importante, evitar que se conviertan en productos tóxicos una vez han sido desechados. Y, el neodimio como se antoja como un elemento fundamental en los próximos años dada su importancia los vehículos eléctricos.

La contaminación de los vehículos diesel o gasolina ha provocado que muchos gobiernos a nivel europeo hayan decidido dar un paso en favor del vehículo eléctrico, mucho más respetuoso con el medio ambiente por sus bajas emisiones. Sin embargo, a largo plazo puede ser contraproducente si no se toman las medidas necesarias: ¿qué pasará cuando dentro de 10 o 15 años nos deshagamos de un vehículo eléctrico? ¿Existen planes para el reciclaje de estos elementos tecnológicos? De no ser así, algo que en principio es más benévolo con el medioambiente también puede generar serios problemas.

Según explica BBC, en Reino Unido ya existen empresas que se están encargando de reciclar el neodimio perdido de los viejos dispositivos que ya no utilizamos, para conseguir separarlos y volverlos a convertir en imanes que se puedan utilizar en la industria del automóvil eléctrico. Estas tierras raras son, sin duda, una gran oportunidad para seguir creando elementos que hagan que la tecnología siga siendo puntera, pero también es necesario empezar a pensar en planes para su reciclaje.

En realidad, es un pequeño tesoro que está escondido en buena parte de dispositivos tecnológicos con los que contamos de manera cotidiana y, cuyo reciclaje, podría suponer un importante impacto económico tanto para los países que lo lleven a cabo como para la ecología. No en vano, en Mongolia ya existen lugares muy contaminados por estos tipos de materiales mal tratados tras ser descartados para su uso e, incluso, han llegado a crear un lago tóxico tras desecharlos de manera incorrecta. Todos tenemos un tesoro secreto, pero de cómo lo gestionen las grandes corporaciones puede depender el futuro de nuestro planeta.