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FaceApp vuelve, pero su peligro sigue siendo real: por qué debes pensártelo antes de usarla
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Lo que 'pagas' por ver tu 'yo' como mujer

FaceApp vuelve, pero su peligro sigue siendo real: por qué debes pensártelo antes de usarla

La aplicación, de origen ruso, es más transparente y respetuosa con la privacidad que hace unos meses, pero su potente 'transformador' de imágenes sigue levantando sospechas

Foto: Una foto de Pablo Iglesias tras pasar por el filtro de FaceApp. (Foto: FaceApp)
Una foto de Pablo Iglesias tras pasar por el filtro de FaceApp. (Foto: FaceApp)

Las aplicaciones de cambio de aspecto físico son una de nuestras debilidades desde que tenemos teléfonos móviles e internet, y por mucho que pasen los años nunca pasan de moda. Y la que mejor lo sabe es FaceApp. Esta 'app' de origen ruso desaparece y reaparece como el Guadiana desde 2017. Cada cierto tiempo vive un auténtico 'boom' al demostrar su capacidad para hacernos más viejos o, en este último caso, para cambiarnos de sexo. Miles de personas lo están utilizando estos días para ver cómo serían si fuesen hombres mujeres o viceversa. Obviamente, no es oro todo lo que reluce.

Como también pasó ya con el caso de Google y su 'Arts & Culture', que gracias a una foto personal te encontraba un doble entre millones de obras de arte, de nuevo debemos recordar que los que se ríen más tras ver tu cambio físico con este tipo de programas no son tus familiares o tus amigos, sino los gestores de la 'app'. Estos sistemas, gratuitos en su mayoría, viven de los anuncios y, sobre todo, de la gestión de millones de datos muy jugosos para todo tipo de empresas, y para sus algoritmos. Así que sí, deberías pensártelo dos veces antes de usarlo.

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Tan gordo fue el último 'boom' de FaceApp que el debate sobre ella llegó al parlamento de EEUU y su creador, el ingeniero Yaroslav Goncharov, tuvo que ajustar sus sistemas para calmar los ánimos. Como explican en Omicrono, la última actualización de la 'app', lanzada el 4 de junio avisa de esos cambios que intentan ser más cuidadosos con la privacidad y los datos que recoge, pero incluso con estos cambios su peligro sigue siendo real. Obviamente es decisión tuya regalar la información que piden a la compañía Wireless Lab y a los terceros con los que colabora, pero es importante que lo tengas claro antes de hacerlo.

Aunque en el verano de 2019 esta empresa estuvo en el ojo del huracán ante el boom de su aplicación, hay datos que aún se mantienen intactos. En todos lados aparece que el grueso de la compañía está en San Petersburgo (Rusia), pero en sitios como la tienda oficial de 'apps' de Android se muestra como sede Wilmington, una ciudad de Delaware, el polémico estado de Estados Unidos (se considera como una especie de paraíso fiscal).

Esto podría parecer algo no demasiado importante para nuestros intereses personales pero gana importancia al ver los términos y condiciones que aceptas cuando empiezas a usar FaceApp. Todos sabemos de los problemas que suelen dar estos apartados, llenos de cláusulas y frases complejas, y en casos como este son clave. Como decíamos, tras lo ocurrido hace un año han mejorado bastante todo esto pero sigue dejando sospechas.

Echando un ojo a estos textos descubrimos lo que pueden llegar a hacer con la información que proporcionamos a la 'app' de forma gratuita ya sean fotos o datos personales. FaceApp reserva todo un apartado para explicar que encripta las fotos y cualquier información que subes a la web y que procesa las imágenes localmente para que todo se realice dentro de tú teléfono, pero a la vez se guarda muchísimas excepciones. Sobre todo en lo referente a los datos del dispositivo y la actividad en línea que almacena. En principio es solo un editor de imágenes pero se queda con muchísima más información sobre tu actividad que no resulta relevante para su cometido.

Aquí te dejamos sus puntos más polémicos dentro de los Términos y Condiciones:

  • Datos del dispositivo, como el tipo y número de versión del sistema operativo de su computadora y dispositivo móvil, fabricante y modelo, ID del dispositivo, tokens push, ID de publicidad de Google, ID de Apple para publicidad, tipo de navegador, resolución de pantalla, dirección IP (y el país asociado en cuál es su ubicación), el sitio web que visitó antes de visitar nuestro Sitio; y otra información sobre el dispositivo que está utilizando para visitar la aplicación.
  • Datos de actividad en línea, como información sobre su uso y acciones en la Aplicación y los Sitios, incluidas las páginas o pantallas que vio, cuánto tiempo pasó en una página o pantalla, rutas de navegación entre páginas o pantallas, información sobre su actividad en una página o pantalla, tiempos de acceso y duración del acceso. Nuestros proveedores de servicios y ciertos terceros (por ejemplo, redes de publicidad en línea y sus clientes) también pueden recopilar este tipo de información con el tiempo y en sitios web de terceros y aplicaciones móviles. Esta información se puede recopilar en nuestro sitio utilizando cookies, almacenamiento web del navegador (también conocidos como objetos almacenados localmente o "LSO"), balizas web y tecnologías similares. Podemos recopilar esta información directamente o mediante el uso de kits de desarrollo de software de terceros ("SDK"). Los SDK pueden permitir que terceros recopilen información directamente desde nuestra aplicación.

Crear algoritmos tan complejos como el que usa FaceApp para convertir tu aspecto físico no es fácil ni barato y es bastante obvio que siendo un programa casi gratuito (tiene una versión 'premium' con ciertas mejoras) la rentabilidad hay que sacarla de otro lado. Es tu decisión seguir utilizando, o no, este programa, pero debes tener claro a quién le estás regalando tus 'selfies'.

Las aplicaciones de cambio de aspecto físico son una de nuestras debilidades desde que tenemos teléfonos móviles e internet, y por mucho que pasen los años nunca pasan de moda. Y la que mejor lo sabe es FaceApp. Esta 'app' de origen ruso desaparece y reaparece como el Guadiana desde 2017. Cada cierto tiempo vive un auténtico 'boom' al demostrar su capacidad para hacernos más viejos o, en este último caso, para cambiarnos de sexo. Miles de personas lo están utilizando estos días para ver cómo serían si fuesen hombres mujeres o viceversa. Obviamente, no es oro todo lo que reluce.

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