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Internet aún pende de un hilo: la UE arranca su plan para zafarse de Amazon y Google
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EL MILLONARIO MERCADO DE LOS DATOS

Internet aún pende de un hilo: la UE arranca su plan para zafarse de Amazon y Google

Entre Amazon Web Services, Google y Microsoft, se reparten casi el 70% del mercado del 'cloud computing'. La UE ha puesto en marcha los cimientos de GAIA-X, su propia nube

Foto: Vista de un centro de servidores. (Taylor Vick / Unsplash)
Vista de un centro de servidores. (Taylor Vick / Unsplash)

En marzo de 2017, una buena porción del internet mundial se vino abajo. Páginas como Airbnb o plataformas como Slack, por citar algunas de las más populares, quedaron fuera de juego durante un buen rato. El motivo fue irrisorio. Un error de código. Vaya usted a saber si era un carácter mal puesto, una cifra que bailó o un comando incompleto que produjo un efecto bola de nieve imparable hasta varias horas después. Este problema que dejó noqueadas miles de páginas de todo el planeta se produjo en el corazón de Amazon Web Services.

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Este lucrativo negocio, más conocido por sus iniciales AWS, es realmente el que más alegría proporciona a Jeff Bezos. Lo del comercio electrónico está bien, ingresa más, pero la factura del mantenimiento es mayor. Lo que da billetes al multimillonario, beneficio limpio, es este servicio 'cloud', por cuyos servidores se estimaba en 2018 que pasaba más de un tercio del tráfico mundial, soportando servicios como Netflix.

En España, AWS también es el guardián de las esencias digitales de gran parte de los medios de comunicación y custodia en sus servidores parte de la infraestructura de empresas insignia en el mercado patrio como El Corte Inglés, Santander, Bankinter o Telefónica.

El 'cloud computing', básico para cualquier economía, está copado por empresas de EEUU

Aquel 'apagón' —estas empresas tienen mecanismos de respaldo, que aquel día no funcionaron— ocurrido hace tres cursos permitió a muchos ser conscientes de que internet cuelga prácticamente del mismo hilo: Silicon Valley. AWS se ha convertido en la gran referencia del gremio, sí, pero en la nómina de grandes actores aparecen Google Cloud o Microsoft Azure. Todas yanquis.

GAIA-X: la nube europea

La cuestión es que no hay ningún competidor con pasaporte europeo. Algo que pretenden revertir ahora desde la UE, con Gaia-X, un proyecto que ha echado oficialmente este jueves a andar que quiere construir una plataforma en la nube que de la oportunidad de aparecer un actor global con sede local. Los impulsores de esta iniciativa, que se ha registrado por ahora como organización sin ánimo de lucro en Bélgica, han sido los componentes del llamado 'eje franco-alemán'. En octubre ya se publicó la hoja de ruta y esta semana se ha dado el pistoletazo de salida. Detrás están más de una veintena de empresas europeas, que serán las que liderarán este desarrollo. Entre ellas gigantes de la talla de SAP, Deutsche Telekom, BWM, Deutsche Bank, DE-CIX (el punto de intercambio más importante a nivel mundial en cuanto a tráfico de datos), Siemens, Bosch, Atos, Orange, OVHcloud, Amadeus o la española Gigas.

"A muy grandes rasgos, este proyecto persigue que la UE pueda volver a tener el control o 'soberanía' de los datos que se procesan o se almacenan en la nube, creando una gran infraestructura de computación federada a nivel europeo", explica Sergio Ríos, profesor de la Escuela de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid. "Así se reduce la dependencia de los gigantes del sector norteamericanos", remata.

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Foto: Reuters.

De momento la fundación arranca con 1,5 millones de euros de presupuesto pero se espera una inyección mucho mayor, tanto de fondos privados de las empresas participantes como planes de innovación comunitarios. Los encargados de desvelar los nuevos detalles han sido los ministros de Economía y Energía alemán, Peter Altmaier, y el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, en un acto retransmitido por internet este jueves.

Impulsada por el eje francoalemán, GAIA-X cuenta también con empresas de otros países europeos

Angela Merkel, el pasado año, ya alertó de que miles de empresas habían subcontratado tanto la gestión de los datos, como su procesamiento y almacenamiento así como otras estructuras claves para sus negocios a empresas extranjeras. Principalmente a Google, Amazon o Microsoft. La canciller avisaba entonces de que esto "no era malo" pero ponía el acento en que se estaba cociendo una serie de "dependencias" que en el futuro podían ser negativas para los intereses europeos y de su economía sino se conseguía revertir o aliviar esa concentración. Un mensaje que había sido varias veces expuesto en público por Emanuelle Macron, que incluso llegó a desplegar una nube propia a nivel nacional.

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Foto: Reuters.

Europa no es un yermo, pero es un conjunto de islotes menores y sobre todo inconexos, incapaz siquiera de formar un archipiélago visible. En Asia, por ejemplo, Alibaba, el Amazon chino, ha conseguido ser una alternativa fuerte a nivel regional, aunque tenga presencia en otros lugares del mundo. Es más, según cifras de Gartner, la empresa de Jack Ma ha conseguido una cuota de mercado de más del 7% gracias a su sólido crecimiento en países como China, lo que le ha servido para superar a Google, que cuenta con un 4%. Microsoft y Amazon tienen una cuota del 15,5% y del 49,2%, respectivamente.

Una tarea nada fácil

Lo que persigue esta alianza de origen francoalemán es abrir la quinta vía. "Plantean un modelo de seguridad más acorde al marco europeo, y sin una dependencia tan profunda del ordenamiento americano", explica Sergio Carrasco, ingeniero de telecomunicaciones y abogado de 'Fase Consulting'. Para ello, sus fundadores pretenden agrupar las soluciones de computación 'cloud' que existen en Europa en una suerte de 'marketplace', desarrollar nuevos métodos y criterios sobre los datos así como crear un espacio completamente de acuerdo con las normas comunitarias en términos de interoperabilidad y protección de datos. "Esto puede suponer una garantía adicional para servicios con especial confidencialidad debida, además de tener más posibilidad de adaptarse más rápidamente a los cambios normativos en Europa".

"Es complicado anticipar el futuro para GAIA-X. Tanto Amazon como Google o Microsoft están fuertemente asentados, y cuentan con una infraestructura con la que es difícil competir, más para servicios que quieren ser prestados a nivel transfronterizo", defiende por su parte Carrasco. "Es necesario que exista una correcta implementación, y se muestre claramente el valor añadido de la plataforma, si se quiere que no acabe totalmente diluida", remata.

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Foto: Reuters.

"Hay una dificultad no menor a superar: lograr que esta infraestructura común sea técnicamente competitiva —no solo en precios— frente a las norteamericanas, que son realmente eficientes y maduras", explica Ríos, que coincide también con la postura de Carrasco. Sin embargo, ve otro aspecto clave: que deje de ser un proyecto eminentemente francoalemán y pase a ser algo "paneuropeo". "Y ya sabemos lo difíciles que son estos acuerdos".

Sin embargo, este experto en telecomunicaciones cree que es el momento adecuado "por cuanto se está empezando a implantar la tecnología móvil 5G" que requiere de esta infraestructura. "Realmente, si se producen las fuertes inversiones necesarias, y la colaboración entre sectores público y privado, puede ser una alternativa muy buena a AWS, Azure y Google Cloud Platform", remata. Defiende que Europa no está por detrás y recuerda como la constelación de satélites Galileo ha llegado a demostrar ser más eficiente que el omnipresente GPS a la hora de geolocalizar. "Otra cosa es que luego se explote y se comunique adecuadamente".

Aumentar influencia

La Unión Europea se ha ido quedando paulatinamente atrás en una carrera tecnológica que ahora parece polarizada entre China y EEUU. El Viejo Continente ha intentado marcar perfil propio con proyectos como 'Galileo', una alternativa al GPS. Y también lo ha hecho llevando su propio ritmo en todo el culebrón del 5G, desmarcándose, incluso en el caso del Reino Unido, de la postura tan beligerante de la Casa Blanca, que recomendaba a sus socios un veto tan marcial como el de la administración Trump a Huawei. La puesta en marcha de GAIA-X forma parte de un plan del equipo de Ursula von der Leyen, la nueva presidenta de la Comisión Europea, para no dejar pasar el tren de la inteligencia artificial ni el de los datos.

Un informe estima que más del 90% de los datos occidentales lo 'guardan' empresas de EEUU

GAIA-X así como las iniciativas que le sucederán persiguen recuperar parte de la "soberanía digital" perdida estos años a la UE. Para hacernos una idea de cómo está la situación: según CEPS —un foro europeo—, más del 90% de la información que se generan en los mercados occidentales se guardan en sistemas norteamericanos. La cantidad que vigilan firmas continentales es de menos del cinco por ciento. Y ya se sabe lo que se dice de los datos y su potencial de negocio futuro.

Desde varios puntos han destacado estos movimientos como una respuesta a la famosa Cloud Act de Estados Unidos, que permite al gobierno de EEUU ordenador a las compañías nacionales que les trasladen la información de sus servidores sin importar dónde se encuentren alojados esos datos. "La percepción que se tiene de la seguridad actualmente ha pesado", comenta Carrasco. "En especial de lo que pueda pasar en EEUU".

"Las empresas europeas, desde grandes grupos industriales hasta 'startups' podrían ganar en tranquilidad, sobre todo en protección del secreto industrial de sus algoritmos y procesos. Esto es especialmente importante en relación con los algoritmos de inteligencia artificial que están eclosionando en estos tiempos", explica Sergio Ríos, por su parte.

En marzo de 2017, una buena porción del internet mundial se vino abajo. Páginas como Airbnb o plataformas como Slack, por citar algunas de las más populares, quedaron fuera de juego durante un buen rato. El motivo fue irrisorio. Un error de código. Vaya usted a saber si era un carácter mal puesto, una cifra que bailó o un comando incompleto que produjo un efecto bola de nieve imparable hasta varias horas después. Este problema que dejó noqueadas miles de páginas de todo el planeta se produjo en el corazón de Amazon Web Services.

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