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No, el 5G no trasmite covid: los datos que muestran que en realidad ayuda a frenarlo
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VUELVEN LOS BULOS

No, el 5G no trasmite covid: los datos que muestran que en realidad ayuda a frenarlo

El coronavirus despierta al movimiento 'magufo' contra esta tecnología, diana de muchos bulos en la última semana. Lejos de ser así, una buena infraestructura móvil se antoja clave en y tras la pandemia

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La pandemia que ahora vivimos tiene todos los elementos para que muchos, en todas partes del mundo, dejen volar libre su imaginación, alimentando las más disparatas teorías de la conspiración a todos los niveles, sobre el origen del coronavirus y otros aspectos de esta enfermedad. Este caldo de cultivo ha puesto de nuevo en el disparadero el 5G, la nueva generación de internet móvil, que desde hace unos pocos años se despliega progresivamente en diferentes lugares países. Las guerrillas 'magufas' que utilizan foros y plataformas digitales para predicar contra esta tecnología han vuelto a las andadas con un puñado de argumentos que siguen sin tener ni evidencias ni respaldo científico. Si en su día acusaban a estas redes de producir cáncer, ahora le acusan de haber servido para propagar el covid-19.

Foto: Foto: Reuters.

Algo que ha sido desmentido por activa y por pasiva por autoridades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como por la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP), que es el órgano de referencia a nivel para el estudio del impacto de la radiación en nuestra salud. Eso no ha sido efecto disuasorio suficiente para que se hayan producido sabotajes contra las antenas dedicadas a suministrar esta cobertura en diferentes puntos de Europa. El país donde más ataques se han producido ha sido Reino Unido, donde ya se suman 90 actos vandálicos de este tipo. El último esta misma semana en el condado de Derbyshire, donde ardió una antena. Pero se han extendido por el resto de Europa: diferentes medios han reportado episodios en Italia, Chipre, Irlanda o Países Bajos.

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Foto: Reuters.

Pero, ¿de dónde surge esta teoría? Aunque cuando un bulo se ha convertido en paranoia es difícil saber exactamente de dónde surgió, muchos sitúan el problema en el vídeo que un estadounidense subió a YouTube. El usuario en cuestión se llama Thomas Cowan y afirma que es doctor. En la pieza viene a explicar que los virus son desechos de células envenenadas y que ese envenenamiento está producido por ondas electromagnéticas. Algo que ha sido desmentido tajantemente por varios virológos y científicos. Pero la bola de nieve ya era imparable y ha impactado a muchos desde que fuese subido a YouTube hace dos meses y fue replicando, traducido y subido por otras tantas cuentas de redes sociales como Facebook o Instagram.

"Patada a la física y la biología"

"La afirmación de que el 5G transmite el coronavirus le pega en una frase una patada tanto a la física o la biología", comenta el profesor Alberto Nájera, físico, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y divulgador, quien también ha desmentido en otras ocasiones la relación entre el cáncer y esta tecnología, a raíz de comunicados polémicos como el que emitió Ecologistas en Acción. Por difícil que sea de asimilar, lo cierto es que organizaciones de 'fact checking' han tenido que dedicar amplios artículos antes las dudas suscitas por estos comentarios. El buscador que tiene la IFCN -la red internacional de verificadores- arroja varias páginas de resultados acerca de bulos y especulaciones como respuesta a una consulta sobre el término 5G.

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Foto: Reuters.

Una de las cosas a las que se agarran los paranoicos es el fuerte despliegue de antenas de 5G en la ciudad de Wuhan, lugar de origen de una pandemia cuyo epicentro se sitúa ahora en Estados Unidos. "Eso no tiene lógica ninguna", apunta Nájera, que indica que solo en China, otras ciudades como Pekín, Shenzen o Shanghái tienen también infraestructuras de este tipo y no han sufrido esos niveles de contagios.

En nuestro país también ha habido algún estudio que ha apuntado en esta dirección y han aputando . Ha sido, concretamente, el biólogo e investigador de la Universidad de Barcelona, Bartomeu Payeras Cifre, que se dedicó a elaborar un mapa de países y regiones con mayor y menor incidencia del coronavirus. Apoyándose en casos como el de San Marino, con una gran cobertura de esta tecnología (al que atribuye ser el primer país donde se instaló, cosa que no es cierta, fue Corea del Sur) y un alto índice de infectados por cada 100 habitantes. Una señal, en su opinión, de una "clara, contundente e irrefutable relación" entre índice de casos de covid-19 y la ubicación de tecnología 5G. Payeras, en declaraciones recogidas por varios medios propuso como idea "desconectar estas antenas y ver la evolución de los casos" para terminar de certificar esta correlación.

"Son cosas que no cuadran"

"Algo no cuadra. Uno de los países donde mejor han respondido a la pandemia ha sido en Corea del Sur, que es el país que primero lo desplegó y uno de los lugares donde más extenso es uso", remata el docente. Asegura que desmentir esta teoría es tan fácil como ver el elevado números de casos en España y acudir a los mapas de cobertura de 5G: "Aquí podríamos decir casi que ni existe. Se ha desplegado de forma casi testimonial. Solo está funcionando una frecuencia. Las otras dos, ni tan siquiera se han subastado". Además, indica, que una de las bandas que se tienen que subastar es la de los 700 megaherzios, que es la que se utilizaba para la TDT, algo que ha obligado a resintonizar y hacer ajustes en viviendas de toda España. "Si sirviese para transmitir enfermedades, esto podría haber pasado antes, ¿no?".

placeholder Vista de una antena de telefonía móvil. (EFE)
Vista de una antena de telefonía móvil. (EFE)

"Hay que tener en cuenta que un virus tiene una escala nanométrica. Mide 0,0001 milímetros. Ni la luz visible puede interactuar con ellos. Por eso no podemos verlo en un microscopio óptico por eso. Pues bien sostener estas cosas es una burrada porque las ondas de radiación de un móvil son de milímetros. Es imposible desde el punto de la biología que el 5G lo trasmita", remata.

Nájera cree que una buena infraestructura de red móvil ha ayudado a implementar soluciones tecnológicas que han ayudado a controlar la expansión de la pandemia e incluso han servido de muleta a la hora de retomar la normalidad tras el confinamiento. Reconoce que el 5G va a aportar capacidades como la posibilidad de trasmitir "un gran volumen de datos en un cortísimo tiempo y a una latencia (el tiempo que pasa entre que se envía la señal y se recibe la respuesta) prácticamente inapreciable". Pero también asegura que la actual generación, el 4G, está preparada más que de sobra para las soluciones que se están poniendo sobre la mesa. "En Europa, por ejemplo, creo que el problema no es tanto de capacidades, como de la legislación de protección de datos", apunta. Esto es una derivada del esfuerzo por parte de las instituciones comunitarias para imponer un marco regulatorio más garantista con la información personal que en otros países a través de herramientas como el RGPD.

El papel de las redes

Países como China (0,3), Taiwán (0), Singapur (0,4) la mencionada Corea del Sur (0,5) o Uruguay (0,6) han conseguido mantener una cifra de letalidad por cada cien mil habitantes muy baja si la comparamos con la de algunos países europeos, como España, o Estados Unidos. ¿Y qué tienen en común? Que pusieron sus redes 4G o 5G rápidamente a dar soporte a herramientas tecnológicas, que son una arista más de la estrategia global contra el coronavirus.

Tenemos múltiples ejemplos de cómo gobiernos de medio mundo han conseguido trazar contactos, bien vía bluetooth o bien vía localización, de forma precisa para seguir la pista a los posibles focos, aislando rápidamente tanto a asintomáticos como a pacientes que si que mostraban sintomatología. Pero aquí, enlazando con lo de la latencia, no es importante únicamente la capacidad de recoger esos datos. El tiempo juega un papel fundamental. También la densidad de conexiones, especialmente de cara a la 'nueva normalidad' y el día que se recuperen las concentraciones masivas. Mientras que las redes Wifi te permiten unas 250 conexiones por punto de acceso, el 4G puede acomodar hasta 10.000. El 5G multiplica esto exponencialmente.

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Foto: Reuters.

En Corea del Sur lo reconocen abiertamente. Estos medios han sido un complemento perfecta a su experiencia previa con el SARS y considera que emplear "recursos creativos y tecnología de último nivel para desarrollar los métodos de respuesta más efectivos", como aseguró el viceministro, Kim Gang-Lin, ha sido clave en su intento por domesticar el covid-19. En el país, entre muchas otras cosas, han utilizado cámaras termográficas en alta definición que gracias a las capacidades de transmisión de estas redes podían procesar esas imágenes en tiempo en la nube, cruzando esa información contras bases de datos y utilizando tecnologías como reconocimiento facial para control de posibles contagios.

En Taiwán, por ejemplo, consiguieron crear un sistema de registro sanitarios para hacer el seguimiento en tiempo real de aquellos que querían entrar o salir del país, clasificando los que tenían más riesgo y creando una comunicación directa con centros médicos y farmacéuticos. Pero todos los ejemplos no provienen de Asia. En América Latina tenemos el caso de Uruguay, cuyo gobierno fue uno de los primeros en incentivar el despliegue del 5G. Algo que además de permitirles tener una aplicación funcional para detectar posibles contagios, les permitió elaborar modelos basados en 'big data' para tener una fotografía general de cómo la enfermedad se movía por el país.

Pero la buena respuesta de las redes no va a ser crítica solo en la lucha contra la pandemia, sino también en la nueva normalidad a la espera de que aparezca el fármaco o la vacuna que nos permita vivir con este coronavirus como con una enfermedad más. China, que tras estos meses roza ya la cifra de 200.000 estaciones conectadas por Huawei y ZTE, ha querido dar un impulso durante esta crisis y ha instado a las operadoras a seguir haciendo esfuerzos en este sentido. Durante la crisis del coronavirus, en hospitales de Wuhan se utilizaron vehículos móviles con máquinas de tomografía computarizada, muy efectivas a la hora de diagnósticar posibles neumonías causadas por el covid-19, que desde el parking gracias a conexiones de este tipo, algo que no podría haber pasado con 4G o wifi. Ahora se espera que las capacidades del 5G pueden facilitar el teletrabajo, videollamadas, presencia digital, gestión industrial remota y el desarrollo de nuevos protocolos relacionados con la telemedicina.

La pandemia que ahora vivimos tiene todos los elementos para que muchos, en todas partes del mundo, dejen volar libre su imaginación, alimentando las más disparatas teorías de la conspiración a todos los niveles, sobre el origen del coronavirus y otros aspectos de esta enfermedad. Este caldo de cultivo ha puesto de nuevo en el disparadero el 5G, la nueva generación de internet móvil, que desde hace unos pocos años se despliega progresivamente en diferentes lugares países. Las guerrillas 'magufas' que utilizan foros y plataformas digitales para predicar contra esta tecnología han vuelto a las andadas con un puñado de argumentos que siguen sin tener ni evidencias ni respaldo científico. Si en su día acusaban a estas redes de producir cáncer, ahora le acusan de haber servido para propagar el covid-19.

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