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¿Qué edad tienen los fallecidos con coronavirus en España y el resto del mundo?
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El factor de la población envejecida

¿Qué edad tienen los fallecidos con coronavirus en España y el resto del mundo?

Casi la mitad de los fallecidos en España son octogenarios (el 46,3%) y los que superan los 90 representan cerca de la quinta parte (19,4%). ¿Qué hay de los jóvenes?

Foto: Personal de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid responde al aplauso diario que se ofrece a los sanitarios cada día a las ocho de la tarde con motivo de la pandemia de coronavirus. (EFE)
Personal de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid responde al aplauso diario que se ofrece a los sanitarios cada día a las ocho de la tarde con motivo de la pandemia de coronavirus. (EFE)

La cuestión de la edad ha estado en el centro del debate sobre el coronavirus desde el primer día. Como argumento para estimar el alcance y la gravedad de la pandemia o como motivo para tomar unas medidas u otras, la idea de que el SARS-CoV-2 solo era letal para la población más anciana lo impregna todo. Sin embargo, los casos de jóvenes que han sido ingresados o que incluso han fallecido han levantado numerosas dudas. Hasta hace pocos días, no teníamos datos oficiales por edades en España, pero el Ministerio de Sanidad ha comenzado a publicarlos, despejando al fin algunas dudas sobre el perfil de los pacientes.

De los primeros 20.471 casos notificados que incluyen la información de edad (Sanidad no ha recolectado aún más datos), 7.699 han tenido que ser hospitalizados. Esos casos graves tienen mucho que ver con los años: el 10,1% de los casos tienen entre 40 y 50 años; el 13,9% entre 50 y 59; el 18,6, entre 60 y 69; el 24,1% entre 70 y 79; el 19,1% entre 80 y 89; y el 5,2%, 90 o más años. Más de un tercio de los ocupantes de las UCI son septuagenarios (33,5%), seguidos de las pacientes que tienen entre 60 y 69 años (28,3%) y de los que están entre los 50 y los 59 (18,5%).

Foto: Adolfo García Sastre dirige en Nueva York el Instituto Global de Salud y Patógenos Emergentes.

Sin embargo, la mortalidad se ceba con las edades más avanzadas. Casi la mitad de los fallecidos en España son octogenarios (el 46,3%). Además, los que superan los 90 son casi la quinta parte (19,4%) y los de entre 70 y 79 años suponen el 21,1% de las muertes. El porcentaje de muertes de 60 a 69 años cae al 8,5% y entre los menores de 60 el número ya es muy bajo.

Para conocer el verdadero riesgo de muerte que supone la enfermedad Covid-19 en cada tramo de edad es más útil la tasa de letalidad, es decir, la proporción de personas diagnosticadas que fallecen. Este parámetro sí que está directamente relacionado con la edad: fallece el 23,3% de los mayores de 90 años, el 15,8% de los octogenarios, el 5,6% de los septuagenarios y el 2,3% de los que están en la década de los 60.

En su rueda de prensa de ayer, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, explicó que la distribución por edad de los casos diagnosticados pero no hospitalizados “representa aproximadamente la pirámide de población que tenemos en España”, con la excepción de los tramos de edad más jóvenes, en los que hay muy pocos casos registrados. “Sin embargo, a medida que pasamos a situaciones o a casos más graves”, señaló haciendo referencia a un gráfico que mostraba los ingresos, “la edad media va subiendo”. La explicación es lógica: “los hospitalizados son personas más frágiles, que tienen patologías crónicas más severas, que normalmente también tienen más edad que la población general”. En las UCI, “ese incremento en la edad es incluso superior”, añadió.

Los casos en jóvenes

Estos datos no hacen más que confirmar que el perfil de los pacientes que llegan a sufrir una neumonía grave es de edad avanzada, aunque eso no significa que los jóvenes no se infecten. En declaraciones a Teknautas, Eduardo Fernández Cruz, jefe del Servicio de Inmunología Clínica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, lo explica: "Es un virus nuevo que proviene de una zoonosis y que nunca ha infectado a población humana. Esto supone que todos los individuos, a cualquier edad, son susceptibles de poder infectarse”. Sin embargo, los datos demográficos recogidos por el Instituto de Salud Carlos III muestran, según comenta este experto, que la incidencia de la infección apenas es significativa en los jóvenes, mientras que en los mayores de 65 años se dispara hasta el 32%.

placeholder Entrada de un paciente desde una ambulancia al Hotel City House Florida Norte este martes. La Comunidad de Madrid ha habilitado tres nuevos hoteles sanitarizados destinados a la recuperación de pacientes afectados por coronavirus en Aranjuez, Parla y Madrid capital. (EFE)
Entrada de un paciente desde una ambulancia al Hotel City House Florida Norte este martes. La Comunidad de Madrid ha habilitado tres nuevos hoteles sanitarizados destinados a la recuperación de pacientes afectados por coronavirus en Aranjuez, Parla y Madrid capital. (EFE)

Para Ignacio Rosell, experto en medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Valladolid, los datos indican que tener una población tan envejecida como la española “puede ser el hecho que mejor explica las cifras de casos graves y de muerte” que se están registrando. A esto habría que añadir “todo lo que conlleva la edad”, como las enfermedades de base que complican los casos.

No obstante, la evidencia de que los casos graves están tan estrechamente relacionados con la edad, “no nos tiene que hacer bajar la guardia. Aunque sean muy infrecuentes, hay casos en jóvenes e incluso jóvenes que han muerto. Es anecdótico, pero que nadie vaya a pensar que por ser joven es inmune al coronavirus”. Y pone un ejemplo: “El otro día un compañero venía muy impresionado tras hacerle una placa de tórax a una chica de 32 años que tenía afectados los alveolos de los dos pulmones. Puede ser por un síndrome pulmonar inadvertido, puede ser un caso entre 10.000, pero la realidad es que puede afectar a cualquiera”, comenta Rosell.

De hecho, el caso del famoso 'paciente uno' en Italia —solo tenía 38 años y era deportista, pero acabó ingresado con una grave neumonía en la UCI del hospital de Codogno, en el norte del país—, despistó mucho a los médicos y, probablemente, haya sido decisivo en la expansión de la epidemia.

Aunque habrá mucho que estudiar y aclarar en casos específicos, los factores de riesgo más relevantes para las personas jóvenes serían “los relacionados con deficiencias del sistema inmunitario”, apunta Fernández. Es un hecho que “los niños y la gente joven también se infectan y algunos pueden presentar complicaciones que requieran hospitalización”, pero también que cuentan con más posibilidades de salir airosos. “Su evolución estará determinada por una serie de variables que pueden incluir factores genéticos, hábitos nutricionales, tabaquismo, estatus inmunitario y otras alteraciones de tipo clínico preexistente", explica.

¿Qué pasa en Italia, China y Corea?

En Italia el dibujo general es muy parecido al español. La década de los 80 a los 89 también es la que registra un mayor número de fallecimientos (40,3%), seguida de la de los 70 a 79 (35,3%), la de 60 a 69 (10,8%) y los que tienen 90 o más (9,3%). La diferencia es que en España mueren menos septuagenarios y más personas que han superado los noventa.

placeholder Trabajadores sanitarios en Italia trasladan a un paciente. (Reuters)
Trabajadores sanitarios en Italia trasladan a un paciente. (Reuters)

En la tasa de letalidad también hay diferencias reseñables. Solo es idéntica en el caso de quienes han superado los 90 (en ambos países muere casi una cuarta parte de los enfermos), pero en el resto de edades la española es más baja. Especialmente significativa es la diferencia en la década de los 70 a los 79 años: fallece el 5,6% de los pacientes españoles frente al 15,6% de los italianos.

Rosell cree que es difícil comparar: “Los datos no están del todo cerrados, cuando se vayan estabilizando quizá se normalicen”. No obstante, no descarta que la saturación que sufren los hospitales italianos influya en el manejo de los pacientes y en los resultados finales. “Madrid está saturado, pero de momento está consiguiendo capear el temporal, no sé lo que sucede en Italia”, apunta.

Los datos de China son mucho más abundantes, ya que algunos estudios incluyen el análisis de decenas de miles de casos de Covid-19. Frente a lo que está sucediendo en Italia y en España, el país de origen del brote acumuló muchos fallecimientos en población más joven. Casi un tercio de las muertes fueron de pacientes entre los 60 y los 69 años (30,2%), casi el mismo número que en la década posterior (30,5% de septuagenarios). También un gran porcentaje de fallecidos tenía más de 80 años (20,3%), pero esa cifra se queda muy lejos de las del sur de Europa.

Los datos indican que tener una población tan envejecida como la española "puede ser el hecho que mejor explica las cifras de muerte"

No obstante, esos datos se explican por el gran número de casos de esas edades que se acumularon en China, ya que en realidad el índice de letalidad en cada tramo de edad es relativamente parecido al de España: fallece un 14,8% de las personas de 80 o más años, el 8% de los que tienen entre 70 y 79 años y el 3,6% de los que se encuentran entre los 60 y los 69 años.

En cualquier caso, los epidemiólogos creen que detrás de las diferencias puede haber diversos motivos sociales y demográficos. Con el desarrollo de las últimas décadas, la esperanza de vida en China ya ha alcanzado los 76 años, pero la brecha con Italia y España, dos de los países más longevos del mundo (ambos superan los 82 años), aún es importante. La pirámide demográfica es distinta y eso dificulta mucho establecer comparaciones (hay más personas en la década de los 60 y, por lo tanto, mueren más), pero también existen otro tipo de diferencias que pueden incidir en la acumulación de factores de riesgo a edades más tempranas, como la intensa contaminación que sufren las ciudades chinas.

placeholder Un empleado funerario se protege con un equipo de protección individual (EPI) este martes en el Cementerio Jardín de Alcalá de Henares (Madrid). (EFE)
Un empleado funerario se protege con un equipo de protección individual (EPI) este martes en el Cementerio Jardín de Alcalá de Henares (Madrid). (EFE)

Aun así, la población china, al ser más joven “tiene menores posibilidades de tener complicaciones y, por lo tanto, de ingresar en la UCI y de muerte”. Por eso, no es de extrañar que al contabilizar todas las edades la tasa de mortalidad quede en el 3,8% en el país asiático, mientras que en España llega al 5% y en Italia, al 8,5%. El escaso número de pruebas que se ha realizado hasta ahora también afecta a estos porcentajes, ya que probablemente hay muchos casos por detectar.

De hecho, el porcentaje de letalidad caería mucho más si tenemos en cuenta a los portadores asintomáticos, personas infectadas que no muestran síntomas y que podrían llegar a ser un tercio de los que dan positivo, de acuerdo con los datos que ha publicado 'South China Morning Post'. Según este periódico, más de 43.000 “portadores silenciosos” de SARS-CoV-2 habían dado positivo en China a fines de febrero y fueron puestos en cuarentena.

En Corea del Sur, país que para muchos es un ejemplo en la gestión de esta crisis y que bate récord en el número de test realizados, las cifras de fallecimiento por tramos de edad se parecen más a las europeas que a las chinas, aunque estadísticamente no son muy relevantes, porque el número de muertes en este país es de solo 120. Según los datos de los Korea Centers for Disease Control & Prevention, el 39,4% de los fallecidos supera los 80 años, mientras que el 35,5% estaba en la década los 70 y el 16,35% en la de los 60. Apenas hay fallecidos de edades más tempranas y, en general, la tasa de letalidad es muy baja comparada con la italiana y la española: 10,4% para los mayores de 80 años, 6,2% para los de 70 a 79 y 1,5% para los de 60 a 69.

La cuestión de la edad ha estado en el centro del debate sobre el coronavirus desde el primer día. Como argumento para estimar el alcance y la gravedad de la pandemia o como motivo para tomar unas medidas u otras, la idea de que el SARS-CoV-2 solo era letal para la población más anciana lo impregna todo. Sin embargo, los casos de jóvenes que han sido ingresados o que incluso han fallecido han levantado numerosas dudas. Hasta hace pocos días, no teníamos datos oficiales por edades en España, pero el Ministerio de Sanidad ha comenzado a publicarlos, despejando al fin algunas dudas sobre el perfil de los pacientes.

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