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La mansión de los 'gamers': entrenadores, cocineras y fichajes millonarios
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LOS CLUBES DE E-SPORTS YA MUEVEN MILLONES

La mansión de los 'gamers': entrenadores, cocineras y fichajes millonarios

A medida que los e-sports se profesionalizan, los jugadores van siendo desplazados del centro del negocio

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Durante el verano de 1999 se publicó la primera versión de Counter-Strike, un videojuego de disparos en primera persona que traía una novedad: no había una inteligencia artificial contra la que jugar, por lo que se necesitaban varios seres humanos para echar una partida. Y la única forma de hacerlo era conectando varios ordenadores con un cable de red, dado que el acceso a internet por entonces era complejo, caro y lento. Se popularizaron entre los jóvenes las 'lan party', epicentros de juego y piratería, y después su versión capitalista, los cibercafés. Quizá no los recuerde, pero había al menos uno en su barrio, en el mismo local donde antes hubo un videoclub y ahora hay una panadería ecológica.

En aquellos cíber germinó el Counter-Strike hasta convertirse en la primera religión del siglo XXI, que tiene por apóstoles los ases del ratón. Miles de pagas sucumbieron al cibercafé, que mantenía a los chavales encerrados todo el día, disparándose entre acusaciones de camperismo y latas de Red Bull. Después se crearon clanes irreconciliables.

Veinte años después, millones de personas están dispuestas a pagar una entrada para ver cómo luchan los clanes, que ahora son dinastías. Con su castillo y su servicio. Es el caso de Team Heretics, un club madrileño que, con solo tres años de vida, ocupa una mansión en Arturo Soria de cinco plantas. "¿Mansión? Esto no es una mansión, es un chalet grande. Queremos mudarnos a una mansión de verdad, con piscina cubierta, en la zona de Pozuelo", dice Antonio Catena, CEO del equipo, mientras enseña un plató de televisión en la planta baja.

placeholder Antonio Catena, CEO de Team Heretics
Antonio Catena, CEO de Team Heretics

Catena, (Madrid, 1992), fue uno de esos chicos que se dejaba la paga tiroteándose en los cíber de Leganés. Pese a su juventud, empezó demasiado tarde en los e-sports: "Yo jugaba a 'Call of Duty' y era bastante bueno. Empecé a jugar en 2007 y gané varios campeonatos, pero por entonces los premios no eran económicos y tampoco existían las redes sociales para darte fama, así que lo fui dejando por los amigos y la novia. No había forma de vivir de ello", dice.

Unos años después consiguió un trabajo sin remuneración en Wizards, uno de los primeros equipos de e-sports de España. "Por explicarlo fácil, digamos que empecé como el último peón y terminé de jefe de operaciones", dice Catena. "Empecé a tener contacto con los patrocinadores y algunas marcas extranjeras me contrataron para que las representase en España. Trabajaba un montón de horas y tuve que dejar los estudios, pero merecía la pena: ganaba 6.000 euros al mes".

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Antonio Catena, CEO de Team Heretics

Catena, de naturaleza ahorradora, se juntó con mucho dinero sin darse cuenta y decidió montar una empresa. Tenía veintipocos y conoció a Jorge Orejudoalias Goorgo, un youtuber con 2 millones de suscriptores— y a Arnau Vidal, aún menores de edad, a los que se unió para gestionar el merchandising y el marketing de marcas internacionales. "De ahí nació el club. Teníamos contacto con un montón de empresas que querían patrocinar algo así, de modo que nos bastó con poner 300 euros cada uno", dice el CEO.

Jugamos a 'Call of Duty' porque todo el mundo lo entiende, no como 'League of Legends', que se percibe como una cosa de frikis

Team Heretics empezó facturando 150.000 euros, después llegó al medio millón y cerraron 2019 a punto de los 2 millones. Por el camino han ido sumando accionistas estratégicos, como el futbolista del Real Madrid Sergio Reguilón, varios miembros de Google España o el youtuber The Grefg, con 12 millones de suscriptores. Son perfiles dispares porque la fórmula no es la clásica: "Heretics nació para aprovechar un error de los e-sports. Otros equipos se centran solo en ganar competiciones y eso les complica el crecimiento, porque no hacen mucho dinero. Nosotros también queremos ganar, pero nuestro principal objetivo es hacer crecer el mercado, porque todavía queda mucho por recorrer y casi la mitad de los españoles juegan a uno u otro juego. Por ejemplo, nosotros solo jugamos al 'Call of Duty', al 'Rainbox Six' y al 'Counter-Strike', porque son juegos de disparos, que cualquiera puede comprender con solo mirar. No es lo mismo que ver el League of Legends, que es mucho más complejo por los conjuros, y se percibe como una cosa de frikis", dice el CEO. Necesita que su negocio sea lo más multitudinario posible, porque tiene un ojo puesto en las retransmisiones televisivas: "Aún no se paga a los clubes por emitir sus partidas pero, cuando llegue, por ahí vendrá una de las vías de financiación más importantes".

placeholder La sala de juntas de Heretics
La sala de juntas de Heretics

Heretics crece a base de patrocinios. Además de las marcas endémicas del sector, normalmente fabricantes de 'hardware' y bebidas energéticas, se han abierto a otras sin bagaje, como San Miguel o Adidas, y graban un programa de televisión para Mediapro en el sótano. En otros equipos invierten Movistar, Telepizza, Puleva, LG o Pull & Bear. Las marcas se matan por tomar posiciones en un sector que crece dos dígitos al año y que, de momento, ofrece una imagen blanquísima de cara al anunciante.

He copiado en Heretics la forma en la que trabajábamos en el Atlético de Madrid

Tanto es así, que están empezando a atraer talento de otros sectores: "A mí nunca me han gustado los videojuegos, de hecho siguen sin gustarme, pero insistieron mucho en ficharme y, cuando me contaron el proyecto, me gustó y no pude negarme", dice Pablo Canosa, director comercial de Heretics y responsable del 95% de la facturación del club. Hace un año, cuando los 'gamers' fueron a buscarle, era el director de Patrocinios del Atlético de Madrid: "Es un reto, pero no es tan distinto. De hecho yo he copiado el modelo comercial del Atlético de Madrid, que se ha demostrado exitoso durante los últimos años. La forma de tratar con los anunciantes, la forma de enfocar las propuestas, la estructura... todo lo he mamado allí", dice Canosa. "Lo que más me chocó es que, a mis 31 años, he pasado de ser de los más jóvenes del Atleti al más mayor del staff de Heretics", confiesa entre risas.

Lo que genera dinero no es el juego en sí, sino lo que le rodea. Cuando celebren una victoria, ahí estará San Miguel, que les ha instalado una barra en el jardín, o Adidas, que provee de ropa oficial al club. "No hacemos publicidad directa, porque incomoda a nuestros fans, sino más 'product placement'. La idea es relacionar esas marcas con el estilo de vida de Heretics, con un 'storytelling' propio", afirma Canosa.

El alto rendimiento

Así, en Heretics, los jugadores son solo una parte de la ecuación, pero una parte que no puede fallar, porque todo se construye en torno al prestigio de sus éxitos. Tanto los traspasos entre equipos como los sueldos tienden a ser millonarios: se estima que Faker, el Messi de League of Legends, percibe casi 3 millones de dólares anules de su club. Por eso los clubes los cuidan como a un deportista profesional en un centro de alto rendimiento: en la mansión de Heretics entrenan, comen y duermen. No es que estén encerrados en la mansión, sino que no tienen mucho tiempo para salir de ella.

Aunque KFC patrocina a Heretics, los equipos solo comen lo que les prepara Mamen Piñarro, la cocinera, que impone una dieta equilibrada que se aleja del mito del 'gamer comedoritos': "Tuve mi empresa y trabajaba todos los días para ganar 1.000 euros. Después trabajé en un colegio, dando de comer a mil niños con peroles gigantes de comida congelada. Ahora preparo platos de calidad y trabajo de lunes a viernes, así que estoy contenta". Junto a la limpiadora Asdrid Carolina y alguna otra persona de administración, conforman escueta presencia femenina en Heretics, un fenómeno —lamentablemente— muy extendido en los videojuegos.

placeholder La cocinera Mamen Miñarro
La cocinera Mamen Miñarro
placeholder La limpiadora Asdrid Carolina
La limpiadora Asdrid Carolina

"Para desayunar nos deja que le pidamos algo, pero la comida y la cena siempre la decide ella... y no me quejo, que hace dos o tres platos para elegir y está todo buenísimo. Mamen triunfa mucho en esta casa", dice Daniel Ortega, alias Choi, uno de los jugadores de Rainbow Six de Heretics. Ortega fue uno de los fichajes galácticos del mercado de invierno pero, antes de mudarse a la mansión de Arturo Soria, fue taxista durante cinco años. "¿Un día normal aquí? Pues me levanto sobre las 9:30 de la mañana para que me de tiempo a desayunar, ducharme, hacer algo de ejercicio... porque a las 12 hay que estar listo para el entrenamiento. Hasta la hora de comer, nos centramos en la estrategia y en algunos conceptos. Por la tarde seguimos con la estrategia y por la noche solemos acabar con una partida contra otro equipo rival... y hasta que acabe. Hoy, por ejemplo, hemos terminado a las 22:30", dice Ortega.

Al cargo de estas maratonianas jornadas, con un solo día de descanso a la semana, está el entrenador Noel Garberi. "Noel es un extenista profesional y ejecutivo de Inditex que se matriculó en el master de e-sports de la universidad en el que era profesor", dice Catena, "y le gustó tanto que me pidió venirse a Heretics a trabajar, aunque fuera sin sueldo. Es un crack, nos aporta conocimientos del deporte que necesitamos, como los entrenamientos de handicap: se pone a hacer sonar un silbato en mitad de una partida para que los jugadores aprendan a comunicarse por otras vías si en un momento dado falla el sonido en una competición", explica. "Noel es un tío con una ambición grandísima, que no para de preguntar todo lo que no sabe de un juego. Es una esponja y tiene un modelo, adaptativo, que sigue al dedillo. En solo un mes he mejorado un montón con él, es una locura", dice Daniel Ortega.

placeholder El entrenador Noel Garbieri, explicando unos conceptos
El entrenador Noel Garbieri, explicando unos conceptos
placeholder Un entrenamiento de Heretics
Un entrenamiento de Heretics

Ortega es una singularidad: es profesional en un 'shooter' con 32 años. "Si ves una partida profesional de Counter-Strike entenderás por qué es importante la edad", afirma Catena. "Son disparos rapidísimos, es todo reflejos, y a partir de los 24 años vamos siendo cada día un poquito más lentos... muy pocos pasan de los 27 años a alto nivel. Pero aportan otras cosas, como la veteranía: puede que no disparen tan rápido como un chaval de 18, pero es mucho más difícil desanimarlos si van perdiendo, porque saben que pueden remontar, ya lo han hecho en otras ocasiones", dice Catena. "Mira, me he pasado mi juventud compitiendo por un ratón o una tarjeta gráfica, ahora que por fin esto se ha profesionalizado tengo que disfrutarlo, yo todavía no he perdido reflejos", le responde Ortega.

Nuestro rival no es MadLions, sino Netflix

Como es habitual es un mercado emergente, los casi 50 trabajadores del club cobran por encima de la media en sus categorías profesionales, pero se deben a unos objetivos de crecimiento innegociables. Su CEO reparte abrazos por las mañanas, pero no le tiembla el pulso al despedir por las tardes: "Si tienes un objetivo anual y no llegas, nos sentamos a ayudarte, a ver cómo lo puedes mejorar, pero si, con todo, al final incumples el objetivo, tu responsable tendrá que despedirte, porque si no será él quien se vaya", dice Catena. "Presumimos de ser el club de e-Sports más serio del mundo, y para eso tenemos que seguir creciendo y creciendo".

placeholder El plató con espacio para público en la planta baja
El plató con espacio para público en la planta baja
placeholder Dos jugadores durante el entrenamiento
Dos jugadores durante el entrenamiento

Heretics es uno de los clubes más seguidos en redes sociales, entre los tres primeros de los hispanohablantes. Deportivamente se han colocado entre los primeros de España en varios juegos pero, para su consejero delegado, es solo un paso intermedio: "Nuestro objetivo es desubicarnos poco a poco de la parte de los e-sports para crear otras vías de crecimiento del negocio, como la creación de contenido, el marketing o diversas formas de entretenimiento. Queremos crear una base de fans de Heretics que respondan cuando se lo pidamos, independientemente de lo que vendamos o fabriquemos. Quiero impactar a la sociedad 360: deporte, música, noticias, todo lo que se consuma. Por eso digo que nuestro rival no es MadLions ni ningún otro equipo de e-sports, sino Netflix", zanja el CEO.

Durante el verano de 1999 se publicó la primera versión de Counter-Strike, un videojuego de disparos en primera persona que traía una novedad: no había una inteligencia artificial contra la que jugar, por lo que se necesitaban varios seres humanos para echar una partida. Y la única forma de hacerlo era conectando varios ordenadores con un cable de red, dado que el acceso a internet por entonces era complejo, caro y lento. Se popularizaron entre los jóvenes las 'lan party', epicentros de juego y piratería, y después su versión capitalista, los cibercafés. Quizá no los recuerde, pero había al menos uno en su barrio, en el mismo local donde antes hubo un videoclub y ahora hay una panadería ecológica.

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