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Por qué un dron puede cerrar Barajas: "No hay sistemas de detección, vamos a ciegas"
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No se usan sistemas antidrones

Por qué un dron puede cerrar Barajas: "No hay sistemas de detección, vamos a ciegas"

¿Cómo es posible que un pequeño dron se pueda colar en el espacio aéreo de un aeropuerto y causar su cierre? ¿Por qué no se usan sistemas de detección e intercepción?

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Madrid, 12:15 de ayer lunes. La primera comunicación inquietante llega a la torre de control del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. Un piloto confirma el avistamiento de un dron justo después del despegue de su avión. Fue exactamente en la zona de la pista 36-D, al noreste de la T4, según confirman a este diario controladores aéreos consultados conocedores del suceso. El protocolo marca que es necesario el avistamiento de un segundo piloto para activar la máxima alerta y decretar, si así se considera, el cierre temporal del espacio aéreo del aeródromo. La segunda comunicación llega minutos después. Otro piloto confirma la presencia de un dron en la misma zona. Se trataba de una las áreas "más sensibles" del aeropuerto. El supervisor de la torre de control toma la decisión inevitable: activa el protocolo de cierre del espacio aéreo del aeropuerto. Empieza el caos.

La presencia de un dron en el espacio aéreo del aeropuerto de Madrid obliga a cerrar las pistas

La decisión del cierre del espacio aéreo del aeródromo se tomó al filo de las 12:40 de ayer lunes. Se dieron dos horas de margen, hasta las 14:40, para solucionar el incidente. Minutos después, se constituyó un equipo local de crisis, compuesto por Aena (el gestor del aeropuerto), Enaire (el gestor de la navegación aérea), Delegación de Gobierno, Policía Nacional y Guardia Civil. El resultado ya lo conocemos: 26 vuelos desviados, importantes retrasos en los despegues y la apertura del espacio aéreo antes de lo previsto, sobre las 14:15. La gran pregunta que queda después de este serio altercado es evidente: ¿cómo es posible que un pequeño dron se pueda colar en el espacio aéreo de un aeropuerto y causar su cierre? ¿Por qué no se detectó antes?

Foto: Predator MQ-9 Reaper (Foto: USAF)

Controladores aéreos consultados explican que, pese a la existencia de numerosos sistemas técnicos que podrían ayudar a la detección e intercepción de drones, se trata, de momento, de tecnología en pruebas. En Barajas, el protocolo es tan claro como rudimentario. "No se usan sistemas de detección, ni aquí ni en el resto de aeropuertos europeos, en ese sentido vamos a ciegas, dependemos de los avistamientos de los pilotos, que son los que ponen en alerta a torre de control y, a partir de ahí, se activa o no el protocolo", explica a Teknautas Luis Vidarte, controlador aéreo y portavoz de la asociación Aprocta.

Igual que otros aeródromos, Barajas cuenta con un equipo de control de fauna, para evitar que bandadas de pájaros puedan colisionar con los aviones durante el despegue o aterrizaje. "Se usan halcones cuando se detectan pájaros en las cabeceras de las pistas, se los envía allí para espantarlos. Pero no hay mucho más. Desde luego, los drones son una amenaza igual o mayor que los pájaros y habría que evolucionar la forma en que se previenen estas situaciones", señala Vidarte. La regulación prohíbe a operadores de drones (particulares o profesionales) volar un aparato a menos de 15 kilómetros del aeródromo y establece multas de 90.000 euros por infracciones, pero se queda ahí.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

La Guardia Civil, de momento, continúa su investigación sobre lo ocurrido. Ha identificado a varias personas pero, según confirman fuentes del cuerpo, aún no se ha realizado ninguna detención ni se han localizado el dron en cuestión ni a su dueño.

"Da igual el tipo de dron que sea"

El problema se agranda cuando se habla de qué tipo de drones hacen falta para originar un problema así. Y es que, aunque parezca llamativo, ni la envergadura ni las prestaciones del aparato son importantes en esto. “Cualquier dron, ya sea un juguete o un modelo profesional, es un problema en un entorno como un aeropuerto”, explica a este periódico Jennifer, experta en drones y aeronáutica del Club de Vuelo TAS.

Según esta especialista, el mayor problema no es tanto la envergadura o la altura a la que pueda llegar la aeronave, es que cualquier toque con el avión tradicional puede originar un problema muy serio. “Fíjate, si un Phantom, que se considera ya un dron profesional y que pesa alrededor de un kilo y medio de peso, se cuela en un motor o choca contra un avión, puede originar un grandísimo problema, e incluso llegar a tumbarlo”.

Por su parte, Meritxel Codina, perita aeronáutica y experta en drones, da un pequeño margen para los modelos más pequeños. "Obviamente, si tu dron no supera los cinco o seis metros de altura, es difícil que paralice el aeropuerto, porque directamente nadie lo detectaría, pero debemos tener claro que el problema no es que haya un dron con unas características concretas volando en un espacio prohibido, es que hay un dron en un sitio en el que no debería estar. La mera presencia del aparato ya provoca esta reacción".

placeholder Un dron modelo Phantom. (Reuters)
Un dron modelo Phantom. (Reuters)

Lo de la identificación es clave, porque la normativa actual abre la puerta a la utilización de este tipo de aeronaves en zonas protegidas, siempre y cuando tengan la autorización competente y todo el mundo esté sobre aviso. Como asegura Jennifer, en un entorno así, solo puedes usar un dron si está manejado por un profesional con las licencias necesarias que otorga la AESA y hay un NoTam (aviso a navegantes) que diga a todo el mundo que hay un dron operando en un punto concreto de este espacio. "Si no existe este tipo de control, hay un peligro para todos".

¿Cuánta gente tiene licencia para volar en estos espacios en España? Según explica Codina, solo hay unos pocos, pues los legisladores son muy estrictos a la hora de dar estos permisos. "Es un sector totalmente nuevo y por explorar y, obviamente, se está intentando controlar al máximo estas opciones, pues hay reservas sobre qué puede pasar o a quién le estás dando un permiso tan delicado".

Entonces, ¿qué deberíamos hacer?

Sabiendo todo esto, queda una duda clara. Si no tenemos ningún sistema de vigilancia, pero cualquier dron puede originar un problema con horas de paralización, vuelos cancelados o desviados y millones de euros de pérdidas por todos estos problemas, ¿no nos queda otra opción que convivir con esto y solo controlar a los profesionales? Lo cierto es que ya hay diferentes soluciones en pruebas para intentar atajar estas situaciones.

Empresas como la francesa Thales están desarrollando sistemas que unen la tecnología radar y 'software' capaz de neutralizar estos aparatos inhibiendo su señal a varios kilómetros de distancia. Su producto más puntero (mitad español, mitad australiano) se llama Hero Captor y ya se está probando en diferentes ciudades asiáticas. Además, esta misma compañía ofrece las ya conocidas escopetas antidrones, que funcionan como inhibidores de señal para tumbar los aparatos.

placeholder Sistema Horus Captor de Thales. (Montaje y reportaje fotográfico: Guillermo Cid)
Sistema Horus Captor de Thales. (Montaje y reportaje fotográfico: Guillermo Cid)

Por su parte, Jennifer apuesta por una medida más general que ayude a identificar estos aparatos, como ya ocurre con los aviones. "Deberían llevar un transpondedor, como las aeronaves tradicionales, que ayudase a identificar todos los aparatos que estén en el aire. Es más, sabemos que las autoridades españolas llevan tiempo pensando en esta solución pero no saben por dónde empezar". Según la especialista, con ello no se necesitarían medidas extra, aunque queda la duda de qué pasaría con los aparatos que viniesen sin ese transpondedor.

Para Codina, la mejor opción pasa por la concienciación y la pedagogía. "Debemos enseñar a la población que lo que está usando no es ningún juguete y que tome conciencia de lo que hace. Durante años, nos han dicho que los drones son para divertirse y que no hay ningún peligro detrás, por lo que será complicado dar la vuelta a esa idea, pero es la mejor forma de conseguir que estas situaciones se acaben, que sea la propia población la que tenga claro que no debe hacerlo".

Madrid, 12:15 de ayer lunes. La primera comunicación inquietante llega a la torre de control del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. Un piloto confirma el avistamiento de un dron justo después del despegue de su avión. Fue exactamente en la zona de la pista 36-D, al noreste de la T4, según confirman a este diario controladores aéreos consultados conocedores del suceso. El protocolo marca que es necesario el avistamiento de un segundo piloto para activar la máxima alerta y decretar, si así se considera, el cierre temporal del espacio aéreo del aeródromo. La segunda comunicación llega minutos después. Otro piloto confirma la presencia de un dron en la misma zona. Se trataba de una las áreas "más sensibles" del aeropuerto. El supervisor de la torre de control toma la decisión inevitable: activa el protocolo de cierre del espacio aéreo del aeropuerto. Empieza el caos.

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