Sofisticado y supersecreto: el desconocido avión de EEUU que se estrelló en Afganistán
El E-11A es una aeronave de aspecto inocente que, sin embargo, cuenta con tecnología de primer nivel. Se trata de una máquina militar que en realidad es una versión de un modelo comercial
Decir que los Estados Unidos han perdido una de sus aeronaves en Afganistán y que ha sido en el curso de los combates que aún mantienen contra los talibán, no sería ninguna novedad pues ya se han perdido varias. Sin embargo, en esta ocasión se trata de una pérdida muy importante para la Fuerza Aérea norteamericana, por un lado por las bajas que ha habido que lamentar, pero también porque se trata de un avión muy poco conocido, del que operan contadas unidades y que desempeña una labor secreta y crucial para las operaciones militares. Se trata del E-11A, un avión de aspecto inocente pero con una tecnología de primer nivel en su interior, cuyas funciones y características les vamos a desvelar.
Si les habláramos únicamente del avión E-11A, con seguridad muy pocos de ustedes sabrían a qué nos referimos. Si les dijéramos que es un BD-700, es posible que tampoco y si les dijésemos que en realidad es una versión militar del Bombardier Global Express, puede que ya a algunos el nombre les sonara familiar. En realidad estas tres denominaciones son el mismo avión, o mejor dicho, la primera es la variante militar norteamericana del BD-700, denominación del fabricante del avión “ejecutivo” Global Express.
Aviones ejecutivos
El Global Express es fabricado por la empresa canadiense Bombardier Aviation y se trata de uno de los denominados aviones “ejecutivos” o “de negocios” más sofisticados y mejores del mundo. Su diseño deriva de un buen avión comercial de pequeño tamaño diseñado para vuelos regionales, el CRJ-100/200, un avión que vuela en España con varias compañías y en el que seguro que algunos de nosotros hemos volado en alguna ocasión.
Comparado con otros aviones comerciales es un avión pequeño, con unos 30 metros de largo y 29 de envergadura, pero es uno de los grandes aviones para uso privado o ejecutivo. Según sus versiones el peso máximo al despegue se sitúa entre los 42.000 y 45.000 kg y su velocidad de crucero es de 934 km/h (Mach 0,84).
De todo su peso, entre 18.000 y 20.000 kg corresponden a la carga de combustible, lo que le proporciona su gran virtud: una extraordinaria autonomía de hasta 12.000 km (o 14 horas de vuelo) que le permiten hacer vuelos transoceánicos con 16 o 18 pasajeros sin repostar o llegar a casi cualquier punto del planeta con una única escala.
Para hacernos una idea de lo que representan esas cifras, si lo comparamos con un avión muy 'famoso' (y a veces polémico) para nosotros como es el Falcon 900 que opera el Ejército del Aire y que es usado para los desplazamientos presidenciales, nuestro avión tiene una longitud de 20 metros, una envergadura de 19, un peso máximo de casi 21.000 kg y una autonomía de 8 horas de vuelo. Poco o nada que ver.
Con estas características no es de extrañar que sea uno de los aviones más codiciados por las grandes empresas, multimillonarios u operadores de vuelos privados, aunque tengan que desembolsar cifras que alcanzan los 60 millones de dólares por aparato.
El Global Express militar
Con esas extraordinarias prestaciones de vuelo, sobre todo de autonomía, unido a la economía de costes que supone un producto de uso civil bastante extendido, no es de extrañar que los militares pusieran sus ojos en él, por lo que se han desarrollado varias versiones de uso militar con mayores o menores modificaciones y diversos usos, desde el de transporte VIP hasta el de vigilancia, patrulla y guerra electrónica.
Las variantes militares más notorias son la denominada Globaleye, utilizada por Arabia Saudí y que va dotada de un radar AESA Erieye, diseñado por la sueca SAAB, que se monta en una notoria estructura sobre el lomo del fuselaje. También con notorios abultamientos bajo el fuselaje y en su parte superior está la versión Raytheon Sentinel de la RAF británica, utilizada para vigilancia y control que cuenta con radares de la firma norteamericana Raytheon.
La USAF (Fuerza Aérea norteamericana) también se fijó en este aparato y sobre todo en su capacidad de mantenerse en vuelo durante tantas horas. Para ello seleccionó la versión con alcance extendido denominada Global-600 a la que añadió un completo equipamiento interior de comunicaciones, para actuar como “nodo de comunicaciones”. Esta versión recibió la denominación militar de E-11A siendo operada por el 430th Electronic Combat Squadron, una unidad especializada en guerra electrónica que en la actualidad trabaja únicamente con cuatro E-11A (ahora solo tres) y tres EQ-4B, versión específica del UAV Global Hawk.
E-11A: un avión imprescindible
El E-11A no es ni un avión que lleve radares sofisticados, ni es un avión espía ni mucho menos, como algún medio dijo al principio, un “bombardero”, puede que confundido por ser un avión fabricado por Bombardier. Se trata de un avión que cumple una función muy específica pero trascendental: garantizar las comunicaciones. En la guerra todo es importante, pero si hay algo imprescindible hoy en día son las comunicaciones. Sin ellas se rompe la cadena de mando, la información no fluye, no se pueden tomar las decisiones adecuadas y sobreviene el desastre.
Estados Unidos, sobre todo en conflictos asimétricos, se encontró con un importante problema que, aunque parezca mentira, fue la fragilidad de las comunicaciones. En terrenos extensos, con unidades desperdigadas y en lucha contra terroristas o insurgentes las distancias se hacen enormes y las redes de comunicación se comprometen. Cuando esto tiene lugar en un entorno montañoso y muy accidentado como es Afganistán, el problema se vuelve crítico. Muchas veces se puede paliar esta deficiencia mediante satélites, pero no siempre es posible y para ello se creó el sistema BACN o Battlefield Airborne Communications Node.
El BACN o Nodo de Comunicaciones Aerotransportado consiste en un conjunto de equipos de comunicación muy sofisticados y con la mejor tecnología mundial, que hacen de enlace entre las distintas unidades que intervienen en una acción o actúan en un determinado campo de batalla. El BACN actúa de varios modos y sirve, por ejemplo, de enlace repetidor entre unidades que, por sí mismas, no podrían contactar por encontrarse por ejemplo, en valles. Para ellos ocupar zonas elevadas podría ser peligroso y ahí reside el valor de un elemento aéreo dotado del BACN.
Otras funciones son la de ejercer enlace entre los FAC (Forward Air Control) que son elementos en tierra que dirigen a los aviones de ataque en misiones CAS (Close Air Support) contra sus objetivos en tierra. En estas misiones las comunicaciones son críticas pues los ataques se producen muy a menudo realmente cerca de las unidades propias. Así por ejemplo en Afganistán ha sido muy frecuente que los ataques de los aviones A-10 hayan sido conducidos hacia sus objetivos contando con este sistema. El BACN también actúa como puesto de mando aéreo o centro de coordinación de las operaciones en un área.
A la hora de buscar una plataforma donde poder llevar todo el sistema BACN, resultaba muy obvio elegir un avión fiable, relativamente económico y capaz de mantenerse en vuelo hasta 14 horas. Nacía así el E-11A. Si hay algo secreto o clasificado en los temas militares son la guerra electrónica y las comunicaciones, por tanto es lógico que muy poco se sepa de este avión y del sistema BACN, aunque exteriormente tres (ahora dos) de los cuatro aparatos que tiene la USAF apenas se puedan distinguir de un Global Express comercial. Tan solo se ha montado el sistema BACN en los E-11A y en los UAV (drones de largo alcance) EQ-4B Global Hawk.
¿Avión estrellado o derribado?
El avión estrellado es el de numeral AF 11-9358, idéntico a los otros E-11A excepto al de numeral 11-9001. Éste presenta unos añadidos en la panza y en la parte superior del fuselaje, lo que ha podido llevar al equívoco de pensar que se trataba de un avión con radar de alerta temprana o de vigilancia. Este avión norteamericano no lleva nada en esos añadidos y los mantiene porque se trata de la primera unidad y se utilizó como banco de pruebas, muy probablemente por Raytheon para desarrollar la versión Sentinel para la RAF británica, con quien es casi idéntico.
Pero sobre el desastre penden algunas dudas. El accidente tuvo lugar el lunes 27 de enero en la provincia de Ghazni, Afganistán, unos 130 km al sudoeste de Kabul, en el curso de unas operaciones militares contra elementos talibán. El aparato cayó tras haber estado en vuelo orbitando durante varias horas sobre la zona de operaciones. Un primer detalle que llama la atención es que el vuelo del 11-9358 pudo ser rastreado por la aplicación FlightRadar24, por lo que se conoce incluso la traza de su vuelo. Esto resulta raro porque lo normal en el curso de operaciones militares es que los aviones apaguen sus transpondedores, precisamente para que no se sepa su posición.
Fuentes norteamericanas aseguran que, aunque la investigación está en curso, nada hace indicar que el avión haya sido derribado. Y lo más probable es que sea la versión verdadera. Pero hay algunos aspectos grises. En primer lugar, se trata de un avión muy fiable y volaba a 41.000 pies (unos 12.500 metros). Los talibán se han atribuido el derribo de este avión y fuentes iraníes han hecho de este incidente una gran propaganda, asegurando a su vez que el avión había sido derribado. Credibilidad ante esto, la justa.
Si lo hubiesen derribado los talibán, sería un ataque muy significativo pues, si bien es fácil hacerse con misiles de corto alcance y de disparo “desde el hombro” (MANPAD), éstos tienen alcances muy limitados y desde luego no llegan a la altura de vuelo del E-11A accidentado. En los videos difundidos y que hemos podido ver, en alguna parte se aprecian unos pocos impactos de lo que podría ser metralla, pero nada que ver, por ejemplo, con lo que pudimos comprobar recientemente con el Boeing ucraniano derribado en Irán.
Si de verdad ha sido derribado, desde luego implica a grupos bien organizados y adiestrados y dotados con misiles de largo alcance, lo que no es fácil de llevar y esconder en una zona de combates de guerrilla. La investigación dará la respuesta.
Decir que los Estados Unidos han perdido una de sus aeronaves en Afganistán y que ha sido en el curso de los combates que aún mantienen contra los talibán, no sería ninguna novedad pues ya se han perdido varias. Sin embargo, en esta ocasión se trata de una pérdida muy importante para la Fuerza Aérea norteamericana, por un lado por las bajas que ha habido que lamentar, pero también porque se trata de un avión muy poco conocido, del que operan contadas unidades y que desempeña una labor secreta y crucial para las operaciones militares. Se trata del E-11A, un avión de aspecto inocente pero con una tecnología de primer nivel en su interior, cuyas funciones y características les vamos a desvelar.
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