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El 'caballo de Troya' ruso en EEUU: este es el caza que puede arruinar el programa del F-35
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Turquía se acerca a Rusia

El 'caballo de Troya' ruso en EEUU: este es el caza que puede arruinar el programa del F-35

El polémico programa del próximo caza 'made in USA' puede sufrir un nuevo golpe si el ejército turco acaba por decantarse por la compra del avión ruso rival

Foto: Un Su-35 durante una demostración en vuelo. (Rob Schleiffert)
Un Su-35 durante una demostración en vuelo. (Rob Schleiffert)

¿Se imaginan unas maniobras de la OTAN con aviones norteamericanos y europeos y que, de repente, aparecieran aviones de combate rusos, nuevos y casi con su mejor tecnología? Pues esta imagen podría tener lugar si Turquía sigue adelante con sus planes de adquirir un nuevo avión de combate en el mercado ruso. Las consecuencias políticas y de defensa de esta decisión podrían resultar muy graves y trastocar toda la estructura de la Alianza. Y es que el Gobierno turco no solo está pensando en hacerse con un avión ruso, es que se está planteando cambiar el polémico F-35 estadounidense por el Sukhoi 35, su gran rival.

Comenzando por el origen de todo, pocas veces en la historia de la aviación militar nos encontramos con un avión tan polémico como ha sido y es el F-35. Sus costes de producción, sus problemas y las cuestiones políticas que se han ido tejiendo a su alrededor han puesto este modelo en el disparadero. El F-35, recordemos, nació como un programa conjunto para un avión de combate moderno, el JSF (Joint Strike Fighter), del que formaba parte Estados Unidos como socio principal y una serie de países asociados al programa. Entre estos socios se encontraba Turquía. Entonces, ¿qué ha hecho que cambie tanto la situación? Pues la razones son varias.

Foto: F-18 del Ala 46. (Foto: Juanjo Fernández)

Misiles S-400: el desencadenante

La realidad es que Turquía era socio del F-35, su inversión en el programa alcanzaba ahora los 1.000 millones (según fuentes turcas) y estaba destinada a comenzar a recibir en estos días los primeros de sus 116 ejemplares del modelo Alfa para su fuerza aérea. Pero llegó el sistema ruso de misiles antiaéreos S-400 y todo cambió.

Turquía decidió adquirir el sistema de misiles más moderno que Rusia tenía en activo, el S-400, un sistema de muy buenas características del que se dice que se ha diseñado para poder abatir incluso los mejores aviones 'stealth' (invisibles) norteamericanos, entre ellos el F-35. Esta sorprendente adquisición de armamento ruso de primer nivel era la primera vez que ocurría con un país de la OTAN.

placeholder Sistema de misiles S-400. (Reuters)
Sistema de misiles S-400. (Reuters)

Turquía argumentó en su día (dos años atrás) que dicha compra se hacía por la necesidad estratégica de dotarse de un sistema antiaéreo que Estados Unidos no les suministraba, pero la respuesta no cuadraba y es que ahí estaba por ejemplo el Patriot (adquirido por España). La realidad podía estar más relacionada con la atención prestada por Estados Unidos (armas y adiestramiento) a las milicias kurdas que combatían en Siria contra el Daesh.

Por una cuestión u otra, lo cierto es que EEUU no podía permitir que Rusia emplazara sus misiles S-400 mientras, a la vez, volaban allí los F-35. Hubiera sido muy fácil para Rusia recabar datos de los radares de su sistema de misiles sobre el F-35. Saber cómo de visible es un avión al radar es uno de los datos más sensibles y secretos del avión norteamericano. El resultado fue que Turquía, al no renunciar a los misiles rusos, salió a empujones del programa del F-35 y se quedó sin su avión de quinta generación para ir reemplazando sus F-16.

Un avión necesario

Los F-16 turcos, aun estando modernizados y con buenas capacidades, no pueden sostener el poder aéreo que Turquía pretende mantener a medio plazo. Pero esta grave desavenencia con EEUU cerraba buena parte del mercado para un socio de la OTAN acostumbrado (hasta ahora) a manejar material americano.

Entonces, tras la venta de las baterías iniciales del S-400 y de un propuesto segundo lote, Rusia vio una oportunidad de oro para colocar sus productos en un país que además es socio de la OTAN, por lo que comenzó un acercamiento diplomático. Turquía necesita un nuevo avión de combate y Rusia tiene ahora mismo dos aviones muy potentes: el Su-57 (PAK FA) de quinta generación y el Su-35. Este último, es un avión probado, de buenas características, aunque de los denominados de “casi quinta generación”.

placeholder Sukhoi Su-35. (Reuters)
Sukhoi Su-35. (Reuters)

Con toda probabilidad el Su-35 no sería la primera ni la mejor opción para Turquía, pues busca un avión que reemplace al F-35 y, por tanto, querría algo de quinta generación. Para el gobierno y la fuerza aérea turca la mejor opción podría ser el Su-57, el último y más moderno desarrollo ruso de avión de quinta generación, con características 'stealth' y, en teoría, todas las prestaciones de los cazas ultramodernos.

Turquía ha puesto los ojos en el moderno avión ruso y se podría convertir a futuro en el primer usuario exterior de este prometedor avión, pero hay algunos inconvenientes y, paradójicamente, no es el precio el mayor de ellos. El PAK FA también es un avión bastante caro y cada ejemplar podría salir por un precio cercano a los 80 millones de dólares. El problema del avión ruso es su lento desarrollo y los constantes problemas con su planta motriz.

Es precisamente por los motores que el Su-57 no termina de despegar. Los propulsores que se han empleado hasta ahora en los prototipos, denominados T-50, eran derivados de motores en servicio con unas prestaciones bastante inferiores a los que utilizan aviones norteamericanos como el F-22. No será hasta que se desarrolle del toda la nueva planta motriz a base de los nuevos motores Ob'jekt 30, que el Su-57 demuestre todas sus capacidades. Sin embargo, puede que hasta finales de la siguiente década no se pueda considerar un producto maduro.

placeholder Un Su-57 en una de sus presentaciones. (Reuters)
Un Su-57 en una de sus presentaciones. (Reuters)

El Sukhoi 35 entra en escena

Turquía no puede esperar hasta la mayoría de edad del Su-57 y mientras mantiene el interés en dicho avión, está contemplando otras soluciones que podrían pasar por el Su-35, el mejor avión de combate ruso de los que han sido probados. Este interés en ambos aviones de la factoría Sukhoi se materializó en la pasada visita del presidente turco a Moscú.

Recep Tayyip Erdogan visitó Moscú el 27 de agosto y asistió al evento aeroespacial MAKS-2019. El MAKS es una feria de aeronáutica y espacio rusa equivalente, por ejemplo, al Salón de Le Bourget francés o al Farnborough británico, donde se suelen exhibir las principales novedades en estas materias. Cuando ambos presidentes, Erdogan y Vladimir Putin asistieron a la feria, el líder turco expresó su interés en el avión de combate de la compañía Sukhoi. Después de eso, no descartó comprar Su-35 y Su-57 en lugar de los F-35 americanos, con un lacónico "por qué no".

placeholder Aviones Su-35 durante el MAKS-2019. (Reuters)
Aviones Su-35 durante el MAKS-2019. (Reuters)

El Su-35 (Flanker E) puede ser una muy buena opción para Turquía como solución a corto plazo. Se trata de un desarrollo realizado a partir del diseño del Su-27, el 'Flanker' que causó sensación en Occidente. Su diseño es muy similar al de sus antecesores y, por tanto, sigue siendo un avión muy grande con 22 metros de largo y más de 15 de envergadura. Pesa 25.300 kg con la mitad de su combustible, mientras que su peso máximo al despegue es de 35.000 kg. Sus motores son dos Saturn AL-41F1S que le proporcionan un empuje unitario de casi 20.000 libras sin poscombustión.

Comparativamente, por ejemplo, el Eurofighter es bastante más pequeño (16 metros de largo y 11 de envergadura), su peso máximo es de 23.500 kg y sus motores dan un empuje de 13.500 lb cada uno sin poscombustión.

Un avión de 'casi quinta generación'

El avión ruso tiene unas muy buenas características y buena parte de su tecnología es la que se está empleando en el desarrollo del Su-57. Por ejemplo, dispone de una modernísima cabina digital ('Glass Cockpit') basada en dos grandes pantallas multifunción o MFD. Dispone de sensores de información integrados en el casco del piloto y un buen radar tipo AESA de antena plana modelo Irbis-E, de muy buenas prestaciones. Incorpora toberas de empuje vectorizado, algo que aporta importante capacidad de maniobra y que también tiene el F-22, aunque no está disponible para el Eurofighter. También incorpora un nuevo sistema de avistamiento optoelectrónico tipo OEPS-27 sobre el cono del radar, sensor IRST (Búsqueda y Seguimiento por Infrarrojos) y un pequeño radar en la cola que actuaría como radar de alerta.

Por el contrario, el diseño más antiguo del Su-35 pesa en su contra. Su firma de radar es relativamente elevada y así su RCS ('Radar Cross Section') o superficie reflejada equivalente, está en el entorno de 2 metros cuadrados. Parece poco, sobre todo si pensamos en el magnífico trabajo que se hizo en este campo a partir de la célula del Su-27 (cuyo RCS era de más de 20 m2) gracias al empleo en determinadas partes del fuselaje de RAM, materiales absorbentes de radar, pero es que el RCS de un Eurofighter está en 0,5m2 y el de un F-35 en 0,005 m2.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

De todas formas, para Turquía la adquisición del Su-35 debería ser considerada como una medida a corto plazo. De hecho, el subsecretario de Industrias de Defensa de Turquía, Ismail Demir, afirmaba hace unos días que el Su-35 podía ser una solución interina: “Hay una oferta y se está evaluando”. Esta posible situación quedaría corroborada por el dato de que habría interés por adquirir un número reducido de ejemplares, tan solo 48 que equiparían dos escuadrones, algo distante de los más de 100 F-35 previstos. Sin embargo, Demir afirmaba también que el F-35 no era aún un asunto cerrado y “todo era posible”.

Todo apunta a que será difícil arreglar ese tema cuando la compra del S-400 se consolida, aunque por otro lado habría también mucho interés en el F-35B, única alternativa (igual que para España) para dotar su nuevo buque LHD idéntico al español Juan Carlos I y que se está construyendo en Turquía con ingeniería de Navantia. Si el F-35 turco fracasa definitivamente, su nuevo buque se quedará sin aviones.

¿Se imaginan unas maniobras de la OTAN con aviones norteamericanos y europeos y que, de repente, aparecieran aviones de combate rusos, nuevos y casi con su mejor tecnología? Pues esta imagen podría tener lugar si Turquía sigue adelante con sus planes de adquirir un nuevo avión de combate en el mercado ruso. Las consecuencias políticas y de defensa de esta decisión podrían resultar muy graves y trastocar toda la estructura de la Alianza. Y es que el Gobierno turco no solo está pensando en hacerse con un avión ruso, es que se está planteando cambiar el polémico F-35 estadounidense por el Sukhoi 35, su gran rival.

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