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Los clubes de Euroliga viajan más que en la NBA y estos ingenieros saben arreglar el caos
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RECORTES DE HASTA EL 26%

Los clubes de Euroliga viajan más que en la NBA y estos ingenieros saben arreglar el caos

Dos españoles crean calendarios que ayudarían a los equipos continentales a recorrer menos kilómetros y que podría ayudar a alejar un poco más el fantasma de una ACB sin equipos de Euroliga

Foto: Sergio Llull, en el partido frente al Zalgiris. (EFE)
Sergio Llull, en el partido frente al Zalgiris. (EFE)

111.000 kilómetros extra. Ese es el peaje que el Gran Canaria tuvo que pagar la pasada temporada por un debut histórico en la Euroliga. Una competición regular de 30 partidos, con quince viajes a los que había que añadir los compromisos a lo largo y ancho de la península para cumplir con la ACB. El Real Madrid hizo su primer bolo continental a domicilio el pasado jueves y recorrerá 63.500 kilómetros en los próximos meses. Cantidad que puede engordar si se clasifica entre los primeros de la tabla. La primera cuenta de este rosario es el desplazamiento —el primero de 17, ahora que han aumentado en dos los equipos de la competición— hasta Kaunas, donde hincó rodilla ante todo un clásico como el Zalgiris lituano. No hubo ni tiempo para digerir la derrota, que había que subirse a un 'chárter' para llegar a Santiago, que el sábado tocaba dar cuenta del Obradoiro en su cancha.

Foto: Susana Ferreras, sentada en el centro, durante la celebración de la victoria en el último Eurobasket. (FEB)

Sirva como referencia que en el curso 18-19 de NBA, que también tiene un modelo de competición en la que todos se tienen que ver las caras con todos, la franquicia que más kilómetros hizo fue la de los Portland TrailBlazzers. Fueron poco más de 82.000. La comparativa no está completa hasta que uno se da cuenta de que la competición regular, la que configura la parrilla para los 'play offs', consta de 82 encuentros. 41 fuera de casa. A este lado del Atlántico, son 17.

Este frente a frente deja de manifiesto uno de esos defectos congénitos de la máxima competición continental de la canasta: la panzada de viajes. Algo que cada cierto tiempo hace que algún participante se queje de la carga de desplazamientos y partidos. Y claro, si es uno de los grandes clubes, se abre la caja de los truenos y se ponen sobre la mesa eventuales reformas de ligas domésticas, como la ACB, para aliviar la situación. Las más extremas, que estos equipos de pedigrí acaben conformando una gran liga europea y dedicándose exclusivamente a ella.

Este recurrente debate tiene ahora una solución alternativa. La de dos ingenieros industriales españoles, Guillermo González-Santander y Luis Pita, que ha encontrado una forma de mejorar el calendario que, sin ejecutar cambios radicales, podrían suponer hasta un 26% menos de kilómetros. "Nos dedicamos a la optimización de procesos y nos gusta el baloncesto. Cuando conocimos el caso del Gran Canaria nos pusimos a elaborar este modelo", cuentan estos dos jefes de proyecto de la consultora baobab. "La técnica que hemos usado es la misma que aplicamos, por ejemplo, a empresas de logística y paquetería, para ahorrar en la planificación de entregas", rematan.

La técnica que han aplicado es la misma que la que aplican para mejorar las rutas de paquetería

La herramienta en cuestión es la programación lineal. Se trata de la disciplina de la programación matemática dedicada a optimizar una función lineal, de tal forma que las variables de dicha función estén sujetas a una serie de restricciones expresadas mediante un sistema de ecuaciones o inecuaciones también lineales. "Es como si cogiésemos una gran batidora y metiésemos nuestro objetivo, los kilómetros; y fuésemos añadiendo excepciones y restricciones como las fechas, los equipos o los lugares", resume Pita.

¿Cómo afectan los viajes?

"Obviamente, una carga excesiva de kilómetros afecta en el rendimiento de los jugadores", explican los creadores de este método. "Ahí está el caso del Gran Canaria". Durante gran parte de la temporada estuvieron transitando en puestos de descenso, no se clasificaron para la Copa del Rey, terminaron decimocuartos en la Euroliga y no acabaron metiéndose en las eliminatorias por el título.

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Foto: Reuters

Una investigación realizada en Estados Unidos sobre la influencia de los desplazamientos en avión en jugadores de la NBA concluyó que los viajes largos tienen más efectos adversos que el 'jet lag'. Hablan del descenso de oxígeno en sangre al respirar durante mucho tiempo aire presurizado en la cabina. Algo que al combinarlo con la inactividad física puede producir una rigidez muscular que se arrastre durante uno o dos días, afectando directamente al rendimiento a la hora de saltar a la cancha.

Recorte insuficiente

González-Santander elogia el parche que ha hecho la Euroliga, pero cree que "se puede hacer aún mejor en términos de desplazamiento y ciclos de descanso". Ante las quejas de clubes y asociaciones de jugadores, la competición se sacó de la manga un periodo de gracia de dos semanas, de manera que los equipos jugarían dos partidos seguidos en casa y dos fuera, muy lejos de su sede pero con rivales cercanos entre sí. "Eso les ahorra uno de los desplazamientos más largos de la temporada", explica.

En el caso de los equipos españoles hay dos grupos. Por un lado, Madrid, Baskonia y Valencia Basket disputan dos partidos en Rusia entre el 14 y el 17 de enero. En esas mismas fechas, el Barcelona se enfrenta primero al Maccabi de Tel Aviv, el viaje más lejano de la competición, para posteriormente viajar hasta la 'cercana' Estambul.

"Hay formas que sin hacer grandes cambios de calado podrían ahorrar muchas horas de desplazamiento". Con la actual solución, los rectores de la competición han conseguido recortar los más de 543.000 kilómetros del año pasado en un 13,1%, que vienen a ser casi 74.000 km. "Sin tocar el calendario, cambiando la combinación de enfrentamientos, con las mismas fechas y jornadas, se pueden ahorrar hasta 3.500 kilómetros adicionales sobre el total. Sería gratuitamente", explica González-Santander, lo que supondría un 4% más que la solución oficial.

Más periodos de gracia

La clave está en ese periodo de gracia que mencionábamos antes. Actualmente la Euroliga fija la fecha de esas dos ventanas y tiene que ser "las mismas para todos". "Si relajasen esa condición y diesen solo una semana más donde colocar estas dobles jornadas la rebaja sería de 83.008 kilómetros, lo que viene a ser un 15,5%".

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Foto: Reuters

La clave es esa. Jugar dobles partidos. Jornadas a pares. Acercarse un poco más al modelo NBA, aumentando esas ocasiones en las que juegan "solo en casa" o "solo fuera". "Los encuentros se disputan entre semana, así que no debería interferir con la ACB ni con ninguna", aclaran. Ellos proponen un escenario de pasar de dos a cuatro. "Aquí hablaríamos de un 26,3%. 140.400 kilómetros menos que la última temporada", enuncian.

Se podrían aumentar a seis u ocho, aumentando exponencialmente los beneficios. Pero claro, si se aumentan se acumularían los periodos con tres encuentros en siete días lo que plantea retos de preparación así como de logística, abonos o retransmisiones de televisión. "Es lo mismo que ocurre con la posibilidad de hacer 'minigiras', tocaría sentarse a negociar con cada asociación y cada liga".

Una ayuda para no romper la ACB

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Foto: Reuters

Es un debate, como decimos, que siempre acaba volviendo. El encaje de los calendarios de competiciones internacionales con los deberes de la ACB. Y cuando se trata ese tema sale la opción de una ACB sin los equipos con licencia permanente en Europa. "Si la Euroliga sigue creciendo nos veremos obligados a elegir una. Tarde o temprano sucederá", soltó el pasado verano, Josean Querejeta, máximo responsable del Saski Baskonia, que, aunque reconocía el nivel de la competición patria, emplazaba a sus responsables a tomar medidas, tanto económicas como de organización.

Menos kilometros y un calendario más corto disiparía la amenaza de una ACB desnatada

Esto viene de largo. Hace dos años, en 2017, se produjo una asamblea movida. Francisco Roca, presidente de la asociación de clubes de baloncesto, reconoció que se estaba en "un proceso negociador" para reducir el volumen de encuentros nacionales que se disputaban, bien cambiando el formato o reduciendo el número de participantes, que nunca bajarían de 16. Aquel cónclave estuvo condicionado por el frente de Madrid, Barcelona, Baskonia y Unicaja, que mantuvieron varias reuniones para abandonar la liga e integrarse en una única competición a nivel continental.

La cuestión, explicó Roca, no se trata de reducir clubes, sino de conseguir, que no solo los de Euroliga sino también los de Eurocup o la 'Champions League' de FIBA, redujesen el volumen de su calendario. El problema que aquí se presenta es el número de partidos que incluirían los abonos o los derechos de televisión, algo que podría hacer daño a las arcas de los clubes pequeños. Las soluciones que se propusieron fueron de quitar los 'play offs' de cuartos u optar por una Final Four. En este hipotético escenario, una reducción sustancial de los tiempos de viaje en competiciones internacionales puede ayudar y mucho a la amenaza de una ACB sin equipos de Euroliga.

111.000 kilómetros extra. Ese es el peaje que el Gran Canaria tuvo que pagar la pasada temporada por un debut histórico en la Euroliga. Una competición regular de 30 partidos, con quince viajes a los que había que añadir los compromisos a lo largo y ancho de la península para cumplir con la ACB. El Real Madrid hizo su primer bolo continental a domicilio el pasado jueves y recorrerá 63.500 kilómetros en los próximos meses. Cantidad que puede engordar si se clasifica entre los primeros de la tabla. La primera cuenta de este rosario es el desplazamiento —el primero de 17, ahora que han aumentado en dos los equipos de la competición— hasta Kaunas, donde hincó rodilla ante todo un clásico como el Zalgiris lituano. No hubo ni tiempo para digerir la derrota, que había que subirse a un 'chárter' para llegar a Santiago, que el sábado tocaba dar cuenta del Obradoiro en su cancha.

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