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Alcohol y adicción al trabajo: la desconocida historia de cómo Bill Gates montó Microsoft
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Se estrena 'Bill Gates: bajo la lupa'

Alcohol y adicción al trabajo: la desconocida historia de cómo Bill Gates montó Microsoft

Netflix estrena este viernes el documental más personal sobre Bill Gates. En él, el genio y filántropo habla de toda su vida y relata detalles nunca antes expuestos

Foto: Bill Gates, en un acto en Washington. (Reuters)
Bill Gates, en un acto en Washington. (Reuters)

"Bill siempre solía decir que lo mejor de Microsoft es que se puede trabajar a tiempo parcial. Tú podías elegir qué 12 horas pasabas en la oficina". "Paul Allen siempre quería ver a Bill borracho o a Bill fumado (...) La noche en la que me emborrachó con whisky no me quería ir a casa, así que terminé durmiendo en la capilla de la escuela".

Cuando uno piensa en Bill Gates y en la historia de Microsoft, suele imaginar algo bastante aburrido. Un relato lleno de ingenieros informáticos y 'frikis' de los ordenadores que consiguieron llegar a lo más alto anticipándose a lo que estaba por venir y montando casi un monopolio. Su recorrido se suele relacionar más con el de otras empresas 'poco atractivas' como IBM que con las inspiradoras Apple o Facebook, pues al final Microsoft solo es 'software'. Pero detrás del calculado camino del que fue el hombre más rico del planeta durante varios años y de su gran creación, hay una desconocida historia que se aleja de los clichés. Y las citas del primer párrafo dan prueba de ello.

Foto: Elizabeth Holmes, antigua CEO de Theranos, en un tribunal el pasado julio. (Reuters)

El ascenso meteórico de dos compañeros de colegio (Bill Gates y Paul Allen) que acabaron convirtiéndose unos cuantos años después en los dueños de la informática mundial se ha contado muchas veces y con todo tipo de detalles, pero aún existen pinceladas olvidadas y muy interesantes. El perfil casi dictatorial de la dirección de Bill Gates, las locuras vividas con Paul Allen hasta triunfar con Microsoft, la pérdida de personas clave como su madre o su mejor amigo... Datos que muestran otra cara del magnate y que se desvelan, en parte, en el último gran relato publicado sobre el empresario de Seattle y la que llegó a ser la compañía de 'software' más grande de todo el planeta hace solo dos décadas.

El trabajo se trata de una docuserie (que se estrena en Netflix este viernes) de tres capítulos elaborada por el oscarizado Davis Guggenheim (autor del documental 'Una verdad incómoda') llamada 'Inside Bill's Brain: Decoding Bill Gates' (en español será 'Bill Gates: bajo la lupa'), en la que el autor intenta entrar en lo más profundo de la mente del genio de la informática. Con un perfil intimista, repasa junto al empresario, su esposa y otras personas relacionadas con la pareja los puntos más importantes de su vida. Un viaje que acaba con los proyectos de la Fundación Bill y Melinda Gates pero en el cual siempre está presente la sombra de Microsoft y de todos los que fueron partícipes de la creación del gigante. Porque, como el propio protagonista confiesa, Microsoft es su vida y en todo momento demuestra una especie de mimetización entre la compañía y él.

Un viaje de locos

El documental no se reparte en tres capítulos porque sí, sino que tiene un sentido cronológico y de proyectos. La fundación de los Gates es clave en todo el relato, tanto, que parece la verdadera figura de la historia. Así, cada capítulo está marcado por uno de los grandes proyectos financiados por los magnates estadounidenses (la construcción de inodoros para países en desarrollo, la erradicación de la polio y la creación de una energía nuclear limpia), y su explicación a través tanto de Melinda como de Bill se entrelaza con el relato de la vida de Gates. Desde su nacimiento hasta el día en que deja definitivamente Microsoft.

Es un relato cronológico y benevolente con Gates, pero deja perlas que dan una muestra de lo alto que llegó a estar este calculador ingeniero y cómo ha cambiado en los últimos 40 años el sector de la tecnología. Un cambio trepidante y meteórico que se ve en la loca trayectoria de Microsoft. Vemos cómo Gates empieza en la programación en los sesenta, tirando de máquinas de escribir y tarjetas perforadas en un aula de su colegio donde conoce a Paul Allen por puro amor a las matemáticas (llega a programar con él el horario de su colegio, organizando el diario de más de 400 alumnos), y acaba inventando el sistema operativo más vendido y usado del planeta.

placeholder Bill Gates y Paul Allen, cofundadores de Microsoft. (Foto: Reuters)
Bill Gates y Paul Allen, cofundadores de Microsoft. (Foto: Reuters)

En las entrevistas, recuerda puntos clave de la historia de Microsoft como, por ejemplo, cuando Allen y él se mudaron a Vancouver para llevar la programación de una empresa hidroeléctrica. Tras ello, volvieron a EEUU y Gates dejó la Universidad de Harvard para crear un sistema para el ordenador Altair 8800, el primer producto Microsoft. Era 1975 y solo tenía 19 años.

De ahí pasaron a MS-DOS en 1980 y de ahí al éxito global en los años noventa. Un camino no sin altibajos con una dirección casi dictatorial de Bill Gates y una guerra continua con Allen por las diferencias entre ambos a la hora de afrontar los retos de la compañía y el futuro de su negocio. "Quería tener bastante dinero en el banco para que si nadie nos pagaba en un año, yo pudiese asumir los sueldos", explica Gates en el documental.

placeholder Fotograma del documental. (Foto: Netflix)
Fotograma del documental. (Foto: Netflix)

Aunque falta profundizar en procesos y momentos, la serie muestra pinceladas interesantes sobre la vida de un genio que cambió la tecnología para siempre. El momento en que explica cómo se aprendió todas las matrículas de sus empleados para saber quién estaba trabajando y quién no o cuando habla de sus problemas para crear una familia junto a Melinda, todo da muestras de la locura que significó Microsoft.

El paso por toda la historia de la compañía se difumina con el tiempo y se queda en puntos más o menos importantes para Gates. Recuerda los deseados primeros Windows (las colas en las tiendas para comprar un sistema operativo) o su ascenso hasta ser el hombre más rico del planeta. La verdad es que Gates habla con claridad, con mucho caos, pero sin huir del debate. Menciona a Steve Ballmer y no le importa contar cómo sustituyó a Paul Allen cuando este dejó Microsoft, y en todo el documental tiene un papel clave Warren Buffet, el multimillonario que donó la mitad de su fortuna a la fundación de los Gates. Consigue encontrar a un Gates tan íntimo que incluso casi se pone a llorar en varios instantes al recordar a su madre, al hablar de Melinda o de su gran amigo de la infancia Kent Evans.

Que rápido pasa el tiempo

Sin duda, el gran valor del documento está en haber conseguido sacar la parte más desconocida de todo un genio que siempre se ha caracterizado por no ser demasiado carismático ni mediático y tener un perfil más bien frío y calculador. Se nota lo duras que fueron para él las acusaciones sobre monopolio y cómo, a pesar de ya no dirigir Microsoft, sigue conectadísimo a su gran obra con una mezcla de añoranza y sentido paternal. Aunque lo mejor es verse reflejado en su persona y darse cuenta de qué rápido pasa el tiempo.

El estudiante superdotado que reventó el mundo del 'software' con 20 años ahora es un hombre de 63 años que juega a las cartas, se junta con amigos para comer, devora todo tipo de libros a 150 páginas por hora y trabaja a destajo para que su fundación funcione y poder colaborar con la comunidad. Pero no todo el cambio se queda ahí, sino que en el repaso histórico es muy fácil verse identificado y acordarse del primer ordenador Windows que tocaste y cómo viviste momentos como el lanzamiento de Windows 95.

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(Foto: Reuters)

Como se dice en párrafos anteriores, faltan muchos puntos por tratar. No se habla (casi) nada de su competencia con Apple, de su rivalidad con Steve Jobs ni de la caída en desgracia de Microsoft cuando aparecieron los 'smartphones'. Tampoco se menciona una palabra sobre la actual situación del gigante de Seattle. Pero toda la serie toma muy bien el ritmo meteórico de la primera informática, de la locura de los ochenta y noventa en el mundo de la tecnología, y se pone a Microsoft como ejemplo de este crecimiento y 'boom' de las tecnológicas. El símbolo de la época en que los 'frikis' de la computación pasaron de ser los bichos raros a dominar el mercado.

—¿Qué le habría dicho el Bill Gates de ahora al Bill Gates de entonces?

—Que tenía una imagen demasiado simplista de lo que estaba ocurriendo.

—¿Fuiste un ingenuo o tenías respaldo y estabas a la defensiva?

—Fui un ingenuo.

"Bill siempre solía decir que lo mejor de Microsoft es que se puede trabajar a tiempo parcial. Tú podías elegir qué 12 horas pasabas en la oficina". "Paul Allen siempre quería ver a Bill borracho o a Bill fumado (...) La noche en la que me emborrachó con whisky no me quería ir a casa, así que terminé durmiendo en la capilla de la escuela".

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