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La viajera que 'engañaba' poniendo nubes a sus fotos (y por qué no es manipulación)
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la máquina de pintar nubes es una 'app'

La viajera que 'engañaba' poniendo nubes a sus fotos (y por qué no es manipulación)

La han acusado de hacer 'trampa', aunque muchos la defienden porque nunca ha ocultado sus herramientas para editar imágenes en su perfil de Instagram

Foto: La argentina ha explicado cómo utiliza una 'app' para añadir nubes
La argentina ha explicado cómo utiliza una 'app' para añadir nubes

'Tupi' Saravia no es su nombre original, aunque medio Argentina la conoce así. Hija del músico de folclore Facundo Saravia, Martina 'Tupi' Saravia es una conocida 'instagrammer' de viajes, que utiliza su perfil de esta red social para publicar muchas de sus imágenes de sus viajes. Esta semana, la argentina se ha visto implicada en una polémica de la que ha tenido que escapar dando explicaciones de su trabajo. Saravia fue señalada en varias redes sociales por haber publicado imágenes en diferentes escenarios (Tailandia, Italia...) pero con las mismas nubes en todas las fotografías. "Espeluznante" era el adjetivo que utilizaba el consultor de medios sociales británico Matt Navarra en su perfil de Twitter.

Saravia ha tenido que salir al paso explicando sus técnicas, entre muchos que la acusan de 'trampear' las fotos que utiliza. "Se trata de una 'app' llamada QuickShot con la que siempre he sido muy abierta con mis seguidores", ha señalado desde su propia cuenta, @tupisaravia. "En realidad, hay una historia destacada en mi 'feed' donde puedes ver cómo editor las fotos de mis seguidores cambiando el cielo. No es gran cosa, lo uso para una mejor composición en mis imágenes, cuando la foto real tiene el cielo raso o sobreexpuesto", explica la argentina. ¿Ha hecho trampa? No está tan claro.

Muchas personas han salido en su defensa, al dejar claro que 'Tupi' nunca ha engañado a sus casi 300.000 seguidores, ya que siempre explica cómo edita sus imágenes. Es una práctica habitual entre personas de este campo y, desde luego, no es la única que lo hace. Desde El Confidencial nos hemos puesto en contacto con Belén Aparicio, ilustradora y diseñadora gráfica que también publica en su perfil de Instagram muchas imágenes de viajes. "No siempre hay por qué hacerlo, lo óptimo es no abusar, pero a veces la luz es muy mala o muy dura, el cielo tiene un tono oscuro o feo y en conjunto la fotografía no es como la esperabas", explica Aparicio, que en estos casos 'mejora' la imagen del cielo. Sin embargo, no es el único caso: "También se hace para añadir dramatismo y textura a la foto, cuando queda algo monótona", apunta.

Le exigen ser fiel a la realidad por ser una 'influencer' pero cada uno edita como quiere

"Añadir o quitar información a una fotografía es algo normal en la edición, pero si abusas o no lo haces correctamente puede echar por tierra tu trabajo", argumenta la diseñadora, que se muestra sorprendida con lo que le ha ocurrido a la argentina. "Tiene todo el derecho del mundo a poner nubes, o lo que quiera, le exigen ser fiel a la realidad por ser una 'influencer' pero cada uno hace con su edición lo que quiere. Otra cosa es que se haya inventado un monumento, pero ¿unas nubes?", se pregunta. Lo cierto es que el retoque fotográfico es una práctica que se utiliza desde hace mucho tiempo, y presenta muchas diferencias con la distorsión de la realidad.

La polémica en este sentido siempre ha estado en torno a las imágenes de modelos, retocadas para ser publicadas, especialmente, en revistas de papel: del retoque fotográfico se ha pasado, en muchas ocasiones, a la modificación de los cuerpos humanos, al cambio en los colores de la piel e incluso a la desaparición de elementos de una fotografía, como le ocurrió a la exconcursante de 'Operación Triunfo' Amaia, a la que eliminaron los pelos de las axilas en una portada. Incluso el fotógrafo italiano Francesco Cocco vio cómo se le retiraba un premio en un concurso de fotografía humanitaria por haber manipulado la imagen con la que participó en el mismo.

El caso de Saravia dio la vuelta al mundo, pero poco después de la polémica la relación entre la 'influencer' y la 'app', QuickShot, fue mucho más allá. "Acabamos de hablar por teléfono con Tupi y vamos a trabajar con ella para crear un nuevo paquete de nubes basándonos en las nubes que ella edita", dijo un representante de la aplicación en declaraciones recogidas por Buzzfeed el pasado mes de septiembre. El acuerdo era mucho más profundo: además de trabajar con ella, se barajaba la idea de que pidiera a sus seguidores que enviaran sus patrones de nubes para sumar a su paquete, aunque los detalles aún estaban concretándose.

De la edición a la manipulación hay un paso

El retoque fotográfico, incluso bienintencionado, puede pasar a convertirse en una pesadilla para un fotógrafo. Hace unos años, el que era redactor jefe del servicio gráfico de la agencia EFE, Diego Caballo, explicaba a El Confidencial que sigue habiendo montajes en el periodismo, pero que también le suele costar su puesto de trabajo a los profesionales que los ejecutan. En España, los fotoperiodistas siguen una serie de normas para mantener la veracidad y la fiabilidad de la profesión; no obstante, se trata de una costumbre entre fotógrafos profesionales que tampoco se tiene por qué aplicar a otras personas.

"La edición, al final, es cuestión de gustos", explica Belén Aparicio. "Yo con mis trabajos solo uso este tipo de herramientas cuando en conjunto al luz de la foto no es buena, o cuando quieres un resultado bucólico o un paisaje inquietante", añade, pero matiza que tampoco son herramientas de uso restringido a diseñadores: "Lo puede hacer gente aunque no sean diseñadores, editores o fotógrafos. Son muy intuitivas". Aunque reconoce que a veces este tipo de retoques pueden hacer que la fotografía original pierda ese carácter de realidad, insiste en que "hay que tener gusto" para poner unas nubes y que no se vea forzada la imagen.

placeholder Edición de imágenes con aplicaciones para Instagram (@belenapar)
Edición de imágenes con aplicaciones para Instagram (@belenapar)

La propia Aparicio utiliza algunas de estas herramientas para editar muchas de sus imágenes, e incluso comparte sus trucos para editar y 'mejorar' las fotografías que considera que no tienen la luz o el color óptimo para su estilo. 'Tupi' Saravia también lo hace, y desde sus 'destacados' de Instagram muestra también algunas de sus recomendaciones para editar imágenes, no es algo que oculte a sus seguidores. "Al final, cada uno hace lo que quiere, y mucha gente que hace esto es gente normal", añade, haciendo hincapié en que no son fotógrafos. "Instagram no es el World Press Photo".

'Tupi' Saravia no es su nombre original, aunque medio Argentina la conoce así. Hija del músico de folclore Facundo Saravia, Martina 'Tupi' Saravia es una conocida 'instagrammer' de viajes, que utiliza su perfil de esta red social para publicar muchas de sus imágenes de sus viajes. Esta semana, la argentina se ha visto implicada en una polémica de la que ha tenido que escapar dando explicaciones de su trabajo. Saravia fue señalada en varias redes sociales por haber publicado imágenes en diferentes escenarios (Tailandia, Italia...) pero con las mismas nubes en todas las fotografías. "Espeluznante" era el adjetivo que utilizaba el consultor de medios sociales británico Matt Navarra en su perfil de Twitter.

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