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Sí, EEUU puede obligar a Apple o Amazon a salir de China y tú vas a salir perdiendo
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"Cualquier acción provocaría el caos"

Sí, EEUU puede obligar a Apple o Amazon a salir de China y tú vas a salir perdiendo

El presidente de Estados Unidos ha amenazado con cerrar todo el comercio con China, pero esta decisión podría acabar convirtiéndose en un tiro en el pie

Foto: Donald Trump y Xi Jinping se saludan. (Reuters)
Donald Trump y Xi Jinping se saludan. (Reuters)

Donald Trump sigue utilizando la tecnología como arma clave en su guerra contra China. Después de los vetos a Huawei y la decisión de obligar a empresas como Google a dejar de trabajar con el gigante chino, ahora su amenaza ha ido más allá. Su último mensaje, lanzado hace unos días, como de costumbre, a través de su cuenta de Twitter, hablaba de que podría llegar a obligar a las empresas de EEUU a que saliesen del país asiático basándose en que, supuestamente, la nación está perdiendo "trillones de dólares" con China. Pero ¿es eso posible? ¿Puede el presidente de EEUU exigir a tecnológicas multinacionales que salgan de un país? ¿Qué pasaría si lo hiciese?

Lo cierto es que aunque parezca uno de los grandes faroles de Trump y una medida de presión más en su juego de cartas con China, la medida tiene mucha más profundidad de lo que se puede llegar a pensar. No solo el presidente podría hacerlo sino que las grandes multinacionales con sede en su país se verían obligadas a acatar la directiva a pesar de los problemas que esta podría llegar a generar en sus estructuras, y tú podrías acabar perjudicado. Por eso, para entender mejor lo que podría llegar a pasar si Trump acaba 'apretando el botón', aquí te damos algunos detalles.

Foto: Foto: Reuters.

¿Qué puede hacer Trump?

Como decíamos en el párrafo anterior, Donald Trump tiene el poder de exigir la retirada empresarial, aunque suene a locura tratándose de multinacionales con presencia en todo el planeta y de una nación como China. Pero, obviamente, no puede hacerlo de cualquier forma, ni cómo ni cuando él desee, sino que deben cumplirse varios puntos para poder llevar a cabo una medida así.

La ley a la que se agarra Trump es la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, una directiva aprobada en 1977 y que da poderes al presidente para, en caso de emergencia, intervenir en el comercio internacional. No es la primera vez que amenaza con utilizarla, ya que la usó a principios de 2019 para atacar a México y amenazó a ese país con su implantación si no hacía algo con los problemas de migración ilegal que afectaban a Estados Unidos por su frontera sur. Es decir, que ese poder lo tiene, la cosa es que es complicado que lo lleve a cabo a esta escala.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Según explican en la agencia de noticias AFP, para que la ley se ponga en marcha debe declarar una emergencia nacional y justificar con ella las decisiones tomadas, aunque, eso sí, una vez aplicada da poderes plenos al Ejecutivo para tomar las medidas que este considere oportunas. Por su lado, el poder legislativo podría acordar la suspensión del estado de emergencia, pero Trump tendría la posibilidad de vetar la resolución y seguir actuando según sus directrices.

En los últimos años ha sido utilizada, sobre todo, para ahogar a grupos terroristas impidiendo que ninguna empresa de EEUU pudiera comerciar con ellos, pero lo que propone Trump ahora va bastante más allá. No solo quiere que sus empresas no comercien con China, ni ninguna empresa que esté allí afincada, sino que quiere obligarlas a salir del mercado de una nación clave a nivel global y que es un punto estratégico para muchas compañías estadounidenses. Según AFP, en casos anteriores, como el de la prohibición de invertir en Birmania que se llevó a cabo en 1997, algunas empresas americanas se vieron también afectadas por la medida, pero nunca a una escala como la que se prevé en un veto total al gigante asiático.

¿Qué pasaría tras la medida?

Obviamente, todavía estamos lejos de ver cómo Trump toma una decisión de este calibre, y sus propios consejeros relativizan mucho esta opción y la posibilidad real de que se haga efectiva, pero analistas y altos directivos de diversas empresas ya hablan de lo que podría llegar a pasar. Y todos coinciden en que "sería el caos" y las empresas estadounidenses saldrían perdiendo.

Tras la decisión de prohibir el negocio con China, las tecnológicas presentes en ese mercado, como Apple, Intel, Broadcom o Tesla, se verían obligadas a buscar alternativas (se habla mucho de Vietnam o India como posibles salidas) o directamente llevarse toda su estructura de vuelta en Estados Unidos, aunque eso, obviamente, llevaría bastante tiempo y mucho dinero. La propia Asociación de Tecnología del Consumidor de Estados Unidos ha calificado la escalada de tensión y aranceles como "el peor error económico desde la Ley de Aranceles Smoot-Hawley de 1930, una decisión que catapultó a nuestro país a la Gran Depresión".

placeholder Tim Cook, CEO de Apple, junto a Donald Trump. (Reuters)
Tim Cook, CEO de Apple, junto a Donald Trump. (Reuters)

Según explica Xavier Ferrás, experto en operaciones, innovación y 'data sciences' y profesor de Esade, en conversación con Teknautas, lo peor de la decisión es que los mayores perjudicados podrían ser con bastante seguridad las propias compañías estadounidenses y Europa. "Tras la decisión, China respondería, y ellos no se andan con bromas, es más que probable que invertirían miles de millones de dólares para contrarrestar el hueco que dejasen las compañías de EEUU hasta poder igualar a sus empresas o superarlas. Y Europa otra vez se quedaría en medio entre las dos superpotencias".

Ferrás no lo dice como un futurible sino que se basa en la decisión que tomó aquel país después de que Barack Obama decidiese poner aranceles a los semiconductores chinos en 2012. China invirtió unos 100.000 millones para desarrollar su propia industria y en cinco años ya estaba compitiendo con la americana. "Solo tenemos que ver el caso de Google y Huawei. En unos meses, los chinos ya habían desarrollado su propio sistema operativo para competir con Android. Pues eso podría pasar en todos los sectores", apunta el experto.

¿La caída de los gigantes?

Entre los nombres afectados por esta decisión no se salva ninguna de las grandes compañías tecnológicas americanas, pero unas sufrirían más que otras. "El caso de Apple es el más delicado, pues tiene toda su cadena de valor instaurada en China. Desde hace años, fabrica sus productos allí y su estructura se sostiene sobre las ventajas del país asiático. Puede producir con una flexibilidad que no le da nadie más y tener que cerrar ese mercado sería un golpe brutal para la empresa, pues tendría que replantearse toda su estrategia", explica Ferrás.

Es pronto para hacer números, pero ya se habla de que, en el mejor de los casos, Apple tendría que mover entre un 5% y un 7% de su cadena de producción para sacarla fuera de China a otro país del sudeste asiático como Vietnam, pero solo eso ya le llevaría unos 18 meses. Tiene contratos con empresas del gigante como Foxconn, cuyas fábricas albergan hasta a 1,4 millones de trabajadores. "Tendría que cambiar por completo sus planes y, además, perdería los más de 50.000 millones de dólares que genera en el mercado chino", apunta Ferrás.

placeholder Tienda de Apple en Pekín. (EFE)
Tienda de Apple en Pekín. (EFE)

Apple es claramente la más perjudicada, pero hay otros nombres como Tesla, Intel o Microsoft que se quedarían también en una situación bastante desfavorable. "Ahora mismo hay mucha incertidumbre, pero por ejemplo Tesla está creando su mayor fábrica en China, e Intel o Microsoft también se verían obligados a replantearse su estructura". El futuro de Google y otras compañías de 'software' tampoco parece muy halagüeño, y es que además de cerrarse un mercado gigantesco, se tendrían que preparar para encontrar competidores muy importantes salidos de la propia China. "No tardaríamos en ver el Google chino o el Amazon chino como 'campeones nacionales'. Y la gente tendría que elegir entre ambas opciones".

Ferrás avisa de que China lleva años cambiando su estrategia y su objetivo es ser, en unos años, líder mundial en todos los campos relacionados con la tecnología. Solo hace falta ver el caso del 5G. "China quiere ser líder mundial en tecnología, I+D y ciencia, y este tipo de decisiones podría acelerar su desarrollo. Solo para hacerte una idea: China invierte ahora mismo 130.000 millones de euros en inteligencia artificial, Alemania solo 3.000".

¿Y después?

Si lo que va a pasar en unas semanas es imposible de adivinar, más complicado es pensar a largo plazo, pero Ferrás tiene una idea bastante clara sobre el futuro, incluso aunque la tensión entre China y EEUU se relajase. "No sé cómo irán los próximos años, pero creo que estamos viviendo un cambio de liderazgo mundial. China lleva tiempo mostrándose como una superpotencia, igualando y hasta superando a Estados Unidos en bastantes aspectos. Si al final las relaciones se rompen entre ambos, no me extrañaría volver a una situación similar a la de los setenta u ochenta con una competición entre EEUU y China, cada uno con sus propios sistemas y desarrollos propios".

Aquí, los grandes perjudicados serían Europa y los propios usuarios que, según Ferrás, verían cómo se encarecen todos los productos tecnológicos y la democratización de los conocimientos vivida estos años se ralentiza. "La apertura vivida estos años ha propiciado el desarrollo tecnológico y científico, pues todo era abierto y conocido. Si volvemos a entornos cerrados, puede que mejoren los desarrollos exponencialmente, como pasó en la carrera de la Guerra Fría, pero el usuario verá cómo esa tecnología puntera se aleja de sus posibilidades", explica el experto.

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Foto: Reuters.

Por último, Ferrás da una fecha: 2049. Según el experto, ese año es el que China tiene marcado para convertirse en líder absoluto, pues se cumplen 100 años de su revolución. "China juega con la carta de que, al ser una autocracia, puede pensar a largo plazo, y no les tiembla el pulso a la hora de invertir millonadas para liderar cualquier sector, vamos, ya lo están haciendo. Todavía quedan tres décadas para ese aniversario, pero nos guste o no, están en el buen camino para conseguirlo".

Donald Trump sigue utilizando la tecnología como arma clave en su guerra contra China. Después de los vetos a Huawei y la decisión de obligar a empresas como Google a dejar de trabajar con el gigante chino, ahora su amenaza ha ido más allá. Su último mensaje, lanzado hace unos días, como de costumbre, a través de su cuenta de Twitter, hablaba de que podría llegar a obligar a las empresas de EEUU a que saliesen del país asiático basándose en que, supuestamente, la nación está perdiendo "trillones de dólares" con China. Pero ¿es eso posible? ¿Puede el presidente de EEUU exigir a tecnológicas multinacionales que salgan de un país? ¿Qué pasaría si lo hiciese?

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