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La verdad tras los minirrobots que reparten comida: los controlan trabajadores a 2$/hora
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COBRAN MENOS DEL SALARIO MÍNIMO

La verdad tras los minirrobots que reparten comida: los controlan trabajadores a 2$/hora

Se trata de aparatos que reparten comida a domicilio de forma casi autónoma dentro del recinto universitario y que se han convertido ya en icónicos

Foto: El ejército de kiwirobots solo en Berkeley es de 40 unidades (Foto: Facebook)
El ejército de kiwirobots solo en Berkeley es de 40 unidades (Foto: Facebook)

Tienes hambre y pides desde tu móvil una pizza, una hamburguesa o cualquier otro tipo de comida rápida. Apenas tardarás 1 minuto en todo el proceso y, en menos de media hora tendrás a la puerta de tu casa tu pedido. Pero en vez de encontrarte con un repartidor con su gorra y su bandeja de comida, lo que aparece a la puerta de tu casa es un minirobot.

No es ciencia ficción; esto ya está sucediendo en California y los estudiantes de la Universidad de Berkeley son algunos de los fans incondicionales de este nuevo sistema de transporte. Pero no todo son buenas noticias: estos supuestos minirobots no son tan autónomos como pueda parecer: están dirigidos a distancia desde Colombia por personas que apenas ganan dos euros la hora.

Se llaman ‘kiwibots’ y pertenecen a una pequeña startup llamada ‘Kiwi Campus’, que ha surgido en el mismo campus de Berkeley. Apenas recorren una media de 200 metros para cada entrega, por lo que son una gran solución para el reparto en distancias muy pequeñas, pero están sufriendo otros problemas como ataques vandálicos e, incluso, secuestros.

Un icono cultural

Lo que sucede en Berkeley choca totalmente con las circunstancias en la cercana San Francisco: si en el recinto universitario los kiwirobots campan a sus anchas, la gran urbe que se encuentra a solo unos kilómetros solo autoriza a nueve robots para que hagan el mismo trabajo en toda la ciudad. Para John Santagate, director de investigación comercial de IDC, “estamos aún muy lejos de que este tipo de tecnología pueda llegar a las grandes ciudades, que ya son muy difíciles de caminar por las personas, por no hablar de los robots”.

Felipe Chávez es el CEO de Kiwi Campus. Es colombiano y explica al San Francisco Chronicle que “las aceras son sagradas; debemos asegurarnos de que el robot interactuará de la manera más fácil con los ciudadanos”. Y para conseguirlo han decidido que sea un ejército de compatriotas los que se dediquen a controlar los robots de forma remota.

Pero no es que Chávez quiera llevar ingresos a su tierra, sino que es la forma perfecta de ahorrar costes: pagan menos de dos dólares por hora a sus trabajadores, menos del salario mínimo del país. Y cada uno de ellos puede manejar hasta tres aparatos, que cuestan unos 2.200 euros por unidad y que son de procedencia china.

El CEO de la compañía, Felipe Chávez, ha llevado el control de los robots a su país de origen, Colombia

El negocio llega de los restaurantes, a los que cobra una pequeña comisión por cada envío, y de los clientes, que pagan por cada entrega o tienen una tarifa plana de 15 dólares al mes. Sasha Iatsenia, jefa de producto de Kiwi Campus, asegura que “hemos sido adoptados por la comunidad. Nos hemos convertido en un ícono cultural, un meme”.

De momento tienen 40 aparatos funcionando y han convertido Berkeley en el lugar perfecto para probar su idea. Ahora solo tienen que limar algunos problemas como las patadas que ha sufrido algún robot por parte de los viandantes o el secuestro de uno de los robots, que tuvo que ser rescatado por la policía de la furgoneta de su raptor.

Tienes hambre y pides desde tu móvil una pizza, una hamburguesa o cualquier otro tipo de comida rápida. Apenas tardarás 1 minuto en todo el proceso y, en menos de media hora tendrás a la puerta de tu casa tu pedido. Pero en vez de encontrarte con un repartidor con su gorra y su bandeja de comida, lo que aparece a la puerta de tu casa es un minirobot.

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