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Tres grandes aciertos y dos pifias del Galaxy Note 10: el móvil más ambicioso de Samsung
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CANDIDATO A MEJOR MÓVIL DEL AÑO

Tres grandes aciertos y dos pifias del Galaxy Note 10: el móvil más ambicioso de Samsung

Es uno de los terminales más esperados y comentados del año. Un lanzamiento de pata negra que, sin embargo, también tiene algunas lagunas

Foto: Fotos: M. Mcloughlin.
Fotos: M. Mcloughlin.

Móvil que mano no cubre, no es móvil sino Note. Perdón de corazón por esta reformulación 'techie' de uno de los clásicos más picantones y casposillos del profuso y oxidado refranero patrio. Ahora casi todos los fabricantes disponen de un 'smartphone' casi inabarcable de dimensiones que otrora se considerarían monstruosas. Es más, a día de hoy lo realmente complicado es encontrar un móvil compacto prémium, que se han convertido en una rareza, en un conjunto de islotes incapaces de dar forma a un archipiélago. Afortunadamente la reducción de los marcos ha ayudado bastante en el proceso de asimilar móviles de mayor tamaño. Una categoría de productos cuya patria potestad la tiene Samsung. Igual que el de los terminales acompañados con el puntero.

Foto: El Note 10 y el Note 10 Plus. (M. Mcloughlin)

Este miércoles, los coreanos celebraron uno de sus eventos troncales en Nueva York para presentar los Galaxy Note 10. Sí, han leído bien. LOS. Y es que este año el Note 10, vendrá acompañado de una versión vitaminada que llevará el apellido Plus. Una estrategia que ya habían seguido con los Galaxy S, pero que es completamente diferente. Unos días antes de su presentación en sociedad pudimos tener una primera cita con una de las grandes apuestas de la factoría asiático. Fue un encuentro rápido, un 'speed dating' rollo 'Firts Dates' pero nos sirvió para tener una primera impresión de lo que mejor suena y lo que más chirría del que siempre es candidato a ser uno de los mejores móviles del año, algo que tendremos que reconfirmar en la 'review' en profundidad que haremos las próximas semanas.

Dos mejor que uno

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Foto: M. Mcloughlin.

El problema de irte a un móvil de 6,8 pulgadas de pantalla, por mucho que hagas un agujero para plantar la cámara delantera y reduzcas marcos, es que es un terminal grande. Muy grande. Decíamos que cada vez es más complicado encontrar, como decíamos, móviles compactos 'premium'. El público general, gracias a los paneles sin bordes, parecen haber digerido en mayor o menor medida que la media se sitúe en torno a las seis pulgadas. Estar más cerca de las siete, sin embargo, puede hacer que muchas personas que se pudiesen plantear comprar un Note acaben descartándolo por ser excesivamente grande, un tanto mamotreto.

Sacar un Note contenido te abre la puerta a un mayor público. El de 6,3" se siente más manejable

Por eso la bicefalia que ha decretado Samsung, como ya hacía con los Galaxy S, en los nuevos Note me parece tan adecuada. 6,3 pulgadas —algunos dirán que sigue siendo grande— es una medida que le acerca a un mayor número de personas. El Note 10 + tiene unas medidas de 162.3 x 77.2 x 7.9 mm, mientras que el de 6,3 pulgadas se queda en 71,8 x 151,0 x 7,9 milímetros. Puede parecer poco, pero se siente bastante más manejable en la mano. Además, al gozar de un ratio de pantalla superior al 90%, en ambos casos tenemos espacio de sobra para trabajar con el S-Pen y que sea una buena experiencia si sabemos sacarle provecho.

Más que Plus, Lite

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Foto: M. Mcloughlin.

Plus es lo que Pro. O lo que Max. Es sinónimo de mayor. Ponerlo como apellido de un terminal viene a transmitir que en ese modelo concreto hay más chicha. Es lo que sobre el papel ha ocurrido con el Note 10+. Sin embargo, al ver las características del modelo de menor tamaño me hubiese encajado que el terminal más 'premium' de los dos hubiese sido el relevo natural, el que se llamase Note 10 a secas, y el pequeño que se acompañase de un apellido Lite, aunque no llene tanto la boca y sea un poco raro teniendo en cuenta que hablamos de 'smartphones' mileuristas. Podían haberlo llamado Note 10e, como ya hiciesen con el Galaxy S10.

Samsung, en mi opinión, ha perdido una oportunidad de oro al discriminar el modelo pequeño. Cuando hablamos de discriminar no hablamos de diferencias congénitas irremediablemente asociadas al tamaño (como diagonal de pantalla o batería), hablamos de decisiones más incomprensibles como la resolución. Un terminal cuenta con un panel 2K y el otro con Full HD. Diferencias que se dejan notar también en la RAM (8 versus 12GB) o en la memoria interna. El del almacenamiento es especialmente peculiar. El modelo de 'entrada' cuenta con 256GB mientras que el Note 10 de pata negra ofrece esta capacidad o el doble de serie. La que me parece una pifia es la opción de ofrecer la posibilidad de ampliarla solo a los del modelo superior.

Samsung ha vuelto a hacer lo de siempre: discriminar el modelo de menor tamaño

Lo mismo que la cámara. Se vuelve a discriminar al pequeño, que hereda la cámara del S10 Plus, con la mejora del micrófono y una serie de mejoras vía 'software'. Mientras tanto el Note 10 Plus dispone de esa triple lente más un sensor de profundidad VGA que mejora notablemente el desempeño de los retratos o incluso el desempeño de la nueva función de desenfoque en vídeo. La del efecto 'bokeh' era una de las cosas que los coreanos, a pesar de estar en el 'top five', tenían que mejorar frente a rivales como el iPhone o los Pixel de Google. Estas diferencias hacen del Note 10 a secas un modelo mucho más terrenal de lo que pueda parecer.

La otra diferencia es la carga 'ultrarrápida'. El Note 10 Plus es compatible con un sistema de hasta 45W. Pero aquí llega el problema. El cargador para explotar esta no está incluído y viene un 'fast charger' de menos prestaciones. Hay que adquirirlo aparte. En el Mi 9 de Xiaomi esta práctica se puede enteder. Hablamos de 400 euros. En un móvil de más de mil euros es difícil de explicar. Y aunque esto no sea una disculpa para Samsung, conviene recordar que con Apple pasa algo parecido: incluye, desde hace años, el mismo cargador.

No toques lo que funciona (y al revés)

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Foto: M. Mcloughlin.

El Note 10 y el Note 10 Plus son teléfonos bonitos. Muy bonitos. Samsung vuelve a hacer gala de una cosa que mejor se les da: el diseño. Desde que la crisis del Galaxy S5 —un terminal que estiró el plástico como ingrediente principal mucho más allá de lo que lógica dice—, los coreanos han iniciado un viaje que los ha llevado probablemente a marcar el ritmo en este aspecto. Sus pantallas lucen impresionantes y los marcos realmente son cada vez más difíciles de percibir. Es una composición tremendamente equilibrada. También mención aparte al agujero en la pantalla, que cuenta con un recorte mucho más fino y elegante que el de otros fabricantes que han optado por esta fórmula. Los asiáticos han sido fieles a eso de que si algo funciona no lo toques.

Samsung ha mantenido lo mejor de sus diseños y ha mejorado lo que fallaba anteriormente

Pero también han tenido el suficiente ojo para rectificar o eliminar lo que no terminaba de convencer. Una de las cosas que ha pasado a mejor vida ha sido el botón exclusivo para Bixby. Era algo que no tenía razón de ser. Personalmente tengo la sensación que los asistentes de voz todavía no son una herramienta frecuentada por los usuarios en gran medida. Además, hay que tener en cuenta que esta funcionalidad tardo demasiado en estar disponible en castellano y sus rivales le tomaron la delantera. Por cierto, que si alguien quiere Bixby puede seguir accediendo con una pulsación larga del botón de desbloqueo.

Otro de los cambios que se agradecen es el de la disposición de la cámara: en lugar de situarse en el centro de la parte trasera se ha colocado en forma de semáforo en un lateral, como ya hacen otros fabricantes como Xiaomi o Huawei e incluso otros terminales de la gama Galaxy A. Todo no iban a ser loas. Aquí va un 'lloriqueo' menor y anecdótico: Samsung se ha llevado los controles a la parte izquierda. Los zurdos estarán felices. A un diestro empedernido como yo con una mano izquierda de madera me tocará hacer acostumbrarme.

Un equipo (caro) para trabajar
Foto: M. Mcloughlin

El Note 10, en cualquiera de sus variantes, es un equipo caro. El modelo más básico cuesta 959 euros. El Note 10 Plus empieza en 1099 euros y escala hasta los 1299 euros. A diferencia de otros fabricantes, Samsung ha entendido que aquellos que invierten este dineral en un terminal quieren sacarle provecho. Por eso ponen el acento en la productividad. En este caso pasa por dos herramientas en concreto, más allá de una pantalla que sirve para escribir textos o manejarse con un S-Pen sin problemas. Por un lado tenemos DeX. La idea apareció junto al Galaxy S8 como un accesorio. Algo que se mantuvo hasta el Note 9, donde ya no hacía falta un 'gadget' adicional sino que bastaba con un cable de USB tipo C a HDMI para convertir una pantalla en un entorno de trabajo similar a Windows. Es decir, con ventanas.

El Note, en los últimos años, es el que mejor ha entendido lo de unir móvil y productividad

Ahora basta un simple cable USB. Algo que supone un avance hacia esa tierra prometida de la era 'Post PC'. Simplificar esto es una gran noticia. Con solo ese cable se podrán utilizar aplicaciones con ratón y teclado, que al final son cosas básicas para la productividad. Incluso, uno podría reutilizar una pantalla que tenga en casa y prescindir del ordenador en el entorno doméstico. La otra funcionalidad que puede facilitar su uso en el trabajo es un programa 'puente' con Windows. Se integra una opción de conexión rápida en el panel de configuración. Con un solo clic, los usuarios pueden conectarse a su PC con Windows 10, tal y como lo harían en sus teléfonos. Una vez conectados, pueden ver notificaciones, enviar y recibir mensajes, hacer 'mirroring' de llamadas y revisar fotos recientes sin tener que mirar el teléfono. Todas estas funciones están respaldadas por un procesador de primera línea, así como memoria RAM de sobra para soportarlo.

Identidad: el S-Pen no es suficiente

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Foto: M. Mcloughlin.

Es un problema que han arrastrado en Samsung desde que tomaron la decisión de sacar dos buques insignia al mercado cada año. Antiguamente el tamaño ejercía de frontera natural entre la gama Galaxy S y la gama Note. Sin embargo, en esta generación ese límite ha quedado más difuminado que el paso entre Francia y España. con Schengen. A eso hay que sumar que la decisión de diferenciar tanto el modelo estándar del Note 10 Plus ha llevado al modelo más barato a confrontar directamente con los teléfonos que vieron la luz el pasado mes de febrero.

El Note 10 estándar cuenta con 6,3 pulgadas. El S10 Plus, con 6,4. El S10, con 6,1. Se mueven en guarismos muy parecidos. El S10 Plus y el Note 10 comparten prácticamente, como decíamos antes, la misma cámara en lo que se refiere al 'hardware'. Hay matices de diseño y un nuevo procesador, sí, pero los últimos Galaxy S no tienen limitaciones en lo que se refiere a ampliar memoria mediante tarjetas externas y tienen conector 'jack' para auriculares.

El empeño de diferenciar en exceso los Note 10 los confronta directamente con los Galaxy S10

La gran diferencia es el S-Pen. En Samsung dicen que los compradores de móviles Note son los más fieles. Y creo que esto puede ser bastante real (más allá de que también sea un buen eslogan para marketing). Sin embargo, el S-Pen a la larga para muchos queda como una herramienta anecdótica. Probablemente el 80% de las personas sean incapaces de sacar provecho a todas sus funciones, aunque es cierto que los amantes de los 'stickers' de WhatsApp encontrarán una gran utilidad. Con la bajada de precio que está experimentando el S10 Plus, el S-Pen no parece un argumento lo suficientemente fuerte.

Ficha del Note 10 y Note 10 +

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Foto: M.Mcloughlin.

Precios y fecha del Note 10 en España

El Note 10 y  el Note 10 Plus se pueden reservar ya en España. Saldrán a la venta el próximo 23 de agosto. Llegarán en las siguientes configuraciones. 

- Note 10. 8GB RAM. 256GB ROM. 959 euros. Colores: negro, blanco, rosa.

- Note 10 Plus. 12GB RAM. 256GB ROM. 1099 euros. 

- Note 10 Plus. 12GB RAM. 512GB ROM.1209 euros. 

Colores disponibles en el Note 10 Plus: aurora glow, blanco y negro.

Móvil que mano no cubre, no es móvil sino Note. Perdón de corazón por esta reformulación 'techie' de uno de los clásicos más picantones y casposillos del profuso y oxidado refranero patrio. Ahora casi todos los fabricantes disponen de un 'smartphone' casi inabarcable de dimensiones que otrora se considerarían monstruosas. Es más, a día de hoy lo realmente complicado es encontrar un móvil compacto prémium, que se han convertido en una rareza, en un conjunto de islotes incapaces de dar forma a un archipiélago. Afortunadamente la reducción de los marcos ha ayudado bastante en el proceso de asimilar móviles de mayor tamaño. Una categoría de productos cuya patria potestad la tiene Samsung. Igual que el de los terminales acompañados con el puntero.

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