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Un empresario asturiano contra Mercedes: "Siento que me han robado la cartera"
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POR LA AUTORÍA DE UN TRIÁNGULO DE EMERGENCIA

Un empresario asturiano contra Mercedes: "Siento que me han robado la cartera"

Emilio Álvarez ha patentado un sistema que podría salvar vidas en carretera. En Mercedes han tenido la misma idea a la vez

Foto: El empresario asturiano Emilio Álvarez
El empresario asturiano Emilio Álvarez

El asturiano Emilio Álvarez es un empresario popular en el norte. La mayoría le conoce por Interfilm, una tienda de fotografía que abrió en 1987 y que se ha convertido en una franquicia con más de 80 tiendas por toda España, pero hace tiempo que dejó el negocio en manos de sus hijos. Ahora Emilio, inmerso en la paz de la jubilación pero con las neuronas pidiendo guerra, dedica sus días a impulsar proyectos personales.

En el que más ilusión ha puesto se llama Stopvia y es un triángulo de emergencia robótico que se desplaza desde el coche accidentado hasta los preceptivos 50 metros para advertir un accidente. "Vi que era una idea con la que podía aportar un claro beneficio social", dice Álvarez a este periódico, "porque no solo se producen una gran cantidad de atropellos mientras se coloca el triángulo sino que el resto de las veces se incumple la ley: a la gente le da miedo caminar por la autopista, con razón, y acaba poniendo el señalizador a dos metros del coche, que no sirve para nada, o dejándolo abandonado por no recogerlo cuando se marchan".

Según afirma Álvarez, basta con dejar en el suelo su triángulo, que él ya sabrá orientarse y desplazarse hasta el punto exacto. Una vez terminado su trabajo, se pulsa otro botón y el triángulo regresa al coche. De cualquier forma aún está introduciendo mejoras en el invento, que empezó como un coche teledirigido.

Pinche en la imagen para descargar la patente de Álvarez (PDF).

El empresario, formado en Derecho y veterano en la creación de compañías, quiso ir paso a paso: "A finales de 2015 pedí la patente en España. Hicieron las consultas pertinentes, revisaron que no hubiera nada parecido a nivel mundial y esperamos un tiempo a ver si surgían oposiciones a mi idea. No se quejó y obtuve mi patente", dice. "Luego pedí el PCT, que es una patente que incluye a 120 países, y la europea. Ambas necesitan un plazo en torno a tres años para su aprobación que aún no ha vencido, pero por el momento no han surgido oposiciones".

Ha quedado congelado un acuerdo de venta de 30 millones de euros

Con el visto bueno de las oficinas de propiedad intelectual, y sabiéndose en poder de "un producto con una dimensión de mercado mundial en torno a 2.000 millones de personas", montó una mercantil y elaboró un plan de negocio. Incluso se fue hasta Argentina, por cuestión de costes, para que una escuela de ingeniería le construyese un prototipo que mostrar al mundo. "Y ha tenido gran éxito, gusta a casi todo el que lo ha visto", sostiene el empresario.

Una de las personas que lo vieron fue la anterior directora de la DGT, María Seguí, quien le dio aún más esperanzas a Emilio: "Quedó absolutamente fascinada. Dijo que, si por ella fuera, los pondría obligatorios en España, porque se salvarían muchas vidas", dice Álvarez, "y también que ella no descartaba que, de funcionar, esto pudiera convertirse en un estándar mundial".

Mercedes va más rápido

Espoleado por las buenas críticas, Álvarez desempolvó al empresario que creían jubilado. En enero expuso Stopvia en una feria de seguridad vial celebrada en San Diego, California, con presencia de gigantes como General Motors o Toyota, y varios empresarios se interesaron en el negocio con sede en Avilés. Con una de estas empresas, sostiene Álvarez, estaba a punto de cerrar un acuerdo de venta por 30 millones de euros. También tenía a una fábrica en China dispuesta a producir el producto en masa en los próximos meses. "Todo iba perfectamente hasta que me llamaron los compradores acusándome de haberles puenteado y haber vendido mi idea directamente a una gran compañía de automóviles", relata. Se refiere a esta campaña del pasado mes de mayo en la que Mercedes-Benz anunció un triángulo robotizado exactamente igual que el Stopvia asturiano.

En realidad, Emilio no había negociado con Mercedes, pero sí los empresarios, que en realidad eran intermediarios: "Me explicaron que ellos no querían comprar la patente para explotarla, sino para vendérsela más cara a un tercero", dice el asturiano. "Y me mostraron una cadena de correos que demostraba que, en la ronda de contactos que habían hecho, uno de los más interesados en mi idea era esta empresa automovilística". El empresario evitar mencionar a Mercedes para no perjudicar la negociación en ciernes.

Álvarez podría recurrir a un fondo de litigios para luchar contra Mercedes

"Me siento como el que baja de un avión y, nada más pisar tierra, le roban la cartera", lamenta Álvarez. "Un día todo va bien y al siguiente te enteras de que un gigante de la automoción, 10 días después de negociar la compra de tu idea, presenta una igual sin pagarte un euro". El asunto está en manos del bufete Alvargómez, que ya está en negociaciones con la empresa alemana. Álvarez se siente "en pleno derecho de resarcimiento" y los abogados, especializados en propiedad intelectual, ven posibilidades al caso. En cualquier caso, se quiere evitar llegar hasta los tribunales, ya que un juicio de estas características puede alargarse años. En ese caso, indica Álvarez, no descarta recurrir a un fondo de litigios.

Desde el anuncio de Mercedes, todo se ha venido abajo. Los intermediarios han dejado la compra en espera, porque aún creen que Álvarez ha vendido su idea a los alemanes, y la producción también está detenida. La inversión en el desarrollo y las patentes camina sobre la cornisa. "En la Oficina de Patentes me aseguraron que no había nada parecido en el mundo, por eso me lancé con el negocio e invertí lo necesario para sacarlo adelante... Han pasado un montón de años, ¿y de repente dos empresas sacamos el mismo dispositivo a la vez? Ahora me veo, sin yo quererlo, en el papel de David contra Goliat... Pero es que esto es un abuso, si no un robo", concluye el empresario.

Preguntados por este periódico, desde Mercedes prefieren no hacer declaraciones.

El asturiano Emilio Álvarez es un empresario popular en el norte. La mayoría le conoce por Interfilm, una tienda de fotografía que abrió en 1987 y que se ha convertido en una franquicia con más de 80 tiendas por toda España, pero hace tiempo que dejó el negocio en manos de sus hijos. Ahora Emilio, inmerso en la paz de la jubilación pero con las neuronas pidiendo guerra, dedica sus días a impulsar proyectos personales.

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