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Un televisor con más de 33 millones de píxeles para que no te pierdas detalle
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Cuatro veces más nitido que el 4K

Un televisor con más de 33 millones de píxeles para que no te pierdas detalle

Samsung es el primer fabricante en traer esta tecnología al mercado de consumo con el que hasta podrás contar las canas de tu personaje favorito

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Lo nuevo siempre es mejor. La frase no es nuestra, sino del gran Barney Stinson de ‘Cómo Conocí a Vuestra Madre’ y esconde una verdad universal en el mundo de la tecnología: cada nuevo producto mejora a su antecesor. Pero en el ámbito de las televisiones incluso la máxima de Barney se ha quedado algo oxidada. Echemos un vistazo a los televisores, por ejemplo. La llegada de las pantallas 4K ha supuesto una mejora de hasta cuatro veces respecto a lo que teníamos. ¿Y el siguiente paso? Los televisores 8K multiplican, de nuevo por cuatro, la densidad de píxeles en pantalla vista hasta la fecha en los 4K. ¿Son sólo mejores los televisores 8K por ser nuevos? No, son hasta cuatro veces mejores.

En la actualidad, sólo un fabricante ofrece esta tecnología en el mercado y aunque ha llegado con cuentagotas, ya podemos permitirnos el lujo —o el capricho, lo dejamos a gusto del consumidor—, de colocar en nuestro salón un panel que nos va a permitir discernir si ese personaje que vemos en pantalla tiene canas, si ese adolescente está sufriendo de acné o si los ojos de nuestro villano favorito son verdes o marrones. Los televisores Samsung QLED 8K Q900R y Q950R —disponibles en 65”, 75” y 85” por un lado y 82” y 98” y en breve en 55" por el otro respectivamente— han llegado para demostrar que ya se puede ver televisión con mayor nitidez.

¿Cómo? Tal y como señalábamos, multiplicando por cuatro las prestaciones de las mejores pantallas del mercado hasta la fecha. Hagamos un ejercicio matemático básico: cuando hablábamos de pantallas Full HD nos referíamos a aquellas con una resolución de 1920x1080 píxeles. ¿El total de puntos en pantalla que se iluminan cada vez que la encendemos? Poco más de dos millones. ¿Y si nos pasamos al 4K? La resolución se multiplica por cuatro para quedar en 3840x2160, equivalente a más de ocho millones de píxeles en tu panel. Y sí, en un panel 8K tenemos tantos píxeles que es el equivalente a sumar la resolución de dieciséis pantallas Full HD, gracias a una resolución de 7680x4320 que arrojan a nuestra cara más de 33 millones de píxeles.

placeholder El marco de las televisiones 8K es prácticamente inexistente.
El marco de las televisiones 8K es prácticamente inexistente.

Con esa densidad de píxeles en pantalla se puede entender mejor por qué la nitidez va a ser el gran caballo de batalla de la tecnología 8K, por si no había quedado claro cuando dimos el salto, si es que lo dimos, al 4K recientemente.

Pero no sólo de píxeles viven las pantallas 8K de Samsung. El brillo llega hasta los 5000 nits, una cifra más que suficiente para poder disfrutar del cine, la televisión o los videojuegos pero cuyo uso se antoja fundamental para mejorar el contraste de las imágenes en pantalla, potenciados gracias a la tecnología HDR que resalta todavía más los colores que en los televisores convencionales.

Las bondades del reescalado

Con todas estas cantidades de píxeles en pantalla es probable que te asalte una preocupación: ¿no se verá demasiado borrosa la señal de un canal de televisión que emite en Full HD? ¿Qué pasa si pongo una serie en Netflix o enchufo mi consola en 4K? La respuesta se llama reescalado y es una práctica que es probable que te suene si ya cuentas con una televisión 4K o has visto cómo funciona a la hora de reproducir contenidos en Full HD.

Hablando en plata, lo que hace está tecnología es rellenar todos aquellos píxeles de la imagen que no le llegan desde la señal original para que la imagen final sea lo más nítida posible. Para hacerlo, los televisores Samsung QLED 8K tiran de una base de datos de millones de imágenes que se actualiza de manera constante y gracias al uso de inteligencia artificial es capaz de identificar qué elementos aparecen en pantalla para replicarlos de la manera más fiel posible. Lo hace estudiando como una misma imagen, por ejemplo en FHD y en 8K, ha rellenado los pixeles que no se mostraban, y ese aprendizaje lo lleva a todas las imágenes escaladas.

placeholder Gracias al reescalado, es posible ver contenidos en Full HD o 4K sin que se note excesivamente la menor resolución que la del panel nativo 8K.
Gracias al reescalado, es posible ver contenidos en Full HD o 4K sin que se note excesivamente la menor resolución que la del panel nativo 8K.

Teniendo en cuenta que la televisión tiene que ‘inventarse’ tres píxeles de cada cuatro si la fuente es 4K —o quince de cada dieciséis si es Full HD—, el resultado parece más que satisfactorio si nos atenemos a las pruebas que se han realizado hasta la fecha. Es importante tener presente que la nitidez no va a ser la misma que si estamos presenciando un contenido nativo en 8K, pero también puedes desterrar los miedos que te pueda producir el hecho de pensar que vas a ver las noticias con unos píxeles como puños en pantalla.

Por último, no hay que olvidar que las pantallas 8K representan una nueva apuesta por la tecnología QLED del fabricante coreano que son capaces de reproducir el 100% del volumen de color. Estos paneles cuentan con una retroiluminación indirecta, con una tecnología llamada Full Array Elite, que les permite representar negros en pantalla de manera más ‘pura’ que un LCD convencional. Y no es este un tema baladí si tenemos en cuenta que uno de los caballos de batalla de los fabricantes de televisores se encuentra precisamente ahí, en la representación más fiel de la oscuridad.

placeholder La tecnología QLED representa los negros en pantalla de manera más fidedigna que un LCD convencional.
La tecnología QLED representa los negros en pantalla de manera más fidedigna que un LCD convencional.

Muchísimos más píxeles, mayor brillo para un contraste más acentuado, un panel que permite iluminar cada píxel de manera independiente… si por algo destacan, además, los nuevos televisores de Samsung es que el hecho de contar con esa resolución permiten acortar las distancias de visionado sin que se distingan los píxeles en pantalla. Si en un monitor 4K se aconsejaba estar a algo menos de dos metros de distancia, con una 8K se puede estar a metro y medio sin notar trampa ni cartón, un escenario ideal para el común de los mortales que no tiene un gran salón en casa y que así podrá disfrutar de una nitidez como nunca antes vista.

Lo nuevo siempre es mejor. La frase no es nuestra, sino del gran Barney Stinson de ‘Cómo Conocí a Vuestra Madre’ y esconde una verdad universal en el mundo de la tecnología: cada nuevo producto mejora a su antecesor. Pero en el ámbito de las televisiones incluso la máxima de Barney se ha quedado algo oxidada. Echemos un vistazo a los televisores, por ejemplo. La llegada de las pantallas 4K ha supuesto una mejora de hasta cuatro veces respecto a lo que teníamos. ¿Y el siguiente paso? Los televisores 8K multiplican, de nuevo por cuatro, la densidad de píxeles en pantalla vista hasta la fecha en los 4K. ¿Son sólo mejores los televisores 8K por ser nuevos? No, son hasta cuatro veces mejores.

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