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El español que ha convertido un paquete de Ducados en un comunicador secreto por 10€
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Herramienta de espías por 10 euros

El español que ha convertido un paquete de Ducados en un comunicador secreto por 10€

David Marugán es un experto en seguridad que ha fabricado un dispositivo de comunicación para espías con una cajetilla de tabaco

Foto: David Marugán y su invento. (EC)
David Marugán y su invento. (EC)

Normalmente, cuando alguien nos habla de espías, de infiltración en terreno enemigo o de cualquier cosa que tenga que ver con estos temas, a uno le vienen a la cabeza imágenes fantasiosas que corresponden más a la ciencia ficción que a la realidad. El secretismo y la complejidad que marcan este sector hacen que el gran público sepa muy poco sobre cómo funciona. Pero hay expertos que siguen empeñados en hacer este entorno mucho más abierto y que incluso te explican cómo fabricar un dispositivo espía con un paquete de Ducados y varios artilugios caseros.

No, aunque pueda parecerlo, no hablamos de MacGyver, sino de David Marugán, un español responsable de equipo en Axians España, especialista en seguridad y radiocomunicaciones y amigo de Fernando Corrales, apasionado de la criptografía y la seguridad. Ellos dos son los creadores de, entre otros inventos, la cajetilla de tabaco Trucados (o The Stain como han llamado al proyecto), un dispositivo Short-Range Agent Communications (SRAC, el antecesor de los SMS) que permite enviar información de varios miles de caracteres a cientos de metros con solo sacar un cigarrillo del paquete.

Foto: Joel Serna (i) y Ernesto Sánchez.

"Somos unos apasionados de estos temas y llevamos años investigando sobre ellos. Como parte de estos estudios decidimos fijarnos en tecnologías desarrolladas desde la Guerra Fría hasta nuestros días y crear nuestro propio dispositivo operativo que permitiese a un supuesto agente enviar información en situaciones críticas sin ser detectado ni él ni el mensaje", explica, en conversación con Teknautas, David Marugán. De ahí nació The Stain, un invento que se engloba en lo que en el ámbito militar se denomina como COVCOM (comunicaciones clandestinas y ocultas que protegen tanto la información que se comparte como la relación entre emisor y receptor del mensaje).

placeholder  El paquete trucado. (Imagen cedida)
El paquete trucado. (Imagen cedida)

Se pusieron manos a la obra y lograron crear todo un sistema (el paquete de tabaco es el emisor y también fabricaron su receptor correspondiente) que permite realizar un intercambio de información a cientos de metros sin dejar prácticamente rastro. "Nos fijamos en la tecnología SRAC (un sistema de comunicación de corto alcance para la entrega y recogida de información vía radio cuyo origen tuvo lugar durante la Guerra Fría, en los años 60) y lo aplicamos a un entorno que se supone fácil de camuflar cómo es el de sacar un cigarro de una cajetilla y fumártelo".

Marugán hizo el análisis técnico, investigó sobre cómo mandar la información y qué necesitaban para que fuese algo operativo y Corrales se encargó de construirlo. No quieren dar todos los detalles sobre los componentes por precaución para evitar que pueda ser utilizado con fines maliciosos, pero lo que sí cuentan es que su precio ronda los 10 euros por aparato.

La pregunta que queda es clara, ¿puede algo tan sencillo funcionar realmente?

Casero pero indetectable

Según explica Marugán, que va mostrando su invento y las pruebas que han ido haciendo por numerosos congresos de 'hacking' como el Mundo Hacker Day, The Stain, aunque casero (está pensado para un uso como prueba de concepto e investigaciones nada de comercialización u otros usos), no solo es funcional, sino que es prácticamente indetectable. "Tienes que pensar que funciona como una especie de mando de un garaje o una alarma. Incluso teniendo herramientas para medir señales, es casi imposible diferenciar su onda de otras tantas que se mueven en la zona, por no decir que no deja un rastro que puedas seguir para dar con el emisor o capturar el mensaje".

El alcance es uno de sus grandes problemas, pero aun así es suficiente para evitar relaciones claras. En alta velocidad solo llega a los 40 metros pero a baja alcanza los 2 kilómetros. Es decir, que puedes separar emisor y receptor con suficiente margen como para evitar sospechas.

placeholder Paquete de Trucados. (Imagen cedida)
Paquete de Trucados. (Imagen cedida)

Para que pueda entrar en la cajetilla de tabaco, el artilugio es lo más sencillo posible. Cuenta con una pequeña pila que mantiene el sistema encendido y una placa que es la que guarda la información y se programa para que, al sacar el cigarro (real como cualquier ducado) lance el mensaje hacia su receptor como si tú hubieses apretado el botón de apertura de la puerta del mando. Por último, cuenta con un led que avisa de que la transmisión ha finalizado con éxito.

placeholder Así funciona el sistema. (Imagen cedida)
Así funciona el sistema. (Imagen cedida)

"Estos inventos siempre han sido concebidos como soluciones para ocasiones de máxima vigilancia y emergencia en los que debes pasar algún tipo de información clave. Es más, el mayor problema que tienen es que, por lo que hemos visto a lo largo de la historia, los agentes no se fían demasiado de pasar mensajes a gente que no vean cara a cara. Aquí te tienes que fiar de que la persona que recibe el mensaje es de verdad fiable en una situación de emergencia", apunta Marugán.

placeholder El paquete de Trucados por dentro. (imagen cedida)
El paquete de Trucados por dentro. (imagen cedida)

Una vez sacado el cigarro y fumado (funciona, como se muestra en las fotos, con tabaco real) el emisor desaparece del lugar sin tener más información que la de que su interlocutor ha recibido el mensaje correctamente.

¿Podrían usarlo los espías actuales?

Como ya se ha mencionado anteriormente, los inventos S.R.A.C llevan utilizándose desde los años 60, pero ni mucho menos han pasado a la historia, según explica Marugán. "Es cierto que ahora con internet y demás las cosas han cambiado, pero este sigue siendo un método mucho más seguro en casos de gran vigilancia. La red deja rastros que la contrainteligencia puede seguir hasta dar con el agente. Algo como lo nuestro no creo que use mucha gente, pero inventos más sofisticados no es posible descartarlos".

Para apoyar estas afirmaciones pone algunos ejemplos recientes como el caso del espía del Mi6 que fue cazado intercambiando información con algo aún más artesanal como es una roca falsa. O más recientemente, la polémica generada entorno a la app Zello, que permitía, y aún permite, a rebeldes, insurgentes o terrorista comunicarse sin dejar rastro.

placeholder Roca falsa como la que usaba el Mi6. (Imagen cedida)
Roca falsa como la que usaba el Mi6. (Imagen cedida)

"Al final, las COVCOM se llevan utilizando desde la Grecia clásica y en la actualidad siguen apareciendo casos. La tecnología ha evolucionado mucho y hay sistemas diferentes pero con inventos como este sigues encontrando una forma relativamente sencilla de pasar información sin ser detectado. Ese es el objetivo final".

Normalmente, cuando alguien nos habla de espías, de infiltración en terreno enemigo o de cualquier cosa que tenga que ver con estos temas, a uno le vienen a la cabeza imágenes fantasiosas que corresponden más a la ciencia ficción que a la realidad. El secretismo y la complejidad que marcan este sector hacen que el gran público sepa muy poco sobre cómo funciona. Pero hay expertos que siguen empeñados en hacer este entorno mucho más abierto y que incluso te explican cómo fabricar un dispositivo espía con un paquete de Ducados y varios artilugios caseros.

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