Cómo un incendio puede destruir un edificio de piedra como Notre-Dame
Las sobrecogedoras imágenes del incendio y el derrumbamiento de la espiga principal de la catedral recuerdan que, desgraciadamente, la piedra no es sinónimo de protección contra el fuego
El humo empezó a brotar en la catedral de Notre-Dame alrededor de las 18:50 de este lunes y, pocos minutos después, las llamas ya eran visibles desde todo París. Apenas una hora más tarde, la emblemática aguja de la catedral gótica más famosa del mundo, de 96 metros de altura, se desplomaba envuelta en fuego. Minutos más tarde, parte del techo ha colapsado también.
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— Patrick Galey (@patrickgaley) April 15, 2019
Los primeros indicios apuntan a que el incendio pudo comenzar en uno de los andamios que rodeaban a la aguja, y en apenas minutos se extendió por el resto del techo de uno de los edificios más históricos de París. Hasta el momento, casi todo lo que parece estar destruyéndose es parte de la reconstrucción que se hizo en el siglo XIX, pero eso no indica que la parte hecha de piedra esté a salvo.
Concretamente, la aguja fue construida por Eugène Viollet-le-Duc en sustitución de un antiguo campanario del siglo XIII que había sido desmantelado cinco siglos más tarde.
¿Por qué la piedra se puede caer?
Pese a lo que los muros o la fachada puedan dar a entender desde el exterior, desgraciadamente, muy pocas estructuras están hechas enteramente de piedra. En estructuras como Notre-Dame, los techos están hechos de madera, ya que, además de hacer que el interior de la catedral no se moje cuando llueve, también realizan una función estructural clave.
En un edificio tan grande como el parisino, las vigas de madera absorben la tensión de unos muros que tienden naturalmente a vencerse hacia afuera. Que esas vigas ardan incrementa notablemente la posibilidad de derrumbe.
"Algunos elementos de la iglesia están contrarrestados con las cubiertas de madera", explica el arquitecto Juanjo Martínez Rodríguez, de Estudio UAD. "El mayor riesgo es que se colapsen las estructuras de madera de las cubiertas sobre las bóvedas góticas, porque hay muchos elementos de madera y piedra que podrían dañar el conjunto, pero hablar de un colapso de la catedral me parece aventurado".
Además, las altas temperaturas que se registran alrededor del fuego y en el interior del edificio —incrementadas por todos los elementos combustibles del interior: el coro, los retablos, tapices, cortinas, cuadros o alfombras— pueden afectar también al mortero que une los ladrillos o bloques de piedra, expandiéndose y provocando el desplazamiento de los ladrillos. Y si uno se desplaza, la tensión se traslada inmediatamente al resto del muro.
El agua que se está aplicando ahora para sofocar el fuego también podría ser dañina por el mismo motivo, la piedra podría absorber ese peso extra y aumentar el peligro de desplome.
Notre-Dame y la madera
La catedral parisina, quintaesencia de la arquitectura gótica, empleó más de 13.000 robles en su construcción, que tuvo lugar entre 1163 y 1345. La madera de todos y cada uno de estos árboles sirvió para alimentar las vigas que componen la estructura del techo.
Las dimensiones de esta estructura son escalofriantes: 100 metros de largo, entre 13 y 40 metros de ancho y 10 metros de alto. Se conocía coloquialmente como el 'bosque de Notre-Dame' porque acumulaba tantos árboles como el cercano Parque de Bercy, situado unos tres kilómetros río Sena abajo.
En estas imágenes, podemos observar hasta qué punto la madera de roble forma parte del corazón de Notre-Dame:
Ahora, esta estructura se ha visto dañada.
El humo empezó a brotar en la catedral de Notre-Dame alrededor de las 18:50 de este lunes y, pocos minutos después, las llamas ya eran visibles desde todo París. Apenas una hora más tarde, la emblemática aguja de la catedral gótica más famosa del mundo, de 96 metros de altura, se desplomaba envuelta en fuego. Minutos más tarde, parte del techo ha colapsado también.
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