Un hombre muere después de que le explote un cigarrillo electrónico en la cara

Un hombre de 24 años ha fallecido en Texas, al sur de Estados Unidos, después de que el cigarrillo electrónico que estaba fumando explotara y le seccionara la arteria carótida. Pese a que una ambulancia pudo trasladarle a un hospital aún con vida, el hombre falleció en el centro hospitalario dos días después del accidente.

Según explican los médicos del condado de Tarrant, la explosión le destrozó la arteria carótida izquierda, aunque el hombre murió 48 horas después por culpa de un infarto cerebral.

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El fallecido, William Brown, había acudido a una tienda especializada en cigarrillos electrónicos porque su dispositivo no funcionaba bien. Sin embargo, tal y como relata el encargado de la tienda a la CNN, no pudieron ayudarle porque no trabajaban con la marca que utilizaba William. Poco después de que abandonara la tienda oyeron una explosión aún en el parking, por lo que llamaron a una ambulancia.

Demasiados casos

Su familia ha explicado que cuando llegaron al hospital, los médicos decidieron inducirle en un estado de coma para hacerle varias pruebas, entre ellas varias radiografías que mostraban que parte del aparato que había explotado estaba alojado en su garganta. Alice Brown, la abuela del joven, explica que "esa cosa de tres piezas entró en su garganta y se quedó allí”.

La misma abuela no se explica por qué no operaron a su nieto en ese mismo instante: “Tenía un futuro por delante, una vida por delante". El hospital, por su parte, se refugia en la política de privacidad en materia de salud para no hacer valoraciones sobre el caso.

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No es la primera vez que un hombre muere por culpa de un cigarrillo electrónico. El pasado mes de mayo, un hombre fallecía en Florida después de una explosión en el dispositivo, que catapultó una pieza contra su cabeza. En Estados Unidos se han contabilizado un total de 195 explosiones en cigarrillos electrónicos entre los años 2009 y 2016.