10 días con el Microsoft Surface Laptop 2: amarás este portátil (hasta conocer sus fallos)
La renovación del equipo conserva diseño y se centra en aportar potencia, memoria y mejorar el teclado. Sin embargo, se olvida de añadir más puertos, siendo este su mayor lunar
Si uno es de Apple es harto difícil verse en la tesitura de tener que romperse la cabeza. Si se quiere un móvil te verás en el 'drama' (¡ironía, Sheldon!) de decantarte entre el iPhone Xr, el Xs o alguna de las versiones anteriores. Con los portátiles más de lo mismo. MacBook Pro o Air, si es que llegas a enfrentarte a ese dilema. Los 'Windowsbelievers' -ojito que también existen, aunque no den tanto la murga como los orgullosos parroquianos de la manzana- no lo tienen tan fácil. Hay un denso pelotón de fabricantes y muchas veces cuesta diferenciar, más allá de lo estético, lo que realmente cambia de uno a otro equipo. Muchas veces es el precio o la marca lo que decide. "Yo tuve un tal y me función genial. Pero es que no me quiero gastar mucho, para lo básico y ya". Eso suele ser una de las proclamas más repetidas cuando alguien en mi entorno viene a preguntarme a ver qué portátil pilla. Sin embargo, si buscas un equipo central de trabajo, de esos para usar todo el día, que dure un tiempecito, la historia cambia y el presupuesto suele aumentar notablemente.
Ahí se han querido situar los chinos de Huawei con los Matebook. Sin embargo, de la misma manera que Xiaomi, han intentado tratar de llevar la esencia de los MacBook al mundo Windows. Y en parte lo han conseguido con sus respectivos 'clones' (muy logrados e interesante, pero 'clones' al y al cabo). Si no te convencen y las marcas tradicionales te dan pereza, igual deberías echar un vistazo a la gama Surface. Esta familia de dispositivos, por si no lo sabes a estas alturas de la película, es el intento de la propia Microsoft para crear equipos que sean un guante para Windows. Lo mismo que hace Apple con el MacBook y los iPhone o Google con los Pixel y anteriormente con los Nexus.
Pues bien la familia Surface se nutrió de esa suerte de tableta (ya va por la sexta edición) con la que querían tratar de abrir camino en la llamada 'era postPC', un nuevo paradigma donde los ordenadores, como dijo Jobs, serían camiones para tareas pesadas. Pues no tiene pinta de que sea así de momento. Así que Microsoft hizo ordenadores para hoy, que al fin y al cabo se demandan. Y de ahí nació, en 2017, el Surface Laptop, el portátil de Microsoft. Un portátil de gama alta. Ahora hemos pasado diez días con su segunda edición, un nuevo 'modelo' que sigue,casi al dedillo, las bases sentadas por el original pero con un buen extra de potencia. Aquí va nuestra lo mejor y lo peor de nuestra experiencia.
Mismo 'caparazón'
El Surface Laptop 2 más que una nueva entrega es una actualización. Un capítulo de la historia original. Prácticamente es idéntico si nos fijamos en el exterior. Cuenta con la misma piel y las mismas dimensiones. Microsoft ha buscado el equilibrio. No ha querido hacer como LG o Acer con sus modelos súper ligeros, algo para lo que han tenido que renunciar a metales 'más nobles' y cambiarlo por una aleación cuyo principal ingrediente sea el magnesio, con lo que pierde robustez. El Surface Laptop 2 no destacará en nada por sus dimensiones físicas pero tampoco se le puede reprochar nada. Se maneja bien. Tiene un buen peso (1,25-1,28 kg, dependiendo el modelo) y no es excesivamente gordo (14,47 mm en la mayor parte, aunque se reduce en los extremos).
Hay que hacer hincapié en dos aspectos del diseño. El primero, se mantiene el acabado 'alcantara' (mezcla de poliester y poliuterano) en la zona del teclado. Es un tacto aterciopelado, que aunque es suave y elegante, personalmente me provoca un pánico irremediable cuando alguien se acerca con una taza de café. Habrá a quien le encante y quien lo odie como ocurre con la moqueta en toda casa de vecino. Eso sí, el consejo es que seas cuidadoso porque tiene pinta de que, con el paso del tiempo, corre el riesgo de acumular mucha suciedad. Los foros de Microsoft están llenos de hilos que piden y dan consejos para limpiarlo.
Misma piedra, mismo tropiezo
El segundo apunte es el de los puertos. Como decíamos antes no es un equipo que apueste por una extremada delgadez. Por tanto no se comprende mucho la escasez de puertos. Con ese grosor podían haber incluido alguno más. En el lado derecho cuenta con el Surface Connect -el conector propio de Microsoft equipo para la corriente-, mientras que en el izquierdo cuenta con un puerto USB 3.0, un mini DisplayPort y el conector jack para auriculares. Además, el cable para cargar el equipo, dependiendo del ángulo del enchufe y tu posición, siempre no resulta lo más cómo. En general, cabe decir que es incomprensible esta escasez para un portátil de raza que aspira a ser una compra única. Podían haber incluido un USB Tipo C y también un lector para tarjetas externas, por lo menos.
Otra de las cosas que se han actualizado son los modelos disponibles. De momento en la web solo se puede encargar el modelo plateado, pero en el futuro quizás lleguen otros colores como el negro, el rojo o el azul, que saldrán a la venta en otros países.
Teclado y trackpad
Son dos de los elementos clave de cualquier equipo. El teclado y el trackpad, especialmente este segundo que es un peñazo andar con un ratón externo porque no nos convence el que está integrado en el portátil. Pues bien, en ambos casos cumple con solvencia. Las teclas han sido dispuestas con un mecanismo que hacen que escribir apenas produzca un pequeño murmullo. Es muy silencioso. Algo idóneo para gente como yo que acostumbra a organizar un cisco digno de Mayumaná cuando se pone a redactar algo en un teclado tradicional. Es, sin lugar a dudas, el mejor teclado del mercado.
El trackpad, a diferencia de otros modelo, no está hecho del mismo material que el chásis. No es de metal. Está recubierto del mismo plástico del que están hechas las teclas. A pesar de lo que pueda parecer en un primer momento, tanto el tacto (a la hora de deslizar) como la sensibilidad es muy precisa, incluso en una zona polémica como los bordes. Mencionar aquí también la calidad de sonido. Colocados en el dorso inferior, el Surface Laptop 2 ofrece, dentro de las posibilidades de un ordenador (es decir sonidos plano, sin destacar en notas altas o graves), una buena reproducción de sonido. Todo gracias a que tiene más espacio para que las ondas acústicas resuenen
El salto: potencia
Los trabajos de Microsoft se han centrado en el interior. En las tripas. Es el motor la gran diferencia con la primera generación de este portátil. Eso es gracias a la octava generación de procesadores de Intel. Las pruebas y los 'benchmarkings' nos daban fe de que estos chips, ahora con cuatro núcleos, se pueden exprimir más que sus predecesores, especialmente con las tareas que más recursos consumas. Personalmente lo he notado en tareas sencillas, del día a día, como editar fotos, redactar textos y navegar por internet. No he encontrado tirones ni parones dignos de mencionar. A la hora de editar vídeo, la tarea más pesada que he realizado, también me he manejado con soltura. Es más diría que, a excepción de que lo quieras para este último tipo de tareas y las realices con cierta recurrencia, con el i5 vas que chutas. Nosotros hemos contado con la versión media que viene con un i5, 8GB de RAM y 256GB de memoria interna.
En España se puede optar también por modelos con i7, 16GB de RAM y 512GB de memoria interna. Su gran lunar, junto el de los puertos, es la gráfica que incorpora. Se trata de una Intel UHD 620. Si los procesadores de octava generación suponen un completo acierto, la gráfica es una del montón. Es decir, si mejorasen este componente sería un portátil todoterreno ideal, incluso para trabajar con recursos 4K para la edición de vídeo e incluso para los juegos que más exijan.
Tiene ventiladores. Pero antes de quejarte, debes saber que son discretísimos. Apenas se han puesto en funcionamiento durante nuestras pruebas y cuando lo ha hecho ha sido por un corto lapso de tiempo y sin hacer mucho ruido.
Una buena vista
La pantalla ofrece una gran calidad. Tanto colores como ángulos de visión están en un punto de equilibrio inmejorable, como se debe ser en un portátil que ronde los mil euros como es el caso. Hablamos de un panel LCD de 13,5 pulgadas, que cuenta con una resolución 2256 por 1504 píxeles, con una densidad de imagen de 201 por pulgada. La única pega que se le podría echar en este punto en cara son los marcos (más gruesos que otros PC de postín con los que pretende competir. Además no mantiene la simetría, un error para los locos del diseño), pero es algo común al diseño de Microsoft que todavía no se ha aventurado con diseños sin bordes, como ya vimos en la review de la Surface Go. La pantalla es táctil y con una gran sensibilidad, así que su respuesta te invita a interactuar con ella
La cámara web se coloca, junto a otros sensores como el de proximidad, en la zona más clásica: en el borde superior, en posición centrada. Cuenta con una resolución de 720p, más que suficiente para mantener una buena vídeoconferencia. Las piezas colocadas en esa zona también se ocupan de hacer funcionar el reconocimiento facial, Windows Hello. Funciona tan bien, independientemente del ángulo y las condiciones lumínicas, y tan rápido que no se echa de menos en absoluto un lector de huellas.
Buena autonomía
Prometían hasta 14,5 horas de reproducción de vídeo con una sola carga. Esto, como ocurre con el 99,9% de los fabricantes, es tirarse un triple. De medio campo. Aquí he llegado a superar las ocho horas y media los días que menos caña le he metido al equipo. Las jornadas en las que he realizado tareas 'pesadas' se ha movido en torno a las 5 horas y media, algo que está francamente bien. Está en línea de lo que hemos visto este año. Buena, pero no como para darse golpes de pecho y menos hablar de 14,5 horas, que sería una brutalidad.
Sobre el software pocos comentarios. No es esta una review para juzgar Windows 10 pero cabe comentar que hay importantes novedades en este apartado. Viene con Windows 10 Home Edition y puedes instalar el modo Pro, siempre que pases por caja. La diferencia es que el año pasado venía con Windows 10 S por defecto. Es una versión desnatada del sistema operativo de Microsoft para mantener rendimiento y otros aspectos.
Eso sí, si quieres utilizar este modo lo mejor es que lo hagas con las aplicaciones de la tienda oficial, ya que otros programas que no estén optimizados para esta versión pueden dar problemas.
Los precios, en España, van desde los 1149 euros por la versión con i5.8GB de RAM y 128GB de almacenamiento a los 2349 euros de su modelo superior (i7, 16GB de RAM y 512GB de memoria). Hay un modelo intermedio, que aumenta la memoria de la versión básica hasta los 256GB, algo que costaría 1449 euros. La conclusión es que es un modelo muy continuista hasta en los fallos. Se esperaba que hubiesen dado un golpe de pedal. La principal diferencia frente a su modelo, quizás se la competencia. En esa franja de precios el resto de fabricantes se han puesto mucho las pilas y el Surface Laptop 2 ya no es tan único como lo era su predecesor.
¿Merece la pena?
Lo mejor: la pantalla y los procesadores Intel de segunda generación. El diseño también es digno de destacar.
Lo peor: la gráfica y, especialmente, la escasez de puertos. Tendrás que invertir un pellizco en un buen 'dongle' si necesitas más conexiones.
La duda: el acabado de alcantara alrededor del teclado te obligará a tener cuidado con la suciedad y estar bastante atento.
Si uno es de Apple es harto difícil verse en la tesitura de tener que romperse la cabeza. Si se quiere un móvil te verás en el 'drama' (¡ironía, Sheldon!) de decantarte entre el iPhone Xr, el Xs o alguna de las versiones anteriores. Con los portátiles más de lo mismo. MacBook Pro o Air, si es que llegas a enfrentarte a ese dilema. Los 'Windowsbelievers' -ojito que también existen, aunque no den tanto la murga como los orgullosos parroquianos de la manzana- no lo tienen tan fácil. Hay un denso pelotón de fabricantes y muchas veces cuesta diferenciar, más allá de lo estético, lo que realmente cambia de uno a otro equipo. Muchas veces es el precio o la marca lo que decide. "Yo tuve un tal y me función genial. Pero es que no me quiero gastar mucho, para lo básico y ya". Eso suele ser una de las proclamas más repetidas cuando alguien en mi entorno viene a preguntarme a ver qué portátil pilla. Sin embargo, si buscas un equipo central de trabajo, de esos para usar todo el día, que dure un tiempecito, la historia cambia y el presupuesto suele aumentar notablemente.