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Redes inteligentes, la tecnología que te permite controlar tu factura energética
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Redes inteligentes, la tecnología que te permite controlar tu factura energética

La tecnología no solo sirve a las empresas a la hora de medir el consumo de los hogares; también sirve para que los usuarios planifiquemos nuestro consumo y ahorremos a final de mes

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En 2019 todos los españoles podremos presumir de contar en casa con un contador inteligente. Es el límite temporal máximo con el que cuenta nuestro país para que todos los hogares vean sustituidos sus viejos contadores por otros que medirán de manera horaria el consumo, darán a los usuarios más y mejor información sobre su consumo diario y, en definitiva, permitirán que tomemos el control de nuestra factura energética y podamos asumir medidas para reducirla.

Los nuevos contadores tienen, en líneas generales, dos ventajas significativas:

  • Precios horarios. En otras palabras, aplicar el precio de la energía según el momento en que es consumida (ya sea hora punta o valle). En el mercado eléctrico toda la energía se liquida de forma horaria, pero eso no se podía tener en cuenta en los antiguos contadores, así que antes se aplicaba los denominados perfiles de liquidación, que asignaban un comportamiento tipo de la demanda en función de la potencia contratada y de los niveles de tensión. Ahora, sin embargo, todos los contadores inteligentes harán una medición precisa y adecuada del consumo de cada hogar.
  • Telemedida y telegestión. Se acabaron las visitas a nuestro domicilio del operario que tenía que mirar el contador, ahora la compañía podrá hacerlo de forma remota. Además, como los consumidores tendremos una factura más detallada y podremos ver en cualquier momento nuestro consumo, también podremos detectar en qué momentos podemos consumir más y en cuáles vamos a preferir ahorrar para pagar menos en nuestra factura.
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La era de las redes inteligentes

Estos contadores son un ejemplo de redes inteligentes, un campo que Red Eléctrica de España (REE) está desarrollando para monitorizar y gestionar de forma eficiente todos los comportamientos y acciones de los consumidores y de los generadores, siempre con el objetivo de asegurar un sistema energético sostenible y eficiente, con altos niveles de calidad y seguridad de suministro y donde las energías renovables van a ser las preponderantes.

Las redes inteligentes no solo son capaces de capturar los datos de consumo y generación, sino que, mediante el uso de nuevas tecnologías de la información, también pueden analizarlos, detectar patrones de uso y, con ello, predecir futuros escenarios para adecuarse a las nuevas necesidades de los usuarios, desarrollando soluciones adecuadas para que puedan tomar el control de su propia energía. Como la electricidad no se almacena, sino que se produce en el preciso instante en que se consume, para gestionar el sistema es necesario disponer de información en tiempo real.

REE lleva a cabo varias labores para asegurar el desarrollo de las redes inteligentes, que incorporan nuevas soluciones, activos y tecnologías de la información, para hacer posibles las decisiones actuales y futuras de los usuarios del sistema eléctrico:

  • Monitorización y control. La compañía lleva años recibiendo información y analizando pormenorizadamente la generación y consumo de energía en nuestro país. De hecho, desde 1998 gestiona el concentrador principal del Sistema de Información de Medidas Eléctricas (Simel), que recoge información de los contadores y configura una visión del consumo global en todo el país. Además, puso en marcha en 2006 el Centro de Control de Energías Renovables (Cecre), que se encarga de la supervisión y control del sistema.
  • Opmitimización de activos y recursos. El papel de la tecnología es crucial, ya que no solo se encarga de recoger y almacenar datos de manera estática, sino que su máximo potencial consiste en, con esos datos, ser capaz de detectar patrones de consumo, prevenir futuros escenarios, optimizar la capacidad de la red y su uso o incluso desarrollar nuevos modelos de gestión.
  • Consumidor empoderado. Para Susana Bañares, jefa del Departamento de Gestión de la Demanda y de Redes Inteligentes de REE, esta es sin duda una de las claves: "Se trata de poner al consumidor en el centro. Que tenga todas las herramientas para conocer su consumo y, con esa información, poder actuar y convertirse en un consumidor activo".
  • Vehículo eléctrico. El coche eléctrico aún tiene una cuota de mercado muy reducida, pero irá creciendo, así que en REE ya trabajan sobre estos escenarios futuros, para asegurar que el sistema eléctrico está preparado para abastecer a todos los usuarios de este tipo de vehículos, ya sea para recargas lentas (cuando el vehículo está parado o durante la noche) o de oportunidad (ante necesidades puntuales de recarga) e incluso en desplazamientos interurbanos en los llamados corredores eléctricos. La compañía también cuenta con el Centro de Control del Vehículo Eléctrico (Cecovel), que permite realizar un seguimiento y control de la demanda de electricidad para la recarga de los vehículos eléctricos.
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"En un escenario descentralizado (almacenamiento distribuido, vehículo eléctrico, autoconsumo...) aparecen muchos más elementos activos en la red y necesitamos que la observación de todo lo que está pasando sea mucho más amplia", asegura Susana Bañares. Por eso "es esencial la aparición de las redes inteligentes y el desarrollo de factores como la monitorización del comportamiento de los usuarios, ya sea generación o demanda, en el sistema en tiempo real".

Además, Bañares insiste en el poder que va a adquirir el ciudadano medio: "A día de hoy el consumidor ya tiene acceso a la información de su contador, pero no siempre es sencillo acceder a ella o entenderla para cambiar la potencia contratada, etc. Sin embargo, con las redes inteligentes todos van a poder analizar mucho mejor su consumo, ver en qué momentos están gastando más y, con toda esa información y mucha más, tomar decisiones que de cara a futuro le permitan ahorrar".

Objetivo 2030: descarbonizar España

El desarrollo de las redes inteligentes forma parte de un proyecto aún más ambicioso: descarbonizar España por completo. Nuestro país comparte este objetivo con el resto de estados miembros de la Unión Europea, cuya directiva de transición energética marca que en 2050 deberemos haber reducido entre un 85% y un 95% las emisiones de CO2 en comparación con las de 1990.

Antes de llegar a 2050 tenemos una primera meta, la de 2030, donde deberemos haber cumplido dos objetivos: en primer lugar, reducir las emisiones en un 40% en relación a 1990; en segundo, alcanzar un 32% de producción renovable sobre energía final, lo que significa casi duplicar el porcentaje de producción renovable a día de hoy (40% ) y casi triplicar los megawatios de potencia instalada renovables existentes (30.000MW).

En 2030 España deberá haber reducido en un 40% las emisiones que generaba en 1990; y en 2050, la reducción deberá ser de un 90%

Para Susana Bañares estos objetivos son ambiciosos, pero debemos hacerlos posibles: "El sistema eléctrico va a cambiar completamente, así que tenemos que cambiar también la manera de gestionarlo. Y cuanto más conscientes vayamos siendo de los objetivos que nos hemos marcado, más nos daremos cuenta de que las redes inteligentes son el verdadero elemento habilitador hacia un escenario de dominio de las energías renovables".

En definitiva, asegura, "la transición energética va a ser posible gracias a la tecnología que permite gestionar el sistema de manera mucho más eficiente y sostenible, poniendo, además, al consumidor en el centro".

En 2019 todos los españoles podremos presumir de contar en casa con un contador inteligente. Es el límite temporal máximo con el que cuenta nuestro país para que todos los hogares vean sustituidos sus viejos contadores por otros que medirán de manera horaria el consumo, darán a los usuarios más y mejor información sobre su consumo diario y, en definitiva, permitirán que tomemos el control de nuestra factura energética y podamos asumir medidas para reducirla.

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