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Las bodas que nacieron en Tinder: "Ligar en internet es mejor que en una discoteca"
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"he conocido al amor de mi vida en internet"

Las bodas que nacieron en Tinder: "Ligar en internet es mejor que en una discoteca"

Si piensas que ligar por internet es de bichos raros o que desnaturaliza el cortejo, deja los complejos: estas parejas nos demuestran que incluso puede ser más lógico que hacerlo en entornos físicos

Foto: Shaya y Tarlon empezaron su relación con un móvil en la mano y, con el tiempo, el móvil se convirtió en un anillo de compromiso.
Shaya y Tarlon empezaron su relación con un móvil en la mano y, con el tiempo, el móvil se convirtió en un anillo de compromiso.

Shaya y Tarlon se conocieron de pura casualidad, concretamente con un móvil en la mano. Ambos estaban usando Tinder, una de las mayores 'apps' para ligar de todo el mundo, y en principio se gustaron. Estuvieron un tiempo hablando a través de la aplicación, pero no se decidían a quedar. Por el momento, sus charlas se limitaban al mundo digital.

Pasó un breve tiempo hasta que ambos decidieron quedar a cenar, aunque ella no estaba del todo convencida: "La noche anterior, estando con uno de mis mejores amigos, le dije que no quería ir a la cena, que estaba a punto de cancelarla". Al final decidió ir y la cena no fue mal. Nada mal, de hecho. Ambos siguieron quedando, se fueron conociendo y, al final, empezaron una relación sentimental.

El culmen llegó el pasado mes de agosto. Tarlon se declaró a Shaya, le pidió matrimonio y ella aceptó. Contra todo pronóstico para quienes piensan que las 'apps' no son un buen sitio para conocer al amor de tu vida, la historia entre Shaya y Tarlon ha acabado en boda. "Estoy increíblemente feliz de haber ido a aquella cena", reconoce.

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Algo parecido le ocurrió a Íñigo, un madrileño de 36 años, en 2014. Estando soltero, decidió registrarse en una 'app' de contactos por primera vez en su vida, concretamente en Tinder. Duró poco, pero no porque saliese de allí espantado precisamente, sino porque muy pronto conoció a una chica que le gustó y con la que, tras conocerse en persona, acabó empezando una relación.

Para él, es evidente que esta forma de iniciar el 'cortejo' resulta extraña a muchos, aunque no comparte esa visión: "Hay muchos prejuicios", cuenta a este diario. "Hay gente para la que lo 'natural' es ligar en una discoteca, cuando ahí a lo mejor vas ciego y puede ser un ambiente bastante sórdido, pero parece que eso es lo 'normal' y lo aceptado. En realidad la forma en la que yo conocí a mi pareja me parece más humana". De hecho, su novia y él no solo siguen juntos cuatro años después, sino que hace siete meses tuvieron un regalo: la bebé con la que definitivamente han formado una familia feliz.

Para él, el debate entre ligar en redes sociales o en persona no es una cuestión de formatos, sino del tipo de persona que te encuentres: "El que solo quiera tener sexo lo va a buscar en una red social o en una discoteca, y el que quiera buscar pareja también lo va a hacer en una red social o en una discoteca. Cada uno tiene que hacer aquello con lo que se encuentre cómodo".

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"En internet puedes filtrar, en la discoteca no"

A Gali, una madrileña que trabaja en una empresa de 'marketing', le pasó algo similar. Hace años se instaló Her, una 'app' específica para mujeres lesbianas, en la que conoció a Sara, su actual novia, con la que lleva más de dos años. Para ella, la aplicación fue una ayuda significativa: "Había que registrarse a través de Facebook, algo que a mucha gente le echa para atrás, pero a mí me gustó, ya que eso te asegura que no habrá ningún hombre. Porque sí, en las aplicaciones para lesbianas a menudo se cuelan tíos intentando ligar o ridiculizarte. Es así de triste".

Gali rechaza todos los prejuicios contra las aplicaciones de citas: "Yo he ligado mil veces en persona, como todo el mundo, pero piensa una cosa. Si ligas en persona, sueles depender de encontrar a alguien de tu entorno, de tu trabajo o sector, o amigo de un amigo de otro amigo, o que se mueva en tus mismos bares, o que conozcas a una persona en una discoteca y haya 'feeling'... Oye, ¿no son demasiadas casualidades? ¿Y si la persona de la que puedes enamorarte vive en la ciudad de al lado? ¿Y si no tenéis amigos en común? ¿Y si se mueve por otros bares? ¿Y si trabaja en horario nocturno? ¿Y si no le gusta salir por la noche?".

"En internet puedes ligar con toda la calma del mundo", nos cuenta, "buscando lo que realmente quieres, sin ceñirte a tu barrio o a tu ciudad, estableciendo conversación antes de quedar en persona (que a mí eso me da mucha más seguridad), sin alcohol ni prisas de por medio, etc. En muchas aplicaciones vas a encontrar a gente que solo quiere sexo y que te molesta, pero, ¿es que en las discotecas no pasa lo mismo? En internet al menos puedes filtrar a la gente". Además, "los que critican el hecho de ligar por internet a veces tienen un discurso muy rancio. Yo conozco a gente a la que ligar por internet le parece antinatural, pero usar una aplicación para que un ciclista explotado te traiga la comida del restaurante que tienes a 300 metros de casa le parece normalísimo".

"¿Internet desnaturaliza el ligue? Para mí lo 'natural' es que en un bar me entren tíos, y si digo que soy lesbiana, peor, porque fantasean con un trío"

Tampoco cree que internet le quite magia al cortejo: "¿Qué es eso de que internet desnaturaliza el ligue? ¿Qué se supone que es lo natural? Para mí lo 'natural' era que en una discoteca me entrasen tíos, y si encima les decía que era lesbiana era peor aún. Porque si una chica entra a un chico y él le dice que es gay, se acaba el cortejo, pero si es al revés se ponen aún más pesados. Como una lesbiana tenga un cuerpo normativo y sexualizado para chicos heteros, querrá ligar con ella igualmente, le va a dar igual. De hecho incluso puede que se ponga más pesado, porque en cuanto dices que eres lesbiana empiezan a montarse fantasías con su palabra mágica: trío. A mí me han llegado a decir 'Estás demasiado buena para ser bollera' o 'Eso es que no has probado una buena ...' ya sabes. Es asqueroso".

"Hay muchos prejuicios hacia la gente que liga en internet", asegura, "pero para mí internet supone un entorno mucho más seguro que otros sitios en los que me han hecho sentir incómoda". Y a este respecto, Gali se atreve a hacer una predicción: "Fíjate, estoy segura de que cuando saques este reportaje habrá gente que se ofenderá muchísimo porque pensará que estamos criticando el hecho de ligar en persona, cuando no lo estamos haciendo para nada. Pero se sentirán atacados y su respuesta será criticarnos, decirnos que somos unas frikis, unas malfolladas o que en la 'vida real' nadie querría tocarnos ni con un palo. Esos son precisamente los discursos agresivos que no quiero encontrarme en persona: el de la gente que te ataca sin piedad porque se ha sentido mínimamente frágil".

En definitiva, "que cada uno ligue donde y como quiera, pero que no nos digan que quienes ligamos por internet somos inadaptados o bichos raros, porque eso es una chorrada. Para mí, de hecho, ligar en internet es mejor que hacerlo en una discoteca, pero que cada persona ligue donde se sienta más cómoda. Esto no va de contar la mejor historia de cómo conociste a tu pareja, sino de encontrar a la persona con la que compartir tu vida. Y yo lo he hecho gracias a una aplicación y no puedo ser más feliz. ¿Qué hay de malo en eso?".

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"Me siento más segura en una 'app"

El argumento de la seguridad al que aludía Gali ha sido esencial para Paloma, una chica trans que nos pide ocultar su nombre real por el 'ciberbullying' que a menudo sufre en su cuenta de Twitter: "Cuando un chico me entra en un bar me siento casi obligada a decirle que soy trans, ya que si se entera demasiado tarde puede tomárselo mal y no quiero arriesgarme a eso". Así pues, "cuando les digo que soy trans pueden pasar tres cosas: una, que, incluso aunque ya no le interese, la conversación siga siendo educada (no pasa tanto como me gustaría); dos, que les dé asco y me lo hagan saber de mil maneras, ya sea con insultos o con su actitud; o tres, que les dé morbo, en cuyo caso ya no soy una mujer, sino un trofeo, una casilla que marcar en su repertorio de conquistas". En resumen, "cuando un chico que me gusta me entra en una discoteca siento miedo, cuando debería ser al revés, ¿no?".

Para ella, por tanto, recurrir a las 'apps' de citas supuso una liberación: "Para empezar, no voy con el miedo que tengo en persona. Y en Tinder también me puedo encontrar con los mismos tíos y la misma agresividad que hay en una discoteca, pero hay una diferencia: en internet, si me molestan, bloqueo a esa persona y se acabó, pero en un bar tengo que aguantar las reacciones, y créeme que no es nada agradable. En Tinder hay mucha basura, pero es la misma basura que te puedes encontrar en cualquier otro sitio".

"Sin internet yo no habría conocido al chico con el que me voy a casar en 2019. A nadie en su sano juicio puede parecerle mal eso"

Paloma no lo duda un segundo: "Se dice mucho que internet en realidad te incomunica con la gente. Yo lo siento, pero a mí internet me ha permitido conocer a gente maravillosa, respetuosa y de cualquier parte del mundo, y conseguir eso en persona habría sido muchísimo más difícil. Que cada uno ligue donde quiera, pero que no nos miren por encima del hombro a quienes lo hacemos por Tinder. Sin internet yo no habría conocido al chico fantástico que me quiere, con el que estoy saliendo ahora y con el que me voy a casar en 2019. A nadie en su sano juicio puede parecerle mal que yo haya conocido al amor de mi vida, independientemente de dónde lo haya hecho".

Todas las personas que han participado en este reportaje lo tienen claro: para ellas, internet ha sido una forma de ligar tan válida como hacerlo en persona o incluso mejor, y todas han tenido que soportar prejuicios o miradas por encima del hombro por recurrir al ámbito 'online'. Y lo cierto es que, en pleno 2018, internet no es un mundo distinto ni paralelo, sino que también forma parte del mundo real, y si lo usamos para casi cualquier terreno, el emocional no tiene por qué quedar fuera. Porque hay una cosa más que todas estas personas tienen en común: gracias a las 'apps' de citas han encontrado lo que estaban buscando.

Shaya y Tarlon se conocieron de pura casualidad, concretamente con un móvil en la mano. Ambos estaban usando Tinder, una de las mayores 'apps' para ligar de todo el mundo, y en principio se gustaron. Estuvieron un tiempo hablando a través de la aplicación, pero no se decidían a quedar. Por el momento, sus charlas se limitaban al mundo digital.

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