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Cómo la nueva ley de 'copyright' va a hacer de internet un lugar mucho menos fiable
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todo lo que esconde el polémico artículo 11

Cómo la nueva ley de 'copyright' va a hacer de internet un lugar mucho menos fiable

Cada vez queda menos para que se apruebe de forma definitiva el nuevo reglamento comunitario de derechos de autor que puede acabar siendo un escudo para los creadores de bulos

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Pasa casi a diario. Una noticia falsa nace en la red, se viraliza, llega a los medios y algunos de estos se hacen eco. Para acabar con él, aparecen sitios como Maldito Bulo o los propios medios que desmienten la información. Es el día a día de la red, pero esto puede cambiar en unos meses, y no porque se vaya a acabar con las ‘fake news’. Más bien todo lo contrario.

La nueva y polémica normativa europea de derechos de autor, que se aprobará de forma definitiva próximamente (ahora mismo está siendo analizado entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeo), puede convertirse en un arma para los creadores de noticias falsas. Y es que, según lo establecido en su artículo 11 y, en menor medida, en el 13, con su aprobación, los cazadores de bulos dejarán de poder trabajar como hasta ahora.

Foto: Alex Voss celebra la aprobación de la reforma del 'copyright' en Estrasburgo (Reuters)

“La clave está en el pago por enlace (o Link Tax). Si finalmente se aprueba la ley sin ningún tipo de enmienda o inclusión de excepciones, todos, incluidos proyectos como Maldito Bulo, tendrán que pagar a la web que se ha hecho eco de la noticia falsa, o la haya creado, por enlazar y tomar frases de dicho contenido”, explica a Teknautas el abogado experto en nuevas tecnologías Carlos Sánchez Almeida. “Solo sirve para dar argumentos a las propias web que crean esos bulos frente a los que intentan desmentirlos”, apunta.

Este artículo 11 ha sido discutido desde el primer momento, pero se quedó tapado tras el 13, que generó mucho más ruido porque obliga a las plataformas privadas como Twitter, Facebook o YouTube a tener sistemas automáticos de censura previa para evitar que se publique cualquier tipo de copia ilegal de un contenido original. El 13, según Sánchez Almeida, es una barbaridad, pero este 11 no se queda atrás. “El reglamento establece que para enlazar y evitar el pago solo podrías usar palabras sueltas, nada de frases o párrafos de las noticias, aunque sean falsas. Sitios como Maldito Bulo o Menéame tendrían que escribir casi en indio para poder sobrevivir sin estar todo el día pagando a los medios que enlazan y a las noticias que intentan desmentir”.

Desde Maldito Bulo tienen una opinión muy similar a la de Sánchez Almeida, aunque ellos aseguran que lo que más les preocupa a día de hoy es la indefinición de la norma. “Viendo el texto actual es imposible saber qué puede pasar a proyectos como el nuestro, cómo vamos a poder seguir haciendo nuestro trabajo. No hay definiciones claras, no hay casi excepciones… Seguimos a la espera a ver cómo evoluciona todo, pero es bastante preocupante”, explican desde este medio español.

No solo les preocupa el no poder enlazar sino que también la posibilidad de ser censurados en redes sociales. “Nosotros utilizamos muchas capturas de pantalla de los bulos para desmentirlos. A día de hoy aún no sabemos nada sobre si esas capturas pueden ser tomadas por los algoritmos que, en teoría, controlarán las redes como contenido bajo derechos de autor, o no”, apuntan.

Un arma para la propaganda

En cuanto al sentido de una norma así, que incluso va contra las propias intenciones de la UE (lleva años alertando del peligro de las ‘fake news’ y apoya proyectos como los de Maldita.es), Sánchez Almeida lo tiene claro. “Es un arma para la propaganda. Además, no es la primera vez que se utilizan los derechos de autor con fines similares”. “Imagina que hay un partido que se dedica a crear noticias falsas y a publicarlas en medios afines como método propagandístico. Con esta norma sería mucho más difícil acabar o al menos luchar contra esta propaganda”, comenta el abogado.

El mejor ejemplo, según Almeida, lo tenemos en nuestro país. Ya en 2013, el CESICAT, (Centro de Seguridad de la Información de Cataluña) consiguió parar la filtración de unos documentos que probaban que estaban siguiendo a activistas y creando ficheros ideológicos según lo que publicaban en Twitter tirando de una ley de 'copyright'. En concreto, como los documentos estaban colgados en Dropbox, pidió a la empresa americana que los borrase porque el contenido era original de esta institución y su divulgación sin permiso infringía la ley estadounidense de derechos de autor.

placeholder Solo la divulgación de esta captura sin permiso del medio en cuestión podría llegar a convertirse en algo ilegal
Solo la divulgación de esta captura sin permiso del medio en cuestión podría llegar a convertirse en algo ilegal

El miedo a España

Aunque la ley ya pasó los primeros cortes para ser aprobada, aún queda para su inclusión total, y entre los pasos que faltan, hay uno clave: la trasposición del reglamento a la legislación española. Algo que el propio Sánchez Almeida ve con pesimismo. “Ya lo hemos visto con el RGPD y la nueva ley de protección de datos. En España se suele legislar de más, osea que habrá que ver cómo, si se acaba aprobando, adecuamos estas normas a la legislación española”.

De momento, desde Maldito Bulo no entran a valorar a este nivel la norma, ni se atreven a hablar de cómo podrán sobrevivir proyectos como el suyo con esta nueva legislación, pero sí dejan claro que impactaría de lleno en su trabajo. “Si tuvieramos que pagar ciertas cantidades por desmentir unas u otras informaciones probablemente no podríamos llegar a todas”.

Pasa casi a diario. Una noticia falsa nace en la red, se viraliza, llega a los medios y algunos de estos se hacen eco. Para acabar con él, aparecen sitios como Maldito Bulo o los propios medios que desmienten la información. Es el día a día de la red, pero esto puede cambiar en unos meses, y no porque se vaya a acabar con las ‘fake news’. Más bien todo lo contrario.

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