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Probamos el Samsung A9: el móvil de cuatro ojos que no dejará indiferente a nadie
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EL PRIMER MÓVIL CON 4 CÁMARAS TRASERAS

Probamos el Samsung A9: el móvil de cuatro ojos que no dejará indiferente a nadie

La apuesta fotográfica de este terminal es lo más llamativo. Sus grandes bazas: diseño y pantalla. ¿Será suficiente para frenar a la competencia de los fabricantes chinos?

Foto: Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)
Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)

1.200 euros en un móvil. No todo el mundo va a soltar dicha talegada. Ni 800 ni 700. Hay algunos que ven poco más que un disparate dejarse más de 200. Pero hay muchos otros que se reservan un presupuesto que ronda los 500 euros para comprar su 'smartphone'. Esa zona templada, en lo que al precio se refiere, se ha venido a llamar, en los mentiideros especializados, como gama media. Sin embargo, la irrupción de los fabricantes chinos ha convertido esto en un enorme cajón de sastre en el que se encuentran un gran abanico de propuestas, muchas de ellas dignas de rivalizar en atractivo y en algunas especificaciones con los terminales del piso superior.

Foto: Imagen de la trasera del Xiaomi Mi 8 Pro (Foto: Carmen Castellón)

Esa densidad de competidores, superior a la de cualquier otra franja del mercado, y el ajuste de los costes que han hecho factorías como OnePlus, Oppo o Xiaomi hacen que crear un súper ventas aquí sea lo más parecido a poner una pica en Flandes. Esto es lo que ha llevado a Samsung, primer clasificado del mundial de constructores móviles, a que su gama media no se limite a recoger los 'beneficios' y avances vistos anteriormente en su terminales más 'premium' para poder defender su posición. Bajo esa premisa ha dado forma al Galaxy A9, el primer móvil del mundo con cuatro cámaras traseras. Hemos pasado diez días con él y simplemente podemos decir que, con sus virtudes y sus carencias, es un terminal que no dejará indiferente a nadie.

Un diseño colorido (y muy 'teenager')

placeholder Samsung A9. (M.Mcloughlin)
Samsung A9. (M.Mcloughlin)

Fue Huawei el que abrió la lata de los diseños degradados con aquella tonalidad 'Twilight' con el que 'coloreó' su P20 Pro. Se trataba de un acabado reflectante que cambiaba los destellos azules por violetas según cómo impactase la luz. Le siguió el ritmo Honor, su marca blanca que está a punto de emanciparse, y luego Oppo. Ahora Samsung se sube a este carro. El Galaxy A9 de 2018 es un terminal colorido. Muy colorido. El cuerpo es de cristal templado que se ha convertido en la norma una vez se cruza la frontera de los 400 euros. Más elegante que el aluminio pero más ensuciable: este terminal, como todos los que utilizan este material, es un imán para los huellas. En este caso el azul y el verde se dan la mano, cambiando según el ángulo de vista.

Los bordes, de aluminio, están ocupados de la siguiente manera: a la derecha, botones de bloqueo/apagado y volumen. A la izquierda se sitúa el botón dedicado a Bixby (que, por cierto, sigue sin funcionar en español). El superior tiene la ranura para la SIM y la microSD. Y la inferior, altavoz, puerto USB Tipo C y...¡SORPRESA, CONECTOR JACK PARA AURICULARES!!

El A9 de 2018 mantiene el conector para auriculares, cada vez menos común

Las medidas aumentan ligeramente frente a la edición de 2016. Ahora se queda en 162,5 x 77 x 7,8 mm. Se puede gobernar con una mano, aunque dependiendo el tamaño de tus zarpas. Pero en general es muy cómodo. La historia es que la subida de dimensiones es mucho menor a lo que en otro momento hubiese supuesto meter 0,3 pulgadas más de pantalla. Todo gracias a unos marcos bastante reducidos, aunque se podría apurar mucho más en la parte de arriba y de abajo. La historia es que Samsung se ha mostrado firme en su decisión de no adoptar el 'notch' que popularizó el iPhone X. Hasta el día de hoy se ha manejado con los paneles curvas y apurando al máximo que ha podido los bordes. En este caso tenemos una pantalla plana, mientras que espalda si viene ligeramente curvada por los lados para facilitar el agarre.

Pantalla: marca de la casa

placeholder Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)
Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)

La pantalla supera por poco el 80% de superficie frontal. Esa es la cifra mínima que debería considerarse para hablar de pantallas infinitas, que en los últimos meses, especialmente en la gama baja, hemos visto varios que se querían subir al carro con argumentos cogidos con cifras. Son 6,3 pulgadas. Cuenta con resoluciónn Full HD+, 1080 por 2200 píxeles.

Esta resolución es más que suficiente por dos motivos: primero, porque evita convertirse en un lastre para la autonomía (no nos olvidemos de vigilar el brillo) y segundo, porque es más que suficiente para ver todo con nitidez. Se trata de un panel Super AMOLED. Es decir, pantallas suficientemente contrastadas que cumplen tanto en brillo, como en color (siempre puedes matizar y ajustar la temperatura) como en ángulos de visión sobradamente.

Samsung tiene mano con las pantallas y este móvil vuelve a demostrarlo

Cambiando de tercio, hablemos de la seguridad. Samsung ofrece la posibilidad de utilizar bien el desbloqueo por huella (el sensor está colocado en la parte trasera) o por un sistema de desbloqueo facial, un tanto sencillo y limitado. Aunque el registro es súper rápido, en más ocasiones de las esperadas tienes que recurrir al código porque le cuesta gestionar una mala iluminación, un ángulo demasiado bajo o las gafas, si no registraste la cara con ellas. Así que finalmente acabas tirando del dedito, que es lo más rápido y efectivo.


Potencia: equilibrio discreto

placeholder Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)
Samsung Galaxy A9. (M.Mcloughlin)

Samsung ha optado aquí por un motor conocido. Pero no de manofactura propia, como nos tiene acostumbrados en sus últimos lanzamientos por estas latitudes. El Exynos, los chips a los que dan forma en Corea, se quedan fuera de este Galaxy A9. En su lugar, un Snapdragon 660 de Qualcomm. Es una pieza que ya hemos visto ya en el BQ X2 Pro, en el Mi A2. Es decir, bastante terrenal. Un tanto alejado de eso que se denominan bestias. Se jalona con 6GB de RAM. En líneas generales, se puede hablar de una buena experiencia, fluida a la hora de hacer cosas típicas, cambiar de aplicaciones o lanzar la cámara. No se calienta, lo más mínimo. Sin embargo, cuando se le exige con un juego que pide muchos recursos o cuando quieres utilizar muchos programas al mismo tiempo puede aparecer algún tironcillo que otro.

Sorprende la elección del procesador. No porque no sea capaz de ofrecer una buena experiencia, sino porque es más habitual de móviles algo más baratos. Sin embargo, la optimización del software (Android O y Touchwiz, la capa de personalización de Samsung, que ya no es el campo de 'lags' del pasado) y la memoria RAM hacen que la mayoría de usuarios no vayan a echar en falta grandes cosas con este terminal. Habrá que ver qué tal se comporta en el largo plazo, que es cuando realmente se puede juzgar si el procesador escogido esta a la altura o no.

placeholder Samsung Galaxy A9. (M.Mc)
Samsung Galaxy A9. (M.Mc)

En lo que si que cumple de sobra este aparato es en la memoria interna. Podía haber caído en la tentación de quedarse con 64 GB pero trae 128 de serie. A esto hay que sumarle la posibilidad de expandirlo por microSD hasta los 512GB. La batería, con 3.800 mAh, también aprueba. Cierto es que no es de los que más despunte del mercado en este aspecto pero si que da para pasar una jornada tranquilo. La mayoría de veces al llegar a casa me sobraba entre un 12% y 20%, en el mejor de los casos. A esto hay que sumarle la carga rápida que incluye, que si tienes un apuro puedes pegarle un chute de energía rápido.

Cámara: lo más versátil a este precio

Es lo que más llama la atención. Una cámara trasera con cuatro sensores, que la convierten en la más versátil de la gama media. Antes de entrar a valorar el resultado de las imágenes, veamos lo que ofrece cada una de las piezas.

- Cámara principal: 24MP AF, F1.7

- Teleobjetivo: zoom óptico 2x, 10MP AF, F2.4

- Gran ángular: 120°, 8MP, F2.4

- Sensor de Profundidad: 5MP, F2.2

En resumen, lo que facilita la cuádruple cámara es que da más opciones. Nada de lo que haga te quitará el hipo, pero tampoco te hará un roto. Básicamente el hecho de tener más sensores te permite jugar con más encuadres y enfoques. Aquí tenéis varios ejemplos. En el caso de las tomas de gran angular no hemos aplicado la corrección de forma que permite ejecutar para atenuar el efecto 'ojo de pez' en los laterales.

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Disparo con la lente estándar
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Disparo con el zoom óptico

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Disparo con el Galaxy A9.
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Disparo con el Galaxy A9.

El modo retrato depende del bautizado como enfoque dinámico. A diferencia de lo que vimos en el Note 9 y anteriores versiones, se limita solo al efecto bokeh y no permite elegir entre un encuadre más amplio o más cerrado una vez hemos disparado. te permite ajustar el enfoque tanto en vivo como después de tomar la imagen.

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Modo retrato. (M.Mc)

De noche también cumple, aunque podría tenerse un resultado más finos. Capta mucha luz, aunque quizás tienda a saturar ciertas áreas de la imagen y le falte definir un poco mejor.

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Foto nocturna del A9.
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Foto nocturna el A9.

Sobre el vídeo, tiene capacidad para grabar en 4K. La delantera se queda con un sensor de 24 megapíxeles y vídeo a 1080p.

Si te llama, espera un poco

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Samsung Galaxy A9. (M.Mc)

La gama A, con permiso de la gama J, es por así decirlo el móvil de Samsung para las masas. Sin embargo, esta estrategia cada vez lo tiene más difícil. No porque no sea un móvil que aporte y tenga algo diferencial, sino porque la competencia es voraz. No hay que olvidar que el A9 2018 entra directamente en competencia con terminales como los Mi Mix 2S de Xiaomi o los Mi8.

El precio de salida es de 500 euros. Por ese dinero, tendrás una buena pantalla, un diseño bastante logrado y un rendimiento aceptable para tu día a día, así como energía para una jornada entera. Sin embargo, el Galaxy S10 está a la vuelta de la esquina. Si no te corre urgencia y puedes esperar un par de meses, mi consejo es que lo hagas. En ese periodo es posible que encuentres alguna oferta y, por tanto, gane atractivo.

1.200 euros en un móvil. No todo el mundo va a soltar dicha talegada. Ni 800 ni 700. Hay algunos que ven poco más que un disparate dejarse más de 200. Pero hay muchos otros que se reservan un presupuesto que ronda los 500 euros para comprar su 'smartphone'. Esa zona templada, en lo que al precio se refiere, se ha venido a llamar, en los mentiideros especializados, como gama media. Sin embargo, la irrupción de los fabricantes chinos ha convertido esto en un enorme cajón de sastre en el que se encuentran un gran abanico de propuestas, muchas de ellas dignas de rivalizar en atractivo y en algunas especificaciones con los terminales del piso superior.

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