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Probamos el Black Shark de Xiaomi: este es el móvil más adictivo y potente que verás
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Probamos el Black Shark de Xiaomi: este es el móvil más adictivo y potente que verás

Es un aparato sobrado de potencia y con un 'software' destinado a los más jugones. No destaca en ninguna otra variable, pero es uno de los equipos más adictivos del año

Foto: (Foto: Zigor Aldama)
(Foto: Zigor Aldama)

Que cada vez más gente disfruta de sus videojuegos favoritos en los teléfonos móviles es un hecho incontestable. Al fin y al cabo, el ‘smartphone’ es el aparato que tenemos más a mano, y se ha convertido en una navaja suiza electrónica que sustituye al móvil tradicional, la cámara de fotos, el ordenador… y también la consola. Lo demuestra el negocio que mueve el sector de los videojuegos para plataformas móviles, cuyo volumen se espera que alcance los 100.000 millones de dólares en 2021.

La mayoría utiliza ‘smartphones’ normales para jugar cuando tiene tiempo libre, pero cada vez son más quienes optan por un ‘gamer phone’. ¿Y eso qué es? Pues nada más que un móvil diseñado con los videojuegos en mente. Por regla general, incluyen el procesador más potente del mercado, la mejor tarjeta gráfica, y mucha memoria RAM. El Razer Phone ha sido hasta ahora el abanderado de esta categoría, pero en noviembre aterrizó en España el Black Shark, la apuesta del ecosistema de Xiaomi para darle un bocado a este mercado tan jugoso. Y no ha escatimado en recursos, porque viene con las especificaciones típicas de los aparatos de gama alta de este año.

Foto: Los nuevos Mi AirDots de Xiaomi.

Procesador Qualcomm Snapdragon 845 -con ocho núcleos que trabajan a una frecuencia máxima de 2,8 Ghz.-, tarjeta gráfica Adreno 630, y hasta 8GB de memoria RAM. Es una configuraciónde lujo, pero idéntica a las del Xiaomi Mix 3 o del OnePlus 6T. Entonces, ¿por qué no optar por uno de esos móviles?

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(Foto: Zigor Aldama)

Cualquiera que no sea un gran aficionado a los videojuegos hará bien en hacerlo. Sin embargo, quienes estén enganchados a esos programas verán que sus peculiares necesidades tienen una respuesta mucho mejor en el Black Shark. Para empezar, por su peculiar diseño: el frontal podría ser el de cualquier móvil de comienzos de año, porque, aunque sus marcos son discretos, no se deja llevar por la moda del ‘todo pantalla’; la tapa trasera, no obstante, tiene una extraña forma, una S verde que se ilumina en el centro, y diferentes texturas metálicas especialmente pensadas para mejorar la ergonomía del aparato en posición horizontal.

No voy a engañar a nadie: yo no soy un gran aficionado a los videojuegos. Así que he pedido a una persona que sí lo es que pruebe esta función. Y, a su juicio, la experiencia es tan buena, o más, que con la PSP. Pero el asunto tiene truco, claro, porque eso solo se consigue utilizando el mando Bluetooth que Black Shark tiene a bien incluir con el móvil.

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(Foto: Zigor Aldama)

Se conecta de forma muy sencilla, permanece bien sujeto en el extremo izquierdo del terminal -por detrás tiene una ranura para la cámara dual, de forma que no hay que extraerlo si se quiere hacer una fotografía-, y sus botones se adaptan bien a la mayoría de las funciones de los principales juegos. Además, esos botones se suman también a las funciones de la propia pantalla táctil. “Sumamos lo mejor de ambos mundos”, afirma la marca. Y tiene razón.

Claro que, al ser el ‘gamepad’ un dispositivo independiente, cuenta con su propia batería y hay que cargarlo aparte, pero ofrece casi siete horas de autonomía. Más o menos el jugo que se le puede sacar a una carga completa de los 4.000 mAh. con los que cuenta la batería del Black Shark. Claro que, para un usuario normal, eso se puede traducir en día y medio de uso. Sin duda, más que suficiente.

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(Foto: Zigor Aldama)

Entre el resto de las características de ‘hardware’ que hacen del Black Shark un teléfono para los aficionados a los videojuegos destacan otras dos: el botón físico en el lateral que sirve para acceder al modo juego -llamado ‘Shark Space’- con un solo clic -al estilo del botón lateral que OnePlus ha diseñado para determinar qué notificaciones nos molestan-, y el sistema de refrigeración líquida que es capaz de reducir la temperatura del procesador en ocho grados, comparado con sus competidores. Eso es clave para lograr dos objetivos: mantener el chip trabajando a máximo rendimiento, y alargar la vida de la batería.

En nuestra prueba, y después de tres horas ininterrumpidas jugando, el Black Shark no ha mostrado ningún signo de sobrecalentarse. Es más, en la calle, a unos 14 grados, se ha mantenido completamente frío.

A estos sistemas se suma un ‘software’ especialmente pensado para los amantes de los videojuegos, que entran en su pequeño nirvana cuando activan el ‘Shark Space’. Las notificaciones desaparecen -se puede decidir cuáles queremos que nos interrumpan-, y basta con deslizar el dedo desde la parte superior de la pantalla -en horizontal- para que aparezca un menú secundario en forma de semicírculo con varias funciones que sí se pueden modificar mientras se juega: la conexión con la botonera, la restricción de llamadas, o el modo noche para preservar la vista. Básicamente, el modo juego convierte el móvil en una videoconsola portátil.

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(Foto: Zigor Aldama)

Y jugar es una delicia. Las imágenes en la pantalla de 5,99 pulgadas y resolución FHD+ son especialmente atractivas gracias al procesador específico diseñado por Pixelworks, que aumenta el contraste y la vivacidad de los colores a la vez que evita que haya fotogramas perdidos. Si a eso se suman el sonido estéreo y la antena en forma de X que logra una mejor conectividad con la red, es difícil pedirle más en este apartado.

Pero, ¿qué hay del resto del teléfono? Es un terminal correcto que no sobresale en nada y que decepciona en un par de puntos, aunque menores. Afortunadamente, las cámaras están entre los elementos decentes. La principal cuenta con dos objetivos luminosos -f 1,75- de 12 y de 20 megapíxeles que tienen la misma distancia focal -o sea, que no sirven para hacer un zoom óptico- y que carecen de un estabilizador óptico que facilite tomar buenas instantáneas con poca luz.

Aun así, los resultados nos han sorprendido favorablemente. Sobre todo, de día: el rango dinámico es bueno, los detalles están bien perfilados sin caer en el exceso de máscara de enfoque, y la cámara funciona con rapidez. Eso sí, la interfaz es limitada: los modos son los típicos y no aportan nada nuevo, salvo, si acaso, la posibilidad de elegir la lente con la que hacemos la foto en el modo manual. Debajo puedes ver algunas fotos tomadas con el Black Shark:

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(Foto: Zigor Aldama)
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(Foto: Zigor Aldama)
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(Foto: Zigor Aldama)
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(Foto: Zigor Aldama)

Precisamente, esa sencillez que raya en lo minimalista es lo que decepciona de su sistema operativo, una extraña capa basada en Android 8.1 llamada JoyUI. Pues bien, quizá los amantes del Android puro la alaben, pero nos ha parecido excesivamente limitada y muy poco intuitiva. Es muy poco personalizable -ni siquiera se pueden cambiar de función los tres botones tradicionales de Android-, y se echa de menos mayor control sobre la apariencia del terminal.

Eso sí, como no podía ser de otra forma con tanta potencia, todo funciona rápido y de forma fluída. De hecho, posiblemente esa sencillez del sistema operativo sea buscada para dirigir todos los recursos del aparato al móvil, pero resulta algo frustrante para quienes esperan algo más.

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(Foto: Zigor Aldama)

En definitiva, se trata de un móvil ideal para ‘gamers’, que es lo que pretende. Y como producto para un nicho de mercado en crecimiento, seguro que tiene su público. Pero el desembarco oficial en España en noviembre se ha hecho con un precio algo elevado: el Black Shark se puede pedir en la página web de la marca por 499 euros en la versión con 6GB de RAM y 64GB de almacenamiento interno, y por 549 euros si se quiere aumentar hasta los 8GB de RAM y 128GB de memoria. Es un precio notablemente superior al del Mi8 y similar al del OnePlus 6T, por lo que el Black Shark se perfila como un aparato interesante exclusivamente para los ‘gamers’, que generalmente han tenido que gastar bastante más para lograr un terminal de estas características.

Que cada vez más gente disfruta de sus videojuegos favoritos en los teléfonos móviles es un hecho incontestable. Al fin y al cabo, el ‘smartphone’ es el aparato que tenemos más a mano, y se ha convertido en una navaja suiza electrónica que sustituye al móvil tradicional, la cámara de fotos, el ordenador… y también la consola. Lo demuestra el negocio que mueve el sector de los videojuegos para plataformas móviles, cuyo volumen se espera que alcance los 100.000 millones de dólares en 2021.

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