Dalas Review responde a las acusaciones de abuso de menores: "Es una conspiración"

El 'youtuber' Dalas Review ha tenido que salir a la palestra. Tras la información publicada por este diario contando que Daniel José Santomé Lemus será juzgado mañana por dos presuntos delitos de abuso sexual a menores de 16 años y ciberacoso sexual infantil (ante los que la Fiscalía pide cinco años de prisión), el 'youtuber' ahora ha respondido.

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C. Otto Beatriz Parera

Lo ha hecho en un vídeo publicado en su canal de YouTube, en el que, para empezar, reconoce dichas acusaciones, aunque asegura no estar afligido: "No estoy especialmente preocupado: no hice nada malo, no hay motivo para que sea condenado". Además, Dalas Review se muestra confiado respecto a la decisión judicial que se derive del juicio de este viernes: "Sé que la justicia funciona y, aunque a veces no funcione, estoy seguro de que no será mi caso", asegura en el vídeo.

Además, defiende que, pese a que sus asuntos judiciales sean un tema frecuente en sus vídeos de YouTube, hasta ahora no haya contado nada de este juicio: "Yo de esto no había dicho nada antes porque se supone que un proceso judicial es secreto".

"Es una conspiración de mi ex"

A la hora de explicar el asunto por el que va a ser juzgado, el 'youtuber' lo tiene claro: "Es que es una conspiración". Además, culpa de esa aparente trama a su expareja, María Rubio (Miare), que le denunció por supuesta violencia de género, y a su madre: "¿Quién tiene hasta ahora antecedentes de que le guste ir a la prensa a hablar mal de mí para que me condenen? La madre de mi ex".

Para demostrar la supuesta conspiración, el 'youtuber' se remite a un vídeo suyo de 2016 en el que, según él, desmontó un aparente complot en el que María Rubio habría organizado a un grupo de mujeres para hacerse pasar por víctimas de Dalas Review e interponer diversas denuncias contra él.

Además, el 'youtuber' asegura haber "engañado" a este periódico, concretamente a través del email de respuesta que envió cuando se le preguntó por las acusaciones que se le achacan: "Yo tenía claro que era la madre de mi ex la que se había dedicado a difundir toda esta mierda (...) Cuando me escribió el periodista, dije. 'Voy a ponerle una trampa'. Le mandé un email riéndome en su puta cara: 'Le voy a mandar un mensaje oculto para ver si lo publica o no'", afirma.

Ese mensaje oculto, asegura, consistió en incluir referencias a la madre de su expareja para ver si se tachaban. Este diario eliminó cualquier alusión a personas ajenas al procedimiento judicial, algo que, para el acusado, "puede que no sea una prueba empírica, pero sí una prueba lógica de que su única fuente de información es la madre de mi ex".