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La muerte en tiempos de Facebook: "Mi hijo se suicidó y dejé su perfil como homenaje"
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entierro digital, tan lícito como otro

La muerte en tiempos de Facebook: "Mi hijo se suicidó y dejé su perfil como homenaje"

¿Qué haces cuando se te muere un familiar y su perfil de Facebook sigue 'online'? ¿Lo borras? ¿Lo dejas? Hablamos con personas que en los últimos meses han pasado por este dilema

Foto: Imagen: E.C.
Imagen: E.C.

Hace poco más de tres meses, Mercedes perdió a su hijo. El joven castellano-manchego, de 27 años de edad, se suicidó. Ni su familia, ni sus amigos, ni su entorno cercano sospechaban nada ni tenían constancia de que estuviese atravesando algún tipo de problema, pero se fue de un día para otro. Sobrepasados por el 'shock', no hicieron velatorio ni entierro público: le dieron sepultura en una intimidad total y absoluta.

Tres meses después, Mercedes ha ido cerrando los flecos legales y burocráticos que suponen una muerte: el contrato de trabajo de su hijo, el de alquiler, las facturas... Pero ha habido uno que le ha removido especialmente y que no se le va de la cabeza: su perfil de Facebook. ¿Qué se supone que debía hacer con el perfil de Facebook de su hijo?

"Mamá, la gente le deja mensajes"

"Dos o tres días después de enterrarlo, mi hija me dijo: 'Mamá, hay gente que está escribiendo en su muro de Facebook; se están despidiendo de él'", nos cuenta Mercedes. "Ella me lo decía emocionada, y a mí me pareció bonito que la gente quisiera despedirse de él, pero yo no estaba para muchas cosas y me olvidé del tema".

Una semana después, Mercedes fue consciente de lo que estaba pasando: "Desde mi cuenta de Facebook, entré al perfil de mi hijo para ver algunas fotos y guardármelas, pero de repente vi un montón de mensajes de gente que se despedía de él. Empecé a mirar y no daba crédito. Eran más de 50 mensajes, y a la vista de todos. Cualquiera que entrase en el perfil de mi hijo veía todos esos mensajes que sus amigos le habían dejado en su muro".

Mercedes reaccionó de inmediato: "Te soy sincera: lo primero que sentí fue que no estaba cómoda viendo eso. Todos decían cosas muy bonitas, a él lo quería mucha gente, pero no sé, no te lo sé explicar. Solo sé que, en cuanto los vi, me puse muy nerviosa y le dije a mi hija que cómo quitábamos eso. Me parecía casi tétrico, de verdad que no sé cómo explicarlo".

Cuando vi los mensajes me puse muy nerviosa y quise borrarlos. Eran mensajes preciosos, pero me sentía incómoda con eso ahí, era casi tétrico

En ese momento, la familia debatió lo que estaba pasando: "A mi marido le pasaba lo que a mí: le parecían gestos muy bonitos, pero él se sentía raro. Mi hija me dijo que no soportaba mirar esos mensajes, pero porque se acordaba de su hermano, no porque le incomodasen. Que a ella le parecía muy bonito, y que eso no era tan raro, que es igual que cuando alguien se muere y, en el velatorio, la gente deja firmas y dedicatorias en los libros físicos. Y la verdad es que tenía razón".

Así pues, Mercedes y su familia tomaron una decisión: "Decidimos dejar su perfil abierto. Como tenemos acceso a su cuenta, vemos que algunos amigos le mandan mensajes privados que, evidentemente, no pensamos abrir. Es que incluso a día de hoy, y ya han pasado más de tres meses, hay gente que le siguen dejando mensajes públicos o privados. Incluso yo una vez le dejé uno, y lo puse en su muro para que lo viese la gente. Te reconozco que fue bonito cuando sus amigos, tras ver mi mensaje, me escribieron para apoyarme y darme ánimos".

"Es una generación diferente", nos reconoce Mercedes. "A mí a veces me sigue removiendo un poco ver esos mensajes ahí, porque me pregunto si dejar abierto el perfil de Facebook de mi hijo nos ayudará a llevar mejor esto... o todo lo contrario. Tenemos claro que si un día nos incomoda de verdad o vemos que nos hace daño, borraremos su cuenta, pero por ahora es un bonito homenaje. No te voy a decir que es como si siguiera con nosotros, pero al final es una forma de tenerlo presente".

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"Borré el Facebook de mi madre"

A Sonia, original de un pequeño municipio de Ciudad Real, le pasó algo similar: "Mi madre murió de cáncer hace poco menos de un año. Cuando fuimos al pueblo a recoger despacio sus cosas, al mirar el ordenador de repente caí en la cuenta: 'Ostras, que mamá tenía perfil de Facebook'. Ella no solía publicar muchas cosas, entraba para ver nuestras fotos, dejarnos comentarios y poco más, así que, entre todos los líos del entierro, los papeleos y demás, ni me acordaba ya de su Facebook", recuerda.

En su caso, también se encontró con mensajes y dedicatorias en el muro de su madre: "No había muchos, unos 10 o así. Al principio me puse a llorar y me pareció bonito, pero al final entraba en su muro cada vez que la echaba de menos. Tenía claro que eso no me iba a ayudar nada, así que hablé con algunas amigas suyas que le habían dejado mensajes y les dije que iba a borrar su perfil. Ellas lo entendieron".

Al principio me pareció bonito, pero al final entraba en su muro cada vez que la echaba de menos, eso no me iba a ayudar, así que borré su perfil

Por suerte para Sonia, Facebook no lo pone demasiado difícil. La red social tiene un apartado específico en el que se puede solicitar la eliminación del perfil de un familiar directo en caso de fallecimiento. Para atender la solicitud, Facebook puede solicitar el DNI del familiar, para acreditar su vínculo, y un certificado de defunción. Además, si el familiar así lo desea, también se puede transformar la cuenta del fallecido en un perfil conmemorativo.

Sonia optó por la eliminación total: "Yo tenía claro que no me apetecía que el perfil de mi madre siguiese abierto, a mí me iba a hacer daño, no me iba a ayudar en absoluto, así que mandé mi DNI y el certificado de defunción y a los pocos días borraron su cuenta. Por suerte, todo fue mucho más fácil de lo que me esperaba".

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El duelo, necesario en redes sociales

Como vemos, Mercedes y Sonia reaccionaron de forma distinta ante la decisión de qué hacer con el perfil de redes sociales de su familiar fallecido. Para Elena Santos, psicóloga general sanitaria del hospital Ruber Juan Bravo, ambas respuestas son lógicas: "Las reacciones ante un duelo siempre son muy diversas en función de las diferentes personas y el grado de unión y relación que se tenga con el fallecido".

Por un lado, "hay muchas personas que llegan a la elaboración del duelo a través de recuerdos e imágenes, ya que que necesitan mantener algún recuerdo de la persona fallecida porque así piensan que no se olvidarán nunca de ella". En cualquier caso, la experta recuerda que "por mucho que trabajemos el duelo, no vamos a olvidarnos antes de la persona, hay que desmitificar eso. Hay que trabajar para que esa muerte no interfiera en la vida actual del afectado".

Cualquier trámite puede resultar muy doloroso, pero hay que pasar por ello para poder comenzar el proceso de resolución del duelo

Por otro lado, sin embargo, "en muchas ocasiones las fotos y recuerdos en redes sociales de la persona que falta causan mucho dolor e impiden realizar el proceso de duelo. Puede quedar abierta la herida y no avanzar en la resolución del mismo", asegura, refiriéndose a la reacción de Sonia.

En cualquier caso, la psicóloga no considera en absoluto frívolo que una persona se pare a decidir qué hace con el perfil de Facebook de su fallecido: "Cualquier trámite puede resultar muy doloroso, pero hay que pasar por ello para poder comenzar el proceso de resolución del duelo".

Igual que eliges cómo entierras a un familiar, también eliges qué haces con sus redes. Cada uno lleva el dolor como puede o como necesita

Mercedes insiste en esta idea: "Cuando fui de verdad consciente de que el perfil de mi hijo seguía en Facebook y de que la gente le escribía, sentí que tenía que tomar una decisión. La que fuera, pero una. Si decido de qué manera le voy a guardar luto, también debo decidir sobre esto", nos cuenta.

Al final, para Sonia, es una decisión íntima y personal: "Sé de gente que sí ha dejado abierto el perfil de un fallecido, y me parece muy bien. Cualquier opción es válida: igual que eliges cómo despides o cómo entierras a un familiar, ahora estamos en una época en la que también decides qué haces con sus perfiles en redes sociales. Y cada persona lleva el dolor como puede, como quiere o como necesita".

Hace poco más de tres meses, Mercedes perdió a su hijo. El joven castellano-manchego, de 27 años de edad, se suicidó. Ni su familia, ni sus amigos, ni su entorno cercano sospechaban nada ni tenían constancia de que estuviese atravesando algún tipo de problema, pero se fue de un día para otro. Sobrepasados por el 'shock', no hicieron velatorio ni entierro público: le dieron sepultura en una intimidad total y absoluta.

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