Todo lo que estás haciendo mal con tu móvil y hace que se muera antes de tiempo
Exponerlo al sol o a la arena, guardarlo en el bolsillo sin protección o esperar a que llegue al 0% por ciento para cargarlo afectan sensiblemente a su vida útil
Te lo han vendido con una sólida carcasa, una robusta pantalla y una batería de duración casi eterna. Pero, con el paso del tiempo demuestra no ser tan sólido, robusto o eterno. Puede que nos hayan dado gato por liebre, pero también que nosotros mismos, con el mal uso que hacemos del mismo, estemos dañando el teléfono móvil.
Las muertes prematuras de móviles se pueden evitar. Tan solo hay que seguir una serie de consejos básicos cada día para ello. Los hay para todas las partes del 'smartphone': la batería, la pantalla o las aplicaciones que tengamos instaladas.
Cuando calienta el sol
Estamos en verano en el hemisferio norte, y los rayos del Sol no son solo una tortura para nuestra piel o el medio ambiente. También, para el teléfono móvil. Un consejo básico para no acortar la vida de los dispositivos es no exponerlos a la luz del astro. Si lo hacemos, sus componentes, externos e internos, se calentarán de forma innecesaria y se degradarán. Si además los estamos usando, la temperatura aumenta. Esto se debe a que las baterías de litio se degradan con el calor. A falta de un nuevo material que mejore la situación, podemos hacer algo para evitar el desgaste.
En primer lugar, no dejar el teléfono durante horas encima de la mesa de una terraza o junto a nosotros en la playa o en la piscina. Si lo vamos a usar, que sea el mínimo tiempo posible, con el brillo o el contraste de la pantalla más bajo (algo que también puedes reducir en otras situaciones para alargar la vida) y sin usar aplicaciones que hacen un gran gasto de recursos. En relación a esto, si tenemos aplicaciones abiertas pero funcionando en segundo plano, también deberíamos cerrarlas.
Hay modelos que nos avisan de que hay que mimar el terminal durante un tiempo. Es el caso de algunos iPhone, que advierten a sus dueños del sobrecalentamiento. Pero si no tenemos uno de estos terminales, con solo tocarlo nos daremos cuenta de que tiene una temperatura alta. Ante ello, además de aplicar los consejos que ya hemos dado, hemos de buscar un lugar frío en el que bajar los grados, como el flujo de aire de un ventilador.
Pantallas rotas
A bote pronto, una opción si no estamos en bikini, bañador o plan nudista, sería guardar el teléfono móvil en los bolsillos. Ahora bien, esto también implica algunas precauciones: de tanto meterlo y sacarlo se podría rayar la pantalla. Y si comparte espacio con unas llaves, ya tenemos drama. Para evitar todo esto, nada como buscar una funda que se adecúe al tamaño. Mejor si es de tapa, de las que se abren por un lateral.
Pero si ya tenemos los rayajos y no son muy profundos, podemos echarles pasta de dientes para taparlos. Vertemos un poco en un paño húmedo y frotamos con cuidado hasta que veamos que la rotura se hace más pequeña o que desaparece. Luego, limpiamos los restos con otro paño.
La funda también protege de otro protagonista de las vacaciones de verano y que muchos usuarios temen desde los comienzos de esta tecnología: el agua. Un sudor excesivo en las manos o sentarnos en una superficie mojada con el móvil en el bolsillo trasero quizá afecte al funcionamiento del terminal. De nuevo, una funda que cubra toda la superficie ayudará a evitar males mayores.
Manos limpias (usando el teléfono)
Usar el móvil en el baño, mientras comemos, recién levantados… Diferentes situaciones diarias en las que los dedos interactúan con otras superficies. Y quizá los tengamos sucios. Esto puede afectar a nuestra salud, ya que los terminales se contaminan con bacterias a lo largo del tiempo. Pero también, porque los exponemos a situaciones de riesgo.
Primero, usa el teléfono con las manos limpias. Pero después, no te lo lleves a la playa (donde los granos de arena pueden rayar la pantalla) ni a otros sitios donde se pueda ensuciar, como una cocina, o caer y perder de vista para siempre, como, 'ejem', el WC. Existen en el mercado pantallas transparentes, como una pegatina, que actúan de barrera entre el terminal y nuestras manos. Además, también ayudan a evitar arañazos y otros desperfectos. Por otra parte, de nuevo la funda ayudará a que no se ensucie.
La limpieza también llega a los puertos o ranuras. Por ejemplo, el del cargador. Te darás cuenta de que es necesario actuar cuando el cable no se introduzca bien. Hay algún truco casero para ponerlo como nuevo: coge un palillo y envuelve un poco de algodón en una de sus puntas. Introdúcelo y empieza a rascar con cuidado hasta sacar la suciedad acumulada. Continúa hasta que lo veas como los chorros del oro.
Batería: ¿cómo cargar?
Una de las acciones que más dudas, mitos o preguntas arrastra es la carga de la batería. ¿Cómo hay que hacerlo? ¿Con el nivel en mínimos, con un poquito más...? ¿Se puede dejar toda la noche cargando? ¿Lo desconectamos nada más llegar al 100%?
Tampoco hay que esperar a que el teléfono esté al 0% de batería para cargarlo. Esto es un mito. Se pueden hacer pequeñas cargas cuando el teléfono esté a mitad, al 40 o al 60% de su presunta capacidad máxima, pero nunca cuando esté vacío por completo.
Si llega al cien por cien, hay que desenchufarlo. La razón está en que el cargador seguirá funcionando poco a poco para mantener ese porcentaje; esto afectará a la duración a largo plazo del terminal, ya que lo estaríamos estresando. Así, no es recomendable que nos dejemos el teléfono enchufado toda la noche ni tampoco nos debemos preocupar si lo desconectamos al 98 o al 99 %.
Al comienzo hablábamos del calor. Quizá cuando hayas llenado la batería te hayas dado cuenta de que el móvil o el cargador están más calientes. Por ello, relacionado con lo que comentábamos al principio, haz la carga en un lugar a la sombra o cubierto, para evitar que el Sol no suba aún más la temperatura del conjunto. También, en este momento quítale la funda, para evitar que se caliente más.
Por último, un cargador defectuoso o en mal estado hará una carga ineficiente. Así, si vemos un cable pelado o algún desperfecto, llevémoslo a un punto limpio u otro lugar de reciclaje y hagámonos con uno nuevo. Confía solo en los oficiales o en las recomendaciones del fabricante si quieres una larga vida.
Bulos sobre la vida del móvil
Son muchos los que critican las llamadas ‘apps’ de optimización, porque no ayudan realmente a mejorar el funcionamiento del móvil para que dure más. La clave está en que, si tenemos que instalar una nueva aplicación para limpiar, el sistema va más lento y consume más batería. Por tanto, el móvil se usa más y es más posible que muera antes.
Además, algunas actúan de forma muy sospechosa. Por ejemplo, ayudan a reducir el sobrecalentamiento de la CPU cerrando aplicaciones, pero para reducir la temperatura hace falta un poco más de tiempo del que tarda en cerrar un par de ‘apps’.
Si te preocupa el consumo de recursos que hacen las ‘apps’ en tu teléfono, no hace falta instalar ninguna aplicación. Ve al apartado de ajustes o configuración y busca Batería o Aplicaciones. En ese espacio podrás ver, dependiendo del modelo, qué aplicación gasta más, cuál es la temperatura del dispositivo… Si es necesario, fuerza una detención para evitar que sigan funcionando en segundo plano o valora desinstalar alguna que consuma muchos recursos y que apenas uses.
Otro mito es el de meter un móvil mojado en arroz para que absorba la humedad. Para que esto fuera cierto, deberíamos desmontarlo y desplegar todas las piezas internas por el cereal. También, dejarlo así durante más de un día. Y eso no significaría que volviera a funcionar igual. Tampoco hay que meterlo en el microondas para secarlo o acercarlo a cualquier otra fuente de calor.
Con estos sencillos trucos de andar por casa haremos que el móvil sea tan sólido, robusto y duradero como nos dijeron al comprarlo. Otra cosa es la obsolescencia programada, pero podemos enfrentarnos a ella para retrasar la próxima visita a la tienda.
Te lo han vendido con una sólida carcasa, una robusta pantalla y una batería de duración casi eterna. Pero, con el paso del tiempo demuestra no ser tan sólido, robusto o eterno. Puede que nos hayan dado gato por liebre, pero también que nosotros mismos, con el mal uso que hacemos del mismo, estemos dañando el teléfono móvil.