¿Alquilas tu piso o habitación en Airbnb? Cómo usar la tecnología para evitar sustos

Si eres una de las muchas personas que alojan a viajeros a través de Airbnb o Couchsurfing, querrás tener tu casa o apartamento como los chorros del oro: limpia, oliendo bien, con el espacio suficiente para estar a gusto… Todos estos factores se valoran luego en los comentarios. Sin embargo, a veces quizá descuidemos otros aspectos, como son los de la tecnología y su otra cara, la ciberseguridad.

Aunque en estas webs tenemos las fotos y referencias de otros usuarios para confirmar si queremos que alguien se quede en nuestra casa, es poco común que un inquilino advierta de que atacó el ‘router’ que te brinda conexión a internet o que cotilleó tu lista de visionados en Netflix. Una cosa es ceder tu casa y tu tiempo y otra que determinados aspectos de tu privacidad sean vulnerados.

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Por ello, mientras limpias el dormitorio que tienes libre o preparas el sofá cama y si te preocupa tu ciberseguridad o privacidad, no estaría de más que crearas una nueva red wifi para tus invitados, o que borraras las contraseñas que tienes almacenadas para el fácil acceso en tus perfiles de Spotify o Netflix. Te damos una serie de claves para que la red o la tele que ofrecemos en nuestros perfiles de alojamiento compartido no nos lleve a sorpresas desagradables.

'Router' y wifi

Lo primero que debes cuidar es tu ‘router’, por el que accederán al preciado wifi, que tanto se ansía cuando estamos de viaje. La propia Airbnb tiene consejos sobre la conexión a internet antes de que lleguen los huéspedes. Te recomienda guardar “bajo llave” el ‘router’, o ponerlo en un lugar al que no puedan acceder los huéspedes, ya que, como han advertido algunos analistas, alguien con malas intenciones y algunos conocimientos podría hacerse con su control y dañar los aparatos conectados de futuros viajeros o de los propios anfitriones.

Una vez que el aparato esté protegido, lo siguiente sería crear una red cifrada para ellos, con su contraseña personalizada. La compañía incluso te recomienda que les avises de que no lo usen para descargar o subir archivos peligrosos. Que no es cuestión de que te hagan una visita las fuerzas del orden cuando los invitados se hayan ido.

Una opción es usar una red VPN, que ofrece seguridad extra. Cuando tus huéspedes lleguen, les puedes dar el nombre de la red VPN y la contraseña correspondiente, o darles la red convencional y quedarte tú con la VPN. Lo ideal es que ellos usen siempre una de estas últimas, para evitar sustos si navegan o descargan por páginas dudosas. Para crear una de estas redes, puedes acceder a servicios como NordVPN, una de las más conocidas, o Hide.me, con varios planes de precios.

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La contraseña del ‘router’ es otro de los puntos en los que debemos detenernos. No la pases hasta que no hayan confirmado su reserva. Es más, no la entregues hasta que estés con ellos. Quién sabe, quizá solo quieran contactar contigo porque tienen tu edificio fichado y quieren hacer uso de tu wifi desde el piso de abajo con fines ilícitos… Tanto si creas una red solo para ellos como si no, también aquí hay que aplicar uno de los viejos trucos de ciberseguridad: cambia continuamente las claves. Por ejemplo, en cuanto tu huésped abandone el hogar.

Para terminar, procura mantener actualizado el ‘software’ de tu ‘router’, con el fin de no llevarte susto en forma de virus, como pasó hace unas semanas con un ‘malware’ cuya única solución era volverlo al estado de fábrica.

La magia de los modos invitados

Un anfitrión de Airbnb, Couchsurfing o similares, si tiene en casa un ordenador, tableta o ‘smart TV’, puede compartirlo si así lo desea. Sin embargo, en estos dispositivos se guarda mucha información personal: fotos, documentos, contraseñas de servicios almacenadas en navegadores… Si no quieres que ciertas cosas salgan a la luz o sean copiadas, toca hacer uso del modo invitado.

Muchos dispositivos cuentan con esta funcionalidad para que los visitantes los usen sin poner en peligro nuestra privacidad. Un ejemplo son los ordenadores Chromebook, en los que puedes iniciar sesión con tu cuenta de Google o con el 'modo invitado', que impide el acceso al Google Drive de otros usuarios o a la memoria interna del dispositivo.

En Windows, en Configuración > Cuentas > Familia y otras personas, puedes crear escritorios que no tengan acceso a las opciones del administrador. Los ordenadores Mac también ofrecen esa posibilidad; para ello, hay que acceder al menú Apple > Preferencias del Sistema > Usuarios y grupos, desbloquear el candado y añadir nuevas cuentas.

Más allá de los ordenadores, otros aparatos permiten este modo invitado. Es el caso, por ejemplo, de dos servicios de Google: Chromecast y Home (del que, en realidad, forma parte el primero). El famoso ‘pincho’ que conecta un televisor tradicional a internet o pasa contenidos de tu ordenador o móvil a esta pantalla, wifi mediante, es un dispositivo muy práctico cuando no se tiene una ‘smart TV’. Configurarlo es muy sencillo. Basta con conectar tu ordenador, tableta o ‘smartphone’ a la misma red wifi que el Chromecast. Tras ello, abre la aplicación Google Home, en iOS o Android. Arriba a la derecha, pulsa Dispositivos para buscar el Chromecast y selecciona y activa el 'Modo invitados'.

Más tarde, cuando alguno de estos quiera usar el televisor, bastará con que esté conectado a tu wifi, a otra red o a sus datos (si usa estos ni siquiera le tendrás que dar tu contraseña del router) para que mande el contenido que desee a través de las aplicaciones compatibles.

Otra posibilidad es que les dejes usar el Google Home, un altavoz inteligente que se basa en la tecnología del asistente virtual del buscador por excelencia. Configurarlo es tan fácil como en el caso del Chromecast. Conecta el dispositivo y tu teléfono o tableta a la misma wifi, accede a la ‘app’ de Google Home, búscalo y añade el 'Modo invitados'. Para mandar el contenido es el mismo proceso que en el caso anterior. De esta forma, ellos podrán, por ejemplo, usar sus propias cuentas de YouTube Music o Spotify sin necesidad de escudriñar tus ‘playlists’, o accederán a sus recordatorios de Google Calendar.

Usando la ‘smart TV’: cuidado con las contraseñas

Hablando de Spotify, quizá te dé igual que usen tu perfil e incluso les aportes tus contraseñas. O tal vez no quieras que alguien use tu cuenta de música en ‘streaming’ sin permiso o sepa qué tipo de música te gusta o escuchaste en las últimas horas. Lo mismo pasa con Netflix: quizá tienes la cuenta básica, que solo se puede usar en un dispositivo, y quieres ver una serie mientras tus huéspedes usan la tele del salón y el sofá cama.

En estos casos, el consejo es tan simple como no guardar las contraseñas en la ‘smart TV’, lo habitual para iniciar sesión de forma rápida. También, cuando termines de usar estos servicios de ‘streaming’, cierra la sesión. Y por supuesto, si por un descuido tu huésped se deja abiertas sus propias cuentas, ciérraselas.

También puedes compartir tu cuenta básica de Netflix, pero creando otro perfil, como el de Kids o el de otro miembro del hogar. Hay hasta cinco perfiles en una cuenta del servicio. Para ello, vete a 'Mi perfil' y de allí a 'Administrar perfiles'. Pon un nombre específico para el de los invitados. Ahí podrás también eliminarlos o hacer una clasificación por edades. Sin embargo, los perfiles no tienen contraseña, así que tendrás que confiar en la buena voluntad de tus invitados usando este y no el tuyo.

Dudas con la impresora

Los billetes del tren de regreso, unas entradas para un espectáculo… Aunque en muchos servicios ya se ofrece un código para entregar en taquilla o al personal, o hay máquinas que permiten imprimir tus tickets, puede que alguno de tus invitados prefiera hacerlo en casa. Y tú, que tienes esa posibilidad, se la ofreces sin problemas. De acuerdo, pero ¿qué pasa cuando esa persona se conecta a tu ordenador o a la red inalámbrica con la que se mandan archivos para imprimir?

En los modelos más antiguos de impresora, para los que sería necesario mandar los documentos desde un ordenador, el huésped podría ver los que están en la cola de la bandeja de salida, pero en principio solo conocería los nombres de los archivos, a no ser que buscara el archivo dentro del portátil. La cosa se complica si utilizas una carpeta compartida para imprimir en red entre varios dispositivos: tus invitados podrían ver los archivos que vienen de otros equipos.

En estos casos, la mejor solución sería crear una carpeta exclusiva para invitados, conectada al ordenador principal o a la impresora si así lo permite, para que la usen a su gusto. Recuerda configurar la impresora en el panel de control para que su uso pueda ser ‘comunitario’. O, mejor aún, puedes poner a su disposición una impresora más moderna, si la tienes, con capacidad para imprimir archivos compartidos vía wifi, Bluetooth o tirando de la nube, para que puedan enviarlos con su móvil o su propio portátil.

En definitiva, puedes ser un buen anfitrión en lo que a tecnología se refiere, pero no estará de más tomar ciertas precauciones, que te evitarán sufrir un ciberataque o dejar tu privacidad al descubierto. Confía asimismo en la bondad de tus huéspedes, al menos hasta cierto punto, y disfruta mientras tanto del intercambio cultural.