¿Te han grabado yendo en un avión o un taxi? Con móviles o en 'streaming' es ilegal
La instalación de cámaras de videovigilancia está permitida en vehículos como autobuses, metro, taxis y coches de conductores profesionales con licencia, pero bajo ciertas condiciones fijadas por ley
Las conversaciones con los conductores de taxis o de servicios de transporte privado como Uber son algo habitual. Lo que no es tan frecuente es que esas interacciones sean retransmitidas en directo a través de internet al más puro estilo ‘reality’, pero sin el consentimiento de sus protagonistas.
La práctica de grabar a sus pasajeros en estas circunstancias le ha costado a Jason Gargac su trabajo para Uber y Lyft en Missouri, donde realizaba viajes para ambas empresas. Las compañías han decidido recientemente prescindir de sus servicios después de enterarse de que Gargac emitía en vivo desde marzo sus trayectos a través de la plataforma Twitch, una web de ‘streaming’ propiedad de Amazon muy popular entre los amantes de los videojuegos, donde tenía más de 4.000 seguidores y donde muchos usuarios comentaban las imágenes.
En los vídeos, que tomaba con una cámara colocada en el parabrisas, no solo podía verse a las personas que montaban en el coche. También permitían conocer información como su lugar de residencia o sus nombres, así como otros detalles íntimos, según denunciaron por primera vez medios estadounidenses.
Aunque el conductor defiende que lo hacía por seguridad y no es el primero en retransmitir viajes por internet, su afición ha causado polémica porque no avisaba (ni mucho menos pedía permiso) a sus clientes. Sin embargo, más allá de las cuestiones éticas relacionadas con la privacidad o el rechazo expresado por parte de Uber y Lyft, Gargac no estaba incumpliendo ley alguna. En Missouri, basta con el consentimiento de una de las partes que participan en una conversación para grabarla.
Y en España, ¿pueden grabarte en un vehículo?
Uber y Lyft permiten las cámaras de seguridad siempre que se cumplan las normas aplicables localmente. En nuestro país, tanto los taxistas como los conductores de servicios de transporte públicos o privados pueden instalar cámaras de videovigilancia por seguridad. No obstante, de acuerdo a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), "solo se tendrá acceso a las imágenes cuando se produzcan situaciones concretas de peligro dentro del vehículo", explica a Teknautas la abogada Ruth Sala, especializada en delitos tecnológicos.
Estas consideraciones descartan por sí solas la idea de un ‘streaming’, pero aún hay más: solo una persona autorizada podrá acceder al vídeo y, en caso de haberse producido algún altercado en el vehículo, solo podría recuperarse un intervalo de 20 segundos antes y después del incidente denunciable.
Por otro lado, debe tratarse de un equipo de vídeo homologado e instalado por una empresa de seguridad, previamente autorizada por el Ministerio del Interior, y el responsable del coche deberá notificar su utilización a la AEPD para inscribirse en un registro general.
Así que ni hablar de teléfonos. "La grabación con el móvil la encajaríamos en una intromisión en el derecho a la intimidad", señala la jurista. Entre otros supuestos, la ley considera "intromisiones ilegítimas" la grabación y divulgación de la vida privada de un ciudadano, así como la publicación de datos “conocidos a través de la actividad profesional u oficial de quien los revela”.
Por razones similares, también se estarían vulnerando los derechos a la privacidad, la intimidad e imagen de una persona en el caso de que fuera otro pasajero quien le grabase con su ‘smartphone’. Ejemplos de este tipo hay bastantes, pero uno de los últimos es el de la pareja cuyo vídeo subidito de tono se hizo viral en enero. Lo grabó un matrimonio con el que compartían vuelo hacia México después de percatarse de que los amantes estaban manteniendo relaciones sexuales en los asientos sin cortarse lo más mínimo.
No solo registraron las imágenes con su móvil, sino que se las enviaron a su hija, quien decidió publicarlas en redes sociales.
My mom and dad were just trying to have a peaceful trip to Mexico and then they sent me this........ pic.twitter.com/QxE6JskzuE
— Kiley Tully (@KileyTully) 17 de junio de 2018
Más allá de algunos taxistas, muchos transportes públicos y privados disponen ya de equipos de videovigilancia. Hace años que se han implantado en el metro y los autobuses de grandes ciudades y han comenzado a instalarse en vehículos de empresas como ALSA.
Denuncias y sanciones
Incluso si se trata únicamente de una grabación de seguridad, la presencia de videocámaras en el vehículo de cualquiera de estos servicios de transporte públicos o privados debe estar indicada para que lo sepan los pasajeros. De no ser así, estos pueden denunciarlo, al igual que si el conductor u otros viajeros captan imágenes suyas con un móvil, se hagan o no públicas. “La sanción sería administrativa si se denuncia ante la AEPD y penal si se produce intromisión en la intimidad y difusión de la información”, explica la abogada.
Por tanto, de haber trabajado en España y ser denunciado por todos los protagonistas de sus ‘streamings’ en Twitch, a Gargac le hubiera salido bastante más cara su afición por grabar a sus clientes sin permiso.
Las conversaciones con los conductores de taxis o de servicios de transporte privado como Uber son algo habitual. Lo que no es tan frecuente es que esas interacciones sean retransmitidas en directo a través de internet al más puro estilo ‘reality’, pero sin el consentimiento de sus protagonistas.