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La burbuja de la que no hablan ni taxis ni VTC: así funciona la reventa de licencias
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así se forran algunos comprando y vendiendo licencias

La burbuja de la que no hablan ni taxis ni VTC: así funciona la reventa de licencias

El precio de la reventa de licencias de taxi ha subido un 600% desde 1986; y el de las VTC un 1250% en muy pocos años. Entramos en el meollo de la burbuja que ambos sectores prefieren obviar

Foto: Ilustración: Raúl Arias.
Ilustración: Raúl Arias.

Raúl (nombre modificado) es un boliviano de 47 años que lleva desde 2009 en España. Tras pasar por varios trabajos, lleva dos años como taxista. No lo hace a través de su licencia ni de su propio coche, sino como autónomo, manejando el vehículo y la licencia de otro taxista en horario nocturno.

"El taxista que me deja su coche tiene dos licencias", relata a este diario, "pero llegó a tener tres. La tercera la vendió en 2006, no sé por cuánto dinero, pero él la compró en los años 80, así que imagínate lo que se habrá sacado revendiéndola ahora". De las dos licencias que le quedan al propietario, "una la explota él con un familiar, mientras que la segunda la explotamos otro compañero y yo. Mi compañero tiene más suerte, ya que él está contratado, pero yo estoy de autónomo, así que es como si me alquilase el servicio".

Foto: La Castellana, paralizada durante la huelga de taxistas (EFE)

A cambio de su trabajo, Raúl recibe el 60 % de lo que facture mientras conduce el taxi de su 'jefe', a lo que debe restar otros gastos como la gasolina, que, al contrario de su compañero, también corre de su cuenta: "Al año yo le facturo cerca de 40.000 euros. Quitando los gastos, impuestos, cuota de autónomos y demás, me quedan unos 900 y pico euros netos al mes, no llego a los 1.000".

Conductores precarios con licencias ajenas

Raúl nos pone en contacto con otro conductor que tiene una situación casi idéntica a la suya, pero en la frontera contraria de la batalla. Adrián es un madrileño de 38 años que trabaja como conductor de un VTC, pero tampoco lo hace con su propia licencia. En su caso explota la de otro conductor, que trabaja para Cabify.

En el caso de Adrián, la ecuación es bastante más compleja: "El dueño de la licencia nunca me ha querido contar cómo lo tiene montado, pero, por lo poco que me ha dicho, sé que la licencia que él tiene se la compró a otra persona que, a su vez, se la compró a un tipo que tiene cientos de licencias. Un día, entre bromas, le pregunté cuánto le había costado la licencia, pero solo me dijo una cosa: 'Cinco cifras'. Le apreté y me concretó un poco más: 'más de 10.000 euros, pero menos de 50.000'".

"El dueño de mi licencia se la compró a otro que, a su vez, se la compró a un tipo que tiene cientos de licencias; pagó entre 10.000€ y 50.000€"

Adrián no está nada contento con su sueldo: "Si quito todos los impuestos, la limpieza del coche y demás, me quedo con unos 800 euros netos al mes. No te imaginas lo que me jode tener que ir a H&M a comprarme un traje y varias camisas (la etiqueta es obligatoria) para aparentar ser quien no soy. Me paso el día trabajando como un animal y disfrazado de pingüino para ganar 800 euros. Si no fuera porque no tengo otra cosa, lo dejaría".

Tanto Raúl como Adrián representan una realidad que, sin ser necesariamente mayoritaria, sí resulta significativa: la de conductores de taxi y VTC que trabajan en condiciones delicadas, ganando un sueldo que roza lo precario y que, además, viven inmersos en una tendencia presente en los últimos años: la de las licencias de taxi y VTC que, ante la escasez de permisos, se venden a precios que multiplican escandalosamente el dinero que se pagó por ellas en su momento.

Pero, ¿cómo funciona exactamente la venta de licencias de taxi y VTC? ¿Cuánto se suele pagar por ellas? ¿Hay tanto beneficio? ¿Cuántos conductores se hacen con una licencia para trabajar con ella y cuántos para revenderlas y especular con ellas? ¿Hasta qué punto es lógico que las licencias de taxi se revendan a un precio del 600 % frente a su coste original y las de VTC a un 1250 %? Este es un acercamiento a esa práctica de la que, con huelga o sin ella, ni los taxistas ni los VTC quieren hablar casi nunca.

placeholder Foto: David Ramos/Getty Images.
Foto: David Ramos/Getty Images.

¿Cuánto cuestan las licencias de taxi y VTC en el mercado secundario?

Detrás de todos estos asuntos hay una pregunta recurrente: ¿por cuánto se revenden las licencias de taxi? La pregunta por lo general suele evolucionar hacia un tono de acusación, el que señala a los taxistas españoles como posibles especuladores de sus propias licencias: ya sea comprándolas para revenderlas automáticamente o comprándolas para explotarlas durante un tiempo y revendiéndolas varias décadas después por un precio que se ha multiplicado de manera llamativamente exponencial.

A día de hoy es prácticamente imposible comprar una licencia de taxi o VTC a través de la administración pública, ya que los cupos están casi siempre cerrados. Por tanto, la única opción de hacerse con una de ellas pasa por recurrir al mercado secundario, es decir, comprarle la licencia al taxista o conductor VTC que ya dispone de una, todo ello pasando por la administración... o no.

El precio de las licencias de taxi en el mercado secundario ha aumentado en 602,29% (115.822 euros) en los últimos 32 años

Hemos intentado saber qué precios pueden alcanzar estas licencias en ese mercado secundario: se trata de una tarea tremendamente complicada, pero hay algunos baremos que nos permiten acercarnos a los precios reales. En el caso de Barcelona, cualquier transmisión de licencia de taxi pasa por el Institut Metropolitá del Taxi (IMET), que desde 1986 guarda un registro del precio medio anual pagado por estas licencias en el mercado secundario.

Si analizamos los datos proporcionados por el IMET a este diario vemos varias cosas llamativas. En primer lugar, el brutal aumento en los últimos 32 años: de los 19.230 euros de media por los que se vendía una licencia de taxi en 1986 hemos pasado a los 135.052 euros actuales. Es decir, en estos 32 años el precio de las licencias de taxi en el mercado secundario han aumentado en 115.822 euros, es decir, en un 602,29 %. Si actualizamos las cifras antiguas al IPC actual, los 19.230 euros de 1976 serían unos 55.209 euros actuales: en ese caso, el aumento del precio sería del 144 %.

En segundo lugar, vemos un punto clave en el que la cosa se disparó de manera brutal: fue a partir de 2003 (41.558 euros) cuando el precio empezó a subir de manera sideral, alcanzando los 130.240 euros en 2007, apenas cuatro años después.

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¿Y las licencias de VTC? Si en el caso de los taxis es complicado establecer baremos, en el de las VTC la cosa roza lo imposible, ya que no hay ningún tipo de registro oficial que deje constancia, de manera abierta, de la evolución de dichos precios.

Sin embargo, de nuevo podemos hacer acercamientos bastante certeros. Hace pocos meses este diario publicaba un reportaje en el que ponía cara a los verdaderos ganadores de las guerras del taxi: en él contábamos cómo 26 empresarios españoles acumulan cerca de 10.000 licencias VTC con un valor potencial de 450 millones de euros.

Entre estos 'agraciados' se encuentran empresarios del sector del transporte como Juan Ortigüela Tellería, banqueros como Jaime Castellanos (presidente en España del banco de inversión Lazard, expresidente de Recoletos y Vocento y cuñado de Emilio Botín), directivos de fondos de inversión (Pedro del Corro y Álvaro Garteiz), empresarios del sector del acero (Juan María Riberas Mera, CEO de Gonvarri) y hasta un extaxista (José Antonio Parrondo, presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Madrid entre 2007 y 2009).

Pero hay un grupo especialmente predominante entre los nuevos y masivos propietarios de licencias VTC: nos referimos a grandes empresarios del sector tecnológico español como Zaryn Dentzel (fundador de Tuenti), Félix Ruiz (fundador de Tuenti y presidente de Jobandtalent), Hugo Arévalo (inversor en Tuenti, Hawkers o Cabify), Bernardo Hernández (exGoogle, exYahoo, antiguo presidente ejecutivo de Tuenti y cofundador de Idealista), Rosauro Varo (Pepephone), Juan de Antonio Rubio (fundador de Cabify) o Juan García Braschi (director financiero de Cabify).

Resulta imposible saber cuánto pagaron cada uno de ellos por sus licencias. En cualquier caso, diversas fuentes del sector estiman que las licencias VTC pudieron costar entre 4.000 y 5.000 euros en su origen, con lo que, con la valoración actual de entre 50.000 y 60.000 euros de cada licencia, podemos hacer una estimación: en apenas muy pocos años, las licencias VTC en España han aumentado su precio entre un mínimo del 1000 % y un máximo del 1500 %.

¿Cuántos conductores tienen varias licencias?

En el debate sobre los pecados que puedan haber cometido los taxistas a lo largo de las últimas décadas hay una sospecha permanente: la del taxista que acumula un elevadísimo número de licencias para poner a otras personas a trabajar en su favor, quedándose gran parte de la recaudación. También es recurrente la crítica hacia los taxistas que, aparentemente, adquieren muchas licencias con ánimo puramente especulativo. ¿Es eso cierto?

En este caso sí contamos con datos que nos permiten hacer un retrato fiel de la situación. Según un estudio realizado por el ayuntamiento de Madrid en 2017, el Área de Prestación Conjunta del Taxi de Madrid (conformada por 46 municipios) cuenta con 15.723 licencias, de las cuales 9.541 (el 60,64 %) son explotadas y conducidas por su único propietario.

placeholder Foto: EFE/Quique García.
Foto: EFE/Quique García.

Además, el registro de licencias tiene 20.691 conductores, de los que el 73 % (14.566) son a la vez titulares de dichas licencias, mientras que el 27 % son conductores contratados.

En cuanto al reparto de licencias, el 83,86 % de los titulares de las licencias solo tiene una, mientras que el 9,63 % tiene dos, el 5,71 % tiene tres y el 0,80 % tiene cuatro o más licencias a su nombre.

Licencias de taxi en Madrid

En Barcelona, los datos proporcionados por el Institut Metropolità del Taxi de Barcelona muestran que, de las 10.522 licencias disponibles en el ámbito geográfico, 618 pertenecen a empresas, mientras que las 9.904 restantes corresponden a particulares.

Dentro de los taxistas particulares, 9.359 conductores poseen una única licencia. En el otro extremo, 233 taxistas se reparten las 540 restantes, con lo que en total tocan a 2,31 licencias por persona.

La información pública nos muestra algunos datos que también son interesantes. De los 9.359 taxistas con una única licencia, 930 dan trabajo a 1.057 conductores, que trabajan como dependientes de dicha licencia, normalmente a cambio de un porcentaje, como en el caso de Raúl, el taxista con el que abríamos este reportaje.

Por su parte, los 233 taxistas que tienen más de una licencia cuenta con 772 conductores dependientes que se encargan de explotar dichas licencias en diferentes horarios.

Licencias de taxi en Barcelona

La población aumenta, las licencias de taxi no

En el debate sobre la situación del sector del taxi hay un dato relevante que merece ser analizado: la evolución del número de licencias de taxi comparada con el crecimiento de la población española y, por tanto, de la esperable demanda de taxis por parte de los ciudadanos.

En el siguiente gráfico, elaborado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), podemos observar cómo, a pesar de que la población española no ha parado de crecer, el número de licencias de taxi en nuestro país no solo no ha crecido sino que, de hecho, por lo general ha ido cayendo de manera paulatina.

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Con las licencias sin taxímetro pasa algo similar, solo que la caída ha sido mucho mayor: mientras en 1994 España contaba con 18.641 licencias de este tipo, a día de hoy en nuestro país solo quedan 8.669.

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Y ese es precisamente uno de los mayores frentes de batalla a día de hoy. Y es que, pese a que el Tribunal Supremo ha dado un espaldarazo a los taxistas limitando el número de licencias VTC, los propietarios de estas licencias tienen depositadas esperanzas para poder sortear al Supremo merced al arsenal de licencias que compraron en su momento.

La guerra entre taxistas y VTC, por tanto, se antoja tan larga como tremendamente complicada. Habrá que esperar a septiembre para ver si el Gobierno consigue sacar adelante la delegación de transferencias a las Comunidades Autónomas a la hora de conceder licencias. Pero, con transferencia o sin ella, seguirá habiendo un debate que ni el sector del taxi ni el de las VTC querrán sacar a la palestra: el de la reventa de licencias, el lucro económico de quienes las compran para subarrendarlas y las condiciones laborales de los conductores que las explotan. Ese debate quizá siga siempre en el trasfondo, pero nunca en la primera línea de declaraciones públicas.

Nota metodológica

Para la elaboración de la evolución de los precios de licencias de taxi se han utilizado datos que pueden variar de una ciudad a otra. Con los datos públicos se puede saber la evolución de los precios en las transmisiones de licencias, pero no el precio de origen. Es decir, se puede saber que un taxista que haya vendido su licencia en Barcelona en 2018 ha recibido de media 135.052 euros, pero no cuándo adquirió dicha licencia ni cuánto pagó por ella en su momento. De hecho, tampoco se puede saber si ese taxista compró la licencia directamente a la Administración o a otro profesional del sector.

En cuanto a las VTC, la valoración de precios de las licencias actuales se ha establecido de acuerdo a la oferta y demanda actuales y a diversas fuentes del sector. Por otro lado, tampoco hay datos públicos que permitan saber los precios originales de adquisición de las actuales licencias ni si fueron compradas a la Administración o a otro propietario de licencias VTC.

Raúl (nombre modificado) es un boliviano de 47 años que lleva desde 2009 en España. Tras pasar por varios trabajos, lleva dos años como taxista. No lo hace a través de su licencia ni de su propio coche, sino como autónomo, manejando el vehículo y la licencia de otro taxista en horario nocturno.

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