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Cazadores de terroristas: el ejército de voluntarios que persigue al ISIS en internet
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La guerra en la red

Cazadores de terroristas: el ejército de voluntarios que persigue al ISIS en internet

Se llaman a sí mismos "cazadores de terroristas" y son cientos de 'hackers' anónimos que, sin cobrar un duro, luchan cada día contra la propaganda de Estado Islámico (ISIS) en Internet

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Sólo hay que consultar el hashtag #OpISIS en Twitter para verlos en acción. Se llaman a sí mismos "cazadores de terroristas" y son cientos de 'hackers' anónimos que, sin cobrar un duro, luchan cada día contra la propaganda de Estado Islámico (ISIS) en Internet. Su trabajo es una ayuda extraoficial y discreta para la comunidad de inteligencia, en la guerra de nunca acabar contra el terrorismo islamista.

TMT, Snake y Demonio llevan años implicados en este juego del ratón y el gato a escala mundial. Se infiltran en grupos de Telegram, monitorizan las redes sociales y tumban los servidores web desde los que se emite la propaganda de ISIS.

Foto: El Lockheed EC-130H Compass Call, uno de los aparatos utilizados por EEUU para su guerra electrónica contra el ISIS. (Foto: Wikimedia Commons)

"En todo el mundo hay unos pocos miles de cazadores que se toman esto en serio, la mayoría son de Estados Unidos, algunos franceses, españoles, latinos, todos anónimos por su propia seguridad", explica Demonio a Teknautas, el más veterano. Lleva 5 años en esta guerra y es uno de los que mandan en el canal #OpISIS de la red de chat de Anonymous, aunque él no se considera parte de este movimiento hacktivista, sino un cazador independiente que la mayor parte del tiempo actúa en solitario.

También TMT es una histórica de #OpISIS, vieja amiga del anonymous que empezó esta Operación, Dillinger (alias Karnage, JimmyTh3Gent o SambaCry), tras el atentado terrorista de Charlie Hebdo en 2015. TMT y Dillinger estaban en GhostSec, el grupo que inició la #OpISIS hasta que, explica TMT, "se pasaron al FBI y Dillinger se enfadó mucho". Hoy el principal grupo es CtrlSec, que tiene una facción española. Hay otros más pequeños, como ShadowSec, donde participan también españoles aunque, cuando ya han aprendido bastante, la mayoría de cazadores van por libre.

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(Reuters)

Su tarea es detectar y denunciar la propaganda de ISIS en Internet, sean vídeos, comunicados, infografías, enlaces o comentarios en foros, sitios web, redes sociales, etc. Algunos, como Demonio, se adentran en la Dark Web o tumban ellos mismos las cuentas y sitios web, sin molestarse en reportarlo a Twitter, Facebook, Youtube o donde sea que estén actuando los propagandistas.

Hay quien usa bots y algoritmos para detectarlos, pero estas automatizaciones no son muy seguras: que alguien diga "Alá es grande" en Twitter no lo convierte en terrorista, así que la mayor parte del trabajo de los buenos cazadores se hace a mano, buscando palabras clave, como "Al-andalus", en los buscadores de las redes sociales e investigando los resultados.

Una vez estábamos en un grupo en Telegram con solo 6 personas y me dí cuenta de que 5 éramos infiltrados y solo uno era de ISIS

En esta ciberguerra de guerrillas participa activamente gente adscrita a Anonymous, gente independiente y también miembros de las fuerzas de la ley y empresas de inteligencia, que recaban información de forma discreta: "Una vez nos pasó que estábamos en un grupo en Telegram con solo 6 personas y me dí cuenta de que 5 éramos infiltrados y solo uno era de ISIS, fue muy gracioso", explica Snake.

Snake, como TMT, forma parte de ShadowSec. Afirma tener "entre 20 y 30 años". De día estudia y de noche, sin que lo sepan sus padres, persigue a ISIS. En su aplicación Telegram del móvil está suscrito a 60 grupos de Estado Islámico, alguno en inglés pero la mayoría en ruso y árabe. Snake no los entiende, excepto algunas palabras y giros, como la mayoría de cazadores, pero se ayudan de programas traductores y, en el caso de Snake, de un amigo de Ucrania.

En las redes sociales mayoritarias se detecta sobre todo propaganda, mientras que la monitorización de Telegram sirve para descubrir mensajes de gente que anuncia que quiere ir a Siria a unirse a ISIS: "Son una amenaza y hay que reportarlos porque, si van allí, sobre el terreno, les entrenarán y después volverán; también detectamos amenazas de atentados", explica Snake.

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En estos casos la mayoría de cazadores avisan a las fuerzas de la ley, cada uno en su estilo y a través de algún contacto. TMT y Snake comparten el mismo, dentro de la comunidad de inteligencia. En cuanto a la policía, dicen, "si vamos a ellos no nos hacen caso, no tenemos contacto oficialmente, a veces usamos los formularios y direcciones de mail de sus webs para avisarles". Por si acaso, TMT siempre pone en copia de sus reportes en Twitter a la cuenta de Interpol.

En cuanto a las redes sociales, no les hacen el caso que les gustaría, explica Snake: "Twitter debería cerrar las cuentas que les reportamos en 10 minutos, pero tardan 4 horas mínimo". En los últimos 5 meses, el grupo ShadowSec ha reportado "10.000 canales de Twitter, 6.500 posts, 50 webs y diversos canales de Telegram", asegura, además de un listado de emails relacionados con ISIS que encontraron en una base de datos de Github.

Su principal motivación es el odio que sienten hacia el terrorismo islámico. TMT se metió en eso por la indignación que le causó la decapitación del periodista James Foley, en agosto de 2014. Considera a ISIS "subhumanos, por su brutalidad ciega". A Snake lo motivó el atentado de Charlie Hebdo: "Les tengo tanta rabia...", dice. Demonio se enroló tras ver "gente sufrir y morir por nada en videos de propaganda terrorista".

Sé que están intentando cazarme y estoy vigilante, tengo pistolas a mano, uso red privada virtual en Internet y no doy detalles personales

Para estos voluntarios, que suelen actuar desde sus casas, entre 2 y 15 horas diarias, existe un peligro real de ser desenmascarados por el otro bando, formado por los que crean sin descanso nuevas cuentas y webs cuando ellos las tumban. TMT asegura vivir con miedo: "Sé que están intentando cazarme y estoy vigilante, tengo pistolas a mano, uso red privada virtual en Internet, no doy detalles personales y intento no implicarme emocionalmente con nadie".

También Demonio se sabe vigilado: "Me están buscando para matarme a mi y a mi familia". No sería el primer cazador al que han descubierto y ha tenido que desaparecer. Muchos caen por no saberse proteger, pero también "por traiciones, gente que está mucho tiempo cazando con otros y se involucran sentimentalmente, pero cuando lo dejan se monta el drama", explica.

Tor, ordenadores virtuales, teléfonos virtuales, verificación de doble factor, contraseñas super seguras, discreción, no meterte con quien no debes... Toda protección es poca para los cazadores de ISIS, aunque Snake ve poco peligro: "Como mucho pueden descubrir tu dirección IP, no tu nombre, no tienen recursos para llegar a tí". La cuenta en Twitter de ShadowSec recibió hace poco 100 intentos seguidos de secuestro.

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(YouTube)

Aunque puede pasar al revés. Ambos bandos, propagandistas y contra-propagandistas, acaban conociéndose y puede surgir el amor, como explica divertida TMT: "Hay uno de ISIS que parece respetarme como un adversario digno, visita mi cuenta en Twitter cada día, crea cientos de cuentas para que le vea, parece echarme de menos cuando no estoy y hoy me ha defendido frente a otro ISIS bastante más siniestro".

Destellos de humanidad en un guerra de nunca acabar que Demonio compara a "una cebolla, pelas una capa y hay otra más y otra, destruyo decenas al día y el día después aparecen cientos, no importa cuántos servidores saco de línea, siempre vuelven, y cuanto más te metes más oscura se pone la cosa". Pero la experiencia de estos años demuestra que sí sirve su trabajo, sobre todo por la información útil para evitar atentados que, de forma discreta, aportan estos apasionados ciberguerreros y ciberguerreras de estar por casa a la comunidad de inteligencia.

Sólo hay que consultar el hashtag #OpISIS en Twitter para verlos en acción. Se llaman a sí mismos "cazadores de terroristas" y son cientos de 'hackers' anónimos que, sin cobrar un duro, luchan cada día contra la propaganda de Estado Islámico (ISIS) en Internet. Su trabajo es una ayuda extraoficial y discreta para la comunidad de inteligencia, en la guerra de nunca acabar contra el terrorismo islamista.

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