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No necesitas otro ordenador: así puedes convertir tu portátil en un PC de sobremesa
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No necesitas otro ordenador: así puedes convertir tu portátil en un PC de sobremesa

Con una 'dock station', una pantalla externa y dos o tres accesorios más, puedes convertir tu MacBook o tu portátil Windows en un equipo fijo cuando estés en casa o en la oficina

Foto: Foto: HP.
Foto: HP.

El móvil es el rey de nuestro día a día, digitalmente hablando. Pero hay un aparato al que no ha conseguido mover del trono: el ordenador. Sigue siendo una herramienta fundamental, especialmente cuando hablamos de productividad. Los portátiles son cada día más omnipresentes y muchos los escogen como opción principal en detrimento de los de sobremesa. Llegan a gastarse un buen pico para tener un equipo potente y que rinda sin complejos. Sin embargo, los equipos fijos, especialmente en las oficinas, suelen ser lo habitual. Y la razón mayoritaria es que se hace raro lo de trabajar sin un monitor, un teclado en condiciones y un buen ratón.

Esto ha hecho que muchos usuarios busquen combinar lo mejor de ambos mundos. Es decir, utilizar el portátil en la universidad o en un viaje de trabajo y luego 'convertirlo' en un ordenador de sobremesa a la hora de trabajar en casa o en la oficina. Si estás pensando en ello, atento a estos consejos para escoger los mejores accesorios para tener una experiencia de diez. Esto incluso es aplicable a editores de vídeo o diseñadores, que cuando apuestan por la movilidad acaban dejándose un dineral en portátiles potentes. Dicho de otra manera: ya no tienes que invertir otro 'pastizal' en un PC de sobremesa.

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Elige una buena 'dock station'

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Fíjate en las conexiones y en la compatibilidad de los accesorios. (Amazon)

La 'dock station' es un elemento central que puede facilitarnos mucho el transitar de un modo a otro. En una traducción gruesa y un tanto cañí, podíamos hablar de estación de trabajo. Hay muchas categorías. Desde simples aparatos que nos aportarán un puñado de puertos USB y conexiones a nuestro portátil para añadir impresoras, teclado, ratón y otros periféricos, hasta equipos con gráficas integradas o soporte para hacer copias de seguridad o cargar el equipo mientras está conectado.

Lo primero y más básico en lo que debes fijarte es en la compatibilidad. Muchos fabricantes tienden a crear modelos exclusivos para sus equipos, siguiendo la línea de diseño y adaptándose al milímetro a determinados portátiles de su catálogo. Consulta lo que ofrece tu fabricante y si encaja en lo que buscas. Si no, no te preocupes. Tienes cantidad de 'dock stations' genéricas que pueden darte el mismo o mejor resultado. Obviamente, también puedes optar por 'tirar' únicamente de cables, pero el proceso será más engorroso y —por ejemplo, en el caso del Mac o de 'ultrabooks' como el Matebook X— te supondrá un pico en adaptadores.

¿Qué tener en cuenta?

placeholder Algunas estaciones de trabajo rizan el rizo. (Amazon)
Algunas estaciones de trabajo rizan el rizo. (Amazon)

Ten claro el uso que le vas a dar. ¿Lo vas a dejar fijo en casa o en la oficina y no lo vas a mover? Pues entonces, probablemente no necesites dar demasiada importancia al tamaño. ¿Necesitas tener el portátil elevado? ¿Necesitas varias pantallas? Son preguntas que te debes hacer. Atento a los siguientes puntos:

  • Tamaño. Si vas a viajar o l quieres mover de la oficina a casa y viceversa, no te hagas con un 'mamotreto' de un kilo.
  • Wifi. Si puedes sobrevivir con la conexión inalámbrica a internet, no hay problema. Sin embargo, si necesitas la mejor velocidad, asegurate de que tenga puerto ethernet.
  • Conexión VGA o HDMI. Todo depende del monitor al que lo vayas a conectar. Comprueba bien los requisitos, no te vayas a encontrar con que lo tengas que devolver.
  • Carga del equipo. Si no quieres tener que conectar el portátil por un lado y tu estación de trabajo por el otro, hazte con un modelo que tenga cargador.
  • Utilizar una, dos o más pantallas. Si con un monitor te basta, no hay problema. Pero es probable que también quieras utilizar la pantalla de tu portátil como pantalla secundaria. Entonces, lo mejor es hacerse también con una base para tenerla a la altura de los ojos. Si con todo esto no es suficiente, comprueba que tenga soporte para múltiples pantallas. También tienes otros modelos que disponen el portátil desplegado para que puedas utilizar su pantalla.
  • Otras características a tener en cuenta: estándar USB 3.0, soporte 4K, displayport, altavoces integrados y conector para auriculares.

Al final, todo dependerá de tu presupuesto. Los más asequibles son meros 'repetidores' de puertos. En un principio, puedes creer que es suficiente, pero cuidado. Simplemente son más conexiones. Puedes encontrarte con que no funcione todo tal y como esperabas. Tienes que pensar que con los más básicos, aunque tengas cinco entradas nuevas, todo el trabajo está recayendo en uno solo, el que conecta la 'dock station' con el portátil. Y eso puede afectar a la fluidez. Es mejor que tengan su propia fuente de alimentación. Además, si tienes un MacBook Pro, comprueba si tu modelo tiene puerto Thunderbolt y si el accesorio que piensas comprar es compatible con esta conexión o necesitas un adaptador concreto.

Eligiendo la pantalla

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Puede ser que tengas un monitor viejo que decidas aprovechar para 'crearte' tu estación de trabajo. Pero también puede ser que tengas que comprarte uno nuevo. La oferta es bastante amplia y todo vuelve a depender de tu presupuesto y necesidades. Si puedes pasar con resolución Full HD, fíjate en alguna pantalla LCD de 1080p.

Por cantidades ligeramente superiores a los 100 euros, tienes modelos de Dell o HP que rondan las 24 pulgadas. Si lo que buscas es una calidad de imagen mayor, lo mejor es que te vayas a un monitor de alta resolución.

La mayoría de nuevos monitores están en una resolución QHD, que viene a ser 2550 por 1440 píxeles. Aquí, el precio varía dependiendo del tamaño. Para paneles que rondan las 23 o 24 pulgadas, puedes encontrar precios en torno a los 220 o 240 euros. Para tamaños mayores, de unas 30”, los precios se sitúan en al menos 300 euros. Si buscas un monitor más horizontal, opta por un formato de 16:9. La otra opción, si quieres algo más cuadrado, es que busques un panel 16:10.

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La colocación de la pantalla es también fundamental. Muchos de los usuarios optan por conectar el portátil a un monitor para evitar la postura encorvada que puede acabar derivando en el conocido como síndrome de Hols. Para no encontrarte en esa tesitura, debes tener una referencia clara: la parte superior de la pantalla debe estar ligeramente por encima de la altura de tus ojos, aproximadamente la de las cejas. La mayoría de monitores tienen ya forma de regular la altura y el ángulo. Si no es el caso, porque estás tirando de uno viejo que tengas por casa o por la oficina, siempre te queda la opción de meter dos libros debajo del mismo.

Teclado: completando la experiencia

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Foto: EFE.

Dos de las cosas que más me cuestan a la hora de trabajar con un portátil con una pantalla externa es seguir utilizando el teclado y el 'trackpad' de estos equipos. Por eso, si quieres completar la experiencia, lo mejor es que te busques el 'pack' completo.

¿Qué debes tener en cuenta a la hora de escoger un teclado? Lo básico es saber si quieres un teclado inalámbrico o que esté conectado por cable. Si lo que quieres es tener el escritorio despejado, apuesta por un aparato sin cables. Hay modelos que se conectan por Bluetooth sin necesidad de nada más, mientras que otros optan por un pequeño USB que sincroniza el teclado (e incluso otras piezas) con el ordenador. Lo malo: te ocupan un puerto que puedes utilizar para otras cosas.

Opta por un teclado Bluetooth si quieres uno inalámbrico. Te ahorrarás ocupar un puerto USB

Sin embargo, si optas por el cable, no estarás preocupado por la batería. Si eres 'jugón', no tendrás que andar preocupándote por el 'lag' y las pequeñas interferencias que pueden echarte a perder una partida.

El resto de la elección depende más de tus gustos personales. Mi consejo: acude a una tienda y echa un ojo a los modelos 'in situ' para hacerte una idea del 'feeling', el tacto o el tipo de mecanismo. Si quieres uno para 'gamming', es probable que estés interesado en uno que permita registrar pulsaciones de teclas de manera simultánea sin ningún tipo de limitación.

Ratón: más de lo mismo

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Foto: EFE.

Con el ratón pasa un poco lo mismo que con el teclado. Debes decidir si es para 'gamming', si lo vas a andar moviendo de un lado a otro o si realmente te vas a pasar largas horas delante del ordenador. Tendrás que optar nuevamente entre cable o inalámbrico (Bluetooth o con conexión USB) o si quieres óptico o láser, siendo estos últimos algo más precisos; o si quieres rueda, controles táctiles o varios botones físicos.

Si estás pensando trabajar con una pantalla de gran resolución, necesitas mucha precisión o lo vas a utilizar para juegos, deberías fijarte también en los 'dots per inch' (puntos por pulgada), expresados por el valor DPI. Si estás en una de estas situaciones, comprueba que este valor esté al menos en 4.000. Con eso, te asegurarás un accesorio a la altura de tus necesidades.

El móvil es el rey de nuestro día a día, digitalmente hablando. Pero hay un aparato al que no ha conseguido mover del trono: el ordenador. Sigue siendo una herramienta fundamental, especialmente cuando hablamos de productividad. Los portátiles son cada día más omnipresentes y muchos los escogen como opción principal en detrimento de los de sobremesa. Llegan a gastarse un buen pico para tener un equipo potente y que rinda sin complejos. Sin embargo, los equipos fijos, especialmente en las oficinas, suelen ser lo habitual. Y la razón mayoritaria es que se hace raro lo de trabajar sin un monitor, un teclado en condiciones y un buen ratón.

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