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La 'Cambridge Analytica' española (que no robó tus datos): "Espiaban hasta WhatsApps"
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El caos de Facebook entre 2010 y 2014

La 'Cambridge Analytica' española (que no robó tus datos): "Espiaban hasta WhatsApps"

Cambridge Analytica no estaba sola en el sector. Otras empresas, como la española Human Data Research, hacen una actividad muy parecida, aunque legal: ni venden ni guardan tus datos

Foto: El consejero delegado (cesado) de Cambridge Analytica, Alexander Nix.
El consejero delegado (cesado) de Cambridge Analytica, Alexander Nix.

"Si alguien piensa que sus datos de Facebook no están siendo analizados, no vive en este planeta". Así, del tirón, resume Rafael Hernández el funcionamiento de un sector destripado y vapuleado durante las dos últimas semanas tras el escándalo de Cambridge Analytica. Es el sector del análisis de datos, al que se dedican miles de empresas en todo el mundo. Crean bases de información y perfiles psicológicos de grupos de población para usarlos con infinidad de objetivos, desde ganar unas elecciones a vender coches o pañales. Se venía haciendo desde hace décadas, incluso antes de internet. Y era perfectamente legal. Pero llegó Facebook y lo cambió todo. Para mal.

"Competimos con Cambridge Analytica en todo el mundo, ambos llevamos años en lo mismo. Pero hace tiempo ellos decidieron tomar otra ruta: apostar por los proyectos de influencia masiva, como las elecciones en EEUU y, lo peor, vender los datos que conseguían sin permiso. Se veía venir. Recuerdo muchas reuniones con clientes en las que se comentaba: esto va a pasar factura", explica Hernández a Teknautas. Y pasó.

Foto: Mark Zuckerberg, creador de Facebook. (Reuters) Opinión

Hernández fundó a comienzos de 2013 la empresa Human Data Research, con sede en Madrid. Su especialización es crear perfiles psicográficos (o psicológicos) de grupos de usuarios. ¿Cuál es tu personalidad? ¿Eres extrovertido? ¿Desconfiado? ¿Neurótico? ¿Qué necesidades tienes? Hoy ayudan a grandes marcas a adaptar sus anuncios a cada tipo de consumidor, igual que hace Cambridge Analytica, pero también proponen algo aún más ambicioso: trabajan con tecnológicas para que los asistentes de voz se dirijan pronto a cada cliente de forma diferente en función de la personalidad del dueño. Y la clave para conseguirlo es siempre la misma: los datos.

"Cuando empezamos en 2013, llegamos a acuerdos con catedráticos en diversas universidades españolas para realizar test de personalidad entre los alumnos. Creamos una 'app', tú te la descargas, se conecta a tu Facebook, haces el test y eso nos permite analizar tu muro para saber cómo te expresas y comunicas. Analizamos también lo que esas personas publicaban en otras redes sociales, en Twitter, o en un foro en internet. Pero en todo momento avisamos, pedimos el permiso expreso a los usuarios y lo indicamos en los términos de uso de la aplicación", dice Hernández.

placeholder Rafael Hernández, fundador y consejero delegado de Human Data Research.
Rafael Hernández, fundador y consejero delegado de Human Data Research.

Es justo lo que hacían también otras empresas como SCL Group y su filial estadounidense Cambridge Analytica, o el gigante IBM. Y es lo que se venía practicando durante años en el sector del 'marketing' y la investigación de mercado. Pero hubo un punto de inflexión muy concreto que lo cambió todo.

Fue en el 2010. Ese año Facebook anunció Platform, una iniciativa que permitía a los desarrolladores conectar sus aplicaciones a la red social. Fueron los años de juegos virales como FarmVille o CityVille, del pelotazo de Zynga, años en los que no parabas de recibir invitaciones de amigos para conectarte a esta o aquella aplicación. Facebook logró reventar en número de usuarios registrados y los desarrolladores tenían acceso a una brutal maquinaria para crecer su negocio. Y no solo eso: también tenían a su disposición todos los datos personales de los usuarios que se descargaban su 'app'... y los de sus amigos. Y ni los primeros ni los segundos en la mayoría de los casos eran conscientes de lo que estaba pasando. Todos ganaban. Todos menos la gente enganchada al invento de Zuckerberg.

Fue probablemente la mayor rapiña de datos personales de la historia de internet

"Fue una práctica muy habitual entre 2010 y 2014. ¿Moralmente ético? Realmente no. Pero Facebook lo permitía. Todo el mundo entraba ahí a coger datos de usuarios y a analizarlos. Era una forma muy sencilla de crear una base de datos para usarla luego en otros fines. En el caso de Cambridge Analytica, hicieron estudios de 'likes' y cometieron dos graves errores: no avisar a los usuarios y vender luego esos datos. Facebook te prohibía guardar y comercializar esa información, pero no comprobaba si lo hacías", explica Fernández.

Fue probablemente la mayor rapiña de datos personales de la historia de internet. Facebook aplicó como un rodillo el lema de "si algo es gratis, el producto eres tú". Y no fue el único.

"Muchas compañías también llegaron a espiar los WhatsApps de la gente. El cifrado que tenían por aquel entonces era muy débil, era muy fácil saltártelo y acceder a las conversaciones privadas de los usuarios. Y eso ya no era un tema de ética o no. Eso era directamente ilegal. Conozco a muchas empresas que lo hicieron. Y ni WhatsApp ni Facebook lo impedían", dice Hernández.

placeholder El creador de Facebook, Mark Zuckerberg. (EFE)
El creador de Facebook, Mark Zuckerberg. (EFE)

En esa coyuntura de total impunidad a la hora de respetar la privacidad de los usuarios nació Cambridge Analytica. Fue en 2013. La fiesta duró un par de años más. A mediados de 2014 Facebook se dio cuenta de que decenas de miles de empresas le estaban robando datos de usuarios a manos llenas y, entre otras medidas, decidió cerrar la función de 'friends permissions' que permitía a cualquiera acceder a los muros de amigos de amigos sin siquiera pedir permiso ni avisar. Sin embargo, la implementación técnica de esas medidas no llegaría hasta casi un año más tarde, en abril de 2015. WhatsApp, tras ser comprada por Facebook, mejoró también de forma notable su cifrado.

Cambridge Analytica ha perjudicado a todo el sector. Tengo clientes que si ahora oyen 'perfil psicográfico' se echan las manos a la cabeza"

"Cambridge Analytica nunca ocultó que vendía sus datos. Lo ponían hasta en su página web: habían creado y vendido perfiles de 240 millones de usuarios. No hay forma de que hayan hecho eso sin la ayuda de Facebook. Incluso los 50 millones que robaron para la campaña de Trump, para eso necesitas la ayuda de Facebook. Son culpables, pero creo que también son cabeza de turco. Es mucho más fácil ir a por ellos que a por Facebook", explica Hernández. "Lo peor es que sus acciones han perjudicado a todo el sector. Yo tengo clientes que si ahora oyen las palabras 'perfil psicográfico' se echan las manos a la cabeza".

Hernández defiende la legalidad, transparencia y ética de la actividad de empresas como la suya y se desmarca de las prácticas de Cambridge Analytica. "En nuestro caso, los test psicológicos que hacemos son con el permiso y conocimiento de los usuarios, ellos aceptan que analicemos sus muros de Facebook. Con eso llevamos a cabo un análisis lexicográfico y gramatical, que al final nos sirve para entrenar nuestro algoritmo. El objetivo es conseguir una diferencia mínima entre lo que dice un test psicológico y lo que infiere el algoritmo. Y eso es lo que vendemos: un algoritmo capaz de predecir el perfil psicológico de alguien con un 90% de fiabilidad. No vendemos los datos, sería ilegal. Vendemos un 'software' y una inteligencia artificial. Son estrategias totalmente diferentes".

placeholder El exempleado de Cambridge Analytica y filtrador Christopher Wylie. (Reuters)
El exempleado de Cambridge Analytica y filtrador Christopher Wylie. (Reuters)

Hernández reconoce haber sido contactado por diversos partidos políticos en España para ayudarles con su estrategia de campaña en varias elecciones autonómicas. "Nos contactaron diversas agencias en su nombre, y siempre lo hemos rechazado. Pero no porque haya nada ilegal o poco ético. En absoluto. Todo lo contrario. Se lleva haciendo durante años, y a un nivel brutal, cruzando datos del registro, de las mesas electorales, el código postal etc., todo para saber cómo recuperar a los votantes o qué mensajes ofrecer. Lo rechazamos porque no es nuestro negocio, ahora estamos centrados en los algoritmos para asistentes de voz", señala.

¿Tiene Facebook futuro después del escándalo de Cambridge Analytica? ¿Nos vamos a volver (por fin) más celosos y protectores de nuestros datos y vida personal? "Creo que la mayoría de la gente ya es consciente de que analizan sus datos, y lo aceptan. Tiene que haber reglas del juego, pero eso es de lo que viven los productos y servicios gratuitos". ¿Y qué hay de eliminar la cuenta de Facebook? "Ni de coña. Me llaman al móvil varias veces al día intentando venderme cosas. ¿Debería dejar de usar el teléfono por eso? Me entran ganas, pero no lo voy a hacer. Con Facebook de momento tampoco. Depende de ellos que eso siga siendo así".

"Si alguien piensa que sus datos de Facebook no están siendo analizados, no vive en este planeta". Así, del tirón, resume Rafael Hernández el funcionamiento de un sector destripado y vapuleado durante las dos últimas semanas tras el escándalo de Cambridge Analytica. Es el sector del análisis de datos, al que se dedican miles de empresas en todo el mundo. Crean bases de información y perfiles psicológicos de grupos de población para usarlos con infinidad de objetivos, desde ganar unas elecciones a vender coches o pañales. Se venía haciendo desde hace décadas, incluso antes de internet. Y era perfectamente legal. Pero llegó Facebook y lo cambió todo. Para mal.

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