Por qué esperar 10 segundos para reiniciarlo y otras cosas que no sabes de tu 'router'
¿Sabías que tiene un sistema operativo? ¿Y que hay una forma de acceder a él para saber si te roban el wifi o crear una red de invitados? Te desvelamos esos y otros trucos sobre tu ‘router’
En el salón, en el pasillo, en la habitación, en el despacho... Sea donde sea, el ‘router’ se ha ganado un espacio en nuestros hogares y centros de trabajo como un aparato imprescindible. Sin embargo, no siempre le sacamos todo el provecho que podríamos. Ese pequeño dispositivo lleno de luces y conectado a varios cables encierra unos cuantos misterios que, de conocerlos, harían tu vida digital mucho más fácil.
Empezamos por ver qué es exactamente un ‘router’. Más allá de ser el aparato gracias al que te conectas a internet, su naturaleza desvela sus posibilidades y sus limitaciones. Sin ir más lejos, como cualquier ordenador, tu ‘router’ funciona gracias a un sistema operativo. Así que, al igual que los móviles o los PC, estos dispositivos corren el riesgo de quedarse ‘colgados’ y necesitar un reinicio. De ahí que tengas que apagarlo y volverlo a encender cuando algo falla. Así los procesos pendientes se eliminan de la memoria y todo comienza de cero.
Ahora bien, ¿por qué esperar 10 segundos? Los expertos lo justifican por la existencia de condensadores en sus placas. Estos son los encargados de guardar la energía durante un breve tiempo que, por lo general, tras el apagado, no supera los 10 segundos. Aunque también hay quien recomienda esperar hasta los 30 segundos para asegurar la descarga completa, especialmente en los dispositivos más antiguos.
¿Cómo actualizar tu ‘router’?
Si en la base es similar a un móvil o un ordenador, lógicamente el ‘router’ también necesita ciertas actualizaciones. No solo porque podrás mejorar su ‘firmware’, sino porque aplicarás los parches de seguridad que el fabricante desarrolle para responder a las nacientes amenazas. De hecho, debería ser lo primero que hagas con tu ‘router’ (si no lo hace el instalador de la compañía telefónica), ya que muchos llegan a las casas con versiones antiguas del ‘software’.
La más sencillo es acceder a la web de tu proveedor de internet y buscar, en la sección de soporte, el manual de actualización correspondiente a tu modelo de ‘router’. Primero deberás descargar en tu ordenador el archivo .zip del último ‘firmware’ y, después, acceder a las entrañas del aparato.
Para ello, desde el ordenador, accedemos a la configuración de la red wifi y consultamos sus propiedades. Ahí localizamos la dirección IP. A menudo será 192.168.1.1 o 192.168.0.1, las más habituales. Introducimos estos dígitos en la barra de direcciones del navegador y ya estamos entre bambalinas del dispositivo. Solo nos queda identificarnos con las claves (si no las has cambiado, serán las que traía el ‘router’ por defecto y estarán indicadas en la etiqueta del propio aparato) y subir el archivo de la actualización siguiendo los pasos que se indiquen en el manual. No pierdas de vista este acceso a la configuración del ‘router’ porque te abrirá las puertas, como enseguida veremos, a todo un mundo de posibilidades.
A salvo de los ‘ladrones’ de tu wifi
Uno de los grandes temores cuando la conexión no va del todo bien es que alguien nos la esté robando. Ahora, gracias al mismo acceso que acabas de utilizar, lo podrás comprobar rápidamente. Todas las páginas de configuración tienen un apartado donde se consigan los dispositivos que se están sirviendo del wifi: si alguno no lo tienes controlado, será el intruso.
Esta aplicación no solo te servirá para saber que un vecino está gorroneando tu fibra, sino también, por ejemplo, si tu hijo se ha saltado un castigo y se conecta sin permiso.
Además, para mantener tu red blindada, podrás desactivar el acceso remoto. Esta funcionalidad es más propia de oficinas, donde se usa para que los informáticos se conecten desde cualquier lugar para solucionar posibles problemas. Sin embargo, en una red doméstica solo será un agujero por el que podrían colarse. Para evitarlo deberás acceder a la página de configuración y localizar el WAN Access o Acceso Remoto para deshabilitarlo.
Si lo que te preocupa es el uso que se está dando a la wifi dentro de tu casa, los dispositivos más modernos permiten priorizar el tráfico de las aplicaciones que consideres más importantes. Es lo que posibilita el modo QoS (en inglés, Quality of Service) con el que, por ejemplo, podrás limitar el uso de un videojuego a tus hijos y destinar más velocidad para tus series en Netflix.
Acceder sin contraseña
La contraseña de tu wifi es algo que tienes que guardar como un tesoro, pero puede que no sepas que, en realidad, no tienes por qué usarla para conectarte. En la actualidad, la mayoría de los ‘routers’ que se instalan en España facilitan la conexión por Wi-Fi Protected Setup, más conocido como WPS. Para saber si tu aparato lo permite solo deberás mirar si cuenta con el botón WPS, que por lo general suele estar bien identificado con las propias siglas.
Lo primero será conectarse a la red con el dispositivo. A continuación, deberemos pulsar el botón WPS del ‘router’ e inmediatamente detectará que hay dispositivos que se quieren conectar a su red. En algunos casos aparecerá una pantalla en la que solicitará un sencillo PIN que encontrarás al lado de la pegatina de la contraseña del ‘router’; en otros, te conectarás automáticamente. También puede ocurrir que, aunque el aparato tenga el botón WPS, no esté habilitado. En ese caso, podrás activarlo en la página de configuración del ‘router’.
Esta funcionalidad es muy útil cuando llegan invitados a casa y lo primero que preguntan es la contraseña del wifi. No obstante, si tu dispositivo no cuenta con ella y no quieres desvelar tu clave, también puedes crear una red de invitados. Una vez más lo haremos desde la página de configuración. En ella encontraremos una pestaña llamada “Guest WiFi”, “Virtual Access Point” o simplemente “WiFi de invitados” donde se nos permitirá crear una segunda red. Podremos asignarle un nombre y una contraseña diferente a la original y activarla solo cuando sea necesario.
Dónde y cómo lo coloco (y sus amplificadores)
Será uno de los primeros interrogantes cuando instales internet en casa. No vale cualquier sitio: hay unas reglas básicas que se deben seguir para garantizar la mejor conexión. Nada de ponerlo en el suelo; encima de una mesa o en una estantería es lo ideal. Tampoco lo coloques justo al lado de la pared, ya que podría absorber parte de la señal, ni cerca de otros dispositivos que emitan frecuencias inalámbricas como los microondas o los móviles. También deberás alejarlo de los muros de carga de la vivienda y huir de zonas con espejos o azulejos.
Además, si tu ‘router’ cuenta con antenas será importante colocarlas como es debido. Aunque lo más común es extenderlas hacia arriba, los expertos recomiendan colocarlas perpendiculares entre sí, como formando una gran L. Una apuntará hacia arriba y la otra en horizontal. Es la posición idónea para asegurar una correcta transmisión.
Revisa la frecuencia en la que funciona. La mayoría lo hacen por defecto en la de 2.4 Ghz
Otra opción para que nuestro wifi vaya más rápido es revisar la frecuencia en la que está funcionando. La mayoría de los ‘routers’ lo hacen por defecto en la de 2.4 Ghz; sin embargo, los más modernos ya incorporan la frecuencia de 5 Ghz, mucho más rápida aunque no compatible para todos los móviles y ordenadores. Por eso es conveniente echar un vistazo a cuál es la que utiliza nuestro ‘router’ y qué dispositivos pueden conectarse.
Aunque la frecuencia de 2.4 Ghz es suficiente para el uso doméstico, puede ocurrir que en momentos de mucha actividad y desde diferentes dispositivos se pierda la conexión, la cobertura sea demasiado baja o la velocidad se vea reducida.
Además, si tienes una casa muy grande, puede que tu conexión wifi no llegue bien a todas las estancias. Una solución es instalar un amplificador de señal para cubrir más metros cuadrados. Sin embargo, no es necesario que lo compres: si tienes un viejo router por casa, puedes reutilizarlo. Si no es muy viejo tendrá la funcionalidad de Universal Repeater o Repeater (depende del fabricante) y solo será necesario entrar en la página de configuración y asignarle esta tarea. Si el modelo es más antiguo, tendrás que configurarlo de forma manual. El proceso varía en función del modelo, pero en internet hay numerosos tutoriales que te servirán de guía si te animas a dar el paso.
Para su colocación, busca un lugar donde no haya paredes especialmente gruesas entre el principal y el que actúa como amplificador.
Opciones para darle una segunda funcionalidad
Los viejos ‘routers’ que vas acumulando en los armarios tras cada portabilidad pueden tener una segunda vida, y no solo como amplificadores. Por ejemplo, si enlazas varios ‘routers’ dentro de la misma casa podrás crear una red local que, entre otras cosas, podría servirte para compartir ficheros entre dispositivos. Correctamente configurado, podrá hacer las veces de servidor al que todos los equipos de la casa tengan acceso. Incluso, muchos ‘routers’ permiten conectar un disco duro a través de un USB externo y usarlo como tu Dropbox o Drive personal.
También puede servir para dar una segunda vida a otros aparatos. Por ejemplo, convertir tu antigua impresora en una inalámbrica: así podrás enviar tus archivos directamente sin necesidad de conectarla por cable al ordenador. Solo necesitarás que el ‘router’ tenga un puerto USB y la función de servidor de impresión (lo puedes consultar en su manual de instrucciones).
Si ya creías que el ‘router’ era un aparato indispensable en tu hogar, esperamos que alguno de los trucos que te hemos desvelado sirvan para que le saques todavía más provecho. A menudo el gran olvidado de la tecnología, ese aparato que utilizas para conectarte a internet es capaz de hacer muchas más cosas de las que pensamos.
En el salón, en el pasillo, en la habitación, en el despacho... Sea donde sea, el ‘router’ se ha ganado un espacio en nuestros hogares y centros de trabajo como un aparato imprescindible. Sin embargo, no siempre le sacamos todo el provecho que podríamos. Ese pequeño dispositivo lleno de luces y conectado a varios cables encierra unos cuantos misterios que, de conocerlos, harían tu vida digital mucho más fácil.