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Diez errores que cometen los mayores con la tecnología, y cómo evitarlos sin sonrojarles
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HERRAMIENTAS Y UN POCO DE PACIENCIA

Diez errores que cometen los mayores con la tecnología, y cómo evitarlos sin sonrojarles

‘Likes’ por error, llamadas colgadas y mensajes incomprensibles: la tecnología no se adapta del todo a nuestros mayores, pero por suerte hay forma de evitar sus fallos más habituales

Foto: Es posible ayudar a tus mayores a dominar (por fin) sus teléfonos móviles (Pixabay)
Es posible ayudar a tus mayores a dominar (por fin) sus teléfonos móviles (Pixabay)

No son nativos digitales y se nota. Si bien ya hay quienes manejan pantallas táctiles con éxito poco después de soltar el chupete y el biberón, los nacidos antes de los años 70 han tenido que hacerse a las nuevas tecnologías como buenamente han podido y con desiguales resultados.

Por suerte: para todo hay una solución (o, por lo menos, un apaño). Algo de paciencia y alguna que otra herramienta serán más que suficientes para ponerles las cosas más fáciles a nuestros mayores y que dejen de cometer estos frecuentes errores con un móvil en las manos.

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1. ¿Descolgar o colgar?

Aunque en ocasiones se nos olvide, ese dispositivo que llevamos en el bolsillo a todas horas también sirve para hacer y recibir llamadas. Sin embargo, el gesto de descolgar no es siempre el más intuitivo posible en todos los ‘smartphones’, y aún hay quienes cuelgan por error cuando están intentando contestar. Por suerte, una aplicación bastará para modificar el aspecto de las llamadas y lograr una estética con la que quede claro qué hay que hacer exactamente para atenderlas.

Una de las mejores opciones es Large Call Screen, una aplicación gratuita que ofrece a los usuarios la posibilidad de elegir entre diferentes diseños para recibir llamadas. Entre ellos, hay varios sencillos con los que arrastrar un botón será cosa del pasado. Bastará pulsar el botón verde o el rojo para descolgar o colgar, respectivamente.

placeholder Un botón verde para colgar y otro rojo para descolgar harán las llamadas mucho más sencillas. (Google Play)
Un botón verde para colgar y otro rojo para descolgar harán las llamadas mucho más sencillas. (Google Play)

Además, la aplicación permite personalizar el tamaño de la fuente con la que se muestra el nombre del contacto o el número de teléfono que nos está llamado, por si el usuario tiene limitaciones visuales. En el menú 'Setting' de la aplicación hay disponibles cinco tamaños de letra. Todo ello, sin publicidad.

2. Mensajes incomprensibles

Las pantallas de los móviles son cada vez más grandes, pero lo que aparece en ellas no crece lo suficiente como para que la vista y los dedos de nuestros mayores atinen con la tecla correcta para escribir algo en WhatsApp y compañía. La solución sencilla está en los propios ajustes del móvil: en Android, el menú “Pantalla” nos lleva hasta “Fuente”, donde es posible elegir el tamaño, desde “Diminuto” hasta “Enorme”. En iOS, la sección “Accesibilidad” del menú Ajustes permite elegir el tamaño de la fuente a través de la opción “Activa Tamaños más grandes”.

No obstante, es posible ir un paso más allá e instalarle a nuestros mayores un ‘launcher’, una aplicación que congrega en su interior las distintas opciones del teléfono (marcador y aplicaciones, principalmente) con una estética distinta a la del móvil, más sencilla y con tamaños superiores a los habituales. Wiser o Big Launcher son las mejores opciones: sencillas de configurar, difíciles de cerrar y con todo lo necesario para que padres y abuelos abran la aplicación que quieren y no otra.

3. ¿Cuál era mi contraseña?

Otro de esos dramas tecnológicos para mayores (y no tan mayores) es el de las contraseñas. Si lo hacemos bien y creamos una credencial segura y distinta para cada uno de los servicios en los que nos registramos es difícil acordarnos de todas; si las apuntamos en un papel, ponen en peligro nuestra seguridad, igual que si usamos la misma clave para todo. ¿Solución? Un gestor de contraseñas que nos permita no tener que recordar ni una sola credencial. Ideal para instalarlo en los teléfonos de tus mayores.

Password1 y Dashlane son algunos de los servicios más populares para gestionar contraseñas

La lista de aplicaciones disponibles es muy larga y las características de todas ellas son similares. Sin embargo, destacan dos. Por una parte, 1Password (iOS y Android) se ha logrado alzar como el servicio más popular, y motivos no faltan: permite almacenar todas nuestras contraseñas y acceder a ellas a través del sensor de huellas del móvil para no tener que memorizar ni una sola y, además, en la ‘app’ se pueden aglutinar varias cuentas de una misma familia o incluso, si es necesario, compartir esas credenciales cuando se trate de la forma de acceso a un servicio compartido como Netflix.

No obstante, pasados los 30 días del periodo de prueba habrá que pasar por caja para seguir disfrutando de este gestor que, además, no es especialmente intuitivo a la hora de introducir nuevos inicios de sesión.

Sin embargo, la propuesta de Dashlane (también en iOS y Android) es más interesante de cara a nuestros mayores. Para empezar, también cuenta con acceso biométrico. Pero no hay periodo de prueba: la ‘app’ es gratuita de principio a fin y, además, introducir credenciales a través de ella es mucho más sencillo que en el caso de 1Password. De hecho, la versión móvil de Dashlane ofrece una lista de los servicios más habituales (Google, Facebook, Spotify…) para introducir directamente las contraseñas, sin tener que escribir también a qué plataforma corresponde cada una.

En cualquier caso, sea cual sea la elección para nuestros mayores, ambas ofrecen la posibilidad de almacenar las credenciales de forma local para que no corran un hipotético riesgo en la nube. Además, ese argumento de la seguridad será perfecto para instalarles un gestor de contraseñas sin que se sientan avergonzados por su escasa memoria.

Una vez activa en su ‘smartphone’, la aplicación se encargará de todo sin que se percaten de que está ahí. No tendrán que hacer nada: cuando entren a Facebook o a Gmail, la contraseña ya estará esperándoles para que simplemente pulsen Aceptar.

4. Esa foto tan cuqui que vi… ¿Dónde está?

Las publicaciones efímeras están de moda, pero su público no es exclusivamente ‘millennial’. De hecho, desde que llegaran a WhatsApp, padres y abuelos también ven publicaciones que, a las pocas horas, se han esfumado. ¿Dónde ver ahora el vídeo de mi nieto? Se puede, abuelo, se puede. Para ello, habrá que instalarles una de las muchas herramientas de terceros que permiten descargar y guardar estados de WhatsApp o incluso Stories de Instagram.

Antes de instalar una de estas aplicaciones, hay que asumir y explicarles a nuestros mayores dos pequeñas pegas: todas ellas están en inglés (aunque no es relevante, ya que vamos a seleccionar herramientas intuitivas en las que los iconos lo dejen todo claro) e incluyen publicidad. Dicho esto, Status Saver es la opción más sencilla para descargar los estados de WhatsApp: basta con acceder a la ‘app’, darle los permisos pertinentes y, automáticamente, aparecerá en pantalla una galería con las imágenes y vídeos que conforman los estados de nuestros contactos en ese momento.

Algunas aplicaciones permiten descargarse las 'stories' de Instagram y los estados de WhatsApp

Por otro lado, Story Saver es una buena opción para descargar las publicaciones efímeras que vemos en Instagram. En ella aparece una lista de todas esas cuentas a las que seguimos para seleccionar qué historia queremos descargar en el móvil.

Para los propietarios de un iPhone hay malas noticias, eso sí. Descargar estados de WhatsApp y su símil en Instagram no es imposible, pero sí es cierto que es bastante complejo: no hay aplicaciones que lo permitan en la tienda oficial de Apple, así que lograrlo puede llegar a implicar el no siempre seguro ‘jailbreak’ al iPhone. Mejor olvidar esas publicaciones efímeras si tus mayores tienen un teléfono de la manzana mordida.

5. ¿Ahora cómo uso esta foto?

WhatsApp también puede dar problemas a nuestros mayores a la hora de elegir una foto de perfil. ¿Cuántas imágenes de madres, padres (y viceversa) aparecen cortadas? Quizás la foto original no era mala, pero a la hora de ajustarla al tamaño impuesto por WhatsApp había que elegir: o cortas el monumento o aparece solo tu cabeza en un margen.

placeholder Fuente: WhatsAppcrop
Fuente: WhatsAppcrop

Por suerte, las tiendas de aplicaciones también cuentan con multitud de opciones para tomar o editar fotografías cuyas dimensiones se ajusten a los requisitos de WhatsApp a la hora de seleccionar una imagen de perfil. Es el caso de #SquareDroid o WhatsCrop para Android y Blur Box para iOS. En todos los casos, el objetivo y las alternativas son las mismas: las dimensiones de cualquiera de nuestras fotos se ajustan automáticamente y, para ello, aparecen márgenes en los laterales o sobre la imagen, que podremos personalizar. Así, en el centro quedará la foto de perfil y a su alrededor, bordes negros, de colores o con la imagen difuminada.

6. ¿Cómo se cambia el fondo de pantalla?

Una tarea que, de cuandoen cuando, recae en los jóvenes cercanos a un usuario mayor es la personalización del propio teléfono. Fondos de pantalla, imágenes de bloqueo y sonidos para notificaciones y llamadas ofrecen todo un mundo de posibilidades que, eso sí, quizás no están pensados para los poco habituados al ‘smartphone’. Por suerte, también hay ‘apps’ que pueden derribar esta barrera.

La opción más sencilla quizá sea la que ofrece Wallpaper Changer, con la que el propietario del móvil podrá seleccionar varias imágenes y crear con ellas un bucle de fondos de pantalla que se van intercambiando de forma automática cada equis tiempo. Fácil y para toda la familia. No obstante, puede que el objetivo no sea crear un carrusel de imágenes, sino personalizar las características del móvil sin quebraderos de cabeza. En ese caso, la solución pasa por ZEDGE. Con más de 200 millones de usuarios –según sus creadores-, la ‘app’ ofrece una inmensa galería de imágenes y sonidos que, además, se puede completar con las fotos hechas desde el móvil. A partir de ahí, seleccionar una como fondo de pantalla es coser y cantar.

7. Adiós a los pagos

placeholder Una contraseña puede evitar pagos sin querer. (Google Play)
Una contraseña puede evitar pagos sin querer. (Google Play)

Las compras dentro de las ‘apps’ no son solo un problema cuando los niños tienen un móvil o una tableta entre las manos. Para los mayores de la casa, conseguir más vidas en su juego favorito también puede terminar en drama económico. ¿Estoy pagando con dinero del juego o con dinero real? Esta pregunta seguro que se la hacen muchas veces. Y tú puedes ahorrarles un disgusto.

Esta vez evitaremos una descarga, ya que la solución la dan los propios sistemas operativos. En el caso de Android, evitar este tipo de pagos es tan sencillo como quitar cualquier dato bancario en la tienda de aplicaciones. En el menú de Play Store, accede a “Cuenta” para llegar hasta “Métodos de pago”. Ahí, comprueba que no hay ninguna tarjeta introducida y, si la hay, quítala.

Y aún hay más: en los Ajustes de la tienda de ‘apps’ de Android es posible activar la opción “Pedir autenticación para realizar compras”. Que le soliciten una clave puede servir para que el propietario del móvil se percate de que va a pasar por caja; si no tiene un gestor de contraseñas (que, como ya hemos explicado, debería), con eso valdrá.

En Android existe la opción “Pedir autenticación para realizar compras”. Esto ahorrará disgustos

En Apple es, esta vez, más sencillo: en el menú “General” de “Ajustes” del iPhone, accede a “Restricciones” para activarlas y, una vez hecho, selecciona “Compras en la app”. Se acabaron los gastos sorpresa por culpa de una granja virtual.

8. Miedo al ‘fintech’

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Foto: Fintonic

Si hay que evitar los pagos dentro de una ‘app’, lo más probable es que nuestros mayores no se aclaren con la aplicación del móvil o que, simplemente, tengan el lógico temor a liarla parda. No obstante, esto no quiere decir que deban vivir en una cueva y renunciar a las posibilidades tecnológicas que hay hoy en día: ellos también pueden controlar sus gastos e ingresos a través de una pantalla.

Las principales opciones que tienen los mayores para consultar los movimientos de sus cuentas sin temor a meter la pata (porque solo se puede ver, no tocar) son las archiconocidas Fintonic y Mint. No obstante, quizás estamos precisamente ante el tipo de usuario que se muestra reacio a dar los datos de su cuenta bancaria a una ‘app’. Para todos ellos, opciones en las que, como en Monefy, son ellos los que deben anotar manualmente ingresos y gastos son perfectas para gestionar la economía doméstica.

9. Evitar los ‘Likes’ indeseados

Instagram es un peligro en forma de ‘app’. Ya sea para ampliar una imagen haciendo el gesto de pellizcar con dos dedos o para ver quién está etiquetado en ella, que algún usuario mayor no muy ducho en el arte de cotillear acabe dando un ‘like’ sin pretenderlo es tremendamente sencillo. Y si bien no hay una opción de la propia plataforma para contrarrestar la torpeza de algunos usuarios, sí que hay maneras de ver fotos sin miedo a mostrar un indebido aprecio.

Todo lo que deben hacer tus mayores es acceder a Instagram para que se carguen las imágenes y, acto seguido, activar el modo avión de su teléfono. Por radical que pueda parecer, es la solución perfecta: sin conexión a internet, todos los ‘Me gusta’ serán en vano. Obviamente, este truco es igual de válido para Facebook.

10. Compartir por WhatsApp lo que se encuentran en Facebook

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(Efe)

Nuestros progenitores pululan por Facebook como Pedro por su casa, aunque algunas de las opciones que ofrece la propia red social aún se les escapan. Si en la plataforma de Zuckerberg es donde encuentran la mayor parte de las noticias que leen y las imágenes más interesantes de sus amigos y conocidos, ¿cómo es posible que no puedan compartirlas desde la ‘app’ a través de WhatsApp?

Lo cierto es que sí pueden, pero no es algo tan evidente como dar un ‘Me gusta’. Mientras esperamos a que Facebook incluya un botón para compartir las publicaciones a través de WhatsApp, la solución más sencilla es pulsar de forma prolongada la imagen para que aparezca en pantalla completa, presionar sobre ella de forma prolongada y pulsar “Compartir” en el menú que aparece a continuación. WhatsApp será una de las opciones.

En cuanto a los vídeos, hay dos posibilidades: cuando nos encontremos uno que queramos compartir, hay que darle a los tres puntos que aparecen en la esquina superior derecha para, o bien guardarlo en nuestro móvil y enviarlo desde la galería, o bien copiar la URL para pegarla en la conversación de WhatsApp que nos interese.

Esto es algo que la mayoría de los jóvenes dominan, pero a los mayores se les suele atragantar. Un poco de paciencia para explicarles este sencillo procedimiento hará que no vuelvan a quedarse sin compartir la maravillosa foto que han visto en su Facebook con los amigos de sus innumerables grupos de WhatsApp.

No son nativos digitales y se nota. Si bien ya hay quienes manejan pantallas táctiles con éxito poco después de soltar el chupete y el biberón, los nacidos antes de los años 70 han tenido que hacerse a las nuevas tecnologías como buenamente han podido y con desiguales resultados.

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